«¡HA MUERTO EL REY!
¡VIVA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA!»
El día 14 y la madrugada del día 15 de febrero del año 2016 pasarán al cuadro de honor de la Historia de España. Como pasaron aquel 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón, en nombre de España, descubrió el Nuevo Mundo de las Américas. O como aquel 2 de mayo de 1808, cuando los madrileños se sublevaron contra las tropas francesas invasoras e iniciaron la guerra contra Napoleón. O como aquel 10 de diciembre de 1898, cuando España entregó, tras la guerra contra Estados Unidos, los restos del imperio donde no se ponía el sol. O como la de aquel 14 de abril de 1931, cuando los españoles de una sola tacada se cargaron la Monarquía de siglos y trajeron sin disparar un tiro la II República. O como la de aquel 20 de noviembre de 1975, cuando murió el generalísimo Franco y llegó la Monarquía con Juan Carlos I como Rey. O como la de aquel 23 de febrero de 1981, cuando el intento de Golpe de Estado de los generales Armada, Milán del Bosch y el teniente coronel Tejero.
Porque las tres noticias sucedidas el 14 de febrero del 2016 significaron un gran cambio para España.
Por eso no es de extrañar que las cadenas de radio iniciaran sus informativos de la mañana del día 15 hablando de los tres acontecimientos. Es decir de la muerte del Rey Juan Carlos en Suiza, la victoria del Príncipe Don Felipe en las elecciones a la Presidencia de la República y el triunfo inesperado del partido “UPyD” de Rosa Díez, en las elecciones generales para la Cortes Constituyentes.
En la cadena COPE Ernesto Sáenz de Buruaga decía:
– El Rey Juan Carlos murió ayer sobre las 10 de la mañana en el hospital St. Juleen de Montreux (Suiza) y sus restos serán trasladados hoy para ser enterrados en el Panteón de los Reyes en el Escorial. Antes el féretro con los restos del Rey serán expuestos en la capilla ardiente que se abrirá en el Salón de las Columnas del Palacio Real para poder ser visitados por los españoles que lo deseen. Por decisión de los tres Regentes el entierro del Rey tendrá honores de Jefe de Estado. Está previsto que el avión que trae el féretro del Rey, con la familia real al completo y la Comisión que en nombre del Estado y presidida por el Regente Don Javier Solana se habían trasladado hasta el hospital citado, llegue a Barajas sobre las 12 de esta mañana.
– El Príncipe Don Felipe de Borbón ganó ayer por mayoría absoluta las Elecciones para la Presidencia de la República y por tanto ya es Presidente electo de la que será III República. Don Felipe obtuvo 16.655.240 (o sea, el 56% de los votos), frente a los 5.948.200 de Don Julio Anguita (20%), los 5.650.885 (19%) de Don José María Aznar y los 1.487.075 (5%) de Don Felipe González. Está previsto que la toma de posesión y proclamación del Príncipe Don Felipe se celebre el día 23 de febrero, una vez constituidas las Cortes Constituyentes.
– La sorpresa de la jornada electoral de ayer ha llegado oficialmente a las 5 de la madrugada. Porque ha sido cuando el Ministro del Interior ha hecho públicos los resultados que han salido de las urnas. Son estos:
PARTIDOS DIPUTADOS VOTOS
UPyD 146 10.220.721
PJR 31 2.170.560
PP 72 5.040.435
PSOE 54 3.780.786
IU 28 1.960.234
CIU 8 560.875
PNV 5 350.567
CC 3 210.345
BNG 1 70.994
UPN 1 70.546
U.M. 1 70.300
TOTAL: 350 TOTAL VOTOS: 24.506.363
Valor Diputado: 70.000 votos.
Increíble pero cierto.
Los resultados y la victoria de la UpyD sorprendieron a todos. La propia Rosa Díez no se lo creía todavía cuando poco después de las 5 de la madrugada respondió a los periodistas que la acosaban en el “Palace”, donde había seguido la noche electoral con sus compañeros y simpatizantes.
“Pues sólo ha pasado una cosa –dijo la exultante y triunfante vasca en respuesta a la primera pregunta que le formularon- ha pasado que España ha dejado de ser de izquierdas o de derechas. Las Izquierdas y las Derechas serán ya siempre minorías. Ha pasado que los españoles han dicho en las urnas que no están de acuerdo con la clase política que ha dominado durante la Transición y que quieren otra cosa.
Pues, mire –en respuesta a la otra pregunta– quieren unos Partidos políticos que no sean manantial de corrupciones y corruptelas. Quieren que en los partidos reine la transparencia y la democracia interna.
¿Ideologías? –responde- El pueblo español de hoy ya no tiene ideologías. El pueblo español, que es más listo de lo que muchos se creen, quieren moderación y bienestar”.
Era una explosión de alegrías y abrazos pues no en vano UpyD había obtenido más escaños que el PP y el PSOE juntos (146 frente a 72 y 54). ¡Que no hay nada más importante en este mundo para un político que ganar unas elecciones! ¡Eso es lo que algunos llaman un “orgasmo de felicidad”!
Todo lo contrario sucedía en la calle Ferraz y en Génova.
Los Socialistas le habían dejado el “mochuelo” del desastre a la derrotada Pajín (que ni había obtenido acta de diputado) y la pobre alicantina, antaño chula y hogaño hundida, sólo supo decir: Bien, aceptamos el desastre, pero aquí no se acaba el mundo. El PSOE resurgirá como lo hizo tras la Guerra Civil y la Dictadura.
