23/11/2024 13:35
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Discurso profético del gran actor Ned Beatty en la película setentona titulada Network (Un mundo implacable en España). El mundo es un negocio y el negocio lo hacen las corporaciones, las del Nuevo Orden Mundial. 

¿A dónde va España?

Interesantísima pregunta para la que caben no menos interesantísimas respuestas. Y no hay una, pues de otro modo supondría que conoceríamos el futuro, aún cuando nos adentremos en la política-ficción.

Como cuestiones previas, hay que decir que:

El Régimen del 78 (R-78) está colapsando y los escenarios futuros amparan, de facto, dictaduras (soberanas o comisarias), pero dictaduras en cualquier caso, aún cuando puedan revestir una apariencia «democrática» como este ominoso y decadente R-78. Y todo ello, impuesto por obra y gracia del globalismo o como reacción al mismo.

El R-78 además, es un régimen fallido. Y así, actualmente es regido por antiespañoles; se prohibe impartir nuestra principal lengua oficial, el castellano, en territorios periféricos de España; los hombres de paz -antes terroristas- se han instalado en las instituciones; el imperio de la ley depende del territorio donde se aplique; sólo existe un único poder, que es el ejecutivo, etc, etc.

Se distingue entre dictadura soberana y dictadura comisaria partiendo de la taxonomía de iuspublicista y pensador político alemán que fue Carl Schmitt (el más grande del siglo XX, probablemente, junto al austriaco y brillante Hans Kelsen, pero ubicado en la otra orilla como referente de las deleznables democracias liberales que padecemos), a la que se añade una atrevida y particular reinterpretación del primero por mi parte, para adaptarla a la realidad política española actual.

Por tanto, los escenarios políticos futuros que podrían suceder son, de mayor a menor probabilidad, los siguientes:

1º. Dictadura soberana antiespañola, que abriría un proceso constituyente (como así sucedió en la II República española), donde sólo estuvieran representados los enemigos internos de España, esto es, los antiespañoles, «presentando» a España como una república plurinacional (lo que nunca ha sido) y que sería la culminación de la destrucción de España  que contaría con todas las bendiciones del Nuevo Orden Mundial (NOM).

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Hablamos de una dictadura soberana para abrir ese proceso constituyente, en tanto que el R-78 se ampara en un sistema, que es el marco constitucional, como diseño masón para no ser cambiado dentro, en tanto que el aparente pluralismo político actual lo hace imposible, requiriendo para su ruptura (y éso lo saben bien nuestros enemigos internos) un proceso constituyente desde el falaz «porque lo pide el pueblo».

2º. Dictadura comisaria a instancias del actual Rey (así sucedió por parte de Alfonso XIII con el régimen autoritario de Primo de Rivera y afirmamos régimen autoritario, al igual que el de Franco, por contraposición a la dictadura totalitaria como seña de identidad de los regímenes comunistas).

Es un escenario más improbable que el anterior, en tanto el probable destino del Rey es el exilio que le proporcionará el NOM, salvándole para ello su condición de masón debidamente condecorado.

3º. Dictadura soberana resultante de una confrontación civil (como así sucedió tras la última guerra civil española) de corte nacionalista.

Es un escenario más improbable que el anterior, aún, por dos motivos:

Requiere de un discurso socialpatriota debidamente articulado (que hay) pronunciado por un líder (que no hay) que calara en esa mitad de españoles, que se sienten así, y dispuestos  al sacrificio supremo para la defensa de la unidad y soberanía de nuestra Patria (lo cual hoy es una quimera).
El pueblo español es un rebaño conformado de una mezcla de cretinos, paniaguados, miserables y cobardes como una resultante de 42 años de adoctrinamiento (aunque las bases se sentaron en el desarrollismo franquista de los 60´s), siendo pastoreado por las oligarquías tras el ignomisioso R-78, que le han utilizado como coartada numérica para dar una pátina de   «democracia» a esta degeneración del franquismo que es el llamado R-78, que ha consagrado un cártel de mafias particráticas.

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4º. Dictadura soberana propiciada por un cirujano de hierro, tras una intervención armada de fuerzas armadas extranjeras (las nacionales están funcionarizadas y apesebradas), a las que se podrían unir las FFAASS patrias, a fin de defender España y su soberanía, que sería vista con simpatía por esa mitad de España que se siente ultrajada por el inconsistente y quebradizo R-78.

Es un escenario más improbable, aún, que el anterior y más propio de la ciencia ficción. Requeriria de un personaje histórico a la altura de los grandes estadistas y éso, hoy, con el nivel que hay (que se lo pregunten a Irene Montero) es pedir un imposible.

De una cosa pueden estar seguros: si este evento se diera un viernes y el objetivo fuera alcanzado el sábado o el domingo (y sería fácil en tanto España es sólo fachada y no tiene nada debajo, lo que también saben muy bien nuestros enemigos externos como Marruecos),  los españoles se levantarían el lunes como si nada. Es lo que tiene su baja condición. Recuerden que tras morir Franco, todos lloraban su pérdida y al día siguiente todos eran «demócratas de toda la vida» y antifranquistas (como el Rey Emérito, vaya).

Recuerden ese dicho de que la política es un comercio, los políticos los comerciantes y al son de las urnas, acuden los ignorantes (abusados en su buena fe).

Por éso, hagan como yo: no se metan en política en estos tiempos tan envilecidos. 

Y como para saber lo que vendrá no hay una bolita de cristal, se admiten apuestas y otros escenarios.

Autor

REDACCIÓN