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Entrevista con Gundars Kalve, voluntario leton en la guerra de Ucrania. Agricultor, padre de cuatro hijos, miembro de la Guardia Nacional de Letonia y miembro de Alianza Nacional (uno de los partidos de la coalición de gobierno), con la que fue elegido vicealcalde de su municipio, Gundars dejó atrás su vida en Letonia para unirse a las filas de los defensores de Ucrania.
¿Por qué está en Ucrania? ¿Qué le hizo abandonar su vida en Letonia para ir a combatir a otro país?
Porque que veo a Rusia como el mayor enemigo de Europa del Este y, especialmente, de la región del Báltico. Rusia nunca nos ha traído nada bueno e históricamente ha intentado conquistar nuestro territorio. Siempre he creído que había que evitar por todos los medios posibles que se repitiera una ocupación de Letonia como la que sufrimos en 1940. Así que la guerra en Ucrania me dio la oportunidad legal de luchar contra los ocupantes de la manera más directa: matándolos. En 2014 planeé llegar a Ucrania, pero por varias razones no lo conseguí hasta 2018. Desde entonces he viajado a Ucrania con regularidad y conocido a distintas unidades, como Azov, que luchaban en la frontera en el Donbás. Por lo tanto, cuando comenzó la gran guerra, no tuve ninguna duda en que tenía que involucrarme en la lucha contra los ocupantes rusos, y el 26 de febrero fui a Ucrania. El 28 de febrero, a las 8 de la mañana, me presenté en el comisariado de guerra para unirme a la legión de voluntarios extranjeros. El primer mes recibí un curso de formación en Lviv, en las filas del batallón georgiano, y después fui enviado a la base de Azov en Kyiv para completar el entrenamiento de guerra. Aunque soy miembro de la guardia nacional de Letonia y he recibido entrenamientos bastante específicos, todo se desvanece con el tiempo y esta instrucción me resultó muy útil. Tras finalizar el entrenamiento me uní al batallón Karpatska Sich en servicio en Irpin, no lejos de Kyiv. Después luchamos en Romanovka, un pueblo más cercano a la capital, defendiendo a nuestras unidades de artillería de los saboteadores. De allí nos enviaron a Kharkiv, al frente de Izium. Nuestro sector se encuentra cerca del pueblo de Barvinkove, entre Izium y Sloviansk. No hemos perdido ni un metro cuadrado y hemos ampliado el frente hacia la frontera rusa. Así que nuestro sector es significativo porque el ejército ruso no se ha adentrado más en el interior, sino todo lo contrario: les hemos hecho retroceder hasta su frontera.
Por supuesto, no fue una decisión sencilla separarme de mi familia y de mi granja, ni tampoco dejar de disfrutar de los beneficios de mi trabajo. Pero, evaluando qué contribución podía hacer quedándome en casa o yendo al frente, no tuve dudas, debía ir a Ucrania. Me interesan más tener la conciencia limpia y el honor con respecto a la nación ucraniana que las comodidades.
¿Qué puede decirme sobre la situación allí? ¿Cómo es la moral de los soldados ucranianos?
La situación en Ucrania no es sencilla, y no lo será hasta que el ejército ruso no sea completamente derrotado. Por supuesto, se trata de un proceso largo y estamos esperando las entregas de armas de los países amigos. Especialmente la artillería de largo alcance, armas con dispositivos precisos como los HIMARS y los M777, que destruyen tanto las unidades rusas como sus depósitos de munición a muchos kilómetros del frente y con gran precisión, sólo tenemos que dar las coordenadas y poco después son destruidos. Por lo tanto, en este caso todo el mundo es responsable del resultado de esta guerra. Los ucranianos como soldados cumplirán con su deber, los ucranianos como nación cumplirán con su deber, pero el mundo entero debe asumir la responsabilidad de entregar nuevas armas. Seamos realistas, al principio de la guerra Ucrania peleaba con el anticuado equipo y armamento soviético. Además, Rusia había hecho todo lo posible para debilitar a Ucrania durante los mandatos de presidentes postsoviéticos como Yanukovich y otros traidores. Debemos entender que los ucranianos no pueden pelear con las manos desnudas. Nosotros, los letones, hemos dado mucho con respecto a nuestro presupuesto, creo que somos los segundos detrás de los estonios, si comparamos con el PIB. Pero también hay que despertar a la vieja Europa, Alemania, Italia o Francia, que pretenden que esta guerra no les afecta y están más preocupados por las pérdidas económicas si Rusia cierra sus tuberías de petróleo y gas. Tenemos que entender que la guerra pronto entrará en [otro lugar de] Europa del Este, si no derrotamos a Rusia en Ucrania.
Respecto a la moral, es muy alta, ya que no hay grandes batallas perdidas. Los rusos pensaron en capturar Ucrania en pocos días y fracasaron, más tarde pospusieron este momento hasta un mes, luego dos meses. Hay que entender que casi habían llegado a las calles de Kyiv. En la actualidad, la vida civil en Kiev es totalmente normal, la gente va a trabajar, los niños a los jardines de infancia, nada indica que 600 km más allá se esté produciendo una guerra. Kyiv está liberado, Hostomel está liberado, Bucha está liberado, Sumy está liberado, Kharkiv ha superado el asedio y ha empujado a los rusos 20 km atrás, lo que significa que hay pequeñas victorias en el lado ucraniano. Cada victoria eleva la moral y, por el contrario, las pérdidas la disminuyen. Escuchamos el 100% de las conversaciones entre los rusos, tanto en la radio como en los teléfonos móviles, y según estas conversaciones la moral del lado ruso es muy, muy baja. Por lo tanto, hay que golpearles cuanto más intensamente mejor. En resumen, ¡estamos esperando las armas!
