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Dos días después de la entrevista del Coronel Ibáñez Inglés con el General Armada Comyn, en el despacho de Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército -cargo que ya el General desempeñaba-, el Teniente Coronel Tejero recibe una llamada de la III Región Militar en la que se le habla de la ocupación del Congreso, barajándose la fecha del 20 de febrero para llevarla a cabo, alegando el Teniente Coronel Tejero Molina que no podría efectuarse dicho servicio en tal fecha por los permisos que se conceden a la fuerza los fines de semana.

Firme en la convicción a la que había llegado en la reunión del 18 de enero en la calle del General Cabrera, de Madrid, acerca de que la llamada «Operación Armada» era dirigida tácticamente por el Teniente General Milans del Bosch y conocida y respaldada por S. M. el Rey; y dándose cuenta de la premura con que se le exigía montar el servicio que, como Teniente Coronel operativo se le había encomendado, el Teniente Coronel Tejero Molina toma contacto, el 19 o 20 de febrero, con el capitán de la Guardia Civil Don Vicente Gómez Iglesias, perteneciente a la Guardia Civil y en esos momentos adscrito al CESID (Centro Superior de Información para la Defensa), a quien el teniente Coronel Tejero Molina conocía por haberle tenido a sus órdenes en la Comandancia de San Sebastián y con el que había trabado una sincera amistad.

El Teniente Coronel Tejero Molina relata al Capitán Gómez Iglesias el servicio que se iba a montar y recaba su ayuda para la obtención de vehículos y radioteléfonos.

EL Capitán Gómez Iglesias informa a su superior en el CESID, el Comandante Cortina Prieto, del contenido de su entrevista con el Teniente Coronel Tejero Molina y traslada a éste el deseo del Comandante Cortina Prieto de mantener con él una entrevista personal, concertándose la cita a la que el Capitán Iglesias acompaña al Teniente Coronel Tejero Molina.

Cuando el Capitán Gómez Iglesias fue a la calle Sotomayor núm. 13 de Madrid para recoger al Teniente Coronel Tejero Molina y acompañarle a la cita con el comandante Cortina Prieto se produjo el encuentro con el Capitán de la Guardia Civil don Rodolfo García Mochales, domiciliado también en el número 13 de la calle Sotomayor.

El capitán García Mochales, en manifestación hecha ante el Notario del Ilustre Colegio de Madrid, don Fernando Monet y Antón, con número de protocolo 586, correspondiente al 8 de marzo de 1982 (Documento que se ha adjuntado al Excmo. Tribunal) señala que sobre las 21 horas y cuarenta minutos y las 22 horas, se encontró en la puerta de la casa con el Capitán Gómez Iglesias y en el momento en que se saludaban bajó el Teniente Coronel Tejero a quien saludó también el Capitán Mochales, despidiéndose acto seguido, dirigiéndose el Capitán García Mochales al interior del edificio mientras que el Teniente Coronel Tejero y el Capitán Gómez Iglesias marchaban juntos a la calle.

La entrevista con Cortina en el Parque de las Avenidas

La entrevista entre el Teniente Coronel Tejero Molina y el Comandante Cortina tuvo lugar en el domicilio de los padres de éste, que también es el suyo, asistiendo a la misma, aunque sin tener intervención alguna, el Capitán Gómez Iglesias. En principio proyectaron mantener la entrevista en un establecimiento público pero, encontrándolo cerrado por la hora, se dirigieron al piso del Comandante Cortina Prieto, en la calle Biarritz núm. 3, del Parque de las Avenidas.

El Comandante Cortina Prieto informó al Teniente Coronel Tejero que pertenecía al «staff» del General Armada Comyn; refiriéndose a la Operación proyectada, dijo que el mando era bicéfalo pero que la cabeza de águila más gorda era la del General Armada. A través de las manifestaciones del Comandante Cortina Prieto, supo el Teniente Coronel Tejero Molina que estaba ante quien conocía perfectamente la operación. Indicó al Teniente Coronel Tejero Molina el Comandante Cortina Prieto que después de la toma del Congreso llegaría una autoridad militar que hablaría a los Diputados y que, incluso, se levantaría el portavoz de un grupo parlamentario para acallar a los demás, aceptando lo que por tal autoridad militar se propusiera, incluso por los socialistas que veían también la necesidad -según lo manifestado por el Comandante Cortina Prieto al Teniente Coronel Tejero Molina- de que se efectuara un «golpe de timón». La autoridad militar, según el comandante Cortina Prieto, llegaría unas dos horas después de ser tomado el Congreso.

Aseguró el Comandante Prieto al Teniente Coronel Tejero Molina que ya había Decretos y Leyes firmados para entrar en vigor una vez que la autoridad militar se hubiera personado en el Congreso, señalando que el Teniente Coronel Tejero tenía que entrevistarse con el General Armada antes de la realización del servicio, indicando que éste debería realizarse el lunes, 23 de febrero, cuando se estuviera desarrollando la sesión de investidura del Presidente Calvo-Sotelo.

Para el Teniente Coronel Tejero, las explicaciones del Comandante Cortina Prieto suponían un afianzamiento más de que se trataba de una «Operación nacional», ya que el Comandante mandaba la Agrupación Operativa de Misiones Especiales del CESID.

Tras su entrevista con el Comandante Cortina Prieto, el Teniente Coronel Tejero Molina comunica telefónicamente con Valencia para informar al Teniente Milans del Bosch y comunicarle que, de acuerdo con las manifestaciones del Comandante, la operación del Congreso debería realizarse el día 23 de febrero y que en ese mismo día 21 de febrero debe entrevistarse con el General Armada.

