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Santa Leocadia patrona de Toledo.

Nació esta Santa en Toledo, a fines del siglo III, de nuestra era, siendo su padre un griego llamado Leocados y su madre una dama de gran alcurnia toledana.

No existiendo en aquellos tiempos Monasterios en que las mujeres hacían su vida conventual, las que querían consagrarse al señor, hacían voto de castidad, ero hacían vida de sociedad y se las llamaba Vírgenes Consagradas.

Esto era nuestra Santa: Una Virgen Consagrada.

En los últimos años del siglo III, subió en Roma, al trono de los Cesares, el Emperador Diocleciano, el que desencadeno una de las persecuciones más grandes de la historia contra el Cristianismo.

Envió a España, con esta política al Pretor Daciano, que al llegar a Toledo y conocer las condiciones de Leocadia, la llamo al tribunal, siendo inútil, todas sus gestiones para que adjurara de su religión Después de azotarla, desnuda, la mantuvo en prisión en este calabozo, cargada de cadenas y durante este tiempo la Santa trazo con sus dedos una Cruz en la roca viva, conservada hasta hace muy poco tiempo, a cuyo pie quedo exánime su cuerpo al tener conocimiento del martirio de Santa Eulalia, en Mérida, y comprender quenada podía hacer por sus hermanos de religión.

La fecha de su muerte, es dudosa, aunque se prevé fuera el año 305 y se da por admitida la del día 9 de diciembre.

A raíz de su muerte, fue llevado su cuerpo a la Vega, donde quedó sepultada, y sobre cuyo sepulcro fue construida una Basílica, pequeña al principio, pero grandiosa después, hecha por orden del Rey Godo Sisebuto, la que sirvió también de enterramiento de Reyes Godos y donde se celebraron gran número de los famosos Concilios Toledanos.

Sobre esta Cripta, que le sirvió de calabozo, y donde murió la Santa, el Rey D. Alfonso el Sabio mando construir otro templo, y en la cripta mando colocar los sepulcros de los Reyes Godos Recesvinto y Wamba, el cuerpo de este último traído del Monasterio de Pampliega (Burgos). Los restos de estos dos Reyes fueron trasladados a la Catedral de Toledo el año 1846.

El cuerpo de la Santa estuvo ignorado hasta que el Rey Godo Recesvinto, con el Arzobispo San Ildefonso imploro a la Santa lo indicara, verificándose entonces el milagro de aparecer la Santa, indicando el lugar donde se encontraban sus restos.

Cuando la invasión agarena, sus reliquias fueron llevadas a Asturias, y Balduino, Conde de Henao, las llevo a Flandes como regalo que le hicieran por sus servicios a  causa cristiana. Allí estuvieron, e el Monasterio de San Gisleno, cerca de Tournay, hasta que el Jesuita, Padre Miguel Hernández, apoyado por el Rey D. Felipe II, las trajo a Toledo donde entraron el día 26 de abril de 1687, a presencia del Rey y en medio de grandes fiestas, quedando depositadas en la Catedral, dentro de una magnifica urna colocada en la Sala llamada “El Ochavo” y donde continúan a pesar de los desmanes cometidos por los rojos durante el verano de 1936.

Para más detalles véanse las obras de Gamero, Parro y la de García Criado, titulada “A orillas del Tajo”.

Calabozo de la Reina Doña Blanca.

Este calabozo, fue prisión de la Reina de Castilla Doña Blanca de Borbón, hija del Rey, de Francia, esposa del Rey Don Pedro, llamado por unos “El Cruel” y por otros “El Justiciero”.

El Alcázar de Toledo fue el nido de los amores del Rey Don Pedro con Doña Maria de Padilla, precisamente los días en que el Rey contrajo matrimonio con Doña Blanca, abandonándola el mismo día en que se casó y continuando sus relaciones adulteras con Doña Maria.

Estando la Reina en Arévalo, e indignado Don Pedro por la sublevación de su hermano bastardo Don Fadrique, envió a su camarero, Don Juan Fernandez de Hinestrosa, para que trajera a la Reina a Toledo y la tuvieran en prisión en el Alcázar.

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Los caballeros toledanos, indignados por tal orden, quisieron dar muerte a Hinestrosa. Abandono el Rey la ciudad, pero Hinestrosa cumplió la orden de su Señor y al llegar con la Reina, los toledanos la subieron en triunfo al Alcázar, prendieron al Alcaide Mayor de Toledo, por manifestarse contrario al movimiento popular.

Temerosos de la ira del Rey, los toledanos llamaron en su auxilio a D Fadrique y a su hermano D Enrique que tuvieron que abandonar Toledo al presentarse ante sus muros Don Pedro.

Entro este por la puerta de San Martin saliendo sus hermanos por la de  Alcántara y no pudiendo darles alcance, volvió a Toledo y ordeno que Doña Blanca fuera encerrada en este calabozo, en el cual solo permaneció cuatro días, transcurridos los cuales, fue conducida al castillo de Simancas Pocos años después, la tragedia de Montiel dio fin al reinado de Don Pedro, al que tan discutido unos le llaman “El Cruel” y otros “El Justiciero”.

Algunos sucesos históricos.

El Alcázar de Toledo, es el compendio de la Historia de España durante la Edad Media. Los sucesos en que han intervenido mujeres celebres son numerosos, y vamos a dar cuenta de algunos de ellos.

Sin contar los relacionados con Santa Leocadia y la Reina Doña Blanca de Castilla, cuyas historias se relatan en los lugares   que habitaron y en los cuales sufrieron, hay otros dignos de atención, por las circunstancias novelescas en que se verificaron.

