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El 25 de septiembre Italia convoca a las urnas en elecciones generales. Se eligen 400 diputados y 200 senadores que junto al nuevo gobierno marcarán el rumbo del país en los próximos 5 años. La última encuesta realizada por Tecnè y dada a conocer por TGCOM 24, estima que el número de escaños para la coalición Lega, Forza Italia y Fratelli d’Italia son mayoría: 262 en diputados y 133 en el Senado.
Si los resultados finales se acercan a las estimaciones, podemos encontrarnos con un gobierno de derechas fuerte y con capacidad para aplicar las medidas prometidas para resolver los graves problemas que hoy sufren los ciudadanos. Según la opinión mayoritaria, los italianos confían en una mujer, Giorgia Meloni para presidir el próximo consejo de Ministros y llevar adelante la nueva etapa política. Si así fuese, sería la primera vez que esto sucede en el país y además encabezando una coalición conservadora en lo social y liberal en lo económico.
Según el sondeo conocido ayer, 6 de septiembre, Fratelli d’Italia sumaría un 24,8%, Lega un 12,1% y Forza Italia un 10,4%. Las coaliciones en lo proporcional se sitúan en un 48,7% para la centro-derecha y un 27,9% para la centro-izquierda liderada por el Partito Democratico de Enrico Letta. Completan el cuadro el Movimento 5 Stelle de Giuseppe Conte con 11,9%, el llamado Tercer Polo de Calenda y Renzi con 6,1% y un 5,4 repartido entre partidos menores donde el actual Ministro de Exteriores, ex vicepresidente y ex cinquestelle, Luigi Di Maio recoge un 0,9%.
Con estos datos no es para menos el nerviosismo, la inquietud y, en algunas manifestaciones, el absurdo, ante una inminente derrota aplastante en las urnas. El líder del progresismo, Enrico Letta, insiste en afirmar en el periódico alemán Die Zeit que “Meloni es un peligro para Italia”. En la entrevista, Letta ha hecho un coctel de peligrosos antieuropeos y enemigos de Occidente donde caben Marine Le Pen, Viktor Orbán, Donald Trump, los polacos del Pis e incluso los españoles de Vox. La desesperación del Partito Democratico queda en evidencia cuando su líder afirma que “Si Italia, uno de los grandes países de Europa, se ‘orbaniza’ con un gobierno dirigido por Meloni, sería un gran peligro para el país, pero también para Europa”. Para Letta la manera de frenar a la derecha y evitar el riesgo de la democracia, es el voto para su partido “democrática y progresista”.
Agitar el espantajo del fascismo cada día es menos efectivo en la península ya que acusar de ello a la presidente del grupo parlamentario europeo Conservadores y Reformistas, carece de seriedad. Sin embargo, y a pesar de las encuestas y la percepción general en el país, para el progresismo y la izquierda italiana, el miedo, el descalificativo y la mentira son utilizados como un instrumento para intentar evitar la debacle electoral y la pérdida del poder. El 25 de septiembre el pueblo italiano soberano dará su veredicto.
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