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El próximo jueves 5 de octubre la asociación Luz de Trento presentará el libro La España que queremos, una antología de textos de José Calvo Sotelo. El acto tendrá lugar a las 7 de la tarde en el Salón de Grados de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Intervendrán Alfonso Bullón de Mendoza, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad CEU San Pablo, Francisco de Asís Gamazo de Luz de Trento y Jorge Buxadé, eurodiputado y vicepresidente de Vox.

Entrevistamos a Jorge Buxadé en su condición de prologuista del libro.

¿Cómo valora la iniciativa de Luz de Trento de presentar una antología de textos de José Calvo Sotelo y el hecho de poder prologar el libro?

Constituye un hecho histórico que se une a otras iniciativas de esta misma asociación y de otras entidades que acreditan el creciente interés por figuras relevantes de nuestra historia y un renacimiento del pensamiento conservador en general. Han sido muy generosos en ofrecerme la posibilidad de prologar este libro. Me siento muy orgulloso, feliz y honrado por ello y con un gran sentido de responsabilidad porque la figura de Calvo Sotelo es capital en la historia de España, a pesar de ser uno de esos personajes que está en proceso de cancelación cultural como consecuencia de las sectarias políticas de la izquierda en España.

¿Qué supuso en la historia de España el magnicidio de Calvo Sotelo y por qué debemos reivindicar su figura?

De todos es conocido que el asesinato, el magnicidio, de José Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto y esa pandilla delincuencial en la que se convirtió el Partido Socialista durante la segunda república constituye la espita final que determina la decisión de alzarse contra un gobierno que había dejado de ser democrático y de representar a la soberanía nacional para convertirse en un gobierno frentepopulista, en un gobierno satélite de la peor izquierda comunista de toda Europa. Muchos vivían con grandísima preocupación el marasmo social, la falta de libertades y el camino hacia la dictadura comunista en que se estaba convirtiendo la segunda república.

La figura de Calvo Sotelo se reivindica a sí misma. Un hombre inteligente, preparado, que dedica toda su vida al servicio de España. Es una de esas figuras que forman parte de varias generaciones de políticos españoles que con sus errores y aciertos, pusieron su vida, su inteligencia, su sentimiento y su alma al servicio de la patria. Tiene un historial y una vida trepidante, como abogado del Estado, como ministro, como hombre al servicio de la administración que impulsó extraordinarias reformas legislativas, cuyos ecos aún perviven en nosotros. Ante la dejadez de Gil Robles se convirtió en el auténtico líder de la oposición junto a José Antonio Primo de Rivera.

Es un libro muy oportuno. ¿Por qué hoy desgraciadamente estamos muy lejos de la España que queremos y qué soluciones da para volver a esa España?

En esos textos escogidos de Calvo Sotelo cabe distinguir una parte del contenido que responde a la realidad de aquel momento, pero otra gran parte del mismo es intemporal porque habla de los problemas que sufría España entonces, que por desgracia hoy no se han resuelto e incluso se han visto agravados. Se trata del riesgo grave de la ruptura de la unidad territorial y de la unidad espiritual de España. Precisamente fue por lo mismo, por haber permitido el crecimiento, el desarrollo y la toma de poder de partidos que atacan la unidad nacional, la soberanía de los españoles y que combaten la idea misma de España y el sentido histórico de la nación española. Todo como consecuencia de la dejadez, del pactismo y de la componenda por parte de los grandes partidos nacionales en este régimen del 78, el PSOE y el PP.

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En aquel otro régimen de 1931 igualmente el Partido Socialista, el Partido Radical y por desgracia también la CEDA, incurrieron en los mismos errores, en las mismas renuncias y cobardías que estamos sufriendo en España actualmente.

También el libro trata de otras cuestiones como la reforma de la administración, la distribución territorial del poder, la necesaria bajada de los impuestos, la revitalización de nuestros sectores productivos, la reforma agraria…que hoy veríamos en términos de la necesidad de un sector agrario competitivo frente a la competencia ilegal de los productos extranjeros y la existencia de una brutal normativa procedente de las burocracias de Bruselas que ahogan la capacidad productiva de nuestra nación.

