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Santiago Belmonte. Estudió Filosofía en la Universidad Abat Oliba, pertenece a Schola Cordis Iesu y lleva participando activamente en las campañas de 40 Días por la Vida Barcelona desde 2021. Es adorador nocturno desde 2018 y en el turno de 40 Días por la Vida desde 2021.
Le entrevistamos brevemente como responsable del turno de adoración mensual de 40 Días por la Vida Barcelona. Nos cuenta cómo es la experiencia transformante de la oración y sus frutos en favor de la vida, que no siempre son visibles.
¿Qué representa para 40 Días por la Vida Barcelona tener un turno de adoración nocturna al mes?
Creo que es importante que se mantenga la oración por el fin del aborto más allá de los 40 días que dura la campaña. Al ser periódico, se fomenta que haya una continuidad entre la participación en una campaña y en la siguiente. Además, el fruto de la oración es enorme, aunque no se pueda cuantificar.
¿Qué día se reúnen y donde? ¿Cuál es el esquema de un día normal?
Nos reunimos en la Parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús el primer jueves de cada mes todo el año, aunque no haya campaña. Cada noche en esta parroquia hay un turno de adoración nocturna, de la Adoración Nocturna Española, sección del Tibidabo. La noche del primer jueves es la asignada a 40 Días por la Vida. Seguimos el esquema que siguen el resto de turnos: primero una ronda en la que se dicen las intenciones de los adoradores para este turno, siendo la principal y la común el fin del aborto, y leemos un fragmento del Kempis con el capellán del turno. Luego pasamos al Rosario, durante el cual el capellán está confesando a quien quiera, y luego la Santa Misa. Después hay turnos de vela de una hora hasta las 5:30, que hacemos laudes y terminamos.
¿Por qué es importante que en Santa Teresita hayan tomado el relevo de la histórica adoración del Tibidabo?
Desafortunadamente, desde 2021 no se ha podido continuar con la adoración del Tibidabo, que era la adoración perpetua más antigua de España. Gracias a la generosidad de la parroquia de santa Teresita y de su párroco, Mn. Enric, hemos podido continuar practicando esta devoción. Yo personalmente veo providencial que haya sido santa Teresita, la que Pío XII llamó “la santa más grande de los tiempos modernos”, que nos ha acogido y nos cuida para que podamos seguir practicando esta devoción en tiempos como los que corren y que podamos seguir adorando, reparando y pidiendo el fin del aborto.
¿Cómo el rezar por la Vida le ha ayudado a usted a perseverar en la oración?
Llegué a la adoración de 40 Días por la Vida cuando la práctica de la adoración nocturna se me estaba haciendo más difícil, sobre todo por las circunstancias de mi semana al empezar la universidad. Sin embargo, al rezar por la vida redescubrí esta hermosa devoción, sobre todo porque te encuentras rezando por un problema real, que ocurre a nuestro lado cada día y que sin embargo a veces no tenemos en cuenta. Eso te hace salir de ti mismo, dar a tu oración un nuevo sentido, y ver la necesidad de rezar. Además, la adoración al Santísimo es un privilegio que no podemos dar por sentado. Tenerla como mínimo una vez al mes es un regalo. A mí, personalmente, la adoración nocturna, tener una noche al mes reservada al Santísimo, me ha fortalecido en la devoción a la Eucaristía y se ha vuelto fundamental.
¿Qué cambios significativos puede apreciar en las personas?
Yo he observado que muchos adoradores que no habían ido aún a rezar en la campaña han visto gracias a las vigilias la necesidad de entregar una hora rezando delante de un abortorio, o de comprometerse más con la causa provida. Se despierta en ellos una mayor sensibilidad ante el drama del aborto, un deseo de comprometerse más, y una conciencia más clara del valor de la vida. Ven la gratuidad del don de la vida, el drama desgarrador que es el aborto, y nadie queda indiferente. Esto te mueve a hacer algo, por pequeño que sea.
¿Por qué el Santísimo los suele llevar a un compromiso mayor?
