20/09/2024 02:39
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[El rapero Kanye West – junto con la comentarista política conservadora Candace Owens – luciendo las camisetas con el eslogan “Las vidas de los blancos importan”, en contraposición del wokismo de BLM. Por este gesto, Kanye West fue sometido a toda una campaña indescriptible de acusaciones de antisemitismo, quedando a su vez su patrimonio visiblemente afectado.]

A propuesta de VOX y PP, con los votos del PSOE, ha pasado su primer trámite parlamentario. Si bien no se trata del código penal, sino de condiciones para que determinadas asociaciones puedan recibir financiación, merece la pena analizar el contenido más llamativo de la inminente ley. Los comentarios los pongo a continuación del texto citado.

El antisemitismo es, según la definición adoptada, una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos.” – Es una definición que se distorsionó con el tiempo, ya que se apropia de la palabra “semita”, que pertenece también a los árabes, por ejemplo. Lo más correcto sería en este caso “antijudaísmo”. Pero como en tantos otros “odios” hay que diferenciar un planteamiento o sentimiento en su caso, de incitación a una acción agresiva hacia una determinada persona o colectivo. Porque las leyes humanas actuales pretenden ir más allá de castigar acciones externas, incluidas las palabras que alientan a un acto criminal, y en consecuencia castigar hasta los pensamientos. Como si la ley humana fuese divina. Porque solamente Dios conoce el interior de los corazones e intenciones ocultas. Dios sí juzgará hasta pensamientos, intenciones y omisiones, pero a la ley humana no le corresponde.

En este sentido, las manifestaciones de antisemitismo pueden incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía. Sin embargo, las críticas contra Israel, similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitismo. A menudo, el antisemitismo acusa a los judíos de conspirar contra la humanidad y, a veces, se utiliza para culparles de que «las cosas vayan mal».” – ¿colectividad judía? Pero en Israel se aprobó la ley del “Estado nacional judío” hace cuatro años (https://www.bbc.com/news/world-middle-east-44881554). No sé si “colectividad judía” tiene que ver con eso, pero podría. Entonces según esta ley hasta Netanyahu podría ser antisemita. Es decir, no se puede contradecir lo que legisla el mismo Estado de Israel. Además, en Israel es ilegal un matrimonio entre un judío y una palestina, y viceversa. Pero tampoco oigo muchas críticas sobre ello.

En cuanto a la segunda parte de este párrafo, obviamente no todos los judíos tendrán responsabilidad en que “las cosas vayan mal”, pero resulta que hay muchos judíos entre aquellas personas que participaron activamente en la organización de los peores eventos de la historia. Hace unos años Vladimir Putin reconoció públicamente que los judíos formaban alrededor de un 85% de los oficiales bolcheviques. Algo que denunció ya Henry Ford hace un siglo en su libro “El judío internacional”, que sirvió de inspiración a Hitler para su Mein Kampf. Recordarlo no es ninguna incitación a nada, es analizar la historia en sus hechos. Pero quizás si algo similar aparece en los medios judíos, será escuchado sin alteraciones. De facto, en 2006 Sever Plocker escribió para israelí Ynet News el artículo titulado “Los judíos de Stalin” en el que dijo: “No podemos olvidar que algunos de los mayores asesinos (de masas) de los tiempos modernos eran judíos.” (https://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3342999,00.html). Me limito a citar algunos párrafos de su artículo:

“Todas estas cosas son conocidas en cierta medida, aunque los archivos de la antigua Unión Soviética aún no se han abierto del todo al público. ¿Pero quién lo sabe? Dentro de la propia Rusia, muy pocas personas han sido llevadas ante la justicia por sus crímenes al servicio de la NKVD y el KGB. El discurso público ruso de hoy ignora por completo la pregunta de «¿Cómo pudo pasarnos esto a nosotros?». A diferencia de las naciones de Europa del Este, los rusos no ajustaron las cuentas con su pasado estalinista.

¿Y nosotros, los judíos? Un estudiante israelí termina la escuela secundaria sin haber oído nunca el nombre de «GenrikhYagoda», el mayor asesino judío del siglo XX, vicecomandante de la GPU y fundador y comandante del NKVD. Yagoda aplicó con diligencia las órdenes de colectivización de Stalin y es responsable de la muerte de al menos 10 millones de personas. Sus ayudantes judíos establecieron y gestionaron el sistema del Gulag. Después de que Stalin dejara de verle con buenos ojos, Yagoda fue degradado y ejecutado, y fue sustituido como verdugo jefe en 1936 por Yezhov, el «enano sanguinario».

