03/02/2025 12:48

Son tramposos por sistema, fulleros , líderes en chanchullos y la inmunda manipulación. Todo por seguir comiendo marisco, saqueando a los ciudadanos que les pagan las opíparas vidas de vagos y maleantes por afiliación sectaria. La realidad es a veces lo más aproximado a la ficción. No a una ficción novelada, sino a la esperpéntica propia del comic. Méndez y Totxo parecían personajes de tebeo, grotescos, ridículos, poco veraces, imposibles. Los parásitos con descaro ofensivo Pepe Álvarez y Unai Sordos los superan. Nos aventuramos a inventar esas realidades paralelas fruto de una creatividad que busca superar los límites de lo cotidiano y no reparamos en que con seres como estos la diversión está asegurada. Ya se ocupan de inventarse el entretenimiento del cuento sindical con el pretexto de la defensa del trabajador. Son los únicos que se divierten en este drama.

   La diversión de la corrupción impune explica que en tiempos del nefasto Zapatero, la huelga general fuera dirigida contra los empresarios y no  contra el PSOE, verdadero causante de las ruinas que hasta hoy día nos han victimizado. La realidad supera a la ficción y además, es lo más triste, cuela. Méndez y Totxo parecían los Pepe Gotera y Otilio de la casta política, chapuzas  de una historieta que podría titularse La Sindicaradura. Actualmente, Álvarez y Sordo apestan a vaguería indignante bien  provistos los muy gandules dispuestos a arrastrar la jeta por los suelos manifestándose contra el PP. Ahí es nada la carroñera disposición de los comegambas que reunieron en Madrid a 200 zarrapastrosos del buen vivir en una manifestación de gentuzas muy agradecidas por el cuento sindical.

No coló el decreto omnibús del estafador Sánchez que pretendía meterla doblada usando la excusa del escudo social para imponer una dictadura bananera, además contentando a los socios. Manipulación, chantaje acostumbrado de una panda aberrante de gentuzas varias que han hincado el colmillo al poder para no soltarlo.

   Si estos chulos mantenidos, encima tan mal encarados, fueran obligados a vivir sólo de las cuotas de los afiliados, se afanarían en dar un verdadero servicio social a los trabajadores; la sopa boba los ha acomodado para convertirse en vagos sostenidos por el esfuerzo de los españoles. No es de extrañar que no muerdan la criminal mano que les da de comer. No sé si serán malnacidos, pero obvio es que no son desagradecidos los apalancados de vida fácil.

   La sindicaradura se ha divertido demasiado a costa de la desgracia de los trabajadores. Supimos entonces que UGT financiaba con un fondo europeo a desempleados, el panfleto y las actividades sectarias que regurgitaban para seguir existiendo sin dar palo al agua. El sindicalismo mayoritario en España apestaba a corrupción y el hedor era público ya. Eso no era de tebeo. Luego llegó la tucana del desempleo y les soltó millones como si fueran suyos; la muy detestable loro de cerebro menguado que podría investigarse por saqueo sectario de las arcas del Estado. Seguro que esconde trapos sucios en la jaula.

http://www.libertaddigital.com/organismos/ugt/

   UGT y CCOO son organizaciones extemporáneas que guardan relación con el parasitismo generalizado que se practica en las repúblicas bananeras contra el pueblo. No es extraño el atropello en cuantas concentraciones radicales se manifiestan los liberados, atacando el equilibrio democrático y montándose las juergas piqueteras con una caradura propia de los delincuentes que se saben a salvo de las consecuencias de sus actos. Una república bananera sería perfecta para imponer la dictadura del proletariado. España, que pasa de esas movilizaciones de nostálgicos parasitarios, no se deja. 200 parias de la tierra bien atiborrados no engañaron a los trabajadores que loes tienen bien calados. Sinvergüenzas.

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    El berrido unísono de los parias de la Tierra ha asolado la paz social de un país que intenta sobrevivir a los buitres que lo minan. Junto a las administraciones públicas, el sindicalismo sobre ponderado ha supuesto un tráfico de dinero público que ha desaparecido en tejemanejes que, de ser descubiertos, darían cuenta exacta del calibre delictivo de tan innecesarios lastres. Como el del desgobierno criminal de Sánchez, hechos a imagen y semejanza con el saqueo de las arcas públicas. 