El Teniente General Milans del Bosch indica al Teniente Coronel Tejero que debe obedecer al General Armada y, por su parte, se pone en contacto telefónico con éste, es decir, con el General Armada para preguntarle sobre la fiabilidad del Comandante Cortina Prieto y para facilitarle el número de teléfono de un estudio particular del Coronel Ibáñez Inglés en Valencia.

Aquel mismo día, sobre las tres de la tarde, el General Armada informa telefónicamente al Teniente General Milans del Bosch de que el Comandante Cortina Prieto era hombre de confianza.

A través del Capitán Gómez Iglesias el Comandante Cortina Prieto cita al Teniente Coronel Tejero a las ocho de la tarde de aquel mismo 21 de febrero, en la Cafetería del Hotel Cuzco, para llevarle después a la reunión con el General Armada. Aunque un poco retrasado, el Teniente Coronel Tejero llega a la cafetería indicada y, acompañado por el Comandante Cortina Prieto, se traslada a una calle próxima a la cafetería, la del Pintor Juan Gris, número 3 o 5 -extremo éste de difícil precisión por la deficiente iluminación de la vía pública- en uno de cuyos pisos tiene lugar la entrevista con el General Armada Comyn. 

La entrevista con Armada en la calle Juan Gris

Recibido en el piso por el propio General Armada, tiene lugar la entrevista a solas entre ambos. El General explicó al Teniente Coronel Tejero Molina que, efectivamente, se trataba de una «Operación nacional», apoyada por Su Majestad el Rey, haciendo hincapié en que la toma del Congreso había de ser incruenta, teniendo que hacer la entrada en nombre de Su Majestad el Rey y el grito de ¡Viva el Rey! y ¡Viva España! Preguntó el General Armada Comyn sobre los preparativos del servicio y si tenía estudiado el Teniente Coronel Tejero hasta el último detalle, respondiendo éste que así era y que sobre las seis y cuarto o seis y media estaría en el Congreso, a lo que respondió el General Armada que debía ser sobre las seis y diez. Insistió el General Armada Comyn sobre la entrada en el Congreso a las órdenes de S. M. el Rey y en que Su Majestad estaba convencido de la necesidad de esta acción y que la apoyaba y que él estaría a partir de la ocupación del Congreso en el Palacio de la Zarzuela, junto al Rey.

Varias veces repitió el General Armada Comyn al Teniente Coronel Tejero en aquella entrevista de la calle Pintor Juan Gris que la operación del Congreso era a favor de España, de la Corona y de la democracia, indicándole que para todas las cuestiones tácticas se enlazara siempre con el Teniente General Milans del Bosch, por lo que el Teniente Coronel Tejero se reafirmó en la creencia de que el Teniente General Milans del Bosch era la cabeza táctica del águila y el General Armada Comyn la cabeza política de ese águila bicéfala, es decir, que era el General Armada Comyn la plana mayor del Rey destacada en la Operación.

Antes de finalizar la reunión, el General Armada Comyn informó al Teniente Coronel Tejero de que la contraseña «Duque de Ahumada» sería la que daría la autoridad militar a quien se le facilitaría el acceso al hemiciclo para dirigirse a los diputados. Terminada la reunión que habían mantenido en solitario el General Armada Comyn y el Teniente Coronel Tejero Molina, regresó el Comandante Cortina para acompañar al portal de la calle, al Teniente Coronel Tejero Molina.

Durante todo el día 21 y 22 se realizaron varias llamadas telefónicas entre el Teniente General Milans del Bosch y el General Armada Comyn. En una de estas llamadas, en la mañana del domingo día 22, después de haberle concretado los últimos detalles al Teniente Coronel Tejero, el General Armada comunica al Teniente General Milans del Bosch que la operación se realizaba y que volvería a llamarle.

A la vista de los acontecimientos, el Teniente General Milans del Bosch avisó, por medio de su Ayudante, el Teniente Coronel Mas Oliver, al Comandante de Infantería don Ricardo Pardo Zancada, destinado en el Estado Mayor de la División Acorazada Brunete núm. 1, de Madrid, para que se trasladara a Valencia el mismo día 22 de febrero, a primeras horas de la tarde, a fin de entrevistarse con él. El Teniente Coronel Mas Oliver indicó también al Comandante Pardo Zancada, por encargo del General, que le diera cuenta del viaje al Coronel Jefe del Estado Mayor de la División, Coronel San Martín López.

Así lo hace el Comandante Pardo Zancada, indicándole el Coronel San Martín López que le informe a su regreso. Se traslada el Comandante Pardo a Valencia en su coche particular, llegando sobre las quince horas del domingo 22 de febrero, trasladándose directamente a Capitanía General donde fue recibido, primero por el Teniente Coronel Mas Oliver y posteriormente por el propio Teniente General Milans del Bosch. 

El General Milans informa al Comandante Pardo Zancada

 

El Teniente General Milans del Bosch informa al Comandante Pardo Zancada de la Operación que se prepara, que el Teniente Coronel Tejero ocupará el Congreso de los Diputados en la tarde del día siguiente, lunes 23, durante la sesión de investidura del Presidente Calvo-Sotelo. Le informa también de que en el momento de producirse la ocupación, que será conocida por televisión y por radio, él, el Teniente General Milans del Bosch, declarará el estado de sitio en Valencia, comunicando la decisión al resto de los Capitanes Generales para que adopten las medidas que estimen convenientes.