¿Ha conocido a otros combatientes extranjeros?
Por supuesto, he conocido a muchos, ya que yo mismo he formado parte de la legión extranjera. Hay polacos, checos, colombianos, brasileños, españoles, portugueses y, por supuesto, letones, lituanos y estonios. Sería más fácil responder a lo que no he conocido. Hay coreanos, japoneses, americanos, muchos canadienses, ingleses, franceses… De todo el mundo. También hay azerbayanos, kurdos, libios, húngaros y croatas.
Rusia considera a los voluntarios como mercenarios y no les aplica el derecho internacional. De hecho, varios extranjeros han sido condenados a muerte por los separatistas prorrusos. ¿Cree que esta amenaza ha disminuido el número de voluntarios que quieren luchar por Ucrania?
No, no he notado esa tendencia. Los voluntarios vienen continuamente en grupos más o menos grandes (10-30 personas, aproximadamente 2 secciones de un pelotón). Los dividimos entre los que hablan inglés y los que hablan español para asignarles comandantes que hablen su idioma. Hay muchos sudamericanos que hablan español o portugués, y se les asignan comandantes que tienen el español como lengua materna o lo hablan muy bien. Los voluntarios de habla inglesa (estadounidenses, canadienses, australianos), tienen comandantes con muy buenos conocimientos de inglés. Así que no disminuye el flujo de voluntarios, llegan en rachas y se someten a un curso de formación de 2 a 3 semanas para familiarizarse con los kalashnikovs y otras armas de origen ruso. Cuando los instructores consideran que están bien preparados para la acción de combate, son incorporados a nuestro batallón en Barvinkove y distribuidos entre las distintas compañías según el idioma que hablan. Por lo tanto, la decisión de condenar a muerte a estos tres soldados (dos británicos y un marroquí) no ha influido para nada en la ayuda internacional. Los voluntarios siguen viniendo.
El 24 de febrero de 2021, utilizando un tractor, usted arrancó uno de los monumentos soviéticos que hay en Letonia, un cañón del Ejército Rojo, y lo arrojó al río. ¿Cómo ha terminado este asunto?
Todavía no ha terminado. El caso sigue en la fiscalía incluso después de que la exhumación demostrara que no había enterramientos debajo. Los enterramientos estaban situados más hacia la carretera, bajo los bloques de hormigón, por lo que los propios rusos no mostraron ningún respeto por sus caídos durante la ocupación, pero eso no cambia la actitud de la fiscalía. Varios abogados bastante reputados han intervenido en este caso a mi favor contra la fiscalía, pero no quiero obligarles a hacer nada, quiero que todo vaya a su ritmo y que se produzca la depuración en la fiscalía. Quiero que se muestren como lo que son, lameculos y comedores de sapos de Moscú, y más rojos que el diablo. Así será más fácil luchar contra ellos cuando llegue el momento. Así que no necesito ayuda. Pero sí, hay un caso en la fiscalía, no avanza ni retrocede, y estoy esperando el juicio. El juicio, muy probablemente, será muy interesante, porque veremos quién es rojo-blanco-rojo (los colores de la bandera letona) y quién sólo es rojo.
La guerra ha reabierto el debate sobre estos “monumentos”. ¿Cree que Letonia, como Polonia, se librará de los monumentos soviéticos?
Creo que Letonia logrará deshacerse de los occuporials (monumentos de ocupación) restantes, ya que el Saeima (parlamento letón) ha aprobado la ley correspondiente. Que a uno le guste o no ya no importa, porque la fuerza de la ley es superior a cualquier otra, y no creo que el Tribunal Constitucional impugne esta ley durante la guerra en Ucrania. Espero que todos los occuporials desaparezcan de todo el territorio de Letonia, los más grandes y los más pequeños, los bustos y los aviones. Ninguno de ellos tiene cabida en Letonia por más tiempo.
¿Cómo cree que se desarrollará la guerra?
Como ya he dicho, todo depende de los suministros de armas. Haremos lo que nos corresponde como soldados. Somos profesionales bien formados, no interferimos en la competencia de otros, no hay concurrencia entre unidades y subunidades. Si tenemos una tarea, la cumpliremos de buena fe y con valor. No discutimos las órdenes. Si tenemos que mantener las posiciones durante una noche, las mantenemos incluso en los sectores más complicados. Los rusos serán derrotados. El contraataque comenzará dentro de uno o dos meses, me refiero a una ofensiva seria, no sólo a unidades separadas avanzando. La guerra será bastante larga, uno o dos años más según mi pronóstico. Pero todo depende también de las acciones de Rusia con respecto a la movilización general. Si los rusos lo hacen muy mal en el frente, esto podría provocar que el bastardo del Kremlin, Putin, declare la movilización general y que millones de rusos sean llevados a la guerra. Sería malo, porque será una masa enorme contra la que habrá que luchar, y necesitaremos muchos cartuchos. Si no declaran la movilización general, sino que siguen como hasta ahora, entonces en dos años podríamos liberar Kherson, Luhansk, Donetsk, Kharkiv.
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