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Mientras que la ideología es un conjunto de emociones, creencias comunitarias, que postulan modos de actuar sobre la realidad colectiva, ya sea sobre un sistema general o sistemas específicos como el económico, político, cultural, moral etc.,
la doctrina en cambio, es un conjunto de conceptos teóricos y principios, que también es aplicable a un concepto de un procedimiento establecido para una acción compleja, mejor dicho, la doctrina sería los principios en los que se basaría la estrategia y planes de acción.
Por tanto, digo a todos aquellos que transforman la doctrina en ideología, dedicándose a turbar a toda una sociedad con discursos que trastornan el alma, y que hacen caer a las personas en un grave error, sabiendo que la doctrina se inspira en el espíritu, alma o conciencia, no es lo mismo ser consciente que estar ideologizado.
Pongo un ejemplo y hago una reflexión sobre la diferencia entre la doctrina e ideología comentando un fragmento del texto bíblico, Hechos 15:22-31. En el texto de los Hechos de los apóstoles se habla de dos grupos de personas que tienen fuertes discusiones: “el grupo de los apóstoles, que discutían el problema, y los otros que iban y creaban problemas, dividiendo al pueblo diciendo, que aquello que predicaban los apóstoles no era lo que Jesús había dicho, que no era la verdad”. Ante este enfrentamiento, los apóstoles tuvieron la idea de conversar y llegar a un acuerdo mediante sus principios donde sólo pedían: no a la carne sacrificada a los ídolos, porque eso significa hacer comunión con los ídolos, inhibirse, de la sangre de los animales estrangulados y de las uniones ilegitimas.
Concluyo diciendo que, desde los inicios de la humanidad siempre hemos tenido problemas. Somos humanos, cometemos errores, somos pecadores. Ese rasgo que caracteriza a todas las personas, el ser pecadores, debe llevarnos a actuar como nos enseñó Jesús, bajo la doctrina “Trata como te gusta que te traten”.
La doctrina une, la ideología divide.
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Según el diccionario de la RAE «una doctrina» es un conjunto de ideas religiosas, filosóficas o políticas defendidas por una persona o por un colectivo. Y según ese mismo diccionario, «una ideología» es el conjunto de ideas que caracteriza el pensamiento de una persona o de un grupo político o religioso. Es decir que son básicamente lo mismo.
La Cacademia está tonta y dice muchas tonterías. Su diccionario está escrito por ignorantes. La Cacademia se ha entregado al populismo cultural y, como ellos mismos admiten, al haberse pasado al lado obscuro del descriptivismo, han renunciado a su cometido original de «fija, limpia y da esplendor». Para esta institución despreciables, una falacia es una mentira aunque toda persona con formación dialéctica sabe que no es así. Para la Cacademia, el valenciano es un dialecto del catalán -lo que todo filólogo e historiador sabe que es falso- y un cociente es lo mismo que un coeficiente -lo que todo matemático o físico sabe que es falso.
En ciencias sociales, en teoría del conocimiento también, ideología es un discurso compartido socialmente y cuya función es la preservación de ciertos intereses estamentales o de clase. Las ideologías se opondrían a lo científico, que habría alcanzado un nivel de certeza y de fundamentación objetiva, mientras que la ideología sería un subjetivismo colectivo. Pues bien, es español, afortunadamente, gracias a Ángel Ganivet, disponemos de un término ausente en otros idiomas que es el de «ideario» o conjunto de ideas que han sido conscientemente elaboradas propuestas. Por eso lo mejor es estar en condiciones de responder que uno carece de ideología pero no de ideario y de ideales.