21/11/2024 20:02
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Muchos nos damos cuenta de que en este mundo existe un poder supranacional de donde provienen normativas y legislaciones que son posteriormente aprobadas y acatadas por los distintos gobiernos nacionales.

Pocos, sin embargo, son los que, percibiendo sus contradicciones, nos adentramos a investigar la naturaleza y las intenciones de ese Poder.

Quienes nos atrevemos a realizar una labor de investigación seria, pronto nos encontramos con datos que muestran a una Oligarquía o Élite obsesionada con el poder y responsable del rumbo de los principales acontecimientos de la Historia.

Sólo cuando se avanza en esta investigación se puede llegar a conocer la evolución y la expansión de esta Oligarquía.

Tras ello, se evidencia la verdadera intención de sus actos; algo que nos delata, con poco margen de dudas, la naturaleza no humana de este Poder.

La información disponible, aun siendo contundente, es fácilmente ridiculizada con las armas del poder mediático y político, impidiendo que pudiese ser observada objetivamente por el ciudadano.

Para desautorizar las informaciones se utilizan las viejas tretas propagandísticas, propias de los Manuales de Operaciones Psicológicas con los que pocos estamos familiarizados, como son la ridiculización, la diversión o el aislamiento social.

De esta forma se impide un necesario estudio y debate (entre expertos independientes y multidisciplinares) de las pruebas que evidencian la realidad de los hechos.

No obstante, aquellos que aplicamos cierto sentido común y discernimos más allá de las creencias implantadas, podremos reconocer, sin grandes dificultades, la coherencia del presente artículo-análisis.

 

Para derogar la soberanía de los pueblos y naciones, así como el criterio y discernimiento personal, este Poder emplea unas eficaces herramientas, capaces de conducir y subyugar a la población.

Estas herramientas forman parte inherente de un singular régimen diseñado por ellos, llamado eufemísticamente “democrático”, en donde el demo (pueblo) es manipulado y dirigido por medio de la propaganda, el deseo y el temor.

Básicamente se agrupan dentro de tres poderes o estructura:

 

I-Poder financiero:

Es constatable que la creación de la banca internacional, “La Usura”, fue la base sobre la que se construyeron los pilares del actual poder mundial.

La posterior adhesión económica de cada país a los criterios “de endeudamiento” de la banca internacional fue un “pérfido” proceso “cabalmente” premeditado e indefectible. Conseguida esta adhesión, el control de los gobiernos ha ido quedando gradualmente en sus manos.

Una vez controlados los gobiernos, éstos facilitaron el endeudamiento y el sometimiento de las economías nacionales a las políticas implantadas por la Élite Financiera u Oligarquía Global.

II-Poder mediático:

Para que este proceso de sometimiento de las soberanías pudiese vencer todos los obstáculos, éticos y culturales, se requería modificar el pensamiento.

Era necesario suplantar los antiguos pilares éticos por otras actitudes más rentables que

facilitasen la transición deshumanizadora que la “Nueva Agenda” requería.

Para esto, se priorizó la adquisición de los medios de comunicación (no sólo de los grandes sino también de los pequeños grupos o pequeños pero influyentes Digitales) y de entretenimiento y la creación de nuevas infraestructuras mediáticas.

Con este enorme poder, se aplican las más sofisticadas técnicas de ingeniería social, capaces de moldear cualquier tipo de opinión o corriente de pensamiento.

De esta forma, se crean las opiniones que se requieren, para así poder aplicar legislaciones que, sin una actitud colectiva previa adecuada, habrían provocado rechazo social.

III-Poder político:

Al ser, el poder mediático, el encargado de presentar los diferentes productos ideológicos,

también es el encargado de proponer las diferentes opciones políticas que pueden ofrecerse al ciudadano. Unas opciones que, inevitablemente, favorecerán el avance de su agenda.

Con ello, el ciudadano se siente libre para elegir entre estas diseñadas opciones políticas.

Parece ignorar que, sin el beneplácito mediático, cualquier opción que perjudicase al poder, sería ridiculizada mediáticamente, como sucede en la actualidad con los médicos, abogados y otros profesionales que están en contra del Plan de Poder por medio de las medidas “anti-COVID”.

