
El lunes 28 de Abril de 2025, a las 12,33 h., España se quedó sin fluido eléctrico de golpe y totalmente con lo que eso significa en todos los órdenes que aquí, y por conocido, omitimos relacionar; sólo un detalle: el ochenta por ciento de nuestras infraestructuras y dispositivos militares de los tres Ejércitos de todo tipo quedaron anulados. Debido a que Portugal bebe de nosotros, dicho país también quedó sin energía eléctrica. El resto de la UE no sufrió tal situación.
El presidente del Gobierno tardó seis horas en salir a la palestra porque estaba esperando a que todo se restableciera para decir que todo había acabado, que no había sido nada, etc., como no ocurría, no le quedó más remedio, limitándose a balbucear incoherencias. Curiosamente salió solo, cuando lo normal, por la gravedad de la situación, es que hubiera estado acompañado por varios ministros, también de la infame presidenta de Redeia (medio millón de euros que cobra de UNA EMPRESA PÚBLICA) y el/los responsables de los “técnicos”.
Desde el primer instante los “técnicos” manifestaron que no se conocía la causa pero que con toda rotundidad “quedaba descartado un ciberataque”. Si no se conocía la causa… ¿por qué descartar nada y con tanto empeño? ¿Excusatio non petita, accusatio manifiesta?
Enseguida se nos empezó a bombardear a través de los medios de desinformación, que lo son todos, menos los denominados “alternativos”, con que todo se había debido a la desaparición –¿por arte de magia?– de 15 gigavatios, y por la descompensación entre la producción “verde” que llega al 60% y la clásica que, además, en lo que se refiere a las pocas nucleares que quedan, estaba prácticamente parada.
Pasada casi una semana ni los “técnicos” ni el desGobierno son capaces de desvelarnos la causa primigenia, el fulminante, la espoleta, el iniciador de esa desaparición repentina de gigavatios ni de esa descompensación. Ergo, como no podemos creer que no la conocen, no queda más remedio que sospechar que no la quiere decir por su gravedad, por sus consecuencias, y que como en tantas otras convulsiones que nuestra Patria viene sufriendo cada equis tiempo desde hace medio siglo (entre las más sonadas el 23F, el 11M y la inacción en la Dana), nos la van a ocultar hasta que… ya dé igual que nos la digan.
Y es que saben, además, que el pueblo español de esta época traga hasta lo indecible y cuentan con que, pasado el momento, su memoria de pez hará que, como en tantas otras cosas, se olvide, no le dé importancia y siga bajo los efectos de la idiocia que le aqueja; lo que el absoluto control de todos los resortes del poder que posee el desGobierno, con la colaboración de una oposición pieza fundamental del sistema, les garantiza.
Este cúmulo de hechos y datos objetivos e irrefutables me lleva a considerar como única posibilidad, bien que al no poder probarla no me queda más remedio que hablar de “hipótesis”, que el apagón fue producto de un ciberataque exterior. Y como no soy de los que tiran la piedra y esconde la mano, me aventuro a decir lo que sigue tras preguntarme: ¿qui prodest?
Además de los EEUU, tres países tienen la tecnología para dicho ciberataque: dos son Rusia y China. Para Rusia no somos nada, a pesar de mantenernos, bien que a la cola, en una alianza estúpida que hace aguas desde décadas y que sólo busca crear conflictos para justificarse. China no tiene nada contra nosotros, menos aún en cuestión eléctrica cuando ha puesto gran parte de su futuro en tal energía, por ejemplo, en la venta de su enorme producción de vehículos eléctricos.
El tercero con tal tecnología es Israel que sí tiene contra nosotros mucho por el empeño de Sánchez de ponerse grosera, agresiva y retadoramente de parte de los palestinos para contentar a sus alucinados socios a fin de mantenerse en el machito; postura que adopta en un conflicto, el de Oriente Medio, sin solución, en el que es imposible moralmente tomar partido porque ambos bandos han perdido hace mucho los papeles: los palestinos, por reclamar sus derechos a través del terrorismo y además más cruel y despiadado; y los israelíes por todo lo que vienen realizando desde 1948, incluido su injustificable Estado, la ocupación de territorios que no les fueron asignados, la vulneración de todas las resoluciones de la ONU, su prepotencia y su desmedida y también cruel y despiadada tendencia a la venganza homicida. Pues bien, la última que le ha hecho Sánchez a Israel ha sido anular unilateralmente unos contratos de munición y anunciar la suspensión de otros, lo que Israel dijo que tendría sus consecuencias porque suponía la gota que colmaba un vaso ya desbordante.
Para el ciberataque, Israel debió contar con un sicario detrás del cual esconder la mano por si acaso, y nadie mejor, más cerca, ni más interesado y presto que nuestro enemigo declarado del sur, Marruecos, que ha forjado una alianza estrecha y muy poderosa con los EEUU y su fiel aliado, Israel, en todos los órdenes; un EEUU que por otro lado también ahora, con Trump, nos tiene ojeriza por la también estúpida actitud de Sánchez.
Con esta acción, con este aviso a navegantes, si mi hipótesis fuera cierta, Israel pretendería conseguir un cambio de rumbo de Sánchez con respecto al conflicto palestino-israelí y Marruecos habría obtenido la vital certeza de que en caso extremo su aliado le garantizaría dejarnos totalmente indefensos; y ya me entienden.
Un último dato para afianzar mi hipótesis: en la tarde de ese lunes ya histórico para nuestro mal por la vergüenza mundial que ha supuesto, la ministro de Defensa, sí, Margarita Robles, viajó urgentemente a Melilla donde se entrevistó con uno o varios muy altos cargos marroquíes; dicha visita se conoce, pero no se le ha dado la difusión e importancia que sin duda merece.
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