Conforme se van conociendo los datos que se desprenden de la investigación de la Guardia Civil va aumentando sin cesar el número de líderes del PSOE implicados en el llamado “Caso Koldo”. Así, han salido a relucir los nombres de Santos Cerdán (secretario de Organización del PSOE), José Luis Ábalos (exministro socialista de Transportes), Salvador Illa (exministro socialista de Sanidad), Fernando Grande-Marlaska (ministro socialista de Interior), Ángel Víctor Torres (ministro socialista de Política Territorial) y Francina Armengol (presidenta del Congreso de los Diputados). Obviamente, más allá del ingente número de líderes socialistas relacionados con el presunto intento de enriquecerse ilícitamente con la compra irregular de mascarillas durante la pandemia, lo que llama poderosamente la atención es la importancia política de los mismos y especialmente de Armengol, ya que, si en el momento de desarrollarse la trama era presidenta del Gobierno de las Islas Baleares, a día de hoy es nada más y nada menos que la 3ª autoridad del Estado español.
Sin embargo, dada la trayectoria política de Francina Armengol, no debería extrañar a nadie su participación en un caso de corrupción, ya que previamente había protagonizado no pocos casos en los que su decencia brillaba por su ausencia. Así, sin más dilación, pasamos a enumerar una serie de actuaciones cuyas connotaciones mafiosas harían las delicias del propio Vito Corleone:
– Agresiones sexuales a menores tuteladas por el Gobierno balear
Todo comenzó en 2019, siendo ya Armengol presidenta balear, a partir de una denuncia a la Policía Nacional realizada por una niña de 13 años tutelada por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), en la que manifestaba haber sido violada por un grupo de trabajadores del centro de acogida. A pesar de la gravedad del asunto Armengol decidió dar carpetazo al tema, llegando al punto de negarse a abrir un expediente para esclarecer los hechos. No transcurrieron muchas semanas hasta que fuentes del IMAS reconocieron tener constancia de 16 casos de explotación sexual de niñas custodiadas por el Consell de Mallorca. La cosa no quedó ahí, de tal forma que con posterioridad se fueron conociendo más casos de menores violadas en los centros de acogida, a pesar de lo cual Armengol se negó sistemáticamente a crear una comisión de investigación para depurar responsabilidades, tal y como pidieron en reiteradas ocasiones PP, Vox y Cs. Todo lo expuesto en relación a este asunto viene a poner de manifiesto la falta de sensibilidad y el cinismo con el que se desenvuelve Armengol, lo cual no es otra cosa que la demostración fehaciente de que es el suyo un feminismo de salón que utiliza como adorno floral para tapar sus miserias morales.
– De copas durante la pandemia con nocturnidad y alevosía
En octubre de 2020, es decir en plena pandemia y mientras estaban vigentes las restricciones impuestas por el Gobierno balear, entra las que se encontraba la obligación de cerrar bares y restaurantes como muy tarde a la una de la madrugada, resulta que pasada esa hora Armengol con un grupo de amigos se encontraba disfrutando de una agradable velada en el Hat Bar, ubicado en el casco antiguo de Palma. Después de ser pillada por la Policía Armengol se disculpó aduciendo que uno de sus amigos había sufrido un desvanecimiento, quedando desmentida tal afirmación cuando el propietario del bar señaló a los agentes que el local permanecía abierto pasado el toque de queda porque dentro estaba la presidenta balear. En definitiva, el “barman” con su declaración no solo dejó a salvo su profesionalidad, sino que también vino a evidenciar que Armengol era dama de baja estofa y mentirosa de altos vuelos.
– El sorprendente enriquecimiento del marido de la presidenta
Joan Nadal se casó con Armengol y de forma harto sorprendente pasó de ser jardinero a promotor inmobiliario, sustituyendo así, de golpe y porrazo, las flores por los ladrillos. No debe ser tarea fácil completar tan sorprendente mutación laboral, por lo que para entender el proceso resulta necesario seguir las pistas que Joan Nadal fue dejando en su tortuoso camino hacia la gloria. Todo comenzó al ser nombrada Armengol presidenta del Consejo Insular, ya que en ese momento la empresa de jardinería de Joan Nadal firmó un contrato con el Ayuntamiento de Palma por valor de 400.000 euros, el cual poco tiempo después hubo de ser rescindido por la propia alcaldesa socialista de Palma, Aína Calvo, después de que la Sindicatura de Cuentas concluyera que dicho contrato “no se hizo de conformidad con el principio de legalidad”. Fue entonces, coincidiendo en este caso con el ascenso de Armengol a la presidencia del Gobierno balear, cuando Joan Nadal se convirtió en promotor inmobiliario, montando una empresa de construcción meramente instrumental, la cual en un tiempo récord pasó de la nada a facturar 4,3 millones de euros y todo ello sin tener en nómina a trabajador alguno, erigiéndose así en un caso de eficiencia empresarial digno de estudio. No satisfecho con ello, Joan Nadal volvió a la jardinería y montó otra empresa dedicada a la comercialización de plantas y flores, haciéndose merecedor de la recepción de ayudas públicas por valor de 1,4 millones de euros, en un contexto de recesión económica por la pandemia. La conclusión de todo ello es muy simple: si usted quiere hacerse millonario no estudie ni trabaje, simplemente ponga un alto cargo socialista en su vida, que él ya se encargará de que le llueva el dinero.
