28/04/2024 22:27
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Como no podía ser menos desde VOX han solicitado al Tribunal Supremo una declaración testifical de Yolanda Díaz y de Jaume Asens por la ilegal reunión con el delincuente prófugo Carlos Puigdemont. En Moncloa han intentado colar el afán de protagonismo de la vicepresidente quien, dicen,  motu proprio decidió viajar para entrevistarse con quien carece de inmunidad retirada por el Parlamento Europeo. Es evidente que detrás de la maniobra pública está la mano directora de Pedro Sánchez seguro de que España se traga lo que le echen. Lo cierto es que esta reunión ha incumplido los Art. 463, 464,465, 466 del Código Penal. Mal asunto la pérdida de credibilidad de la Justicia si permite violaciones de la Ley con sesgo arbitrario porque es una invitación a que cada cuál decida tomar la ley por su mano con todo lo que implica si alguien decide que lo que sucede puede transformarse de modo alegal o poco ortodoxo para los supuestos democráticos de una separación de poderes inexistente.

La conculcación del Código Penal es evidente con la Ley en la mano y no debería valer la justificación del momento y el cariz olvidadizo de esta sociedad saturada de corrupción política, ante todo política, para pasar página cuando la líder de la formación Sumar debería estar a disposición judicial, previa inhabilitación para ejercer cargo público y menos en radical representación como cargo ministerial o del propio Gobierno.

VOX obra con la coherencia de la que carece un desgobierno presidido por los intereses tabernarios de quien quiere repetir legislatura con pactos oscuros que seguramente no son los más graves de cuantos flotan en la superficie de estas aguas turbias de la especulación y negociaciones con los actores principales del desmantelamiento constitucional. No sólo el PSOE mismo, salvo honradas y aparente excepciones-no tan honradas si sólo fuera una apariencia sin solidez en la contraposición con las veleidades sanchistas para luego volver siempre al redil sectario-, sino también los socios de artificio del denominado gobierno Frankenstein, saben que los 7 votos de Junts son la antesala que echará el resto en la propuesta de la desintegración territorial hacia la recta final del objetivo propuesto a corto, medio y largo plazo; el que se inició después de un 11-M irresuelto que dio a Zapatero la oportunidad de abrir esta caja de Pandora cuyos males producen el efecto deseado con una Oposición debilitada frente al intervencionismo contra las instituciones del Estado.

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Redacción
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