28/06/2024 07:29

Reproduzco en esta mini serie en “ÑTV España” los cuatro últimos artículos que escribí en “PR noticias” sobre el más desastroso y hasta tonto Presidente del Gobierno que ha parido madre (salvo para chupar de Venezuela y el comunismo).

Serie sobre ZP (1) El político más nefasto que dieron el PSOE y España

Lo publiqué el 28/12/2009 y con el pseudónimo de “Averroes” (que conste, que no lo hacía por censura, sino para poder escribir más de un artículo un mismo día) y como fácilmente verán, “el de la Zeja” llevaba ya 4 años en el Gobierno. España atravesaba el momento económico más difícil, no solo de la Transición sino de la posguerra y los Gobiernos de Franco, porque Europa tenía ya sus “hombres de negro” dispuestos a plantarse en Madrid y hacerse con las riendas de un país que ya no podía ni respirar.

¡Ay, y entonces los periodistas que hoy tanto le critican como responsable de todos los males que llegaron con su “Ley de Memoria Histórica”, hubiesen publicado lo que ahora publica!… ¿Dónde estaban los que hoy tanto hablan? y es que los “periodistas corcho” abundan desde que la Facultad de Ciencias de la Información no ha parado de fabricar gente resentida para el paro.

Bueno, yo cumplí entonces y ahora releyendo me doy cuenta, quizás, de las muchas horas que he perdido soñando con las urnas y con la Democracia. ¿Cómo es posible que un país, que unos ciudadanos, que no leen, que sólo piensan en conseguir un buen paro o una buena subvención (o sea, vivir sin trabajar y lo mejor posible) ahora van a ser distintos? Pues, pasen y lean aquel primer artículo (mañana tendrán el siguiente):

«NI EL PSOE PODÍA LLEGAR A MENOS, NI ZAPATERO A MÁS»

La historia del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) se puede contar con las biografías de cinco personajes: Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos (Juan Negrín fue otra cosa), antes de la Guerra Civil y uno posterior: Felipe González. Del primero, el fundador, el abuelo, todo lo que se diga es poco y siempre a su favor. Cuentan sus biógrafos que en 1898, cuando ya el PSOE comenzaba a ser alguien en la vida política, pero aún no tenía fuerza electoral, se presentó a unas elecciones generales a sabiendas de que no iba a salir elegido y pocos días antes se presentó en su casa el mismísimo subsecretario de la Presidencia del Gobierno para ofrecerle en nombre de Sagasta, el líder indiscutible del Partido Liberal, un acta de diputado, sólo con que renunciara a algunas de sus reivindicaciones laborales y sociales. El “abuelo” no sólo se indignó y despidió al enviado gubernamental sino que dijo en público:

Había aceptado la revisión de que el señor Sagasta, además de político hábil, era buen conocedor de los hombres, y veo que semejante versión es total y absolutamente equivocada. El partido socialista tiene los mayores deseos deshacerse representar en el Congreso; pero para que el logro de ese deseo le satisfaga es indispensable que quien le represente pueda entrar por la puerta grande y con la cabeza levantada .Lo que se me ha propuesto me autoriza a decir que el señor Sagasta no lleva camino de conocer a los socialistas.”

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Pero, no contento con estas palabras todavía aquel mismo día envió una circular a todos los aspirantes a diputados, en las que entre otras cosas decía: “Los candidatos deberán estar afiliados al partido y serán presentados por las Agrupaciones. Serán excluidos del PSOE las agrupaciones y los individuos que hagan pactos o alianzas con los partidos burgueses o sus candidatos. Asimismo serán expulsados los que voten o realicen trabajos a favor de cualquier candidatura burguesa”. Naturalmente esto le costó bien caro al bueno de Pablo Iglesias, pues no conseguiría un acta de diputado hasta 12 años después. Eso sí, cuando entró en el Congreso lo hizo como socialista y como republicano y con la cabeza alta. FUE LA HONRADEZ PERSONIFICADA.

