Circo Puigdemont: Traición de todos. Por Francisco Bendala Ayuso

Tras el espectáculo más bochornoso de nuestra más reciente historia, asistimos ahora a su clímax viendo cómo unos y otros (también los medios), echan la culpa al dictador Sánchez y a los Mozos… de cuadra. Pues no, ni mucho menos, porque más culpa tienen ellos, sí, los que hipócrita y cínicamente fingen ahora rasgarse las vestiduras y acusan a los citados de lo que, en realidad, ellos son más culpables.

Y es que del PSOE no otra cosa que traición se podía esperar una vez más, máxime cuando en este caso su único objetivo era investir a Illa -del que todos olvidan que fue ministro de Sanidad durante la negligente y macabra gestión del Covid-, para lo cual estaba dispuestos a lo que sea, incluso, como hemos visto, a que el prófugo se diera un baño de multitudes, se burlara de nuestro sistema judicial y se miccionara en España y en todos los españoles. Asimismo, no otra cosa se podía esperar de los Mozos… de cuadra, que como la Ertzaintza, son la milicia, y embrión de ejército del secesionismo; por supuesto, y como siempre y en todo, con nuestros impuestos. ¿Entonces?

Lo dicho. Más culpa tienen los otros que, ante la seguridad de que tanto el dictador Sánchez y su partido, como los Mozos… de cuadra habían pactado la tan anunciada miccionada del prófugo, tenían que haber hecho lo siguiente:

• La cúpula de la Guardia Civil y de la Policía Nacional visitar al ministro del Interior para requerirle qué dispositivo debían desplegar a fin de que el prófugo no traspasara nuestras fronteras o, en caso de hacerlo, detenerle de inmediato. De no obtener una orden, decirle que ellos, en cumplimiento de sus funciones inexcusables, de su deber, con su autoridad y con los medios que para ello disponen, iban de inmediato a proceder a tal despliegue, así como a anunciarlo públicamente.

• La cúpula de las FFAA debía haber visitado a la ministro de Defensa requiriéndole las órdenes oportunas para proceder a lo mismo en apoyo y coordinación de las fuerzas policiales o, de no actuar éstas, por su cuenta. De no obtener dichas órdenes, informarle que lo iban a hacer ellos en cumplimiento del Art. 8º de la Constitución y que lo anunciarían públicamente.

• Los líderes de la oposición, PP y VOX principalmente, debían haberse entrevistado de urgencia con el dictador Sánchez para requerirle información precisa de las decisiones que había articulado a fin de evitar que sucediera lo que ha sucedido y que estaba claro que iba a suceder. Caso de no obtener respuesta satisfactoria, debían haber convocado una rueda de prensa conjunta denunciando ante la ciudadanía y el mundo la intolerable vulneración de la Constitución y de la más nimia norma del Derecho, denunciando también, si fuera el caso, la connivente inhibición de las FFAA y policiales, en vista de lo cual habían decidido que, de producirse finalmente lo que se barruntaban, abandonarían el Parlamento de inmediato calificando de dictatorial al Gobierno, manifestando no estar dispuestos a “lavarle la cara” aparentando que esto es una democracia.

• El rey, como Jefe del Estado, debió llamar a consulta al dictador Sánchez para que le informara de las disposiciones que iba a tomar para impedir que el prófugo ingresara en España o, en su caso, lo hiciera en prisión inmediatamente, y de no obtener una respuesta satisfactoria, anunciarle que él, en virtud de sus obligaciones y autoridad constitucional convocaría a la cúpula de la oposición y de las FFAA y policiales para articular y coordinar con ellas un plan a los efectos, todo lo cual, por supuesto, haría público para general conocimiento, en especial del prófugo y de sus secuaces.

Si lo dicho se hubiera hecho, habría bastado con los anuncios públicos citados para disuadir al prófugo de traspasar nuestras fronteras, defendiendo así el honor y la dignidad de España y de los españoles ahora mancillados sin remedio y para siempre.

Como nada de lo dicho se ha producido, aún a sabiendas de que tanto el dictador Sánchez, como el PSOE y los Mozos… de cuadra estaban en el ajo y habían dado el visto bueno a la miccionada a España y a los españoles, que es lo que ha sido, sólo se puede concluir que todos los citados, todos, estaban al tanto, miraron para otro lado y, por ello, han cometido traición. Lo demás, todo lo demás, sus golpes de pecho y el rasgado de vestiduras de ahora no son más que postureo farisaico y cortinas de humo para entontecer aún más a un pueblo ya de por sí cretinizado, lobotomizado y fumado que contempla su propia destrucción ojiplático, pero incapaz de rebelarse contra ella y sus autores que son todos los citados.

PD.- Del CNI nada se podía ni puede esperar, pues para eso lo dirige Esperanza Casteleiro, mujer fiel y sumisa de siempre al “partido” hasta las trancas que por eso está donde está.

Autor

Francisco Bendala Ayuso

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