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Continuo sin entender, a pesar de mis esfuerzos, cómo es posible que la inmensa mayoría siga sin creer en la Sinagoga de Satanás después de las constantes pruebas de su existencia y de contemplar cómo ejecutan sus planes contra la Humanidad con todo descaro. Ciertamente el Diablo es un estúpido empeñado en luchar contra Dios, –que lo precipitó en el Infierno– y sabe que nunca conseguirá el más mínimo éxito pero sabe también que le está permitido guerrear contra el Hombre, — ¡criatura predilecta del Creador!– y a eso se dedica.
Vean ustedes una de las infinitas demostraciones de los planes satánicos. Aunque CORREO DE ESPAÑA ya lo reprodujo, y probablemente lo habrán leído, me permito copiar la horripilante información:
“Atención a lo que el BIOLOGO que dirige la OMS dice en estas declaraciones recientes (subtitulado al español).
Pone los pelos de punta.
Les traduzco conceptos de lo que en realidad creo que dice:
Se nos ha escapado el 80% de la población de África sin inocular. Se nos ha ido de las manos la inoculación en niños (menos del 30%) y las últimas dosis apenas se están colocando. Como hemos fracasado no queremos que ocurra lo mismo en el siguiente intento. Por eso queremos que la OMS ordene a todos los gobiernos la inoculación obligatoria liberando así a los políticos de su responsabilidad y de posibles costes electorales. Vamos a crear una emergencia climática ficticia asociada a nuevas pandemias. Vamos a crear centros de control en todo el mundo. Vamos a promover la eliminación de la disidencia y los negacionistas que nos han arruinado el plan 19. Para 2030 no existirán”
Me van a perdonar mi machaconería pero mientras siga viendo lo que publican los medios y que nadie tiene en cuenta a la Sinagoga Satanás, que se sigue ignorando su existencia cuando ella gobierna descaradamente el mundo, yo estaré repitiendo una y otra vez los mismo cantinela, hasta lograr hacer brecha. ¡Es imposible que todo el mundo cierre los ojos para no ver lo que es patente! ¡Alguien tiene que despertar!
Insisto en que los hijos de Satanás no tienen el menor reparo en decir y escribir lo que piensan, mientras los oyentes y lectores siguen empeñados en no oír ni ver.
Lean y relean el descaro contenido en los dicho por el biólogo de la OMS: ante el fracaso de no conseguir “envenenar” a toda África,–sobre todo a los “niños”—y a partir de ahora van a hacer obligatoria la vacunación… y, para ello, van a crear “nuevas pandemias” (con lo que reconocen que el Covid lo crearon ellos…) y van a esclavizar el mundo creando “controles y obligando a todos los gobiernos (con lo cual reconocen que “mandan sobre todos ellos”) y van a “eliminar” toda oposición, porque lo que ellos dicen es de obligatorio cumplimiento.
Purés bien, díganme ustedes si después de profundizar en esa declaración, tengo o no razón en tratar de necios a los que no se enteran de nada. ¿Cómo es posible que la gente –quizás tú mismo—no entienda ese “idioma diáfano de los hijos de Satanás? ¿Soy yo un extraterrestre que no vivo en este mundo?, porque los únicos que creen tener los pies sobre la tierra y sugieren con su proceder: “Tú no hagas caso de esas cosas, sigue con Vicente por el camino que sigue la gente” y el Pueblo vive muy feliz ignorando a quienes se ríen a carcajadas de nuestra estupidez… mientras “ellos” cada vez controlan más y más a ese Pueblo soberano.
A veces me pregunto: ¿Pero qué hago yo predicando en el desierto si nadie me hace caso? ¿Estaré equivocado y leo los escritos al revés e interpreto los hechos como un trastornado mental?
Sin embargo tengo la costumbre de probarme a mí mismo en todo. Les voy a contar un ejemplo (aunque lo he probado dos veces). Puedo hablar de ello porque ha pasado ya más de 55 años y no comprometo a nadie. Era entonces Director de Relaciones Públicas de “Roca” –con treinta y pocos años, había estado desde los diecisiete en puestos de responsabilidad y tuve mis dudas sobre si estaba preparado para los cargos. Entonces salió un anunció pidiendo candidatos para un trabajo muy bien pagado para gente preparada…
Pasé todas las pruebas y a todos los niveles, hasta que me encontré frente a quien iba a confirmar la elección… y me pedía “fijara condiciones”, Pero yo no buscaba un trabajo sino “probarme” al estar el mío y con mis jefes (directamente los dueños) . Estaba en un compromiso… y empecé a pedir “la luna”. El que había decidido le elección como responsable de los “Túneles del Tibidabo” que se iban a construir, (pues esa era la empresa que buscaba un responsable del proyecto), se dio cuenta rápido que yo no quería el empleo… y me lo dijo: “Ya veo que usted no me quiere decir no, para que se lo diga yo”…
(No lo había contado nunca, pero fue así. Otra vez hice lo mismo con el mismo resultado; esto sí lo he contado alguna vez: Siempre me daban el puesto, que luego yo no aceptaba. Me servía para demostrarme a mí mismo que estaba en forma. Quizás me critiquen por usar ese procedimiento pero cada cual es como es y yo soy así. Gracias a ello, me siento seguro de tener los pies bien asentados sobre la tierra, Sin duda, son otros los que no quieren ver lo evidente.
Señores: ¡que la Sinagoga de Satanás tiene dos mil años de experiencia! y ya es dueña de las riquezas y el poder del orbe –porque se la deja trabajar a sus anchas mientras engaña a los hombres dándoles alpiste–.
De todos modos, a pesar de todas las tentaciones digo lo que aquel cómico de hace años en la Tele: “¡Yo sigo!”
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.