El Teniente General Milans del Bosch indicó al Comandante Pardo Zancada que era vital el apoyo de la División Acorazada Brunete núm. 1 de Madrid que podría, entre otras misiones, controlar inicialmente Televisión Española, Radio Nacional y otras emisoras, así como cualquier otra acción que fuera aconsejable.

Supo el Comandante Pardo Zancada por la información dada por el Teniente General Milans del Bosch que el General Armada sería Presidente del Gobierno y él Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Terminada la exposición sobre los hechos que iban a tener lugar al día siguiente, el Teniente General Milans del Bosch dijo al Comandante Pardo Zancada que iban a trasladarse al despacho particular del Coronel Ibáñez Inglés donde recibiría una llamada telefónica del General Armada Comyn.

Efectivamente la llamada se produjo y como ha manifestado reiteradamente el Comandante Pardo Zancada, tanto en la declaración de sumario corno en el careo de plenario con el General Armada Comyn, como incluso ante esta Excma. Sala, tuvo y tiene la plena convicción de que era el General Armada Comyn la persona con la que hablaba telefónicamente el Teniente General Milans del Bosch, tratando ambos de aspectos relacionados con la Operación de que le había puesto en antecedentes el Teniente General.

El Teniente General Milans del Bosch encargó finalmente al Comandante Pardo Zancada que avisara telefónicamente al General Torres Rojas, anterior Jefe de la DAC para que, por orden del General Armada, estuviera en la División en la tarde del día 23.

En su propio vehículo regresó aquel mismo día a Madrid el Comandante Pardo Zancada, llegando sobre las 23 horas y 15 minutos y trasladándose al domicilio particular del Coronel San Martín López, a quien informó puntualmente de todo lo ocurrido en Valencia y cuanto le había dicho el Teniente General Milans del Bosch.

A las 9,30 de la mañana del día 23 de febrero, el Capitán General de la III Región Militar, Teniente General Milans del Bosch, encarga al Coronel Ibáñez Inglés que redacte un Bando, para el que el propio Teniente General ha preparado el encabezamiento y el final, explicándole al Coronel Ibáñez Inglés los principales conceptos que deben ser recogidos. El Capitán General indica también al Segundo Jefe de su Estado Mayor, el citado Coronel Ibáñez, que será preciso acuartelar la Fuerzas, informando el Coronel que ha ordenado ya el ejercicio «Alerta Roja».

Sobre las 10,20 de la mañana, el Teniente General Milans del Bosch convoca a reunión a todo el Estado Mayor para informarles de que ante los graves hechos que aquella tarde van a producirse en Madrid, debe tomar una decisión cuya responsabilidad asume por completo, sin facilitarles detalle alguno sobre los hechos cuya naturaleza calificaba de grave el Teniente General, para evitar -según sus manifestaciones- tener que compartir la responsabilidad. Sí explicó, sin embargo, el Teniente General Milans del Bosch que se trataría de un movimiento que había que reconducir, señalando que, según le había informado el General Armada Comyn, S. M. el Rey conocía y respaldaba la Operación, que había de ser reconducida, y que el propio General Armada Comyn sería Presidente de un Gobierno de inminente constitución.

Seguidamente, el Teniente General Milans del Bosch, siempre en la mañana del día 23 de febrero, ordenó al Coronel Ibáñez Inglés la lectura del Bando que había sido preparado y que figura en los folios 124 y 125 de la Causa y, sin que ninguno de los presentes hiciera objeción alguna a su contenido, se prepararon los correspondientes documentos para las autoridades militares de la Región. A partir de aquel momento, la Capitanía General quedó a la espera de tener noticias de la ocupación del Congreso por el Teniente Coronel Tejero Molina y las fuerzas de la Guardia Civil.

El día 23 de febrero de 1981, sin poseer aún ninguna fuerza, visitó el Teniente Coronel Tejero Molina al Coronel que mandaba en el Parque de Automovilismo de la Guardia Civil, don Miguel Manchado García, para que le facilitara seis conductores que tendrían que dirigirse a Fuenlabrada para recoger unos autobuses particulares. Autobuses que no se han utilizado para ningún servicio del Congreso, por haber sido transportada la fuerza en autobuses de la Guardia Civil.

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Sobre las 14,30 visita nuevamente el Teniente Coronel Tejero Molina al Coronel Manchado García, estando presente el Capitán de la Guardia Civil Abad Gutiérrez, al que la noche anterior el Teniente Coronel Tejero Molina había informado ya, brevemente, del servicio que se le habían encomendado. En la conversación que sostuvieron en el despacho del Coronel Manchado García, surgieron dudas por parte de éste y del Capitán Abad Gutiérrez, sobre la premura y algunos extremos más relacionados con el servicio a realizar.

Tanto el Coronel Manchado García como el Capitán Abad Gutiérrez conocían la situación del Teniente Coronel Tejero Molina de disponible, agregado a la Dirección General de la Guardia Civil, pero había matices y aclaraciones respecto al servicio concreto a realizar que deseaban aclarar. En el transcurso de esta conversación, entró en el despacho del Coronel Manchado García el Capitán de la Guardia Civil don Vicente Gómez Iglesias que, si bien estaba destinado en el CESID, como anteriormente se ha dicho, realizaba en estas fechas un curso de tráfico.

El Capitán Gómez Iglesias vestía de paisano y el Teniente Coronel Tejero Molina hizo la presentación, del citado Capitán, al Coronel Manchado García y al también Capitán Abad Gutiérrez, indicando la adscripción del Capitán Gómez Iglesias al CESID y añadiendo que precisamente el Capitán había asistido a su conversación con el Comandante Cortina Prieto y podía confirmar la veracidad de la Operación encomendada, de la que estaban tratando.

