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Los partidos, sindicatos y colectivos marxistas-leninistas que desde finales del siglo XIX sufre, corroen y destruyen nuestra Patria, es decir, el PSOE y los comunistas, junto con sus aliados naturales, los separatistas varios, hacen gala desde siempre de diversas señas de identidad inmutables. Una de ellas, y muy principal, es su adicción al expolio y el latrocinio, es decir, a trincar del erario; y también de los bienes privados siempre que tienen oportunidad.

De lo anterior hay pruebas históricas documentadas para aburrirse. Citaremos sólo algunas de las más sobresalientes porque la lista es interminable, todas las cuales poseen además la característica de que de lo trincado nunca más se supo: la sucursal del Banco de España y la cámara sagrada de la catedral de Oviedo (Octubre 1934); las reservas del Banco de España (Septiembre 1936); las cajas de seguridad y toda clase de valores materiales propiedad de los miles de asesinados y/o encarcelados (1936/1939); el patrimonio de la Iglesia, partidos de derecha, etc. (1936/1939); el contenido del yate Vita (Marzo 1939); el “patrimonio sindical franquista” (¿?) (desde 1978 hasta la actualidad); el producto de las ingentes e interminables corruptelas que conocemos desde que en 1982 tocaron poder, de las cuales se lleva la palma, hasta el momento, la estafa de los ERE,s en Andalucía (de la corrupción que no conocemos o conociéndola ha quedado impune para qué hablar).

Pues bien. En atención a dicha demostrada seña de identidad, y para que no decaiga, ya han preparado una nueva que, en realidad, supone la explotación del éxito de otra ya puesta en práctica desde hace quince años. Nos referimos a la infame Ley de Memoria Democrática sucesora de la no menos infame de Memoria Histórica de 2007.

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Con la última citada no sólo se trataba de reescribir nuestra historia más reciente, que también, con las mismas falsedades y objetivos destructores que caracterizan a la infausta Leyenda Negra que pesa sobre nosotros desde hace siglos, sino más aún: crear, como así ha sido, una tupida y extensísima red de parásitos, chupópteros y paniaguados que viven a costa del erario escarbando donde nada encuentran porque saben que nada hay, a pesar de lo cual siguen erre que erre porque de lo que se trataba y trata, en realidad, es de trincar, lo que con la excusa citada podrán seguir haciendo durante décadas.

Con la nueva, la de Memoria Democrática, ocurre lo mismo, sólo que esta vez a lo bestia pues el “enemigo” está definitiva y totalmente derrotado. Y es que una última modificación a su falsario texto incluye el derecho a la compensación económica por las supuestas incautaciones del franquismo durante y después de la guerra, montante que ya tienen calculado en unos 3.000 millones de euros –sí, como lo leen–, de los cuales el Estado, o sea de nuevo el erario –todos nosotros con nuestros impuestos–, será responsable civil subsidiario, teniendo como únicos beneficiarios a ellos, cómo no, o sea, a los partidos, sindicatos y colectivos marxistas-leninistas, es decir, el PSOE y comunistas, junto con sus aliados separatistas varios. Así pues, no sólo se trata de reescribir de nuevo y aún más falsamente la historia, que también, o de seguir imponiendo cada día un poco más su proyecto totalitario –otra de sus manifiestas señas de identidad-, sino de nuevo de trincar y cuanto más, muchos mejor.

Lo peor de todo es que ese demencial y enfermizo trinque viene siendo posible desde 1978 por la cobardía, estupidez y mediocridad, cuando no pura y dura complicidad, de los otros, o sea, de UCD-AP-PP y demás partidos, sindicatos y colectivos afines “demócratas de toda la vida”, sólo en apariencia opuestos a sociatas, comunistas y separatistas, que no sólo han dejado hacer, sino que cuando han tenido la autoridad y por tanto la responsabilidad, no han tenido agallas, coherencia y decencia para acabar de un plumazo con la sobredosis de desmemoria inyectada en los españoles, y como ocurre con éste como con cualquier droga, se han hecho adictos aún y a pesar de que, también como pasa con las drogas, les destruye como nación y pueblo.

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No conocemos un caso igual en la historia, ni creemos que haya otro, ni otra nación en la que ocurra lo que aquí. El caso es que entre trincadores profesionales y cobardes impenitentes, España se va a la… miércoles cada día un poco más y los españoles con ella; y al parecer tan contentos. Después que nadie se queje.

Autor

Francisco Bendala Ayuso