La adoración al Santísimo es un privilegio, y el hecho de que sea nocturna, con todo el esfuerzo que ello implica, hace que los adoradores caigan en la cuenta de la realidad del aborto, al encontrarse en mitad de una noche de jueves rezando por ello. La convivencia entre los adoradores, además, propicia el hablar entre nosotros y compartir experiencias de cada uno sobre la batalla contra el aborto. Para los adoradores que aún no han ido a rezar en una campaña suele ser el pistoletazo final; para los veteranos, ayuda a profundizar en el sentido de la lucha y fomenta la mutua colaboración.
¿Cómo notan la fuerza de la oración en las campañas?
La campaña en sí es, ante todo, una campaña de oración. Eso es lo más esencial de 40 Días por la Vida. Los frutos no siempre se ven, pero tengo la certeza de que es la oración, la de la adoración nocturna y la de cada turno delante de la clínica, lo que realmente sostiene la campaña. A veces los frutos son más visibles, como los rescates, pero yo creo que el principal fruto es la toma de conciencia que va calando poco a poco, que la gente vea la gravedad de la realidad del aborto y despierte en ellos la urgencia de hacer algo al respecto. Vemos cómo hay personas que se acercan por primera vez a rezar con cierto recelo, y tras una hora ante la clínica, comprenden de verdad el drama que ocurre allí. O cómo, cuando faltan voluntarios, el Señor va trayendo nuevos, o cómo los de siempre se implican más. Creo que estos son los frutos más evidentes de la oración, pero los que no vemos son muchos más.
¿Por qué al aborto no se le puede vencer con la sola militancia si no va acompañada de la oración?
El Papa Francisco dice que el apostolado no tiene sentido si no se basa en la oración. Yo creo que es importante que no perdamos de vista que es una batalla espiritual y la causa provida no es mero activismo. Solo el poder de Dios puede vencer al aborto, solo su misericordia puede sanar todas las heridas que causa. La militancia sin oración no lleva a ninguna parte. El daño que hace el aborto es enorme y no podemos por nuestras solas fuerzas evitar que se practiquen abortos o intentar curar sus consecuencias. Eso solo se puede hacer de la mano de Dios, y no tenemos que temer pedirle a Él que lo haga, simplemente nos ofrecemos como instrumentos de su labor. La militancia tiene sentido cuando se ponen las cosas en manos de Dios.
¿Cómo animaría a participar en la campaña y en el turno de adoración?
Ir a rezar delante de la clínica por primera vez siempre da reparo, pero muchos amigos y voluntarios, al ir por primera vez, se encuentran cara a cara con un problema que acostumbramos a obviar. Yo diría que no hay que tener miedo, que cuando caes en la cuenta de la realidad del aborto, rezar es lo mínimo, ya sea delante de la clínica o en la adoración nocturna. Lo bueno de la adoración, además, es que tiene una dimensión reparadora. No cuesta nada ofrecer al Señor un poco de nuestro tiempo y oración para intentar solucionar lo que está ocurriendo con el aborto. Y nunca sabes el fruto que puedes llegar a dar simplemente participando en un turno de la campaña.
Autor

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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Sobre todo, en la oración para que el Señor mueva los corazones al arrepentimiento y a la penitencia y que así acabe el aborto en España y el mundo entero, por coherencia con nuestra fe, para que la oración sea efectiva y saquemos fruto de ella:
a) Desvincúlese de toda iniciativa política. El aborto no tiene solución política, pues la política está en la raíz del aborto en todas las naciones, así como el aborto halla sustento y fortalecimiento en todo tipo de política. No se puede hacer desconfiar a la sociedad y a las mujeres embarazadas con la sospecha que detrás de las campañas anti aborto, hay una iniciativa política, y por tanto, insincera. La lucha contra el aborto ha de ser pura, pidiendo solo auxilio a Dios, no a los políticos, que son el enemigo de la Vida.