Efectivamente hay muchas cuestiones que no están resueltas y por tanto estamos muy lejos de esa España que queremos, una España unida que responda a ese destino histórico, que mire a esa América hispana, que también mire a Europa, orgullosa de sí misma, de su pasado, su presente y su futuro, una España unida, una España próspera y una España en libertad, en donde las realidades sociales, eso que tradicionalmente se llamaba los grupos o cuerpos intermedios, recuperen la vitalidad que ha sido ahogada por este Estado de los partidos en que se ha convertido el régimen del 78.

Es curioso que defienda la tesis de la monarquía tradicional frente a la república. ¿Por qué a España le ha ido mejor siempre la monarquía?

Le ha ido mejor con la monarquía porque las dos experiencias republicanas han sido absolutamente desastrosas. Monarquía o república son simples formas políticas del Estado, formas de organización del poder. Es verdad que la historia de España está muy vinculada a la monarquía hispánica, con independencia de sus dinastías y de sus reyes.

Estamos ahora en un crucial momento en donde se configura un frentepopulismo separatista. La monarquía nos lleva a la idea del principio de autoridad, del principio de eficacia, de jerarquía. La monarquía nos lleva igualmente a una realidad que configura la esencia de la nación española con sus 800 años de reconquista y posterior descubrimiento, conquista y evangelización de la América hispana. Todo ello fue obra de buenos reyes como los Reyes Católicos, Carlos I o Felipe II.

Reitero que las experiencias en España con la república han sido nefastas y vinculadas a la ruptura de la unidad territorial de España, la desintegración de la unidad política y a una visión sectaria de la izquierda europea.

El segundo bloque de textos aborda los criterios de gobierno. ¿Por qué se ha perdido hoy ese criterio a la hora de gobernar?

Toda la realidad política de Europa se ha trastocado ya desde el siglo XIX, después de la Revolución Francesa y muy especialmente después de la II Guerra Mundial. Y ello ha supuesto la desaparición de cualquier criterio espiritual en la vida colectiva, que se traslada a la vida política. También ha habido una sustitución progresiva del concepto de bien común por el interés general, que acaba sustituyéndose por el interés particular de una determinada mayoría. Igualmente ha desaparecido la idea de servicio, de disciplina, incluso, desde el punto de vista político, desaparece también la idea de destino, muy vinculada a la idea de evocación en el ser humano. Las cosas son para algo y los hombres nacemos para algo.

Todo ello ha trastocado absolutamente la vida política y ahora solo se habla en términos de utilidad, de recompensa inmediata, de resultado electoral…Los políticos si bien hemos de atender a los problemas inmediatos del día a día debemos dedicar la mayor parte de nuestro tiempo a pensar en el medio plazo, en el largo plazo y en el interés conjunto de la nación y eso está desapareciendo. Parte de estos textos escogidos de Calvo Sotelo permitirán, sobre todo al lector joven, ver como se interpretaba y se vivía el sentido político de las cosas y el sentido social de las cosas, aún en aquellos tiempos turbulentos y violentos de la segunda república.

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Y finalmente en otro apartado analiza las condiciones para que se de la armonía social. ¿Por qué estamos hoy muy lejos de lograr esa armonía?

Son muchos los motivos que impiden esa armonía social. En primer lugar yo pondría la vigencia y la eclosión de las ideologías. Los partidos y los grupos se colocan ideológicamente al margen de la realidad y no se analizan las situaciones de acuerdo a principios inmutables como el principio de justicia o de eficacia o de autoridad…Hay siempre un a priori ideológico que es el que pretende resolver el problema y eso produce distorsiones y falta de armonía y equilibrio.

En cuestiones más propias de España rompe la armonía de la comunidad nacional el separatismo. Rompe la armonía la aplicación que se ha ido haciendo desde la entrada en vigor de la Constitución del 78 los principios de separación de poderes y de neutralidad institucional. Estamos ya desde hace décadas en un auténtico Estado de partidos que ha usurpado la vitalidad de la nación en las Cortes Generales y en el Senado, que ha usurpado el gobierno de los jueces en el poder judicial y ha convertido los gobiernos en un instrumento del partido o de los partidos en coalición, como ha ocurrido en estos 4 últimos años.

También rompe la armonía esta reciente ideología que se está imponiendo en las sociedades occidentales desde hace décadas, pero ahora con una mayor violencia, el globalismo woke, esa expresión máxima de la ideología de género, la cancelación cultural o la teoría crítica de las razas…

Rompe la armonía toda la moderna teoría de los Derechos Humanos que pretende atribuir a cualquier colectivo que se autoidentifique como vulnerable un derecho que se impone al bien común y al interés general de toda la comunidad nacional. Así sucede con los lobbies de género, ideológicos.