   El sindicalismo es una necesidad social en defensa de los derechos del trabajador. Habrá sindicalistas honrados y comprometidos, pero el sindicalismo mayoritario español es el causante de una sociedad desequilibrada, esquilmada, perjudicada y traspuesta en manos de una mafia respetada cuyas actividades deberían ser causa carcelaria. Empezar a descubrir la financiación irregular de UGT en Andalucía era el primer paso que emprendería un largo viaje que revelara el libertinaje de unos matones radicícolas que han lastrado a todo un país con sus muchos chanchullos exentos de auditorías y control presupuestario.

   De la estafa cooperativista de la PSV no hay rastro pasado. Todo tiene un precio para dar carpetazo. Sin embargo, es segura inmundicia la huella que se habrá dejado desde entonces, a poco que se inicien investigaciones paralelas a lo sucedido en Andalucía.

Que estos listos mangan no pilla por sorpresa, quitando a los necesitados lo que les viene en gana. Eso no es preocupante en comparación con la intención de romper la paz social con tal de seguir chupando del bote. España no puede permitirse sinvergüenzas de ese cariz y es posible que persiguiendo legalmente estas corrupciones generalizadas de algunos sindicalistos, nos ahorremos disgustos de mayor calado en un futuro.

   Durante ocho años, el feroz sectarismo de alguna izquierda propició repartos a diestro y siniestro para reforzar grupúsculos de intereses partidistas y usarlos como arietes contra el cada vez más perjudicado equilibrio socio-político. El gobierno de Zapatero dosificó dividendos descarados entre prosélitos de causa radical, con escandalosas provisiones que empobrecieron la economía sin que recabásemos en los verdaderos causantes de los males que padecíamos. Con el mafioso desgobierno sanchista redoblaron la apuesta de la estafa social regalando millones a unos indeseables comegambas.

    Los alaridos de los acostumbrados corruptos, los verdaderos de continuo y sin punición, pueden tornarse en un enmudecimiento acorde a la vergüenza que podría suponer descubrir que estos liberados, supuestos adalides de la justicia social, representan el mayor germen de corruptelas encubiertas que muy seguramente  pueden remontar a muchos años atrás las actividades que no sólo constatarían simples irregularidades. No era de extrañar que los personajes de tebeo como Méndez y Totxo pudiesen acumular causas penales a poco que se investigara lo que esconde la extensa y gruesa red de una mafia sindical que ya bastante daño ha causado al tejido empresarial. ¿Y Álvarez o Sordo son trigo limpio?

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   Son los esbirros de un poder atrincherado. Brazo radical del PSOE durante el anterior gobierno zapaterista y atentos correligionarios ante la expectativa golpista de cara a  nuevas oportunidades para trincar de los presupuestos generales del estado siendo repartidor el  socialismo. Juntos conforman un frente popular listo para actuar contra los intereses de España. Como siempre que ha gobernado la trampa izquierdista de majaderos que se han llenado los bolsillos vaciando los de los ciudadanos, han ganado las comparsas sindicales tan afines a ideología como a la amoralidad que han permitido robos permanentes disfrazados de legalidad.

   Por una vez sería saludable para la democracia que estos expertos berreadores contra los que no son de su cuerda aprovechada, se sentaran en los banquillos de los tribunales a rendir cuentas sobre tantos años de enriquecimiento ilícito. No deberían escatimarse medios policiales y judiciales para intervenir las sedes y escudriñar-seguro que no habrá necesidad de tanto celo- las múltiples añagazas que han permitido un robo de gran escala, usando el dinero de los ciudadanos para reforzar la estafa sindical de la que se viene sospechando, pese a que disfrutan de una permisividad fiscal a la que debería haberse puesto coto hace mucho tiempo. Pero primero ha de caer el puto amo, número 1 de todas las corrupciones.

    No sería ni un ápice de represión obligar a que se cumpla la ley, aflorando los trapos sucios de unos grupúsculos financiados para seguir enrareciendo la paz social, con el fin de vivir del cuento de carácter vitalicio. No sería un ápice comparado con la coacción que ejercen a diario.

    Méndez y Totxo eran personajes histriónicos, de tebeo. Aparentaban ser legales, regulares, pero las apariencias no engañaban. Con la saga del relevo Álvarez-Sordo son todos parásitos esperpénticos de una realidad  sangrante, como el oscuro juego de engaño que representan: diversión, choriceo, comilonas, la vida padre de los listos parias de la Tierra a costa de los sufridos trabajadores… las verdaderas víctimas de estos asalariados del miedo y de la confusión social.

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Editor ÑTV ESPAÑA
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