Confirmó en todos sus extremos el Capitán Gómez Iglesias lo dicho por el Teniente Coronel Tejero Molina con lo que tanto el Coronel Manchado García como el Capitán Abad Gutiérrez tuvieron la firme convicción de que el Teniente General Milans del Bosch y el General Armada dirigían la Operación, conocida, respaldada y querida por S. M. el Rey.

Desde aquel mismo momento, el Teniente Coronel Tejero Molina comenzó a improvisar una fuerza compuesta por Oficiales y guardias, entre ellos a Oficiales que estaban realizando un curso en la Academia de Tráfico de la Guardia Civil, como los Capitanes don Carlos Lázaro Corthay, don Enrique Bobis González y don Juan Pérez de la Lastra, a quienes de una manera muy rápida, les dijo que se estaba organizando una fuerza improvisada para llevar a cabo una Operación de gran magnitud encargada por altas magistraturas de la Nación, y que precisaba Oficiales para salir con la tropa. 

Las dificultades de Tejero

 

Dada la dificultad de la recluta de fuerzas y ante el temor de que la Operación encargada por las altas magistraturas y, directamente, por los Generales Milans del Bosch y Armada, no pudiera llevarse a efecto con la precisión necesaria, el Teniente Coronel Tejero Molina llamó por teléfono al Capitán de la Guardia Civil don Jesús Muñecas Aguilar, de la Primera Comandancia Móvil de Valdemoro. En la llamada que tuvo lugar sobre las 17 horas del mismo 23 de febrero, dijo el Teniente Coronel Tejero al Capitán Muñecas que tenía problemas en las Cortes y que, con el personal de que pudiera disponer, se dirigiera al Congreso de los Diputados, añadiendo que se trataba de una Operación de gran magnitud, cuya orden había sido dada por la superioridad.

Sobre las cinco menos diez de aquella misma tarde del 23 de febrero, mientras el Teniente Coronel Tejero Molina seguía en la Operación de reclutar Oficiales y guardias para trasladarse al Congreso a cumplir las órdenes recibidas de la Superioridad, a través de los Generales Milans del Bosch y Armada, en la División Acorazada de «Brunete núm. 1», de El Pardo, el Comandante de Estado Mayor, don Ricardo Pardo Zancada, en el despacho del General Jefe de la División, en presencia de éste, de su Estado Mayor y mandos de la DAC, exponía la información que, el día anterior, le había dado en Valencia el Teniente General Milans del Bosch; durante la exposición del Comandante Pardo Zancada, se encontraba también presente el General Torres Rojas a quien, cumpliendo las instrucciones del Teniente General Milans -que autorizó el Coronel San Martín- el Comandante Pardo Zancada había llamado por teléfono para que se desplazase a la «Brunete».

Concluida la exposición del Comandante Pardo Zancada, los presentes consideraron que se trataba de una Operación conocida y respaldada por S. M. el Rey, en bien de España, de la Corona y de la Democracia, por lo que el Jefe de la División, General Juste Fernández, dio las órdenes oportunas y el visto bueno, a través de su Estado Mayor, antes de las seis y cuarto de la tarde -hora de entrada en el Congreso del Teniente Coronel Tejero y su fuerza-, para que las Unidades de la Acorazada se pusieran en marcha hacia los objetivos previstos. Hecho este que interesa resaltar a esta defensa, con independencia del posterior acuartelamiento de la Unidades de la DAC al recibir la contraorden del Capitán General de la I Región, puesto que, como ha quedado plenamente demostrado en la causa, la ocupación del Congreso por el Teniente Coronel Tejero Molina y su fuerza era solamente una pieza más de una operación a escala nacional. La Operación se inició con bastante anterioridad a la entrada en el Congreso como lo demuestra la actividad en la Capitanía General de Valencia desde la misma mañana del día 23 de febrero y también las órdenes dadas en la División Acorazada «Brunete» número 1 por su General Jefe, con anterioridad también a la entrada en el Congreso del Teniente Coronel Tejero.

Reclutada ya la fuerza en el Parque de Automovilismo de la Guardia Civil se procedió a la salida de los autocares oficiales del Cuerpo. En la operación de subida a los mismos de la fuerza colaboró el Capitán destinado en el CESID don Vicente Gómez Iglesias quien dijo a su amigo, el Capitán Acera Martín, que en uno de los autocares hacía falta un oficial por lo que el citado Capitán Acera Martín, desconocedor por completo de la misión que iban a realizar, aunque con el convencimiento de estar prestando un servicio legal, por haberle pedido que subiera al autocar su íntimo amigo el Capitán Gómez Iglesias, no lo dudó incorporándose así al grupo de oficiales que entrarían en el Congreso con el Teniente Coronel Tejero Molina.

Con toda esta fuerza improvisada, y en el pleno convencimiento de que se estaba prestando un servicio a favor de España, de la Corona y de la Democracia, a las órdenes del Teniente General Milans del Bosch, y General Armada, y con el pleno convencimiento también, del respaldo y apoyo de S. M. el Rey, dispusieron también los Capitanes la subida de sus Tenientes a los autocares, emprendiendo camino hacia el Congreso de los Diputados.

