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El 28 de noviembre de 1980, en the London Jewish Chronicle, el embajador israelí Shlomo Argov publicó una carta sobre la importancia de noviembre en la causa judía. El embajador Argov poco después, en 1982, fue víctima de un atentado perpetuado por terroristas palestinos en Londres en donde se encontraba como embajador del Reino Unido. Argov sobrevivió, quedando en su natal Jerusalem invalido y hospitalizado durante 21 años. 

Los hitos de noviembre, sin embargo, se convirtieron en un hito para la historia de los judíos, Israel y el sionismo. Asimismo, el atentado terrorista por parte de la Organización para la Liberación de Palestina (PLO) al embajador Argov, desencadenó en la Guerra del Líbano. 

El 3 de junio de 1982, Ghassan Hussein Said, Marwan al-Banna, y Nawaf al-Rosan le dispararon vilmente al embajador Argov en la cabeza, lo cual lo dejo en un estado vegetal hasta su muerte en el Hospital Hadassah en Jerusalén. Para la política y la diplomacia israelí fue un gran impacto ver como un hombre brillante como Argov había quedado supeditado de tal forma a causa de tan despreciable acto. Argov había sido miembro del Palmach, había luchado en la Guerra de Independencia en 1948 y trabajó en la oficina del primer Primer Ministro Ben Gurion. 

El embajador Argov estudió ciencias políticas y relaciones internacionales en las respectivas universidades de Georgetown y London School of Economics. Luego en su carrera diplomática, representó a Israel en diferentes países como Ghana, Nigeria, México y los Países Bajos.  

Se le recuerda al embajador Argov en su ultimo cargo en Inglaterra con especial afecto, pues fue muy cercano a las comunidades anglo-judías. Además, tuvo una relación cercana con Gran bretaña desde siempre. La misma relación cercana que el sionismo ha tenido con esta nación hasta hoy. No por nada su carta «los hitos de noviembre» comienza con el evento que tuvo lugar en Londres, cuando Lord Balfour por medio de su Majestad a Lord Lionel Walter Rothschild. 

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El otro gran acontecimiento para el movimiento sionista y el Estado de Israel fue a causa de la Declaración Balfour, a pesar de haber llegado, 30 años tardíos, el 29 de noviembre de 1947, cuando la Asamblea General de la Liga de las Naciones declaró un Estado hebreo en lo que se conocía entonces como la Palestina, en aquel momento bajo autoridad britanica.  

La declaración Balfour es clave, y quizás el hito más importante de noviembre y del movimiento de liberación nacional,​ para la libre autodeterminación del pueblo judío. Además, es el precedente real de la creación del moderno Estado de Israel, y no, como los antisemitas o antisionistas quieren hacer creer, sobre que Israel fue creado a causa de la Shoah, e inclusive que la Shoah fue el pretexto para que los judíos tuvieran un estado-nación.  

Como en la historia de Israel, nada a sido fácil, también en noviembre hay fechas que algunos ni querrían recordar, tal como, la del 10 de noviembre de 1975, en la que la misma Asamblea General de las ahora Naciones Unidas, declaraba con la resolución de 3379 al sionismo como un equivalente del racismo. Aunque, luego de grandes esfuerzos y del tiempo, se logró revertir. 

Por otra parte, la resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada el 22 de noviembre de 1967, después de la Guerra de los 6 Días, fue bastante positiva pues ofrecía la estructura necesaria para las negociaciones oficiales de paz que tendrían lugar luego entre árabes e israelíes. 

Otro hito de noviembre fue la histórica visita del presidente egipcio Anwar Sadat a Israel, el 19 de noviembre de 1977, por invitación del primer ministro Menachem Begin, que conllevó a la firma del tratado de paz egipcio-israelí y asimismo luego a la paz con Jordania. 

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La consecución de la paz ha sido un camino muy difícil en general, a diferencia de la guerra, la paz cuesta de muchos esfuerzos humanos, buena voluntad, el buen uso del concepto de justicia y lo más importante y tal vez difícil para la naturaleza humana, ceder.  

Bajo esa premisa, el 4 de noviembre de 1995, el primer ministro Yitzhak Rabin fue asesinado por un extremista judío en contra de la paz. Este magnicidio, hasta día de hoy, representa un sabor muy amargo para la política y sociedad israelí, así como para el Medio Oriente.  

Autor

David A Rosenthal
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