Los populares con Rajoy dando la cara, justificaban los resultados por la Ley del Péndulo. “En primer lugar –comenzó diciendo Rajoy, todavía Presidente del Gobierno- quiero que sepan que ya he felicitado personalmente a los vencedores, Don Felipe y Doña Rosa Díez, y les he deseado lo mejor para el futuro que ya ha comenzado. En segundo lugar, tengo que decir y lo digo con toda sinceridad que el resultado de las urnas ha sido para mí la gran sorpresa de mi vida. Jamás podía esperar estos resultados. Sabía y sé que los españoles se mueven como el Péndulo, o sea que nunca pueden estar en reposo, pero no me imaginaba que esa inclinación al movimiento fuese tan pendular como lo ha sido ayer. Pero, así es la Democracia y así la tenemos que aceptar los demócratas. El Partido Popular no ha obtenido buenos resultados, eso es evidente. Sin embargo, como dice el pueblo, hay que estar a las duras y a las maduras, saber perder es tan importante como saber ganar. Así que para nosotros ha terminado una etapa y comienza otra. Lo que quiere decir que desde hoy mismo tenemos que empezar a trabajar para las próximas elecciones. También quiero dejar claro que el Partido Popular colaborará al máximo con los nuevos Poderes y especialmente se volcará en que entre todos hagamos una Constitución que sea para siempre. Muchas gracias a todos.
También las portadas de los periódicos de aquella mañana del día 15 de febrero pasarían a la Historia. Son estas:
“El Mundo”
¡¡HA MUERTO EL REY!!
¡¡VIVA EL PRESIDENTE DE
LA REPÚBLICA!!
A los titulares le acompañaban dos fotografías curiosas: una del Rey en el féretro cubierto por una bandera bicolor y en la otra el Príncipe Don Felipe vestido de chaqué y una banda al pecho con los colores de la bandera tricolor.
“La Razón”
BOMBAZOS “14-F”
-
AYER MURIÓ EL REY JUAN CARLOS I EN SUIZA.
-
EL PRÍNCIPE DON FELIPE GANÓ LAS ELECCIONES Y YA ES PRESIDENTE ELECTO DE LA III REPÚBLICA.
“ABC”
MURIÓ UN REY DEMÓCRATA
JUAN CARLOS I SERÁ ENTERRADO CON HONORES DE JEFE DE ESTADO EN EL PANTEÓN DE LOS REYES DEL ESCORIAL.
La portada era ciertamente impactante, porque de fondo llenando toda la página y en negro iba una foto del Rey y sobreimpresionados los títulos en blanco. Pero a las letras le caían como unas lágrimas en rojo.
Sin embargo, la gran sorpresa (¡y eso sí que sorprendió a todos y especialmente a los periodistas!) llegó con la portada de “El País”, ya que ni siquiera hacía mención de las tres noticias del día. Los titulares por sí solos manifestaban lo que había pasado en el periódico del grupo Polanco. Eran estos:
“El País”
-
JUAN LUIS CEBRIÁN ABANDONA EL GRUPO PRISA Y SE VA A VIVIR A NUEVA YORK.
-
EL GRUPO MURDOCH COMPRA “EL PAÍS” PARA TRANSFORMARLO EN UN DIARIO iPad.
Esto produjo tal impacto en la prensa de Madrid que rápidamente se transformó en tema de todas las tertulias y los programas especiales que esa mañana se habían programado para comentar las tres noticias del día.
Las tertulias también echaban humo. En este caso vamos a recoger un resumen de lo que se dijo en el programa especial que había montado VEO 7, la televisión de moda, por los interesantes tertulianos que había en el estudio. Aunque también por el invitado especial que habían sentado en lugar preferente: Don Julio Anguita.
Comenzó, el intrépido Carlos Cuesta, presentando a los presentes y saludando muy efusivamente al cordobés Anguita. Allí estaban Pedro J. Ramírez, el Director de “El Mundo”; Casimiro García Abadillo, director adjunto del mismo; Juan Luis Galiacho, el mejor periodista de investigación y el profesor Carlos Malo de Molina.
El primero en pedir la palabra fue, ¡cómo no!, el culto y sibilino Pedro Jota, para decir esto:
-Señores, antes de entrar en los temas que vamos a tratar, me vais a permitir que diga una cosa personal. Os aseguro que los acontecimientos que he vivido y estoy viviendo este fin de semana son los más importantes de mi ya larga trayectoria profesional. En menos de tres meses España ha dado un giro de 180 grados. Ha cambiado una Monarquía de siglos por una República. Ha elegido a un Príncipe como Presidente de una República y en 12 horas los españoles se han cargado a toda una clase política. Esto me lo dicen hace unos meses y no me lo creo. Pero, a pesar de las incertidumbres que tenemos ante sí, les puedo asegurar que soy un hombre feliz. Por ahora nada más.
– Señor Anguita -habla el presentador- antes que nada le tenemos que felicitar por los buenos resultados que ha obtenido para la Presidencia de la República. Sacar casi seis millones de votos es una buena marca, aunque la victoria final haya sido para Don Felipe de Borbón. ¿Cómo ha visto usted todo lo que ha pasado este fin de semana?
