Postureos. Por Francisco Javier Sáenz Martínez

Vivimos en la época de la imagen en la que quien más quien menos gusta de verse aplaudido y reconocido como persona de bien, solidaria con causas defendidas por la mayoría de la sociedad. El Diccionario de la RAE nos saca de dudas acerca del significado de postureo: <<Actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción>>.

Resultaría prolijo mencionar todos los postureos con los que nos desayunamos cada mañana pero me referiré a los más rimbombantes: Algún cocinero de postín que decidió que la ensaladilla rusa pasara a denominarse en su carta ensaladilla ucraniana, mujeres famosas que se cortaron un mechón de su cabello, algunas en el salón de su estilista para evitar estropicios, como solidaridad con la situación de las féminas iraníes; el campeonato de fútbol en Catar se lleva la palma: el político que desde la comodidad de su casa y esbozando una sonrisa de oreja a oreja posa orgulloso con un gran brazalete para demostrar su apoyo a un determinado colectivo; los jugadores que brindan al sol con brazaletes que saben a ciencia cierta no podrán exhibir, las tarjetas les importan más.

Qué decir de un sinfín de artículos, tertulias, editoriales, viñetas, etc. denostando a la FIFA y al régimen catarí cuando desde el año 2010, que se dice pronto, se sabía que dicha monarquía absoluta iba a organizar el campeonato; ahora se rasgan las vestiduras, claman al cielo para protestar contra tamaño despropósito y derraman lágrimas de cocodrilo por los trabajadores que murieron durante la construcción de los estadios; uno se malicia que sus actos no son consecuentes y coherentes con su verborrea y están viendo los partidos de fútbol con más pasión que el bombo de Manolo.

Por cierto, en el reglamento de la FIFA se regula qué brazaletes y escudos deben portar los jugadores; parece que algunos no lo querían saber. En suma, fingimiento, hipocresía y doblez para quedar bien de cara a la galería. ¡Gol!