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Pedro Sánchez está que se sale. Se sale de sinvergüenza, de fullero y traidor. El asalto al Poder Judicial no admite demoras pensando que toda imposición legislativa le asegura la impunidad, aunque en otro país con esos pasos golpistas sería frenado en seco a bayoneta calada, es un decir, como Pedro Castillo en Perú. Atentar contra los jueces es el tiro de gracia que para sí querían los cómplices terroristas que ayudan al fraude de presidente, si es que espera ser apoyado con pactos oscuros para no apearse de la poltrona.
¿Modificar la ley para meter por el embudo de la corrupción al CGPJ? Faltaría más si hay que intervenir el Tribunal Constitucional. Maniobra apestosa con sello sanchista en pleno delito contra la Constitución, uno más, disimulando con decretos leyes el cariz estafador de esta pútrida presidencia, coartando a los jueces y con amenazas de cárcel si no se pliegan a las victimistas exigencias de estos apandadores que pretenden dar un vuelco a los postulados democráticos y convertir en legal el delito para condenar la legalidad que ha inspirado el orden sociopolítico desde la Transición. Nada extraño cuando leyes torticeras como la de desmemoria antidemocrática, dictada por los enemigos de España, justifican los ataques contra los jueces invalidando de paso, todo se andará, a la Jefatura del Estado como a la Transición.
Asistimos a un golpe de Estado legalizado por una chusma delictiva en el Gobierno. No disimulan los sucios trapos que blanquean con artificios para burlar la ley y enjuiciar a los tribunales. El sueño de cualquier delincuente si, como el golpista sin conciencia Sánchez, tuviera acceso al poder para destruir las leyes al antojo y demonizar a los que no son de la cuerda criminal.
Y la Oposición dormida según las reglas democráticas que estos demonios se saltan al antojo de sus conveniencias. Acaso una tímida protesta, inexistente en el Pueblo perjudicado que favorece a quien lleva la delantera con todo el país comprado. El Partido Popular a lo suyo buscando futuribles alianzas con el PNV y el PSOE. Y todavía desconfiamos de los aliados, cuando el enemigo toma posiciones para dar el zarpazo definitivo cuando menos se espere.
Autor
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Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Yo juraría que el Poder Judicial ya fue tomado al asalto con la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 de Felipe González y Alfonso guerra ( «Montesquieu ha muerto» ), dos sujetos muy añorados últimamente por al gente con memoria de pez.
[…] Encarcelar a los jueces, el sueño de Pedro Sánchez. Por Ignacio Fernández Candela […]