-Primero, gracias por su felicitación –comienza Anguita-. Es verdad, también para mí ha sido una sorpresa que casi seis millones de españoles introduzcan mi nombre en las urnas. Les aseguro que nunca había obtenido, en mi ya larga experiencia electoral, unos resultados como los de ayer. En cuanto a la victoria de Don Felipe de Borbón sólo les puedo decir que ya lo he felicitado. Es más, casi me alegro de que las cosas hayan sucedido como han sucedido, porque en el fondo a mí me daba miedo la Victoria, y no por el ejercicio del Poder, sino porque físicamente uno ya no está para el desgaste que supone un cargo así. A mis años lo que más feliz me hace es vivir en mi Córdoba natal, entre mis amigos, y poderme dedicar única y exclusivamente a la lectura y a escribir.
– Todo eso son palabras, mi querido Anguita -interrumpe Pedro Jota-, porque lo que nos interesa a nosotros es saber tu opinión sobre el hecho de que un Príncipe que estaba llamado a ser Rey se haya transformado de la noche a la mañana en el primer republicano de España.
-Pues, querido Pedro Jota Ramírez, te lo voy a responder de una manera sincera –habla Julio Anguita- El primer día que oí la noticia de que el Príncipe se presentaba a las elecciones para la Presidencia de la República me lo tomé a chirigota, tal vez por la imagen que el muchacho había dado como Príncipe de Asturias. Luego, cuando leí la gran entrevista que le hizo Raúl del Pozo y que tú publicaste en tu periódico, cambiaron las tornas. Porque allí no sólo había un hombre inteligente sino un republicano convencido. Y eso me hizo meditar e ir cambiando mi primera impresión. Después me estudié detenidamente los puntos del programa que presentaba y volví a cambiar para mejor, ya que curiosamente en algunas cosas coincidíamos plenamente. Por si no fuese bastante esto, la noche del debate de TVE y la larga conversación que tuvimos fuera de los estudios me convencieron de que si las urnas le daban la victoria la III República estaría en buenas manos. Y eso es lo que pienso hoy. ¿Lo tienes claro?
-Ahora le pregunto al profesor Malo de Molina –dijo el presentador- ¿Y a usted, experto en encuestas y elecciones, qué impresión ha sacado de los resultados de ayer? Para mí, todas las empresas dedicadas a este tipo de estudios han fracasado. Especialmente en los resultados para las Cortes Constituyentes.
– Bueno, pues en cierto modo le tengo que dar la razón –habla Malo de Molina-. Lo del Príncipe todavía, pues ya adelanté que los primeros sondeos le estaban siendo favorables y también dije que faltaban tres días para las urnas y que en tres días en una campaña electoral tan corta podían producirse grandes cambios, sobre todo si sucedía algo no previsto. Y eso sucedió. Primero con el mensaje casi póstumo que envió el Rey desde el Hospital y segundo la propia muerte del Monarca. Yo creo que ambas cosas fueron decisivas para el Príncipe, dado la especial idiosincrasia del pueblo español, más emotivo que reflexivo.
(O sea, -interviene Pedro Jota- que el Rey, como el Cid Campeador, ganó su última batalla después de muerto).
– Pues sí, en cierto modo sí. En mi criterio fue un factor decisivo en la gran victoria del Príncipe.
En cuanto al resultado electoral de los Partidos Políticos no tengo más remedio que confesar que los resultados han sido una grandísima sorpresa. Nadie podía imaginar que un partido tan joven como la UPyD diera el salto gigante que ha dado, ni que un partido, como el “PJR”, recién creado y apenas sin tiempo para organizarse saque 31 Diputados. Tampoco podíamos imaginar que un partido histórico como el PSOE se hundiera como se ha hundido, ni que un partido triunfante por mayoría absoluta en las elecciones anteriores, el PP, bajara de una tacada 132 escaños. Sí, es verdad, en este caso hemos fracasado todos.
Pide la palabra Casimiro García Abadillo y dice:
– Querido profesor Malo de Molina, ustedes se han equivocado porque no han estado atentos, o no todo lo necesario, a la campaña electoral que ha hecho Rosa Díez y sus candidatos. En mi criterio la señora Díez ha sido muy astuta, ya que no ha parado de golpear a los grandes partidos donde más les dolía: en su prepotencia y sus aparatos gigantescos, ni en las fuentes que han sido de corrupciones y corruptelas. También en la falta de democracia interna y las luchas por ir en las listas. La Díez, sin embargo, ha sabido montar un Partido con hombres y mujeres políticamente anónimos, pero de gran formación y preparación. Tanto es así que muchos de los candidatos, hoy ya diputados electos, son totalmente desconocidos para las masas. Ese fue vuestro error, no fijaros en que el pueblo español estaba ya cansado de tantos escándalos de corrupción, de luchas con los Barones y de fotos en la prensa.
En cuanto a lo del Príncipe, ídem de ídem. No reparasteis en que el Príncipe y sobre todo Doña Letizia, caen muy bien en la calle y además son conocidos hasta en el último rincón del último pueblo de la geografía española. Y eso a la hora de las urnas es, incluso, más importante que los programas políticos.
– Pues sí, Casimiro, tienes razón y no me duele cantar la palinodia -dice Malo de Molina.
– Hay un tema que al menos a mí me preocupa – habla el presentador-: Cómo se va a guisar eso de la Presidencia Ejecutiva mixta y cómo pueden terminar las relaciones del Presidente de la República con el Presidente del Gobierno. ¿Usted qué opina don Julio?
– Pues, si le digo la verdad a mí ese tema no me preocupa. Es verdad que el Príncipe ha dicho por activa y por pasiva que él no quiere ser una figura decorativa ni un jarrón de quita y pon. Pero creo que hay márgenes suficientes para una cohabitación posible y sin interferencias. Además ésta será una tarea de las Cortes Constituyentes.