Desaparecido Iglesias ocupó el primer plano el hombre que el “abuelo” eligió como su sucesor, es decir, don Julián Besteiro. Y del intelectual y catedrático Besteiro, el más grande de todos los socialistas españoles, basta con recordar el gesto que tuvo al finalizar la Guerra en 1939.Cuando todos los gerifaltes republicanos, civiles o militares, huían como ratas y abandonaban el barco que ellos mismos habían hundido, el bueno de Besteiro, un demócrata empedernido enemigo de cualquier tipo de dictadura (incluida la del proletariado marxista),decidió quedarse en Madrid y esperar a los vencedores, a sabiendas de que podía ir directo al paredón. Entonces aquel dignísimo Besteiro se negó a coger el último avión y dijo: “ Yo no puedo abandonar a mis gentes y a mi pueblo en la hora de la derrota. Aquí me quedo y que sea lo que Dios quiera”. FUE LA CONSECUENCIA Y LA SINCERIDAD DEMOCRÁTICA.

Y de Besteiro a Largo Caballero, el obrero. No fue el estuquista un dechado de inteligencia y a él se debió la deriva del socialismo al comunismo, e incluso sería uno de los principales responsables de la Guerra Civil. Pero, en su haber hay que recordar el gesto de honor y patriotismo que tuvo cuando siendo Presidente del Gobierno arrojó de su despacho y de malas maneras a un insolente embajador ruso qué quería manejarle como a una marioneta (lo que luego harían con Negrín). Por encima de su conveniencia política puso a España… y eso le costó en pocos meses la pérdida del Gobierno. FUE EL HONOR DEL SOCIALISMO Y DE ESPAÑA COMO NACIÓN.

Después habría que hablar de Indalecio Prieto, aquel vasco que sentía a España tan hondamente que luchó por erradicar de Euskadi a los nacionalistas del PNV y que ya iniciada la Guerra gritó contra los fusilamientos y los “paseos” sin justicia. Fue aquel que los días de las matanzas de la Cárcel Modelo y Paracuellos dijo en voz alta: “Señores, con estas matanzas inútiles ya hemos perdido la guerra”. FUE POR ENCIMA DE TODO UN HOMBRE DE ESTADO. Y por último un recuerdo para el socialista que se atrevió a criticar a Lenin en Moscú y pedir libertad para los rusos. FUE UN INTELECTUAL HONESTO Y UN SOCIALISTA DE LOS PIES A LA CABEZA. Fernando de los Ríos.

O sea, honradez a prueba de bombas, honestidad democrática, honor y españolismo, sentido de Estado y socialismo puro… ¡esa fue la herencia que se encontraron los modernos Felipe González y Rodríguez Zapatero! ¿Y cómo la administraron? En honor de Felipe González hay que decir que al menos intentó conservar algo y que lo habría logrado si no hubiese caído en la corrupción y la guerra sucia. Con él el socialismo inició la pérdida de la honradez y la honestidad democrática, pero mantuvo el españolismo y algo del sentido de Estado.

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Lo de Rodríguez Zapatero es distinto. Porque lo primero que salta a la palestra es que el de León ni es socialista ni es nada. El señor Zapatero es un niñato analfabeto, un correveidile, un saltimbanqui, que se encontró en el arroyo el Poder y lo está utilizando como un niño un cuchillo afilado. El heredero que ha terminado dilapidando la herencia histórica en fotos y marketing. El nuevo “tahúr” del “Misisipi” que juega con cartas marcadas, pero sin saber ni a lo que juega. No es de extrañar, pues, que los viejos socialistas le llamen el niñato”. ¡Dios, si aquellos hombres levantaran la cabeza y vieran en qué manos está el Partido y España! Un Partido que ya no es más que un rebaño de ovejas, donde cada cual sólo defiende su sueldo y su puesto en las listas y una España que está vendiendo a trozos. A tantos millones el voto (puro estilo Romanones). ¿Qué le importa al niñato el histórico PSOE de Pablo Iglesias? ¿Qué le importa España y una unidad de quinientos años? Está claro, si a este muchachito analfabeto le dejan un día más el juguete España acabará vendiéndose en el Rastro y si le dejan el Partido dentro de dos años no lo reconocerá ni la madre que lo parió (en este caso padre). Por eso hay que decirlo bien alto y bien claro: NI EL PSOE PODÍA LLEGAR A MENOS NI ZAPATERO A MÁS.”

Julio Merino

Periodista y Miembro de la Real Academia de Córdoba

Nota del editor: aunque  no se convenga en el argumentario de los colaboradores, se respeta la libertad de expresión, ya sea en la crítica o la aprobación, desde la ponderación y el respeto a la legalidad.

 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Surreal

En el cuadro de honor de la historia de los más antisociales de los líderes españoles (todos ellos sicarios del poderoso sionismo masónico)

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