Así, bajo el peso de esta sofisticada propaganda, el ciudadano, siente una ilusoria sensación de libertad.

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Esta sensación le impide percibir que, esta “libertad”, está siendo diseñada por quienes le han privado de su verdadera libertad.

Una vez desplegados estos tres poderes mencionados, surge la necesidad de crear una

estructura global que les dé una apariencia de legitimidad.

Para esto, la élite ha manufacturado unas instituciones internacionales, desde donde encauza y dirige la labor de sus gobiernos títeres.

Estas instituciones supraestatales, militares, financieras, filantrópicas y ONG´s, suelen presentarse bajo brillantes eslóganes humanitarios.

De esta forma, aprovechando la buena fe y la candidez de un ciudadano atosigado, pueden fácilmente encubrir sus verdaderas actuaciones.

 

Planes y Métodos:

Una vez constituida la infraestructura mencionada, ésta se encauza, firmemente, en la consecución de una serie de planes, conducentes a un objetivo final.

Para la consumación de este objetivo se utilizan ciertas estrategias y astucias que camuflan su verdadera intención.

De esta forma los métodos empleados y los objetivos propuestos son aceptados por la mayoría de la ciudadanía, eliminándose así los obstáculos éticos.

A partir de entonces, aquellas minorías que no se quieran doblegar a estas corrientes de

pensamiento, se verán acorralados por astutas palabras “policiales” tales como: negacionista, racista, homófobo, xenófobo, machista, reaccionario, fascista o nazi…

Tras ello, temiendo el desprecio social, la persona acepta aquello que sería inaceptable hace unos años.

Los 7 planes básicos:

1)-Destrucción de las culturas.

Es un hecho observable que las raíces y valores religiosos y culturales están siendo eliminados y suplantados por otros valores, rentabilizados al servicio de una desenfrenada codicia.

Para ello, con la ayuda de la educación obligatoria y el poder mediático, se ha generado un

desarraigo globalizado. Este desarraigo se ha acelerado tras la instigación de migraciones masivas y el fomento del multiculturalismo.

Una vez eliminadas las singularidades religiosas y culturales, ha sido fácil crear una sociedad globalizada al servicio de un poder mundial concentrado en pocas familias.

De esta forma, las naciones han entregado su soberanía a una Élite Pérfida, “con piel de

Cordero y como sepulcros blanqueados”, que las ha esclavizado por generaciones.

Este Gobierno Global, camuflado bajo su disfraz filantrópico, sabe bien cómo introducir las adecuadas políticas que le permitirán el control total de la población.

2)-Destrucción de valores y arquetipos:

Las culturas y las civilizaciones se han fundamentado siempre sobre unos fuertes pilares

religiosos. Estos valores han sido el fruto de la labor y las conquistas de sus hombres de Dios, sabios y héroes, que supieron encontrar un sentido grandioso a la existencia.

La descristianización, ateísmo, banalización y relativismo, introducidos a través del poder mediático y la educación, han ido destruyendo estos pilares.

La desprotección, que provoca la desaparición de estos valores, ha dejado a la persona a

solas con el poder mundial. Un poder que pretende ocultar (bajo una hábil ingeniería social y una reluciente tecnología) la actual deriva existencial que arrastra al individuo, tras haber sido desarraigado de sus orígenes, de su Filiación Divina, o en el caso de las religiones no cristianas de su consciencia como criaturas de Dios.

Es evidente que una sociedad productiva necesita introducir en sus ciudadanos sus valores productivos. Pero, para conseguir esto, debe antes eliminar los tradicionales valores humanos e instaurar otros valores más rentables. Este proceso se realiza a través de un eficaz sistema de adoctrinamiento escolar obligatorio.

Algo que es complementado posteriormente por un ingenioso sistema mediático.

3)-Destrucción de La Ley u Orden Natural:

En cualquier grupo natural, sus miembros saben reconocer a aquellos que poseen las mejores cualidades intelectuales y humanas para proteger a la sociedad.

Esto ha permitido que se hayan organizado tradicionalmente en una estructura jerárquica.

Esta jerarquía natural sucede espontáneamente en personas y animales.