Pedro J. Ramírez: Un momento, un momento. Precisamente en este punto es donde yo intuyo que se les va a plantear el primer problema a los Constituyentes. Porque si hasta ahora unas Cortes Constituyentes tenían potestad para hacer una Constitución que saliera de los debates y los consensos, me parece que no va a ser el caso de las de ahora, dado que si la Asamblea Nacional y la Regencia acordaron que los Candidatos y los Partidos Políticos tenían libertad para presentar los programas que quisieran a las elecciones, tanto para la Presidencia como para las Constituyentes, sería el pueblo, al fin y al cabo el propietario de la Soberanía Nacional, quién respaldase los programas con sus votos. En este caso el pueblo ha respaldado el programa del Príncipe Felipe (casi 17 millones) y no hay que olvidar que en ese programa iba como punto fundamental el Derecho de Autodeterminación de los pueblos. También lo llevaba ese punto el candidato Anguita y lo han respaldado casi 6 millones de votos. Lo cual quiere decir que la mayoría del pueblo español está de acuerdo con el Derecho de Autodeterminación. ¿Podrían las Constituyentes –me pregunto- modificar lo que el pueblo ha avalado y hacer desaparecer de la nueva Constitución el Derecho de Autodeterminación?
Julio Anguita: Señor Ramírez, déjeme que le aclare ese punto y esa duda que usted tiene. En primer lugar le recuerdo que los programas no son Leyes y que las leyes las deben hacer los Parlamentos…
Pedro Jota: Sí, sí, pero está el espíritu, que siempre estará por encima de la letra.
Anguita: Bueno sí, pero déjeme que termine. En segundo lugar, le iba a decir, que hay una cosa importante. Son los buenos mecanismos correctores que tiene la Democracia. Verá, el pueblo aprueba un programa, las Cortes hacen la Ley de leyes, pero no olvide usted que incluso aprobada por las Cortes sólo sería un proyecto, dado que antes de ser sancionada tendría que pasar por un Referéndum, en el que el pueblo aprobaría o no la Ley.
Pedro Jota: Amigo mío, y si el pueblo no aprueba el texto que han aprobado las Cortes ¿qué pasa?
Anguita: Pues, pasa que el proyecto vuelve a las Cortes y los Constituyentes tendrían que hacer y proponer otro texto… y si de nuevo el pueblo dijera que no pues habría que ir a otras elecciones generales.
Carlos Cuesta: Cambiando de tercio. ¿Qué le han parecido a usted, Señor Anguita, las primeras declaraciones de Doña Rosa Díez, la ganadora de las elecciones?
Anguita: Pues si son las que he oído por la radio (que no las he visto por escrito) le tengo que decir que no estoy de acuerdo en absoluto. La señora Díez ha dicho que España ha dejado de ser de izquierdas o de derechas (por cierto que esa frase me ha recordado aquella de Azaña cuando dijo que “España ha dejado de ser católica”, y miren como terminó aquello). En España habrá siempre izquierdas y derechas, desgraciadamente porque siempre habrá ricos y pobres y ya se sabe que los unos luchan por salir de la pobreza y otros tratarán siempre de defender sus riquezas. Tampoco estoy de acuerdo en lo que ha dicho de las ideologías. Según ella el pueblo español de hoy ya no tiene ideologías. Tampoco estoy de acuerdo en esto. Porque, incluso aunque fuese verdad, habría que inventarlas. Los pueblos, los hombres, tienen que tener siempre una idea, la que sea, como norte de sus vidas. ¿Qué hubiera sido del cristianismo sin las dos ideas básicas que aquel Dios hecho hombre infundió a sus seguidores: el amor y la igualdad? ¿En qué habría quedado la Revolución Francesa si no hubiese transmitido la idea de los Derechos Humanos? No, no puedo estar de acuerdo con la señora Díez. A los pueblos los mueve más un poeta que cien políticos.
Casimiro García Abadillo: Mire Anguita, eso de los poetas queda muy bonito, pero usted sabe muy bien que el motor de las sociedades modernas es la economía y sí la economía no funciona llegan las crisis y con las crisis no hay poesía que valga.
Anguita: En parte sí y en parte no. Estoy de acuerdo en que la economía de mercados es la clave del mundo capitalista, y estoy de acuerdo en lo de la productividad y la competitividad. Pero, si la economía produce las desigualdades injustas que vemos ante nosotros es porque algo falla. Las escandalosas desigualdades injustas, repito, injustas, no pueden aplaudirse.
García Abadillo: Sí, pero la justicia no es justicia si no es igual para todos los hombres, porque la idea de justicia está basada en la igualdad.
Anguita: Bueno ya veo que ha leído usted los discursos de Castelar, pero a esa afirmación le voy a responder con las palabras de mi paisano Don Juan Valera, con las palabras que me aprendí de memoria hace muchos años: “¡Admirable igualdad la de la justicia, que mientras hace que el Lord de Inglaterra viva espléndidamente en palacios y castillos soberbios, deja morir de hambre al campesino irlandés. La justicia procede, sin embargo, igualmente con uno y con otro, dando a cada uno su derecho. Uno tiene derecho a morirse de hambre y le deja que muera; otro tiene derecho a vivir espléndidamente y le deja que viva. Admirable igualdad!”. Y lo peor es que eso mismo está sucediendo también en nuestro mundo, porque admirable igualdad es la que permite que mientras un Banco tenga unos beneficios de más de 10 mil millones de euros una pobre familia, con todos en el paro, tenga que abandonar su casa porque no puede pagar la hipoteca. No, amigo mío, con esa economía yo no puedo estar de acuerdo. Pero como sé que esa es la ley del capitalismo sólo puedo desear que los Gobiernos busquen mecanismos correctores que eviten esas desigualdades injustas y sangrantes.