Por su parte, el Capitán Muñecas Aguilar, con un número aproximado de 24 Guardias Civiles y sus respectivos Tenientes, salió en un autobús hacia Madrid para prestar el servicio solicitado por el Teniente Coronel Tejero, también con el pleno convencimiento de cumplir órdenes de la superioridad. Ya en el autobús, informó a la fuerza que le acompañaba que tenía la orden, respaldada por altas jerarquías, de entrar en el Congreso de los Diputados. 

Aparece el CESID

 

Al llegar el autobús al Paseo de las Delicias vieron que les esperaba un vehículo Seat 124 perteneciente al CESID y que, a través de radioteléfono, que utilizaba frecuencia distinta a la usual, comenzó a dirigir la marcha del autobús hacia el Congreso, edificio al que habían llegado ya, con anterioridad, las fuerzas de la Guardia Civil al Mando del Teniente Coronel Tejero.

Efectivamente, las primeras fuerzas de la Guardia Civil, al mando del Teniente Coronel Tejero llegaron al Congreso a las 18,23 horas, irrumpiendo en el patio que separa los dos edificios y penetrando seguidamente en el viejo edificio de las Cortes, donde se encuentra el hemiciclo, al grito de ¡Viva el Rey! y ¡Viva España!, así como estar a las órdenes de S. M. el Rey y del Teniente General Milans del Bosch.

Alertado de que algunos diputados portaban en el hemiciclo sus pistolas, bien que dotadas de la correspondiente licencia de armas, el Teniente Coronel Tejero penetra en el hemiciclo pistola en mano, y para evitar la impulsiva reacción de algunos diputados, realiza un disparo de intimidación al techo, seguido de ráfagas, también de intimidación, por parte de los guardias civiles que le acompañan. Inmediatamente después, previendo que pueda realizarse algún intento de fuerza por parte de alguno de los diputados, o personas que se encontraban en las tribunas -policías del servicio de seguridad, algunos de ellos y que, como queda perfectamente reflejado en el informe remitido en su día por este servicio al Juez Instructor, disponían de sus armas reglamentarias-, el Teniente Coronel Tejero Molina conmina a todos los presentes a que se tiren al suelo, siempre con el objeto de evitar situaciones de previsiones incontrolables que pudieran hacer imposible el resultado incruento con que fue prevista la operación, tanto por el Teniente General Milans del Bosch como del General Armada.

A su entrada en el hemiciclo, el Teniente Coronel Tejero Molina, informa a los diputados de que está a las órdenes del Rey y de los Generales Milans del Bosch y Armada. Seguidamente, dejando el hemiciclo bajo control de varios miembros de la Guardia Civil, el Teniente Coronel Tejero da por teléfono la novedad al Teniente General Milans del Bosch, informándole de quedar, como lo tiene ordenado, a la espera de la autoridad militar para recibir las órdenes que le sean transmitidas.

Al llegar el Capitán Muñecas Aguilar, con la fuerza que le acompañaba, al Palacio del Congreso, se pone a las órdenes del Teniente Coronel Tejero Molina. Por indicación de éste, el Capitán Muñecas Aguilar se dirige a la tribuna de oradores del hemiciclo, diciendo lo siguiente:

«Buenas tardes. No va a ocurrir nada, pero vamos a esperar un momento a que venga la autoridad militar competente para disponer lo que tenga que ser, lo que el mismo diga a todos nosotros. O sea esténse tranquilos. No sé si esto será cuestión de un cuarto de hora, de veinte minutos o media hora. Me imagino que no más tiempo y la autoridad que hay competente, militar por supuesto, será la que determine qué es lo que va a ocurrir. Por supuesto que no pasará nada. O sea, que estén ustedes tranquilos».

El Presidente de las Cortes preguntó al Capitán Muñecas Aguilar quién mandaba en la fuerza, y el Capitán respondió que no sabía, y que reiteraba que obedecía órdenes y que había que esperar a la autoridad militar que iba a venir.

Mientras se producían los disparos de intimidación, el Vicepresidente Primero para la Defensa, señor Gutiérrez Mellado, se levantó de su escaño para intentar reducir al Teniente Coronel Tejero Molina, sin poder llegar a efectuarlo, registrándose un pequeño incidente, sin consecuencias, tras el cual, el Vicepresidente volvió a ocupar su escaño. Momentos después, el Teniente Coronel Tejero Molina comunicó que el Teniente General Milans del Bosch mandaba un fuerte abrazo, e informó del Bando dado en Valencia, a lo que produjo una reacción de las fuerzas de la Guardia Civil en los pasillos y dependencias del edificio, dando Vivas a España, al Rey y a la Guardia Civil.

En ningún momento se cerró la puerta de acceso al Congreso ni estuvo prohibida la entrada a persona alguna, tanto militar como civil, ni se pidió acreditación a quienes voluntariamente entraban y salían del Congreso.

Así, sin impedimento alguno, sobre las 19,05 horas llegó el Director General de la Guardia Civil, General Aramburu Topete, acompañado de su secretario particular y sus ayudantes, el Teniente Coronel Catalán y el Comandante Ostos, así como el General de la Guardia Civil en situación especial Prieto López, que vestía de paisano. La entrevista del Director General de la Guardia Civil con el Teniente Coronel Tejero Molina se produjo en la puerta del Palacio del Congreso, mientras el General Aramburu Topete ordenaba a la fuerza allí existente que subiera a los autocares del Cuerpo para abandonar el lugar, lo que impedido por algunos Oficiales que consideraban que la orden de ejecución del servicio provenía de jerarquías superiores a la del propio Director General del Cuerpo, General Aramburu Topete. Sin gran convicción, el General Aramburu conminó al Teniente Coronel Tejero para que se rindiera y le entregara la fuerza a lo que el Teniente Coronel Tejero Molina le respondió: «Márchese mi General», sin que se produjeran más incidencias entre ambos.