b) Lanzar una ofensiva cruzada por la castidad y la pureza de intención y de obra. Hay que matar todo prejuicio, todo complejo, toda procrastinación, toda pereza, toda timidez, toda falsa «excusa», todo interés, todo cuidado de la propia reputación, todo miedo a hacer el ridículo, todo miedo al escarnio social, todo miedo a ser reprobado públicamente y todo miedo al martirio, social o efectivo. Hay que lanzarse a una cruzada a muerte contra todo tipo de atentado contra la santa castidad. Esta cruzada ha de librarse en todo tipo de centros educativos, en las ciudades, en todo tipo de reuniones (hay que sacar el tema a colación en todos los grupos, que haya jaleo. Mejor jaleo ahora, que llamas más tarde). Nuestra fidelidad a Cristo es escándalo y locura para los que no son de Cristo, todos lo saben. Hay que montar un escándalo de no te menees por el Señor en todo ámbito, para romper la diabólica influencia que el demonio tiene sobre los que tiene engañados y seducidos a base de complejos y falsas doctrinas. No hay que tener miedo a hacer el ridículo ni a ser objeto de violencia, pues Dios asistirá al que lo precise. La castidad es la muerte del aborto. Se lo debemos al Señor. O libramos la batalla de la castidad, o pereceremos por cobardes acomplejados y afeminados. Todos tienen recursos para luchar contra el aborto y los atentados contra la castidad, que vienen del Señor y de la Santísima Virgen María, ejemplos para toda la humanidad. ¿Alguno de esos ateos o «agnósticos» o herejes o seguidores de falsos profetas o iluminados será capaz de creerse mejor que Jesucristo pobre y virgen, por el que se cuenta el tiempo en Años de gracia, o que la Virgen María Santísima o que los santos de todos los tiempos, muchos casados, otros consagrados, pero todos sabios y ejemplares?¿Alguno se cree mejor que santa Teresa de Calcuta, por ejemplo, o que el Beato Carlo Acutis? Decírselo a los jóvenes, aunque empiecen riéndose. Veréis qué rápido cambia su gesto. Es hora de atacar en todos los frentes: laboral, de negocios, empresarial, cultural, vecinal, social, en todo tipo de tertulias, encuentros y asociaciones, aunque nos echen de todos los lados por pesados como una vaca en brazos o cosas así. Si no se lucha, se es un cobarde. Y el combate por Cristo no se puede eludir, aunque acarree muerte por martirio. Y los cobardes no luchan contra el aborto y las faltas a la castidad. Nos lloverán insultos, vejaciones, ultrajes y todo tipo de desprecios, pero hay que soportarlos como el Señor llevó a cuestas la Cruz y soportó lo que tuvo que soportar. ¿Nosotros no y nos autodenominamos «católicos», esto es, cristianos?
c) Es preciso hacer ver a la humanidad la horrorosa agresión sangrienta contra Jesucristo Nuestro Señor, la Santísima Virgen María y el Cielo entero que supone el aborto y todo tipo de atentado contra la castidad. No se puede sostener ni por un momento más que el aborto y la falta de castidad es un «derecho» o algo que forme parte de la «libertad» individual. Ese tipo de argumento, sale de boca de satanás mismo. La esclavitud del mal no puede ser jamás LIBERTAD, que no existe fuera del conocimiento de la Verdad, que es Cristo, el Libertador de toda la humanidad, el que nos ha traído la Libertad de los Hijos de Dios frente a la esclavitud del pecado.