Pedro Jota: Señor Anguita, estoy totalmente de acuerdo con usted. Pero, ya que le tenemos aquí no me gustaría que se fuese sin hablar de los Referéndum, vinculantes o no, porque curiosamente también coincidían en esto usted y el Príncipe. ¿Qué es para usted un Referéndum vinculante?.
Anguita: Mire usted amigo Pedro J. Ramírez, si ha leído usted mi programa habrá observado que yo hablo de una Democracia Participativa, lo que quiere decir que yo le doy un valor muy importante a la participación del pueblo, de los pueblos, en los temas que más convengan o más dividan a la Nación. Partiendo de esta piedra angular de la Democracia creo que no bastan unas elecciones cada cuatro años. El pueblo, que es el verdadero soberano, tiene derecho a hablar cuantas veces sea necesario y lo que salga de las urnas tiene que ser vinculante para las Cortes y para los Gobiernos, e incluso para el Jefe del Estado.
Malo de Molina: Sí, estoy de acuerdo. Pero hay un matiz que ustedes no mencionan. El matiz es ¿y quién hace las preguntas que vayan en los referéndums? ¿Las hacen las Cortes, los Gobiernos o el Jefe del Estado? Porque, saben ustedes que en cualquier consulta popular son fundamentales el cómo y el contenido de la pregunta.
Anguita: En eso tiene usted toda la razón y eso habrá que concretarlo en las mismas Cortes Constituyentes.
Pedro Jota: Hay una cosa de la que todavía no hemos hablado y que yo pongo sobre el tapete. Todo lo que venimos diciendo es lógico para el mundo que ha sido, pero les recuerdo que en el mundo de hoy y mucho más en el de mañana los cambios que se están produciendo en la Comunicación vía digital también revolucionarán los métodos, las normas o el juego político conocidos. Tengan en cuenta que una Revolución (como la de Egipto de hace unos años) puede producirse vía teléfono móvil, facebook, Twinter o el iPad. Así que no nos rasguemos las vestiduras por los muchos cambios que se van a producir en la sociedad.
Carlos Cuesta: Eso está bien, pero vamos a aparcarlo de momento. Porque hay un tema que no quiero que se nos escape y por ello me dirijo a nuestro amigo Galiacho. Vamos a ver Don Juan Luis, sabe que ya se está rumoreando que el Rey fallecido ha dejado en su testamento una verdadera fortuna a sus herederos. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Galiacho: En primer lugar, que yo no he tenido en mis manos ni conozco el testamento. En segundo lugar le quiero decir que me he pasado años tratando de investigar el patrimonio total del Rey y nunca pude llegar hasta el final. Entre otras cosas porque hasta el mismísimo Registro de la Propiedad actúa de filtro censor y deniega cualquier tipo de información. Pero sí sabemos que en la última valoración oficial de la revista “Forbes” se le asignaba al Rey Juan Carlos una fortuna de 1.790 millones de euros y que la Familia Real ocupaba el sexto lugar de los monarcas más ricos de Europa y el puesto 134 entre los más ricos del planeta. Es verdad que al Rey de España no se le conocía oficialmente ninguna otra empresa que no fuera la Jefatura del Estado y se sabe que los presupuestos generales del Estado le asignaban una cantidad superior a los 10 millones anuales, y esto basado en el artículo 65 de la Constitución que hacía mención expresa a que “el Rey recibe de los presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y su Casa, “y distribuye libremente la misma”. Esto hace que la Familia Real no estuviese obligada a comunicar sus gastos a la ciudadanía. O más claro, que de esa cantidad el Rey podía ahorrar lo que quisiera. También se sabe que la Familia tiene propiedades en los Pirineos y en Sierra Nevada o que algunos de sus miembros figuran como accionistas en varias multinacionales. Y eso que no se sabe con exactitud los regalos que recibió a lo largo de sus 40 años de reinado, especialmente las joyas de la automoción que le regalaron empresas como Audi, Mercedes o Porche. En resumen que la familia ha podido heredar, ciertamente, una gran fortuna.