Los animales (al igual que las personas) mantienen esta jerarquía hasta que son domesticados o socializados como ciudadanos.

Tras esta “domesticación” los líderes son eliminados, convirtiéndose entonces la manada en ganado.

Entendido esto, es fácil comprender por qué la jerarquía (que no la élite) ha sido, hábilmente, destruida.

Tras ello, se ha instaurado el igualitarismo de granja, que es aceptado como un valor social.

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4)-Destrucción de la clase media:

Acabar con la iniciativa privada permite la hegemonía de las grandes multinacionales.

Acosada por los impuestos del gobierno y la competencia desleal de estas multinacionales, la clase media está condenada a desaparecer.

Teniendo en cuenta que, tanto las multinacionales como los gobiernos, pertenecen o colaboran con la élite, se comprende el que las políticas estatales favorezcan el acoso fiscal a la iniciativa privada.

Este panorama ofrece a las nuevas generaciones dos posibilidades de sustento: el funcionariado o trabajar en esas multinacionales. De esta forma la dependencia de la élite es total.

5)-Destrucción de la familia:

La familia es el lugar en donde el ser humano recibe la herencia afectiva e intuitiva de sus

raíces ancestrales, tanto religiosas como culturales o sociales. Cuando esta afectividad e intuición se mantienen despiertas, permiten el desarrollo de un intelecto sano e independiente.

Por esta razón, sin el adecuado desarraigo, sería imposible encauzar a la persona en el ambicioso Plan Oligárquico Global diseñado por la Élite Cabal.

Por tanto, para que este desarraigo y deterioro constante de lo divino y humano sea “irreversible”, la destrucción de la familia debe ser un objetivo prioritario y constante.

Para llevar a cabo esta destrucción, la promiscuidad, la homosexualidad o sodomía, la banalización y la confusión de los roles sexuales, mediante la llamada ideología LGTBI, han sido imprescindibles.

6)-Destrucción del intelecto:

La capacidad intelectual está relacionada con la capacidad introspectiva personal.

Siendo esta capacidad introspectiva un peligro para la agenda globalista, la ingeniería social se ha esmerado en implantar la mente emocional.

Tras ello, con la colaboración mediática y de una forma inadvertida, la mente emocional ha

ido suplantando gradualmente al intelecto.

La mente emocional funciona en un sistema binario, definido por las polaridades del deseo

y el rechazo.

Una vez que la personalidad ha sido formateada “reseteada” dentro de los límites de

este sistema binario, la información que recibe, es archivada como filia o como fobia.

Una vez adoptada la perspectiva emocional, en la que prima lo que se siente frente a lo bueno y verdadero que nos hace felices, es eliminada cualquier discriminación o reflexión

que pudiese contradecir los esquemas conceptuales y emocionales implantados por la Ingeniería Social.

Al instaurar este sistema bipolar de pensamiento (propio de animales), se facilita la labor de encauzar opiniones o de manipulación.

7)-Fractura social e individualismo:

Para poder avanzar en este recorrido perverso, pérfido y satánico, es necesario fracturar a la sociedad y aislar a la persona, dejándolo a solas frente al poder.

Las luchas de clases, de género, de religión, de razas, de sexos, de ideologías…, han sido astutamente cultivadas y fomentadas, desde el poder hegemónico talmúdico.

Tras esta implantación, nuestra sociedad se ha ido fraccionando en grupos ideologizados,

incapaces de comunicarse entre sí e ineficaces para defenderse de un enemigo común.

Esta división se agrava tras el continuo enaltecimiento del egoísmo, tan promocionado mediáticamente. Este egoísmo favorece el espíritu consumista y acelera el aislamiento.

La creación continua de conflictos, catástrofes, pandemias, delincuencia, yihadismo…, se convierte así en una labor necesaria para someter al ciudadano.

Tras ello, la Ingeniería Social, procedente de las armas del Poder antes mencionadas, puede convencerle de que cualquier atrocidad (perversiones sexuales, genocidios eugenésicos, eutanásicos o étnicos, invasiones migratorias…), es un acto humanitario que la Élite Global hace por nuestro Bien.

Autor

Daniel Ponce Alegre