La Carretera de la Muerte. Castro Riberas de Lea. Por Juan Antonio Balsalobre

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La madrugada del sábado 14 de noviembre de 2015, un joven de 19 años se dejaba la vida en una de las principales vías de Castro Riberas de Lea en Lugo. Poco antes de amanecer y en la recta de kilómetro y medio que une el centro de la más famosa parroquia de Castro de Rei, con una de las rotondas que reparte circulación a su derecha con Triaba y Matodoso, Ribeira al frente y al propio polígono de Castro Riberas de Lea por su salida de la izquierda, un coche se quedaba incrustado en un poste de la luz, junto con la vida del chaval en la finca de una de las personas más queridas de la zona, Germán Muinelo.

Han pasado casi siete años de aquel desastre y esta vía dependiente de la diputación de Lugo sigue en las mismas condiciones que entonces. Aquel accidente abrió un debate entre los vecinos de Castro. Un debate sobre una vía en la que los vecinos se juegan la vida cada día. La denominada LU-P 1706 es una vía de comunicación sin apenas arcén en el mejor de los casos y en la que los vehículos circulan a velocidades muy superiores a lo que podríamos entender que sería lo normal establecer en este tipo de accesos a la localidad gallega. Velocidades medidas a veces superiores a los 120 km/h. que crean bastantes problemas en cuanto al riesgo que permanentemente se enfrentan los habitantes de las casas construidas sobre la misma carretera.

Son muchas las ocasiones en que la diputación ha sido reclamada para poner fin a este problema. Solución que por la propia política en cuanto al bienestar que debe de cuidar cualquier político que se precie para sus votantes, debería de haber llegado. ¡Tiempo han tenido! Pero no ha sido así y sistemáticamente los de la calle San Marcos han hecho caso omiso de las peticiones de protección de la ciudadanía. Evitar la siguiente muerte, podría no ser una prioridad en los programas políticos de estos señores.

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Es decir, que gracias al actual presidente de la diputación de Lugo, en este caso el socialista Don José Tomé Roca que es a su vez el responsable de obras y servicios, y quien debería de colocar una serie de badenes en este lugar, los vecinos de Castro Riberas de Lea, sus visitantes y cualquier alma que pase por este punto de la Terra Chá, se está jugando la vida. Pero no es necesario ir en un vehículo y acelerar por la que ya se denomina la carretera de la muerte, sino que basta con salir de una de las casas cercanas o pasear por esta carretera para estar en peligro de muerte. Recordar que José Tomé nació en Guitiriz, pero es alcalde de Monforte de Lemos y que como se comenta en algunos foros de la Terra Chá, seguro que Monforte lo tiene de punta en blanco.

Raro es el día en el que no hay que apartar erizos, gatos y perros reventados por quien desde la imprudencia o incluso respetando los 90 km/h. que supuestamente se permiten en la zona de entrada a Castro Riberas de Lea, pasa por encima sin tener tiempo de reacción y expuestos al rápido e ineficaz giro, que podría dar al traste con otra vida, en este caso humana.

Son muchos los escritos que han llegado a la diputación y muchas más las veces que los vecinos se han dirigido a los responsables de la misma, incluso personándose en las dependencias correspondientes o recogiendo firmas de los vecinos, sin haber tenido jamás ninguna respuesta por el presidente actual, el anterior o por alguien que mes tras mes cobra su sueldo por hacer la vida a los vecinos un poco más fácil o por lo que es más grave, poner los medios para evitar accidentes mortales, cosa que se pasan según los vecinos, ¡Polo forro dos collós!

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Cualquier día de estos, un olvido al cerrar un portón o cualquier despiste, podría llevarse por delante la vida de un niño que salga detrás de un balón o simplemente a pasear con su bicicleta. Es día, muchos se acordarán de lo que suponía unas cuantas paladas de hormigón.

Desde este medio, solo queda agradecer a la benemérita todos los esfuerzos que sabemos está haciendo para intentar subsanar este problema.