Casimiro García Abadillo: Creo que te olvidas, querido Galiacho, de algo importante: los amigos. Porque sabéis todo lo que se ha escrito y se escribió sobre sus relaciones económicas con Prado Colón de Carvajal, con de la Rosa, Mario Conde o con el Príncipe Fartuck. Por cierto, que no habéis dicho nada del “PJR”, el partido que se creó a la carrera para presentar al Príncipe a las elecciones. Hay cosas curiosas que ya se conocen. Por ejemplo, la personalidad de sus directivos y las relaciones con el Príncipe Don Felipe. Veamos: Antonio María de Urquijo, el Presidente del partido, es un asturiano nacido en Luarca e hijo de una familia económicamente fuerte, que fue compañero de estudios de Don Felipe en la Universidad de Georgetown (Washington) y que posteriormente se hizo amigo de la asturiana Letizia Ortiz, incluso antes de que ésta conociera al Príncipe. Urquijo se doctoró en Derecho Constitucional y hoy es Catedrático de esa asignatura en la Universidad de Salamanca. Se sabe que durante un tiempo trabajó en el Fondo Monetario Internacional, donde se familiarizó con el mundo de las finanzas y al parecer logró hacer una pequeña fortuna. Tiene la misma edad que Don Felipe. Felipe Sahagún y López de Mendoza es un aristócrata (su padre fue conde de Gandesa y el título lo heredó su hermano mayor) que ha dedicado toda su vida al estudio de la historia greco-romana. Tiene 56 años y hoy es catedrático en la Universidad de Valencia. De él se sabe que es un apasionado de los deportes de invierno y al parecer conoció y se hizo amigo de los príncipes en Baqueira-Beret. Tomás Campuzano López es un andaluz, nacido en Sevilla, que se doctoró en medicina en la Universidad de Harvard y trabajó para la N.A.S.A hasta su regreso a España en 2014. Es uno de los grandes especialistas del mundo en Medicina Espacial. Actualmente es catedrático de la Universitat de les Illes Balears. Y fue en Palma de Mallorca donde hizo amistad con el Príncipe y toda la Familia Real. Era uno de los asiduos al Palacio de Marivent. Antonio Albornoz Sánchez, otro médico, nació en Madrid y se doctoró en la Sorbona de París, ciudad en la que ha vivido durante muchos años. Actualmente es director del Departamento de Cirugía Cerebral en el Hospital “Gregorio Marañón” de Madrid. Conoció al Príncipe Don Felipe en sus años de estudiante en la Ciudad Universitaria. Bartolomé Mostaza, pariente del periodista de su mismo nombre, es un arquitecto superconocido por su fantasía creativa. De su estudio han salido proyectos tan importantes como el edificio de las Tres Culturas de México capital y fue allí en México donde conoció y se hizo amigo de la Princesa Doña Letizia. Hombre de gran fortuna personal.
Carlos Cuesta: Bien, señores, se nos quedan en el tintero muchas cosas, entre otras el tema de las banderas. Me hubiera gustado saber la opinión de los aquí presentes sobre la decisión de la Regencia de establecer como Bandera del Estado la tricolor, que tendrá que ser la que figure en lo más alto de todos los centros y las instituciones del Estado, incluso en los Organismos Internacionales, sin embargo deja libertad a los monárquicos o cualquier otro español para utilizar la bandera bicolor…
Pedro Jota: Pues a mí me parece perfecto. Sería un disparate haber caído otra vez, como antaño, en una absurda guerra de banderas.
Carlos Cuesta: Bueno lo dicho. Pero me comunican que ya ha llegado a Barajas el avión que trae los restos mortales del Rey y a la familia. Así que nos vamos para ver en directo lo que sucede en el aeropuerto. Muchas gracias a todos.
Y ciertamente a las 12 en punto aterrizó en Barajas el avión procedente de Ginebra que traía los restos mortales del Rey Juan Carlos y su familia. Todo según lo previsto. Todo menos una cosa, que el aeropuerto estaba abarrotado (¡más de 10.000 personas!) de madrileños que habían acudido como en las grandes ocasiones. Allí estaban también el Presidente de Gobierno en funciones, Don Mariano Rajoy, con algunos de sus ministros y la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y la Alcaldesa Ana Botella.
Y así, en loor de multitudes, transitó la caravana de motos y coches por las calles de Madrid hasta llegar al Palacio de Oriente, donde sería instalada la capilla ardiente en el Salón de las Columnas. La Familia Real se trasladó directamente al Palacio de la Zarzuela.
A las 6 de la tarde se abrieron las puertas del Palacio y comenzaron a entrar los primeros madrileños que ya hacían cola a las puertas del mismo. Y aquello fue una verdadera peregrinación, porque en las 48 horas que el Gobierno había aprobado de exposición del féretro se calcula que pasaron más de medio millón de personas. Hubo momentos que las colas llegaban por un lado hasta la Puerta del Sol, por otro hasta el Puente de Segovia y por otro hasta la Antigua Estación del Norte.
Pero, cuando la Plaza de Oriente se llenó, como los viejos tiempos de Franco, fue cuando a las 12 de la mañana del martes día 16 el Arzobispo de Madrid-Alcalá, el cardenal Rouco, y 30 obispos más iniciaron los actos religiosos de costumbre entre los católicos. Rouco pronunció una homilía resaltando los dones humanos y personales del fallecido, que provocaron más de una lágrima.
Sin embargo, cuando el casi millón de personas que abarrotaban la Plaza comenzó a aplaudir fue cuando hicieron acto de presencia en el balcón principal del Palacio, el que da a la calle Bailén, los Príncipes Don Felipe y Doña Letizia y la que había sido hasta la abdicación Reina de España. La triste Doña Sofía, que vestía de negro riguroso no pudo evitar emocionarse y hasta derramar abundantes lágrimas.
Pero, fue cuando el Príncipe saludó brazo en alto cuando de aquellas gargantas salió como un grito unánime que resonó en toda la capital: ¡VIVA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA!
El entierro fue algo indescriptible (tanto que muchos recordaron el masivo entierro de Franco y el fastuoso entierro del alcalde Tierno Galván, cuando sus restos fueron trasladados en una carroza fúnebre con 6 caballos negros, desde la Casa de la Villa hasta Cibeles). Porque abriendo camino iba un escuadrón a caballo de la Guardia Municipal; rodeando el camión donde se había colocado el féretro iba la guardia real y cerrando la comitiva iba una compañía de la Guardia Civil con uniforme de gala. Así hasta el Arco del Triunfo que abre la autovía de la Coruña. Las calles y los balcones del recorrido eran un hormiguero y una lluvia de flores.
El Rey fue enterrado en el Panteón de los Reyes del monasterio de El Escorial, donde reposan los restos de sus antepasados. También el pueblo del San Lorenzo del Escorial estaba que no cabía una aguja.
