El asesinato de dos agentes de la Guardia Civil en Barbate no fue casual ni fortuito. Fue la consecuencia funesta, pero lógica, de 150.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil protegiendo y obedeciendo a la banda de psicópatas mal nacidos que han llevado a España a la situación de ruina y caos en la que se encuentra.
Nuevamente se ha cumplido que quien pierde la dignidad por conservar la paz, se queda sin dignidad y sin paz.
Porque proteger y obedecer bien y fielmente a los más peligrosos criminales de España, y luego quejarse de los crímenes que se cometen a su amparo, es lo mismo que poner altares a las causas y cadalsos a las consecuencias, un comportamiento esquizofrénico, sólo propio de débiles mentales o mercenarios.
Pero nunca es tarde si la dicha es buena, y esos mismos agentes todavía pueden poner remedio al gravísimo problema que han causado.
Hasta ayer mismo, los agentes que se oponían a la corrupción, se arriesgaban a las represalias de sus jefes y el ostracismo de sus compañeros. Pero gracias a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que ha sabido cumplir con su deber, y nos ha dado una lección de valor y abnegación, digna de imitación y de elogio, el miedo ha cambiado de bando. Ahora los psicópatas han entrado en pánico, y muchos están en fuga.
La UCO ha roto la brecha, que es la labor más difícil, sólo queda que el resto imite su ejemplo, persiguiendo todo caso de corrupción que conozca, que es lo que debería haber hecho siempre, y si, como es lógico, no se fía de sus mandos, puede comunicárselo a Policías por la Libertad, que lo tramitará de modo anónimo.
El futuro de España está en nuestras manos.
Si así lo hacéis, la Patria os lo agradecerá y premiará, y si no, mereceréis su desprecio y su castigo, como indignos hijos de ella.
Si los agentes están con su pueblo, el pueblo estará con sus agentes, y hoy, más que nunca, todos los españoles de bien debemos estar incondicionalmente con la UCO y su Teniente Coronel.
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia, aunque se hunda el cielo
Autor
- Guerrillero insurgente. El sistema lo describe como negacionista, conspiranoico, anticientífico, egoísta e insolidario. Él se cisca en el sistema y no ceja esfuerzos para derribarlo. No usa trabuco, pero a su ordenador lo llama “La MG-42”.
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