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George Floyd, un delincuente habitual con 9 detenciones en su haber y antecedentes por un robo con violencia perpetrado contra una mujer. Su muerte, tras ser detenido por la policía de Minneapolis, ha desatado la ola de protestas raciales en EE.UU. Las imágenes de un policía poniéndole la rodilla en el cuello han circulado por las televisiones de todo el mundo, provocando indignación. Las imágenes de los antifa participando en las protestas que han degenerado en disturbios, saqueando tiendas y apaleando a un comerciante hasta la muerte, sólo se pueden encontrar en internet. La autopsia oficial dice que Floyd tenía una enfermedad cardíaca y antecedentes de hipertensión arterial. El informe preliminar de toxicología encontró niveles moderados de drogas en su cuerpo. Según esta autopsia, no se concluye que la detención haya sido la causa directa de su muerte y apunta a un fallo cardiaco provocado durante la detención. En la autopsia efectuada por encargo de la familia no se incluyó ningún informe toxicológico y se concluye que la muerte fue provocada por una compresión continuada del cuello y la espalda de la víctima que provocaron una falta de riego sanguíneo al cerebro.

El caso recuerda a la muerte en las dependencias del puesto de la Guardia Civil en Roquetas de Mar de un agricultor que había consumido drogas y tuvo que ser reducido al resistirse a los agentes. La sentencia absolvió del cargo de homicidio imprudente, porque el consumo previo de sustancia y antecedentes de salud fueron determinantes en el fatal desenlace, pero condenó a alguno de ellos a penas leves por los abusos cometidos, al detectar desproporción en la fuerza empleada, ya que en alguno de los agentes primó en su actuación el afán de reducir a cualquier precio al detenido.

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Como ya sucediera en el caso de la detención de Rodney King, donde el video difundido por los medios omitía la primera parte del incidente, la absolución de los agentes por un jurado que sí había visto toda la secuencia de los hechos, provocó en 1992 graves disturbios en Los Ángeles con la disculpa del racismo. Hubo 63 muertos y más de 2.000 heridos. Pero parece que la sociedad norteamericana no ha aprendido la lección. Políticos y organizaciones sin escrúpulos no han querido esperar a que la justicia actúe, se han lanzado a la calle.

Rápidamente el candidato demócrata, Joe Biden, se ha apresurado a denunciar que en su país existe una situación de racismo en la policía. «Los abusos sistemáticos siguen plagando la vida de los estadounidenses” ha dicho, para después afirmar que ha llegado «el momento de la justicia racial en el país”. Casualmente, Black Lives Matter, la organización que está detrás de la movilización ciudadana, persigue los mismos objetivos de la agenda mundialista en cuanto a ideológia de género y aborto libre, y se lleva a las mil maravillas con varios miembros del que fuera equipo de Hillary Clinton.

De lo que se trata es, por un lado, aprovechar electoralmente el incidente y por otro, impulsar las políticas de discriminación positiva, es decir, que la administración trate a los ciudadanos a la hora de diseñar políticas sociales en atención a su pertenencia a un colectivo u otro en vez de a las características y esfuerzos personales. Muy en el tono del trasfondo ideológico de dominio de las oligarquías mundialistas, contrarias a los méritos y partidarias de las cuotas. La moraleja es que los negros, o las mujeres, son víctimas. Víctimas del racismo o del heteropatriarcado, y la catequesis mundialista consiste en compensar y beneficiar a esas minorías.

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Utilizan la noble etiqueta de la igualdad ante la ley y el trato equitativo para toda persona, con independencia de su raza, origen, sexo, ideológia o religión, para transformarla en igualitarismo colectivista. Entonces, si existe un trato diferente legítimo, no todos debemos ser iguales ante la ley. Las minorías, en atención a su raza, origen, sexo, ideológia y religión merecen ser discriminadas positivamente. Esa es la justicia racial que predican y propugnan. No que los negros tengan los mismos derechos legales que los blancos, objetivo que el movimiento proderechos civiles buscaba en los 60. Al igual que el primer feminismo se ha transformado en ideológia de género, el antirracismo se ha transformado en ideológia racial. Al igual que las mujeres, los negros están oprimidos y la culpa la tiene en este caso, no la sociedad heteropatriarcal, sino la sociedad blanca, por ello hay que terminar con esta sociedad, para lograr el advenimiento del mundo feliz en el que todos seamos iguales, exactamente iguales de esclavos bajo las directrices de la ideológia única mundial.

Autor

REDACCIÓN