El Rey Don Alfonso VI, entro victorioso en Toledo el día 25 de mayo del año 1085.

El Palacio de los Reyes Moros estaba situado en lo que es hoy Santa Cruz y Convento de la Concepción. Solo había en lo que es hoy el Alcázar una fortaleza (Alcazaba), cuya existencia se comprueba al examinar la puerta árabe, hoy cerrada, en la proximidad del sitio por donde se

 

entraba al Paso Curvo, comunicación del Alcázar con los anejos de Capuchinos y Santiago donde estaban instalados los comedores y cocinas de las Academias de Infantería y General Militar.

Sabido es que el primer Alcaide de este Alcázar fue Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador. Esta tenía dos hijas, casadas con los Condes de Carrión, y estos en un arrebato de celos, las abandonaron en un bosque, para que fueran pasto de las fieras.

Pero el Cid no se conforma, los llama a juicio y les hace pagar cara la ofensa, con la que se creyó ultrajado.

Este Alcázar fue testigo, de este juicio, uno de los más renombrados de la Edad Media, por las personas de calidad que en el intervinieron.

Sabido es también que los Reyes de Castilla, sucesores de Alfonso VI se dedicaron a convertir el Alcázar en su mansión favorita.

Alfonso VI convirtió  EL Alcázar en fortaleza y Palacio seguramente construyo un recinto amurallado de una altura como la que tienen el torreón central de la fachada de Saliente.

Pues bien, esta torre fue lugar de uno de los hechos más curiosos de aquellos tiempos.

Reinaba en Castilla y León Alfonso XII, llamado el Emperador por las muchas conquistas  de tierras y provincias que a los moros había arrebatado, cuando en ocasión de encontrarse fuera de Toledo, sitiando una población llamada Aurelia, aprovecho esta oportunidad el Rey Moro Aben Gauia para talar su vega. Un ejército de 30.000 hombres  traídos de Marruecos por su Emperador Tachfin, para ayuda de Aben Gauia, se presentó a la vista de la Ciudad.

En tan apurado trance, la Reina Berenguela, mujer de Alfonso VII (pues el ejército cristiano estaba a respetable distancia) envió un mensaje al Emperador de Marruecos, poniendo en su conocimiento  que se encontraba sola y sin defensa.

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Y ocurrió que la Reina Berenguela, rodeada de su Corte, y ataviada ella y sus damas con sus mejores galas, presencio desde el torreón, al cual da salida a esta Sala, el desfile de todo el ejército moro, con su Emperador a la cabeza, para rendir homenaje a la Reina de Castilla, como señal de hidalguía y caballerosidad.

¿Qué tiempos aquellos tan barbaros y que costumbres tan hidalgas!

Alfonso XIII, el de Navas de Tolosa, enamorado locamente de una hermosa hebrea llamada Raquel, la instalo en este Alcázar, siendo el escándalo de su Corte.

Pero en ocasión de una ausencia del Rey, el pueblo amotinado irrumpió el Alcázar, cosió a puñaladas a Raquel haciendo cesar la vergüenza de que el Alcázar fuera testigo.

Alfonso X mejoro considerablemente el Alcázar, construyendo el segundo piso hasta la altura de las torres circulares de la fachada Este y defendida por una hilera de barbacanas.

Antes de comenzar el Emperador Carlos V las grandiosas obras de embellecimiento del Alcázar, este fie testigo de la heroica defensa de una mujer, Doña Maria Pacheco, mujer del Comunero Padilla, haciéndose fuerte en el contra las aguerridas huestes del Imperio.

Solo el desaliento de sus parciales después de la derrota de Villalar, la hizo desistir de su actitud, saliendo para Portugal, desde donde ya no volvió a Toledo, pero quedando imperecedero el nombre de su marido.

En tiempos del Emperador Carlos V, y este en el apogeo de su gloria, fue testigo el Alcázar de magnificas fiestas al recibir en el a su hermana Leonor, a la Reina Doña Germana de Foix, al Duque de Borbón y a los Embajadores de Inglaterra Venecia y del Papa.

Ved el actual estado del Alcázar y comprenderéis que hoy día su aspecto es más glorioso que en las épocas  de su mayor esplendor y cuando la Corte del gran Emperador, le daba todo su realce, pues su ruina actual ha sido la consecuencia del resurgir de España, de la España de FRANCO.

Autor

Andrés Céspedes Ruíz
Andrés Céspedes Ruíz
Andrés Céspedes Ruiz, es Graduado en Gestión y Derecho de la Seguridad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Director y Jefe de Seguridad acreditado por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil. Es así mismo, Perito Judicial en Seguridad Privada e investigación de incendios y Docente de Formacion de seguridad privada, acreditado por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil. Mecánico Armero y Especialista en Armamento y Tiro. Director del Centro de Formacion Onboard Security Academy. Presidente de la "Red Internacional de Profesionales En Seguridad” en 2022, compuesta por veintidós  países. Conferencista Internacional. Presidente de "El Foro" de Agentes de Seguridad Privada de Hispano América. Ostenta el Galardón Internacional a la Excelencia, por el trabajo, dedicación y compromiso, en pro del conocimiento y capacitación de los Agentes de Seguridad Privada de Hispanoamérica. Asesor de Seguridad para diversas entidades públicas y privadas de Costa Rica. Instructor de Defensa Personal Integral. Tiene en su haber más de treinta años de experiencia en seguridad privada desde la escala más básica hasta la alta dirección en seguridad. Director del programa  sobre seguridad, "Zona Protegida", de ÑTV. Caballero de honor de la F.N.F.F.