La insensatez que acarrea ofender a Dios, apuñalarle en su Sacratísimo Corazón del modo más insensato, azotarle, golpearle, escupirle, maltratarle, burlarse de Él como los soldados romanos, crucificarle, etc., que es lo que se hace cuando se le ultraja con el aborto («por todo cuanto hicisteis a uno de estos más pequeños, a Mí me lo hicísteis», ojo a esto, avisados estamos) y los atentados contra la santa castidad (cosa de hipócritas que solo se buscan a sí mismo esclavizando y engañando a sus «parejas») no es ya locura, sino algo incluso peor porque no exime de responsabilidad, es señal de soberbia, cáncer del alma. Ofender a Dios que es infinita Bondad y que ha dado TODO, su Vida Santísima, Su Sangre Preciosísima, por la salvación de TODOS, de los que incluso más le ultrajan y odian en la Cruz, es la insensatez más grande que cualquier persona de la tierra puede cometer, un acto de verdadera soberbia luciferina, de verdadera egolatría, narcisismo y propio de auténticos psicópatas indeseables por culpa de ellos mismos y su endiosamiento que no consideran a Dios y no le soportan.
Es importantísimo hacer ver a todo el mundo que el pecado ofende a Cristo (reaccionen como reaccionen, que seguro que será de modo violento, porque no quieren que otro que no sean ellos o ellas mismas, sea Dios, no pueden soportar el hecho de no ser Dios, de no poder decidir el tiempo de sus vidas ni ninguna otra cosa vital, que está todo en manos de Dios), no ya a los demás, que es cosa mala pero limitada en comparación de males, sino a Dios mismo, que es todo Bondad y que nos ha ganado la posibilidad de una felicidad eterna e imperecedera de la que gozan los justos y los santos bienaventurados por toda la eternidad, que desechamos por culpa de ese atroz atentado del aborto y de los atentados contra la castidad (raíz del mal con la que se suele ser bastante circunspecto por cobardía, complejo o prejuicio), que son como un plato de lentejas frente a la gloria eterna.
Si se consigue que la gente comience a amar a Dios, empiece a conocerle por la lectura del NT o de santos y santas, o retome su amistad previamente perdida, si se consigue que empiece a meditar y reflexionar en Él, siquiera un poco cada día que irá, a buen seguro, creciendo, y medite sus Evangelios, si se consigue acercar al Señor a la gente, que nunca a nosotros, que no somos nadie, empezarán a amarle cual merece, no dejarán de amarle cada vez más porque verán en Él la Bondad Inabordable que siempre han anhelado, lo que siempre han querido, comenzarán a pedirle perdón por pecados del pasado sin complejo o freno alguno (en el confesionario, donde el penitente, por muy pecador que sea, rinde gloria enorme a Cristo que le espera con los brazos abiertos para perdonarle si su arrepentimiento y dolor son sinceros e intensos. Recuérdese que hay más alegría en el Cielo por un pecador sinceramente arrepentido, como la Macarena, Zaqueo o el buen ladrón, que por noventa y nuevo justos. El Señor lo afirmó. Y su Palabra es Ley inexorable e irrebatible. ¿Por qué esperar o poner objeciones a tan Bondadosísimo Dios que todo lo perdona a quien se arrepiente de verdad?).
Si la gente empieza a conocer y a amar a Jesucristo Nuestro Señor, a atender lo que nos enseñó según los Evangelios y el Nuevo Testamento, según sus Apóstoles, a vivir una vida de fidelidad a sus mandamientos, con el auxilio de su gracia obtenida en los santos sacramentos, no solo ganará mucho en cuanto a dones del Espíritu Santo (no hay un solo multimillonario en la tierra que no lo dejaría todo por esos siete dones) y frutos, sino que su amistad con Dios aumentará de tal modo que será irrefrenable porque nunca se sacia uno de Dios, Bondad Infinita. Eso destruirá todo pecado, no solo el aborto y los atentados contra la castidad, sino todos. Por eso no hay otro camino de destrucción del mal que el de aceptar de corazón a Jesucristo, nadie va a Dios Padre sino por Él, pues de hecho, Padre, Hijo y Espíritu Santo son Un solo Dios. Empezar a amarle cada vez más y traducirlo a la vida de cada cual por amor a Dios, que es la mejor forma de vivir independientemente de las circunstancias de cada cual. En definitiva conversión de los corazones. De otro modo, no habrá combate espiritual contra el aborto y la cultura de la muerte.
Viva Jesucristo y María Santísima y reinen ambos en todos los corazones valientes.