Yezhov no era judío, pero fue bendecido con una activa esposa judía. En su libro «Stalin: La Corte de la Estrella Roja», el historiador judío Sebag Montefiore escribe que durante el período más oscuro del terror, cuando la máquina asesina comunista funcionaba a pleno rendimiento, Stalin estaba rodeado de hermosas y jóvenes mujeres judías.”

No era judío solamente Yagoda: también lo eran Lazar Kaganovich, el máximo dirigente de la CHECA; YakovSverdlov (quien inició la llamada «descosacazación», en la que alrededor de 1 millón de cosacos del Don fueron brutalmente asesinados, incluidas mujeres y niños, a menudo enterrados vivos; ordenó el asesinato de toda la familia del Zar Nicolás II), Lavrentiv Pavlovich Beria (inició la masacre de Katyn, entre tantas cosas), Ilya Ehrenburg (instaba a las tropas soviéticas “a matar a los alemanes porque no son humanos”),… Entonces, cuando Alexander Solzhenitsyn escribe lo siguiente: “Debes entender. Los bolcheviques que se apoderaron de Rusia no eran rusos. ¡Odiaban a los rusos! ¡Odiaban a los cristianos! Impulsados por el odio étnico, torturaron y masacraron a millones de rusos sin una pizca de remordimiento humano. La Revolución de Octubre no fue lo que ustedes llaman en América la ‘Revolución Rusa’. Fue una invasión y conquista sobre el pueblo ruso. Más de mis compatriotas sufrieron crímenes horribles en las manos manchadas de sangre que cualquier pueblo o nación jamás sufrió en la totalidad de la historia humana. ¡No se puede subestimar! El bolchevismo fue la mayor matanza humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore esta realidad es una prueba de que los propios medios globales están en manos de los perpetradores. No podemos afirmar que todos los judíos sean bolcheviques, pero sin los judíos no habría habido bolchevismo. Para un judío, nada es más insultante que la verdad. Los terroristas judíos sedientos de sangre asesinaron a 66 millones en Rusia entre 1918 y 1957.”, debes entender que no hay ningún antisemitismo en sus graves palabras. Debes entender que este pensador ruso, soldado soviético, preso de Gulag por años, el premio Nobel cuando interesaba, el investigador franco y profundo… algo sabía de la historia moderna.

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Pedir, apoyar o justificar muertes o daños contra los judíos, en nombre de una ideología radical o de una visión extremista de la religión.” – Algo obvio que no hay que pedir ni para los judíos ni para nadie.

Formular acusaciones falsas, deshumanizadas, perversas o estereotipadas sobre los judíos, como tales, o sobre el poder de los judíos como colectivo, por ejemplo, aunque no de forma exclusiva, el mito sobre la conspiración judía mundial o el control judío de los medios de comunicación, la economía, el Gobierno u otras instituciones de la sociedad.” – No será antisemita Shlomo Maital cuando en el artículo “El Equipo A judío de Biden” de principios del año pasado nombra uno a uno 15 miembros judíos del gabinete de Biden, en los puestos de máxima responsabilidad, empezando por Anthony Blinken, el secretario de estado, etc. (https://www.neaman.org.il/EN/Files/Bidens%20Jewish%20Ateam%20%20%20%20Feb%2011%202021.pdf)

[Kanye West comentó que los judíos tienen el control de los medios. Después de arremeter contra él y acusarle de anisemitismo, Kanye publicó este diagrama donde en el rojo quedan marcados propietarios judíos de los principales medios de comunicación. En verde van marcados los no judíos, en azul no blancos]

Acusar a los judíos como el pueblo responsable de un perjuicio, real o imaginario, cometido por una persona o grupo judío, o incluso de los actos cometidos por personas que no sean judías.” – Como comentamos antes, lo mismo es aplicable a todos los pueblos y naciones.

Negar el hecho, el ámbito, los mecanismos (por ejemplo, las cámaras de gas) o la intencionalidad del genocidio del pueblo judío en la Alemania nacionalsocialista y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial (el Holocausto).” – Un comentario técnico: en 2008 el TC sentenció que la simple negación del Holocausto no es delito en España, salvo que se utilice como instigación al odio. Por lo que se entiende que esta ley no debe ir más allá del Código Penal, o contra el derecho a libre expresión, como sentenció en su momento el TC. En Alemania y en algún otro estado de la UE, la simple negación ya es un delito, castigado con la cárcel.