Ciertamente fue un entierro de Jefe de Estado.
A las 8 de la tarde del día siguiente llegó a las redacciones de todos los medios de comunicación un comunicado en el que se decía:
“Los partidos UPyD y “PJR” han acordado hoy, tras una sesión de trabajo de las directivas de ambos, firmar un acuerdo de Legislatura y Gobierno para los próximos 4 años. Sin embargo, UPyD y PJR mantendrán sus grupos parlamentarios independientes”.
(El comunicado iba firmado por Rosa Díez como presidenta y Antonio María de Urquijo, presidente de PJR).
Fue el tema de las tertulias de esa noche, porque todos interpretaron que de ahí saldría el nuevo Gobierno de España, ya que entre ambos partidos sumaban 177 escaños, lo que era la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.
El viernes 19, y durante el desayuno, Don Felipe le soltó de pronto a Doña Letizia la idea que había tenido:
-
Leti, he pensado una cosa. Hoy mismo nos vamos a Córdoba a pasar el fin de semana.
-
¿Y eso? ¿Y por qué a Córdoba?
-
Pues, por varias razones. 1) Porque llevamos tres meses sin respirar, entre el hospital, la muerte de mi padre, el Referéndum, las elecciones, los debates, las entrevistas, no hemos tenido tiempo de nada. 2) Porque anoche me habló Tomás (se refiere al amigo de ambos y miembro fundador del “PJR” Tomás Campuzano) de la casa que se construyó en la Sierra de Córdoba y que, por lo que ha contado, es el lugar idóneo para desaparecer unos días. Y 3) Porque le prometí a Julio Anguita que iríamos en cuanto tuviese un hueco y le quiero dar una sorpresa. Sabes que ese hombre me interesa.
Doña Letizia: Bueno, me parece bien. Pero, con dos condiciones. 1) Nada de política ni de oficialidades y 2) que nos llevamos con nosotros a los amigos periodistas que nos ayudaron en la campaña. Les prometí que un día les invitaríamos a comer a todos juntos y este viaje les puede agradar.
Don Felipe: Bien, vale. Pero, entonces hay que ponerse a trabajar ya. Me gustaría dormir esta noche en Córdoba.
Y así fue. Porque a las 7 de la tarde el grupo se bajaba del AVE en la estación de Córdoba y a las 10 ya estaban cenando en “Casa Dorada”, que así se llamaba la mansión del médico (¡joder, macho, esto no es un chalé, esto es un palacio de mármol! –dijo el Príncipe, asombrado por la belleza del edificio y su entorno).
El grupo lo integraban los Príncipes, Don Felipe y Doña Letizia; Tomás Campuzano, el dueño de la casa; Bartolomé Mostaza, el arquitecto y los periodistas José María Carrascal, Pedro Erquicia, Juan Luis Galiacho, Isabel San Sebastián y Carmen Rigalt. Poco antes de la cena se incorporaron Julio Anguita y su mujer.
(Naturalmente también estaban allí los miembros de la seguridad, pues aunque los Príncipes habían querido que fuese un viaje personal y de incógnito el Jefe de Seguridad no se lo habían permitido, dado que ya era el personaje más importante del Estado).
Antes de sentarse a la mesa el dueño y el arquitecto les fueron mostrando la casa, de la que quedaron prendados todos. Ya sentados, y a preguntas de Don Felipe, el arquitecto tomó la palabra y fue explicando por qué se le había ocurrido hacer una mansión romana.
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Cuando Tomás me encargó que le proyectara la casa que quería hacerse en esta sierra de Córdoba me vine unos días y me estuve repasando la arquitectura de la ciudad. Y llegué a una conclusión: en Córdoba hay mucho árabe y poco romano. Así que decidí construir una casa de estilo romano y para ello me puse a estudiar historias y planos de las casas de los poderosos de Roma. En esa búsqueda tuve la suerte de encontrar un relato que describía con lujo de detalles la mansión de los Sénecas a orillas del Alto Tiber y ya no lo dudé. Esta casa es una copia de la casa de Séneca.
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Pues, bien que vivía el filósofo cordobés –dijo el Príncipe.
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No lo sabes tú bien. Aquello eran verdaderos palacios. Con dos curiosidades, que todas las edificaciones eran de planta única, aunque con ligeras diferencias de altura que se resolvían con varios escalones y que quedaban como si fuesen separados. La otra es que aparte de los cimientos y la obra propiamente dicha todos los salones y todas las habitaciones iban recubiertas de mármol y no todos del mismo color. Se empleaban mármoles blancos, mármoles negros y mármoles rosados. También eran muy dados a llenar cualquier rincón o los centros de los distintos estanques con estatuas de piedra. En cuanto al entorno, y mañana lo podréis ver, era todo como un jardín botánico en el que dominaban las hortensias, de todos los colores, los rosales, los laureles, los jazmines y gran cantidad de cipreses. Pero eso era el edificio principal y su más inmediato entorno, que ocupaban unos 3.000 metros cuadrados. Más allá de la parte edificada y los jardines estaban los terrenos que correspondían a la finca del propietario. Las de los Séneca era de unas 50 hectáreas. En este caso, y dada la afición de Séneca por la viticultura, casi todo el terreno lo ocupaban grandes viñedos y algunos olivos (Séneca no olvidó nunca sus campos de la campiña cordobesa).
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Bueno, no nos asombres más –dijo Doña Letizia- Te aseguro que si algún día nos hacemos una casa nuestra, nuestra serás tú el arquitecto.
