Un orgullo distinto y distante en respeto

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Comunicado de Falangistas Ciezanos.

No hace falta recurrir a ninguna memoria histórica para reconocer que los falangistas en Cieza, por no extenderlo a roda España, hemos sido y continuamos así, profundamente respetuosos con aquellas personas que bien por nacimiento o por decisión propia, mantienen una orientación o unas prácticas sexuales bien diferentes a la de una inmensa mayoría social. Las relaciones de amistad, por ejemplo, entre José Antonio Primo de Rivera, Fundador de Falange Española, -por cierto puntualmente explicada por el nada sospechoso poeta Celaya-, relatando los discretos paseos en coche entre el líder falangista y el homosexual dramaturgo y poeta andaluz Federico García Lorca prueba esta consideración que siempre hemos tenido con este grupo humano.

Un criterio de respeto que se refuerza también con el trato mutuo de comprensión y aceptación hacia la homosexuaidad que practicaba, sin recato, el genial pintor Salvaoe Dalí que expresamente hababa de su admiracipon por el líder falangista. Yo mismo, desde muchos años atrás, que se entiende que me conocen bien, jamás he senrido el menor atisbo de rechazo a personas “homo”, y entre mis mejores amigos he contado y cuento con más de un miembro de la colectividad Gay, de modo que nadie podrá utilizar el sambenito dela homofobia si al mismo tiempo me declaro, o nos declaramos como Falangistas españoles, completamente contrarios al ridículo exhibicionismo Lgtb, y mucho más al espectáculo sectario y manipulador de de ver a unas personas en taparrabos por las calles de nuestras ciudades.

Aquellos amigos, que los tenemos y a mucha honra, practicaban su homosexualidad con elegante discreción, con exquisita consideración hacia los otros, y una sensibilidad ética, que no observamos en las provocativas marchas del Orgullo; nunca vi que se dedicaran a hacer proselitismo de una orientación que por micho que la respetemos, la creemos dentro de una opción personal e íntima. Cualquier forma de pretender su visibilidad, cuando nadie la demoniza, – al revés, parece que hoy quien no hable bien del Orgullo, es una apestado., entraría en lo que podría calificarse como un acoso a la libertad de los demás, imponiendo por oficio, una aceptación de modos y costumbres que no las respaldamos muchbs de nosotros.