Culpar a los judíos como pueblo o a Israel, como Estado, de inventar o exagerar el Holocausto.” – La culpa que sea para los culpables, sean quiénes sean. En cuanto a “exagerar”, simplemente hay que ser veraz y coherente en el análisis histórico. En 1989 el número de víctimas de Auschwitz fue reducido – oficialmente – de más de cuatro millones a algo más de un millón. El número de víctimas de Majdanek, de las que en 1944 se habló de que eran casi dos millones, fue reducido en 2005 a 79.000, de las que 59.000 fueron judíos.

Aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático.” – Se trata justamente de lo contrario: pedir lo mismo que a todos los demás. Y ocurre de facto lo contrario: Israel a modo de ejemplo puede no recibir casi refugiados sirios, pero los demás sí deben, y a millones si hace falta. Evidentemente se trata de una asimetría – no tratada por la prensa – que agrava a otros estados, y no a Israel.

Usar los símbolos y las imágenes asociados con el antisemitismo clásico (por ejemplo, las calumnias como el asesinato de Jesús por los judíos o los rituales sangrientos) para caracterizar a Israel o a los israelíes.” – Llegamos a un punto más delicado, y tal vez más ofensivo. Es como negar derecho a los cristianos a ser lo que son. A profesar su fe. Recordemos algunas citas del Nuevo Testamento:

(Jesús a – algunos – judíos principales; no a Pedro, Andrés, Juan… que también eran judíos, o si se quiere israelitas, sino a esos incrédulos) “Vosotros sois hijos del diablo, y queréis cumplir los deseos de vuestro padre.” (Jn VIII, 44)

Es evidente que la ejecución de Jesús se realiza por la orden de Pilato, es decir, de las autoridades romanas, pero por la instigación de los judíos. Además, queda notorio que querían matarle, salvo que se prohíba el Evangelio por “antisemita”, por hacerlo constar: “Después de eso, Jesús anduvo por Galilea; pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo.” (Jn VII, 1) “Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del pontífice que se llamaba Caifás; y deliberaron prender a Jesús con engaño, y darle muerte.” (Mt, XXVI, 3-4). Los que apresan a Jesús, no son romanos sino guardias del Templo: Mc XIV, 43; Jn XVIII, 3. Por eso dirá San Pedro a Sanedrín: “sabed todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por El, este hombre se halla aquí sano delante de vosotros. Este Jesús es la piedra desechada por vosotros los constructores, pero que ha venido a ser la piedra angular. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos.” (Hch. IV, 10-12)

El Nuevo Testamento no es “antisemita”, pero no ahorra culpar a los judíos por su obstinación en no creer en Jesucristo, ni por perseguir a los cristianos. San Pablo mismo es un notorio ejemplo de ello, para después de convertirse pasar a ser perseguido y castigado por los judíos: “Recibí de los judíos cinco veces cuarenta azotes menos uno.” (2Cor XI, 24) Los judíos no solamente que no creen, sino tampoco quieren que los demás crean, llegando a acusarles San Pablo de estar “en contra de todos los hombres”: “Pues vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también vosotros padecisteis los mismos sufrimientos a manos de vuestros propios compatriotas, tal como ellos padecieron a manos de los judíos, los cuales mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres, impidiéndonos hablar a los gentiles para que se salven, con el resultado de que siempre llenan la medida de sus pecados. Pero la ira ha venido sobre ellos hasta el extremo.” (1 Tes, II 14-16) Para terminar, entre numerosas referencias, con una de las más contundentes: “Conozco tu tribulación y tu pobreza – pero tú eres rico – y la maledicencia de parte de los que se llaman judíos y no son más que la sinagoga de Satanás.” (Ap. II, 9) Es decir, lo que importa es la relación con respecto a Jesucristo, porque “Habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego; pero gloria y honor y paz para todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego.” (Rom II, 9-10)