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Está bien. Y tú, mi querido Anguita ¿qué opinas de tu Córdoba?
Anguita: Felipe, me estás pidiendo que introduzca el mar en la botella de San Agustín. Córdoba es grandiosa, no tanto los cordobeses. Es verdad que los árabes se dejaron notar más que los romanos. Aunque no hay que olvidar que también los judíos y los cristianos dejaron su impronta en la arquitectura de la ciudad. Y no sólo en la arquitectura, sino también en todas las ramas del saber. Pues hay que tener presente que cordobeses fueron Séneca, Osio, Averroes y Maimónides, por citarte algunos de los que yo me conozco mejor.
Carrascal: Oye, Julio ¿es cierto eso que se cuenta de Osio en el Concilio de Nicea?
Anguita: ¿Te refieres a lo de “Homoousion”?
Carrascal: Sí, a eso me refiero.
Anguita: Bueno, ya sabes que en Nicea se enfrentaba la ortodoxia cristiana con el arrianismo y que la batalla central se planteó entre dos versiones distintas de la divinidad de Cristo. Mientras que para los arrianos Cristo sólo era semejante al Padre (es decir “Homo i ousion”) y por tanto era como un segundo Dios, para los cristianos, y en este caso encabezados por el Obispo de Córdoba, Cristo era consubstancial con el Padre (es decir “Homoousion”), o sea dos personas y un solo Dios. Al final Osio ganó la batalla y salvó el Cristianismo.
Después se siguió hablando de los otros personajes grandes de Córdoba y los venidos de Madrid pudieron comprobar que Anguita era más profesor de historia que político, porque parecía un maestro dando clase a sus alumnos.
A la mañana siguiente el grupo visitó las ermitas de Córdoba y Medina Azahara. Pero, a las dos de la tarde ya estaban todos sentados en el comedor de “El Sótano”, el bar donde solía hacer sus tertulias el cordobés Anguita. Naturalmente antes de entrar recorrieron la Plaza de la Corredera y las callejuelas de los alrededores. En este caso Anguita se había permitido llegar acompañado de tres buenos amigos: Paco Luis Córdoba, el director de “Diario Córdoba”, Rosa Luque y Antonio Pérez Oteros.
El menú de la comida lo había diseñado el propio Anguita y consistió en unos entremeses a base de jamón pata negra y chorizos de Castro del Río apenas pasados por la sartén; de primer plato se sirvió el clásico salmorejo cordobés y de segundo, ¡cómo no! Rabo de toro. El postre fue pastel cordobés de cabello de ángel.
Y no hay que decir que la comida estuvo regada por vinos de la tierra y sembrada de filosofías, letras, arte, periodismo y futuro (no político, que allí estaba prohibido hablar de política).
Nada más terminar el postre el grupo se salió a la terraza a tomar el café y la copa, el que la quisiera. Y ello porque los fumadores estaban ya al borde de un ataque de nervios (y eso que ya había sido derogada la absurda Ley del Tabaco que habían impuesto los socialistas años atrás), pues por respeto a las señoras y especialmente a la embarazada Princesa hasta la empedernida fumadora Carmen Rigalt se había dejado los pitillos en el bolso. Por la noche todo el grupo visitó la Mezquita para verla iluminada, con Julio Anguita como cicerone (¡y eso era un lujo!), después recorrieron las callejuelas del barrio de la judería. Y eran ya casi las dos de la madrugada cuando se separó el grupo.
A la mañana siguiente, y por deseo expreso de Doña Letizia visitaron la yeguada “Almanzor”, situada en el término de Alcolea y a orillas del Guadalquivir. Porque la Princesa había tenido un antojo y quería que el Príncipe le regalase una yegua cordobesa. Y así fue. En cuanto empezaron a ver caballos se quedó prendada de una yegua negro azabache a la que llamaban “Zulima”.
Pero a las tres de la tarde ya estaban otra vez en “Casa Dorada”, donde el dueño, Tomás Campuzano, les había montado un “Perol” impresionante (y ya se sabe lo que es un perol en Córdoba).
Y así siguió el programa y así pasaron el sábado y la mañana del domingo.
Sólo resaltar que en un momento el Príncipe hizo un aparte con Anguita y de sopetón le dijo:
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Sabes, que además de turismo, a Córdoba me ha traído una idea que bulle en mi cabeza.
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Tú dirás.
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Julio, quiero que seas mi asesor mientras dure mi mandato.
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¿Yo asesor tuyo? Tú estás loco.
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No, no estoy loco. Tú sabes también o mejor que yo que al Poder se acercan de inmediato todos los serviles de la política y yo necesito a mi lado alguien que me diga siempre las verdades del barquero.
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Podría ser, pero de entrada, y tú lo acabas de decir, tengo que decirte que Anguita sería un asesor incómodo. Porque jamás diré nada con lo que no esté de acuerdo y eso a la postre resulta incómodo.
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Pues, precisamente eso es lo que quiero de ti.
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Vale, pero con dos condiciones: 1, que yo no cobraré nunca nada y 2, que seguiré viviendo en Córdoba, salvo que se te presente o se nos presente, un problema grave para España. También te alerto que yo soy enemigo frontal de las guerras, de cualquier guerra, y dejaría de asesorarte e incluso de hablarte si alguna vez aceptas que España entre en una guerra.
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De acuerdo. Eso es lo que yo quería de ti. Así que en cuanto tome posesión y se formalice el nuevo Gobierno te llamaré y hablamos.
A las cinco de la tarde el grupo se bajaba del AVE en la estación de Atocha de Madrid.
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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