25/11/2024 01:00
Getting your Trinity Audio player ready...

Hay tres temas centrales en el cine de Stanley Kubrick: la violencia, el sexo y el dinero como correlato del poder. Lo que encajaría con los tres niveles de la película identificados por Cristian Campos: “la psicológica, la política y la esotérica”. Su obsesión por la imagen, por la música, por la actuación y su afán de meticulosidad y perfección le hacían documentarse y planificar hasta el exceso. No sólo tenía una vasta cultura que incluía un amplio conocimiento de todas las técnicas relativas al arte cinematográfico, sino que poseía su propia filosofía materialista de la existencia y una proyección histórica del devenir humano, como prueba ampliamente su filmografía.

En su deslumbrante novela Parpadeo (Flicker), el teórico de la contracultura Theodore Roszak presenta el cine como un arte gnóstico cuyo contenido esotérico sólo está al alcance de unos pocos a pesar de que su argumento exotérico está a la vista de cualquiera que se proponga disfrutar de una película. Por eso, con motivo de los 700 años de la muerte del poeta Dante Alighieri (¿el último escritor medieval o el primer autor renacentista, como se pregunta Ángel García Galiano?), queremos homenajear su gran obra, La Divina Comedia, con el análisis exhaustivo de una obra maestra del cine directamente influenciada por el poema épico de Dante: Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados, 1999). Si al principio del poema Dante nos dice “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”; lo mismo puede afirmar el protagonista de la cinta de Kubrick, el doctor William Harford (Tom Cruise): un yuppie casado con una barbie que, juntos, viven felices en la capital mundial del —antes del 11S— Imperio que domina el mundo.

Según Miguel Naveros, autor de La ciudad del sol, una ficción puede ser cervantina o shakesperiana atendiendo al estrato social de sus protagonistas: nobles o plebeyos; ricos o pobres. Eyes Wide Shut, qué duda cabe, es de las segundas puesto que trata sobre hombres de dinero (de poder): la burguesía y sus vicios es una constante. De hecho, el tema del film es la fantasía. Todos los coqueteos y las riadas de deseo de Harford son puras fantasías sin consumar. Al final de la película Alice (Nicole Kidman), su mujer, le dice: “para siempre no”, ante la propuesta de él de un amor eterno porque esa es la gran fantasía sin parangón. Eyes Wide Shut es una de las películas más fascinantes de la historia y, por tanto, una de aquellas sobre las que más tonterías se ha dicho. Los críticos se descentran por aquello de ver mucha anatomía femenina expuesta en pantalla. Trataremos de superar con creces dicho escollo en nuestro análisis exhaustivo que, en ningún caso, aspira a ser cerrado o coherente —aunque tampoco quiere ser una apología de lo contrario— en todos sus planteamientos porque no creemos que la película siga tampoco ninguna de dichas máximas. Como dijo Eugenio Trías, “Eyes Wide Shut demuestra que la única interpretación posible de una obra de arte es siempre otra obra de arte”.

Sinopsis: William Harford es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice —cuyo nombre puede hacer referencia a la obra del pederasta Lewis Carroll— le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él. (Fuente: FILMAFFINITY)                  

LEER MÁS:  No puedes entender 2021 sin haber visto "El juego del calamar". Por Guillermo Mas

Secuencia de escenas: 1) Escena doméstica con últimos retoques antes de la fiesta; 2) Llegada a la fiesta: saludos al anfitrión Ziegler, baile entre Cruise y Kidman, reconocimiento del pianista y conversación, flirteos con el húngaro y las modelos, respectivamente, sobredosis de la amante de Ziegler en el baño; 3) Discusión: porro, celos de ella, confesión y rostro de él, llamada que obliga a Bill a salir; 4) Velatorio: pasillo, cadáver, beso con la hija del muerto, confesión de amor, llega el marido, una versión “de saldo” del propio Cruise; 5) Paseo nocturno, flashes de la infidelidad imaginada de su mujer, pandilleros borrachos, prostituta que le lleva al apartamento, llamada de su mujer, pago; 6) Local de jazz, amigo pianista, conversación sobre una extraña fiesta, la clave es: Fidelio; 7) Tienda de disfraces, hija del dueño atraída por Cruise; 8) Taxi hasta el castillo, entrada con la contraseña, ritual con las sacerdotisas, alertan a Cruise, camina por la orgía, descubrimiento y juicio, expulsión con sacrificio interpuesto; 9) Regreso a casa, sueño de Alice y relato del resto, cara de espanto de Cruise; 10) Búsqueda de Nick en el local (cerrado), en la cafetería (camarera-amante) y en el hotel (recepcionista que le tira los trastos a Cruise); 11) Vuelta de tienda de disfraces y ofrecimiento de sexo con la menor; 12) Bill vuelve al castillo y le dan una carta donde es amenazado; 13) Vuelve a casa y sigue obsesionado por la infidelidad fantasiosa. Su mujer le mira con lujuria anticipando la consumación redentora de la pareja que se volverá explícita al final de la película; 14) Bill llama cachondo a la viuda pero contesta el marido de ella; 15) Vuelva al apartamento de la puta. No la encuentra pero seduce a su compañera que, tras pensárselo un poco, le dice que Domino —cuyo nombre proviene de un tipo de máscara veneciana— era seropositiva; 16) Bill huye del calvo que le sigue y lee el periódico en una cafetería; 17) Bill va al hospital porque cree que allí está la mujer que le salvó. Le dicen que ha muerto. Las dos mujeres que más le han atraído en las últimas horas y que son candidatas a haberle salvado en la orgía han muerto; 18) Ziegler llama a Bill. Conversación ante una mesa de billar roja donde le dice que nada es lo que parece y que todo son tonterías de Bill, un pobre profano que ha dejado volar su fantasía; 19) Al volver a casa Bill, se encuentra la máscara colocada en su almohada junto a su mujer, se derrumba y le confiesa todo a su Alice; 20) Conversación final en la juguetería e invitación a follar de Kidman a modo de cierre. FIN

Autor

Guillermo Mas Arellano