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Por ello, no es de extrañar que los judíos impregnados por la animadversión hacia la religión cristiana el NT sea un elemento sumamente irritable; no menos que en el Knesset un diputado israelí  rompió un ejemplar del NT delante de todos, justificándose diciendo que “Este abominable libro [el Nuevo Testamento] provocó el asesinato de millones de judíos en la Inquisición y los autos da fe.” (https://www.ucanews.com/news/israeli-mp-tears-up-new-testament-in-parliament/56588) La postura de los cristianos, en cambio, se expresa de forma más viva y dramática con las palabras de San Pablo, pidiendo por la conversión de los judíos: “tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne,” (Rom IX, 2-3). Este deseo ardiente lo incorporó la Iglesia en la oración por los judíos el Viernes Santo (antes de la reforma consecuente del Concilio Vaticano Segundo): “Oremos también por los pérfidos judíos, para que Dios Nuestro Señor quite el velo de sus corazones, a fin de que también ellos reconozcan a Nuestro Señor Jesucristo; Omnipotente y sempiterno Dios, que tampoco rechazas de tu misericordia a los pérfidos judíos: oye nuestras preces que elevamos por la obcecación de aquel pueblo; para que, reconociendo la luz de tu verdad, que es Cristo, sean extraídos de tus tinieblas.” En ese día solemne la Iglesia reza también, además por la jerarquía y por los fieles, por los catecúmenos, gobernantes, herejes, cismáticos, judíos y paganos. Es una gran manifestación de caridad. Sin embargo, con la reforma del Concilio Vaticano II, estas oraciones fueron retocadas, suprimiendo su contenido esencial como en el caso de los judíos. Cuando Benedicto XVI invitó al uso del misal tradicional, lo hizo cambiando la oración por la conversión de los judíos. Pero la Iglesia no pudo enseñar el error antes de la reforma conciliar, si no, no sería la Iglesia.

En cuanto a los “sacrificios rituales”, tenemos una situación con cierta analogía. Simón de Trento fue un niño de algo más de dos años cuando en 1475 fue asesinado masacrado. La Iglesia en aquel tiempo juzgó que ritualmente por algunos judíos, que fueron ejecutados por la muchedumbre. El niño fue beatificado en 1588, después de otro examen de su caso, bajo el pontificado de Sixto V. Se concedió la indulgencia plenaria a los que peregrinases al lugar de las reliquias de beato Simonino. Con la bula Beatus Andreas del 22 de febrero de 1755, el papa Benedicto XIV confirmaba la veracidad del proceso y la conveniencia de dedicar el «culto público» a Simonino. Reafirmando que el martirio se había producido a manos de «judíos que odiaban la fe de Cristo».

Pero, en 1965, Pablo VI suprime el culto. Ya sabes, quedaba mal el asunto. Traducción: los papas de entonces eran unos seres de ojos ensangrentados, de mente febril y fantasiosa. Que eran unos antisemitas y que el odio hacia los judíos les salía por las orejas. Y, para no ser culpables, serían unos cachondos afectados por el fanatismo de su tiempo.

Pues espera, señor. No creo yo eso. Si la Iglesia se podía equivocar beatificando o incluso canonizando (en España está el caso del Santo Niño de la Guarda, además canonizado para lo que se utiliza una fórmula dogmática), por ser los papas de entonces unos cachondos, entonces señor la Iglesia no puede tener sentido. Eso equivaldría a atacar frontalmente la Iglesia Católica, desnaturalizándola. Va a ser que no. No pueden obligar a los católicos que aquello fue un mito. Ni lo creo, ni lo voy a afirmar.

¿Se dan cuenta de la gravedad de las implicaciones de esta ley?

El supuesto “mundo libre” es cada vez menos libre. Hay “libertad” para empujar a un niño de pocos años para hacer operaciones, irreversibles además, en su aparato reproductivo. Sin tener libertad para comprar tabaco para sus mayores, como hacía yo por ejemplo cuando me mandaban traerlo desde el quiosco más cercano, naturalmente sin fumar. Todas esas libertades van en contra del orden natural no solamente cristiano, sino secular de miles de años, y de distintas civilizaciones. Esas legislaciones van en contra de herencia cultural y natural de tradiciones multiseculares. Obviamente hecho por diseño, intencionadamente y con un fin determinado. Todo con el lenguaje de neolengua en el nombre del bien de la humanidad. Pero sin que la humanidad pueda levantar la voz en contra. Se prohíbe un análisis clásico, profundo, filosófico, natural con pensamiento fuerte y libre. La investigación histórica tampoco será bienvenida.

Un escrutinio honesto sobre el pasado está bajo amenaza: si no dices lo que  se espera que digas, viene el palo.

Una amenaza elocuente que enseña mucho.

El poder vence, si se adueña del pensamiento.

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