Desde ese momento, en que ya había pedido el Teniente Coronel Tejero Molina la presencia del General Armada Comyn, al que, en buena lógica y por encontrarse a sus órdenes, consideraba interlocutor válido, no existe ninguna comunicación, ninguna llamada, ninguna presencia de Oficial General ni jefe militar alguno que invite al Teniente Coronel Tejero a deponer su actitud ni aclararle la situación, por lo que el Teniente Coronel Tejero sigue en el pleno convencimiento de mantenerse a las órdenes del Teniente General Milans del Bosch y del General Armada, con el conocimiento y respaldo de S. M. el Rey, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

En el Congreso siguen entrando y saliendo, sin limitación alguna, militares y paisanos, sin que a ninguno de ellos se le permita el acceso al hemiciclo, ya que la orden dada por el General Armada al Teniente Coronel Tejero es que allí, al hemiciclo, no podrá entrar más que la autoridad militar a la que habrán de esperar, y que será la que se dirija a los diputados.

En momentos muy próximos a la ocupación del Congreso, se presentó el Presidente del Consejo de Estado, don Antonio Jiménez Blanco, quien, al encontrarse en el pasillo con el Teniente Coronel Tejero, le dijo: «Soy el Presidente del Consejo de Estado y tengo que entrar», permitiéndole el acceso el Teniente Coronel Tejero Molina, tras saludarle militarmente.

Aparece el General Armada en el Congreso

 

A las 23,50 horas se presenta en la puerta del Palacio del Congreso el General Armada Comyn, y pese a no exigirse a nadie identificación ni contraseña alguna -como ya se ha dicho y como ha quedado perfectamente demostrado-, indica al guardia civil que allí se encontraba, que avise al Teniente Coronel Tejero y le dé la contraseña «Duque de Ahumada».

El guardia civil comunica al Capitán Abad Gutiérrez que en la puerta se encuentra un General que ha dicho «Duque de Ahumada» para que se lo transmitan al Teniente Coronel Tejero. Es el propio Capitán Abad Gutiérrez el que lo pone en conocimiento del Teniente Coronel Tejero, respondiendo éste un significativo «Por fin».

Es importante para esta defensa hacer hincapié en el hecho de que, antes de la entrada del General Armada en el Congreso, habían sido cortadas las comunicaciones telefónicas con el edifico, sin que pudieran, por tanto, recibirse llamadas desde el exterior ni tampoco comunicar telefónicamente desde dentro, por lo que mal pudo en estas circunstancias facilitar hacia el exterior el Teniente Coronel Tejero la contraseña «Duque de Ahumada» que, como ya se ha dicho en este relato de hechos, fue establecida, precisamente por el General Armada Comyn y por éste comunicada al Teniente Coronel Tejero en la reunión que ambos celebraron en la calle del Pintor Juan Gris, con indicación expresa del General de que tal contraseña sería la que identificase a la autoridad militar a la que, por parte del Teniente Coronel Tejero, le tendría que ser facilitado el acceso al hemiciclo para dirigirse a los diputados.

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Por ello, recibida la contraseña «Duque de Ahumada», el Teniente Coronel Tejero se dirige hacia la puerta donde saluda militarmente al General Armada Comyn dándole la novedad, puesto que tiene el firme convencimiento de estar ante la autoridad militar esperada, ya que ella, y solamente ella, podría dar la contraseña «Duque de Ahumada».

El General Armada Comyn y el Teniente Coronel Tejero Molina se dirigen hacia una especie de cabina acristalada, situada dentro del edificio, y en la que había un teléfono. El General Armada Comyn indica al Teniente Coronel Tejero Molina que retire la tropa del hemiciclo porque iba a hablar a los diputados para proponer al Congreso la formación, a título personal, de un Gobierno presidido por él. Al oír el Teniente Coronel Tejero Molina que la proposición será a título personal, le dice al General Armada que, en esas condiciones, tardarán en ponerle las esposas lo que tarden en salir a la calle y que, a su juicio, carecía de valor alguno un Gobierno formado con una autorización conseguida bajo la intimidación de las armas. 

Armada se escuda en el Rey

 

Replicó entonces el General Armada Comyn que la propuesta era del Rey, y en aquel momento el Teniente Coronel Tejero Molina pidió explicaciones al General acerca de lo que iba a proponer a los parlamentarios en el hemiciclo, para conocer si respondía o no a las directrices que, en cuanto a la «Operación Armada», le habían sido expuestas en la reunión de la calle del General Cabrera por el Teniente General Milans del Bosch.

Según la información que el General Armada Comyn dio al Teniente Coronel Tejero Molina, en el Gobierno que proyectaba no habría más militares que él como Presidente del mismo, que el Teniente General Milans del Bosch sería nombrado Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y que en el Gobierno figurarían representantes de varios partidos políticos, insistiendo en que no habría más militares que su Presidente, el General Armada, ofreciéndole, al Teniente Coronel, un avión.

Junto a la puerta de la cabina donde se estaba celebrando la conversación se encontraban varios oficiales de la Guardia Civil. En un momento determinado entró el Capitán Bobis solicitando autorización para evacuar a un enfermo; el Capitán Bobis se dirigió en el primer momento al General Armada, señalando éste al Coronel Tejero, quien autorizó la evacuación. En esta misma ocasión, el Capitán Bobis preguntó al Teniente Coronel Tejero qué era lo que estaba sucediendo, respondiendo el Teniente Coronel Tejero señalando al General Armada: «La otra noche me ordenó que ocupara el Congreso y hoy me ofrece un avión», ante lo que el Capitán Bobis se quedó mirando al General Armada Comyn, sin que éste manifestara negativa o desmentido de ninguna clase.

