12/04/2025 18:23

Es sorprendente, pero pienso que la clase política dirigente de izquierdas de hoy se abraza a conceptos ligados al imaginario judeocristiano, y todo ello en mitad de la ola laica que va predominando en nuestra sociedad. Oímos arengas dadas al perdón, al abrazo, al ofrecimiento de la otra mejilla ante la ofensa, y eso nos congratula en tanto en cuanto pudiera ofrecer un horizonte de reconciliación, de solucionar los problemas de una sociedad cansada y aburrida. Si tenemos esperanza en alcanzar el encuentro debemos mostrar también fe en las acciones y propuestas de ambas orillas, y ya puestos, saquemos del olvido otras virtudes que nunca debieron abandonar el rifirrafe político que nos envuelve.

Se puede afirmar que la justicia sólo se mantiene como guía y señal si sus sentencias nos son favorables, mas si por ventura los jueces osan contradecir la sacrosanta opinión del Gobierno, éste se lanza contra ellos y apunta desde las poltronas todo el peso del descrédito. Se carece de la más elemental prudencia en estas salidas de tono y qué vamos a decir de la templanza : ¿alguien recuerda a qué hace referencia esta olvidada virtud? Eso de actuar o hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes se nos antoja propio de otros tiempos de sometimiento. Sin embargo, se crean extrañas fortalezas para abogar por lo contrario, y ninguna de las virtudes parecen comulgar con nuestra realidad política, más preocupada por el mercadeo de «tú me das y yo te apoyo»«tú no me investigas y yo te aplaudo», y «tú miras hacia otro lado y yo me salgo con la mía».

Así que, señores y señoras políticos del Gobierno, escuchad de verdad a aquellos de quienes dependen vuestros escaños y vuestros chanchullos. Para el perdón se necesita : el examen de conciencia (lo volveremos a hacer); el arrepentimiento (no necesitamos perdón de nadie); la contrición o propósito de enmienda (no renunciamos a nada); la confesión (nada ilegal hemos cometido) y la penitencia (amnistía y autodeterminación). Ante la total ausencia de la más mínima «renuncia al mundo, al demonio y a sus pompas» se opta por cerrar los ojos y la nariz, y se abraza el perdón de quienes no lo piden ni lo necesitan, pero tampoco cambiarán de directriz al recibirlo, y entonces hemos de volver a las bienaventuradas virtudes y volver a confiar… ¡Lástima que la sensatez no sea una de ellas!

Autor

Jose Antonio Avila Lopez
Jose Antonio Avila Lopez
José Antonio Ávila López
Nacido el 26 octubre de 1970 en Terrassa (Barcelona), pero siempre ha
vivido a 9 km (en Rubí), a excepción de dos años que residió en Valencia
(2014-2016). Licenciado en Filología Hispánica, ha trabajado en
asesorías y gestorías como corrector de textos y asesor político.

Siempre le ha gustado leer y escribir, la literatura y la política
son una pasión: con 25 años ya fue asesor político y con 29 concejal
de Comunicación. El periodismo escrito le ha encantado desde muy joven,
y ha publicado alrededor de 1.500 cartas al director y artículos
y columnas de opinión periodísticas.
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