– El increíble caso de las mascarillas defectuosas.
En abril de 2020 el Gobierno balear presidido por Armengol pagó a la empresa Soluciones de Gestión la suma de 3,7 millones de euros por unas mascarillas destinadas a proteger a los ciudadanos del coronavirus, a pesar de que previamente los propios técnicos del Gobierno balear habían emitido un informe en el que se señalaba que eran inservibles para fines sanitarios por ser defectuosas. Debido a ello las mascarillas fueron finalmente desechadas y almacenadas en una nave industrial donde todavía permanecen. Asimismo, en una clara demostración de la turbidez de la operación, el acuerdo entre el Gobierno balear y al empresa adjudicataria fue inicialmente verbal y solo tras la llegada de las mascarillas se procedió a la realización de los pertinentes trámites administrativos. Después de una procelosa investigación la Guardia Civil desveló los entresijos de tan insólita actuación, de tal forma que en su informe se señalaba que el procedimiento empleado en la compra de mascarillas fue completamente ilegal ya que “la adjudicación estaba predeterminada desde el inicio para beneficiar a la trama de Koldo García y a una empresa que carecía de solvencia económica y de experiencia sanitaria”. Pero aquí no terminan los despropósitos, ya que tras la retirada de las mascarillas el Gobierno de Armengol cursó una petición para que la operación fuera sufragada con los fondos de la Unión Europea, debiendo para ello falsear un formulario, especificando en el mismo que las mascarillas en cuestión cumplían con los estándares de calidad exigidos para su utilización. Para rematar la faena y no dejar cabos sueltos, la Consejería de Sanidad balear expidió a la empresa un certificado de idoneidad, para que de esta forma estuviera en disposición de optar a concursos públicos en otras Comunidades Autónomas, como efectivamente sucedió, obteniendo otros 12 millones de euros por la venta de mascarillas al Gobierno canario presidido entonces por el también socialista Ángel Víctor Torres.
En definitiva, a lo largo de su periplo presidencial en las Islas Baleares Francina Armengol, demostrando ser un esplendoroso paradigma de la indecencia, presuntamente ha incurrido en obstrucción a la justicia, delito contra la salud pública, enriquecimiento ilícito y malversación de fondos públicos, todo lo cual se ajusta a la perfección a los parámetros exigidos para entrar a formar parte de la cúpula socialista bajo la dirección de Pedro Sánchez. Por esta razón no debe sorprender a nadie que en justa recompensa a su escasa moralidad y a los servicios prestados al partido el psicópata monclovita haya tenido a bien hacerla presidenta del Congreso de los Diputados, desempeñando desde entonces su cargo con un sectarismo tan exagerado que ha terminado por adulterar el normal desarrollo de los debates parlamentarios.
Mientras esto sucede en España y el partido socialista no hace más que echar balones fuera, negando hipócritamente estar inmerso hasta el tuétano en un flagrante caso de malversación de fondos públicos, la Fiscalía Europea acaba de abrir una investigación sobre los contratos firmados por los servicios de salud de Baleares y Canarias para la compra de mascarillas ligadas al “Caso Koldo”, lo cual no hace sino evidenciar que hasta en Europa se sabe que la corrupción es cosa del PSOE. Y si esto se sabe en Europa qué no se sabrá en Marruecos…pero esa es otra historia.
Autor
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Rafael García Alonso.
Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Medicina Preventiva, Máster en Salud Pública y Máster en Psicología Médica.
Ha trabajado como Técnico de Salud Pública responsable de Programas y Cartera de Servicios en el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria, llegando a desarrollar funciones de Asesor Técnico de la Subdirección General de Atención Primaria del Insalud. Actualmente desempeña labores asistenciales como Médico de Urgencias en el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Ha impartido cursos de postgrado en relación con técnicas de investigación en la Escuela Nacional de Sanidad.
Autor del libro “Las Huellas de la evolución. Una historia en el límite del caos” y coautor del libro “Evaluación de Programas Sociales”, también ha publicado numerosos artículos de investigación clínica y planificación sanitaria en revistas de ámbito nacional e internacional.
Comenzó su andadura en El Correo de España y sigue haciéndolo en ÑTV España para defender la unidad de España y el Estado de Derecho ante la amenaza socialcomunista e independentista.
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