Siguieron las explicaciones del General Armada Comyn al Teniente Coronel Tejero Molina en el sentido de que sería un Gobierno de coalición en el que entrarían, junto con políticos de la UCD, otros de distintos grupos, como los señores González Márquez, Múgica y Solé Tura. Ante la insistencia del General Armada Comyn de que el proyecto era conocido por el Rey y que así lo ordenaba, el Teniente Coronel Tejero Molina llegó a creer que S. M. el Rey pudiera estar secuestrado o, por lo menos, amenazado. Más aún, le dijo al General Armada que el asunto le olía a traición y que le parecía que traicionaba a los de la Operación y aun al mismo Rey.

El General Armada Comyn volvió a insistir en el tema del avión, diciendo al Teniente Coronel Tejero Molina que si no aceptaba la fórmula del Gobierno, tal y como le había expuesto, le ofrecía un avión para que él y su familia pudieran salir de España, proposición que se ampliaba con ofertas económicas. Respondió el Teniente Coronel Tejero que de tal propuesta no le había hablado el Teniente General Milans del Bosch, ni tampoco él mismo, el General Armada, en la reunión que habían tenido días antes, ni tampoco el Comandante Cortina Prieto, no siendo, por tanto, ni avión ni dinero lo que le había llevado a ponerse a las órdenes de ambos Generales en la «Operación Armada», sino el convencimiento de que era un servicio a España y a la Corona de acuerdo con unos principios que nada tenían en común con la propuesta que ahora le hacía el General Armada Comyn, por cuya razón se negó a aceptar tanto la propuesta de Gobierno como el avión que se le ofrecía para él, sus oficiales y familias.

En el transcurso de la conversación y desde el teléfono no existente en la habitación acristalada que se encontraban -dotado, como todos los demás, de línea desde la llegada del General Armada y que sería nuevamente cortada tras su marcha-, se puso el Teniente Coronel Tejero en contacto con el Teniente General Milans del Bosch, para informarle de la solución que presentaba el General Armada Comyn y que el Teniente Coronel Tejero calificó de «chapuza» de mucho cuidado, porque estaba claro que lo que quería el General Armada era ser Presidente del Gobierno a toda costa. Manifestó también el Teniente Coronel Tejero al Teniente General Milans del Bosch que los hombres que le habían acompañado al Congreso creían en él y que por todo ello tenía que rechazar la solución de un Gobierno en el que formara parte el marxismo.

El Teniente General Milans del Bosch respondió que en aquel momento no conocía concretamente la propuesta del General Armada Comyn, pero que suponía que estaría de acuerdo con las conversaciones que habían mantenido ambos, por lo que insistió para que el Teniente Coronel Tejero las aceptara. Y el propio Teniente General Milans del Bosch ha manifestado ante esta Excma. Sala que de haber conocido exactamente la propuesta del General Armada, no sabe cómo hubiera reaccionado en ese momento, aunque cree que la habría rechazado o habría buscado otra solución que no fuera cruenta.

Ante la definitiva negativa del Teniente Coronel Tejero Molina a aceptar la solución y los aviones, se marchó el General Armada Comyn diciendo que ya volvería y, desde su salida, volvió el edificio del Congreso a quedarse incomunicado telefónicamente, al haber sido nuevamente cortadas las líneas desde el exterior.

Desde el Congreso, el General Armada Comyn se dirigió al hotel Palace y de allí, acompañado por el Gobernador Civil de Madrid, don Mariano Nicolás, al despacho del Director General de la Seguridad del Estado, don Francisco Laina, el cual ha manifestado que, al entrevistarse con el General Armada, tras salir éste del Congreso sin resultados positivos, tuvo una tensa conversación, estando a punto de detener al General Armada, quien le dijo que el mensaje del Rey había sido improcedente, que S. M. el Rey no debió intervenir en un tema que afecta sólo a las Fuerzas Armadas y que se iba a producir la división de éstas.

El señor Laina informó de ello al secretario del S. M. el Rey, General Don Sabino Fernández Campo, así como de haber estado a punto de detener al General Armada, respondiéndole el General Fernández Campo que le parecía muy bien que no hubiera detenido al General Armada Comyn y que ellos estaban actuando en esos momentos.

Laína

Sobre las ocho y media o nueve menos cuarto de la noche regresaron a sus acuartelamientos las Unidades de la División Acorazada «Brunete núm. 1» tras la contraorden dada en la DAC. Y pasada la medianoche, en un gesto de sublime compañerismo, de auténtica milicia, el Comandante Pardo Zancada y los Capitanes Dusmet, Pascual Gálvez, Álvarez Arenas y Cid Portea, llegaron con fuerza de la Policía Militar de la División Acorazada, al Palacio del Congreso, penetrando en el edificio sin que se les opusiera obstáculos o impedimento alguno. Su presencia en el Congreso durante todo el tiempo que duró la Operación, hasta la salida en la mañana del día 24 de febrero, tuvo un importante valor testimonial.

