20/09/2024 04:45
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Muchos están ciegos, o van a gusto en la burra, porque es la suya, otros se dejan llevar, algunos no están ni se les espera, y los menos, las ven venir. España es cada vez más comunista y menos normal; y está más arruinada. Hasta Oriol Junqueras lo dijo meridianamente: «El indulto es un triunfo porque demuestra la debilidad del Estado». Es un Estado caduco, sin padre ni madre, ni can que le ladre. En ese proceso hacia el pensamiento único y gobierno despótico y totalitario, se acabó la libertad. Te fríen a impuestos. No podremos escribir porque lo primero que van a liquidar es el artículo 20 de la Constitución, relativo a la libertad de expresión. Si les saliera el tiro por la culata, sería lo mejor, pero esa realidad sólo obedecerá a un milagro del cielo. Los pocos medios que dicen la verdad, éste uno, serán laminados de la escena social. La dictadura comunista tira para adelante sin que nadie le diga nada, excepto Vox, al que ponen de lo peor y quieren prohibir. La dictadura comunista impone el miedo para que nadie se mueva. Luego el hambre, para que se mueran. Casado no hará moción de censura, y otra posibilidad no hay de pararle los pies al monstruo comunista que nos invade desde el poder. Ya consiguió la confusión y duele ver como tanta gente está equivocada y juzga haciendo equidistantes acontecimientos que nada tienen que ver. Hace unos juicios de valor, peregrinos. Es decir que todo lo que la izquierda llama derecha y ultraderecha, es según ellos, el mismo demonio, y con eso se quedaron. Naturalmente el demonio hasta negará su existencia y se disfraza de lo que sea con tal de lograr sus fines. El mismo demonio, no es lo que ellos califican de lo peor y lo bautizan con sus apelativos, si no que el mismo demonio son ellos, es la izquierda que nos trajo hasta aquí y pretende culminar su macabro obra. Que inició este proceso de destrucción de España, y que está loca y endemoniada. Y porque así lo quiere, enferma de estupidez.

Claro que las cosas son blancas y negras, y el gris es el elemento intermedio de la confusión y el engaño, donde ese demonio que culpa a los demás de serlo, de ser lo que es él, hace de las suyas. Ahí enreda a la gente de mala manera, y le hace creer que todo es igual, o que todo vale, que los demás están equivocados, metiéndole en la mente el estado revolucionario, subliminalmente, sin darse la menor cuenta. Engañar es lo más fácil del mundo, porque es igual de fácil que dejarse engañar, y el terreno está abonado. Y no percibir el engaño, también. Pedro Sánchez va a convertirse en el dios de España. Y se está blindando e imponiendo un gobierno absoluto, sin que haya elecciones generales, a no ser que esté seguro de ganarlas. Y también, ya lo dijimos, al estorbo del Rey le quedan meses. Aunque si sigue dándole la razón, hasta lo perdona y lo deja de mariachi. Será una marioneta en sus manos, como ya lo es. Una especie de chivo expiatorio a quien echarle las culpas. Porque las pocas esperanzas que teníamos en él, ya las perdimos. El Rey ya demostró que no pinta nada.

Lo importante es ver cómo se fue infiltrando entre la masa social, el mal, disfrazado de ángel salvador, y la gente traga con una facilidad pasmosa. Luego ya no hay marcha atrás. Pero el camino iniciado por los satélites de la izquierda, conduce irreversiblemente a eso. ¡Cómo engañó y le comió el coco a sus parroquianos! Los compró con dinero robado a los demás, y muchos dicen: es que a mí nadie me pagó más que los socialistas. O sea que la siembra de sus frutos da sus resultados. Que esa corrupción consiste en que si te lo dieron a ti, se lo quitaron a otro. Eso no importa. El Partido supo introducirse por la maldad general del ser humano, fácil camino de injusticia, que estamos sufriendo, sin que los protagonistas quieran saber nada. Hay que ver, cómo el poder de los medios de comunicación siembran cortinas de humo para tapar los delitos del gobierno. La manipulación periodística ya no puede ser mayor. Tienen mayoría, gracias a sus maniobras y perversos recursos; pero la situación ética y moral de su parroquia es semejante a la de sus líderes. No tienen conciencia. Como era verde, la comió un burro. Son todos mala gente. Aunque no se pueda generalizar, en la derecha (o lo que ellos llaman así) tienen también muchos admiradores.

Para saber del pie que cojea cada cual, no hay más que tantear el tendido. ¿A cuántos les preocupa esta situación, si es que no son rojos empedernidos? Con tanto gris, será muy difícil distinguir los colores. ¡Pues no! Identificar a los enemigos de España, o si lo son en potencia, es muy fácil porque es lo que predomina.

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Sería interesante saber qué piensa Pablo Casado, para convertirse en el segundo Rajoy y no hacer nada. Estamos así por culpa de ellos dos; eso lo entendemos a la primera. Eso no tiene vuelta de hoja. Es así, aunque ignoramos el porqué. Pedro Sánchez está provocando una crisis, ya lo dijo, a veces se le escapa la verdad, para desde esa crisis justificar, no los estados de alarma que fueron inconstitucionales, y a él no le sirvieron para nada, si no la Ley de Seguridad Nacional, que la pudo aplicar en su lugar, entonces cuando empezó la pandemia. Pero ahora la está modificando con otros objetivos, para blindarse en el poder y a los demás amordazarnos. El gobierno podrá movilizar a la sociedad si se decreta el estado de crisis; que será crisis lo que diga Sánchez que es estado de crisis. No necesita ser exclusivamente sanitaria. Es una ley totalitaria aplicable a cualquier situación. También va a restaurar el servicio militar obligatorio, y a los viejos los mandará otra vez a la mili, como en Cuba, pero desposeyéndoles de cuanto hayan hecho en su vida. Esto de dejar al demonio libre que campe por sus respetos, pero sin respetar a nadie, tiene estas cosas. Que quiere confiscar las propiedades privadas y matar a los viejos, como ya había propuesto Podemos. Sánchez es un saco de venganza, y la terminará ejecutando. «Todo el mal que haga, ya no es narcisismo, es puro sadismo». Tenemos un pésimo porvenir. Que así no sea, si no creemos en Dios, ya no sabemos de quien depende, ni qué decir. Esa es la verdad y la seguiremos expresando hasta el final. El monstruo está desbocado y desatado y no hay nadie quien lo ate y detenga.

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REDACCIÓN