Ante las noticias que llevaban al Congreso algunas de las personas que libremente entraban y salían, se supo que en el exterior se pretendía hacer creer que la presencia del Teniente Coronel Tejero, sus Oficiales y la fuerza que había ocupado el Congreso, obedecía a una rebelión militar, lo que estaba absolutamente lejos de la realidad y no pudiendo tener comunicación con el exterior por estar -como ya se ha dicho- cortadas las líneas telefónicas, se pensó redactar un comunicado en el que, igualmente, se desmintieran las noticias tendenciosas que se daban sobre la situación en el interior del Congreso y que hacían referencia a altercados y enfrentamientos entre la fuerza ocupante.

Redactado el comunicado, y con las oportunas correcciones por parte del Teniente Coronel Tejero Molina, fue remitido a las emisoras de radio y agencias de prensa. El contenido del comunicado era el siguiente: 

 

Un comunicado que no se emitió

«Españoles: las unidades del Ejército y de la Guardia Civil que desde ayer están ocupando el Congreso de los Diputados, a las órdenes del General Milans del Bosch, Capitán General de la III Región Militar, no tienen otro deseo que el bien de España y de su pueblo. No admiten la impunidad de los asesinos terroristas, con los que es preciso aplicar todo el rigor de la ley. No pueden aceptar una situación en la que el prestigio de España disminuya día a día, no admiten la inseguridad ciudadana que nos impide vivir en paz. Aceptan y respetan al Rey, al que quieren ver al frente de los destinos de la Patria respaldado por sus Fuerzas Armadas. En suma, quieren la unidad de España, la paz, el orden y seguridad. Viva España».

En la madrugada del día 24 de febrero, a través del Teniente Coronel Astilleros, el Capitán General de la I Región manda un mensaje al Comandante Pardo, y exclusivamente a él, invitándole a deponer su actitud, igualmente es portador de otro mensaje el Coronel 2° Jefe de Estado Mayor de la División Acorazada «Brunete», Coronel San Martín, mensaje que fue confeccionado y corregido entre el citado Coronel San Martín y el Comandante Muñoz Grandes, con el visto bueno del Palacio de la Zarzuela, tras lo cual se le envía al Comandante Pardo Zancada, haciéndolo extensivo a sus oficiales.

Pero no es enviado mensaje alguno al Teniente Coronel de la Guardia Civil, don Antonio Tejero Molina, ni a ninguno de sus oficiales, por parte de autoridad alguna.

A las 9,30 de la mañana del día 24 de febrero, el Teniente Coronel Fuentes Gómez de Salazar hace gestiones con su amigo personal, el Comandante Pardo Zancada, para contribuir -con autorización de la autoridad- a dar salida a la situación. A falta de comunicaciones telefónicas, el Teniente Coronel Tejero habla desde el teléfono del coche del Presidente del Gobierno, y en presencia del Comandante Pardo Zancada, con Valencia, en las primeras horas de la mañana del día 24 de febrero. Es entonces cuando, a través de la III Región Militar, se enteran del mensaje que S. M. el Rey había dado en las primeras horas de la madrugada, ordenándoles que depusieran su actitud.

Teniente Coronel Fuentes Gómez de Salazar

Tras hablar con el Comandante Pardo Zancada y con el Teniente Coronel Tejero Molina, el Teniente Coronel Fuentes Gómez de Salazar toma, a modo de recordatorio, unas notas para comunicar a la superioridad el deseo de los ocupantes del Congreso, manifestando el Teniente Coronel Tejero Molina que es necesaria la presencia del General Armada Comyn.

Las condiciones fijadas por los ocupantes del Congreso fueron aceptadas por el Teniente General Gabeiras, Jefe del Estado Mayor del Ejército, por el Teniente General Alfaro Arregui, Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, quien hizo saber a los ocupantes que las condiciones habían sido comunicadas a S. M. el Rey quien también las había aceptado.

Sobre las doce horas del día 24 de febrero comenzaron a salir los diputados, haciéndolo finalmente el Teniente Coronel Tejero Molina para entregarse en la Dirección General de la Guardia Civil y el Comandante Pardo Zancada, que lo haría en el Cuartel General de la División Acorazada «Brunete núm. 1».

En el momento de abandonar el Palacio del Congreso, el Teniente Coronel Tejero Molina dio la novedad al Capitán de Navío don Camilo Menéndez Vives, jefe de rango superior que había entrado a las doce de la noche en el Congreso de los Diputados, con el único fin de estar al lado de su amigo el Teniente Coronel Tejero Molina, en momentos tan trascendentes para él, sin que a lo largo de la noche ejercitara mando alguno, ni interviniera en nada de lo sucedido. Fue únicamente una presencia humana, un gesto caballeroso de los muchos que jalonan la brillante historia militar del Capitán de Navío Camilo Menéndez Vives.

Las comunicaciones telefónicas del Congreso que fueron cortadas se dieron intermitentemente cuando ello convenía a la estrategia montada y dirigida por el Director General de la Seguridad del Estado, señor Laina. Una de tales ocasiones fue la que permitió hablar con el Teniente Coronel Tejero Molina al paisano don Juan Pla, quien había llamado previamente al domicilio particular del Teniente Coronel Tejero tratando de convencer al hijo de éste, menor de edad, para que le acompañara a la puerta del Congreso y desde allí influir en el ánimo de su padre para que desistiera de permanecer en el interior. 

Continuará.

Por la transcripción

Julio MERINO 

Agradecimiento. Como transcriptor del Informe de defensa de Tejero que “El Correo de España” viene publicando por entregas no tengo más remedio que agradecer a José Manuel Nieto y a Belén Rocío Bernete López la ayuda que me han prestado y me siguen prestando, sin la cual me hubiera resultado imposible. Gracias a ellos.

 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.