Todo esto impide que los españoles vivamos, sintamos y deseemos como algo muy bueno y moralmente superior la unidad frente a la ruptura y el enfrentamiento.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Geppetto

Sera una conferencia interesante y si comparan la epoca de Calvo Sotelo con la actual sera interesante por partida doble

JCrespo

Mucho quejarse de un suceso, muy grave, pero del pasado, y dejarse robar unas elecciones, actualmente, por el mismo tipo de gente, sin decir ni mú…

Hakenkreuz

José Calvo Sotelo no es un personaje ejemplar de España aunque goza de la idolatría de las personas de derechas conservadoras, como la organización anticristiana Luz de Trento, que debería ser excomulgada por pelagianismo político al servicio del VOX, partido conservador, que no cristiano, dirigido por un polígamo que se enorgullece de apuñalar con su adulterio el Sacratísimo Corazón de Jesús y mostrarlo así a sus votantes, más de tres millones, además de renegar de Franco y Hitler, que hicieron todo por salvar España de caer bajo las garras de Stalin en siglo pasado, en nuestra Cruzada.

Calvo Sotelo huyó de España tras la proclamación de la satánica II República y solo regresó tras conseguir acta de diputado en noviembre de 1933. Su ideal es el del anticristo conservador de Action Francaise, que fue excomulgado por ateo. Action Francaise no es una organización cristiana en absoluto, y nada ayudó a Franco y su bando en nuestra cruzada, salvo en proporcionar información sobre suministros soviéticos por la frontera francesa, poco mas (ni siquiera reclutó voluntarios como sí hizo Hitler en Alemania para la Legión Cóndor). Action Francaise era una organización conservadora que, durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó al III Reich y al gobierno de Vichy, incluso reclutando soldados franceses para las SS (la Charlemagne, p. ej.). Y tras la guerra, sus miembros fueron objeto de exterminio por parte de los comunistas franceses, que se ensañaron con ellos con una profusión nada vista al otro lado del Telón de Acero y con la aquiescencia del falso «católico» Charles De Gaulle, aliado de anglo comunistas.

Se trata de un político conservador gallego que fue ministro de hacienda en tiempos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. José Calvo Sotelo presumía de que en aquel gabinete le citaban como el «ministro bolchevique» (dudosísimo «honor»), porque introdujo el robo del impuesto sobre la renta que debían pagar los más acaudalados terratenientes en una ínfima porción junto con el resto de la población, especialmente los más pobres y laboriosos. Y no era esa la solución que exigía España, sino el reparto de tierra andaluza, extremeña y castellano-manchega, con expropiación a cambio de entrega de deuda pública, precisamente en aquellos años de Miguel Primo de Rivera, para lograr una enorme masa de pequeños propietarios en el sur de España y, así, neutralizar el marxismo. Es decir, para deshacer el horror económico que supuso la liberal conservadora desamortización que perpetraron los enemigos de Dios y de España durante el siglo XIX, incluso atentando contra la Santa Iglesia Católica Apostólica y sus miembros y dejando en la más absoluta pobreza a la mitad meridional de España. Se perdió la última oportunidad de evitar así la guerra, pues a partir de 1931 ya no había posibilidad alguna para los jornaleros y sus familias que sucumbir al terror rojo o morir apaleado por esquirol (nadie en su sano juicio, y mucho menos en ambiente rural y, especialmente, entre los más pobres, acepta el socialismo como sistema económico, por eso el reparto, deshaciendo la salvajada que perpetraron liberal conservadores desde Mendizábal en 1833, era la solución exigida por todos los jornaleros, que no eran dueños ni de la casa en la que habitaban), pues los rojos, por supuesto, no aceptaban reparto alguno, sino subidas populistas de jornales totalmente inasumibles bajo terror rojo y amenazas continuas de quemar cosechas, olivares, viñas, matar ganado, etc. e, incluso atentar contra terratenientes y sus familias (por eso hubo tantos abandonos de tierras en el sur previas a la Cruzada). La solución koljos en España se pudo haber evitado en tiempos del viejo general que tuvo a Largo Caballero como miembro de su directorio. Y Calvo Sotelo debió haber advertido ya entonces el peligro de bolchevización del sur y obrar en consecuencia, pero no era cristiano en absoluto.

José Calvo Sotelo murió asesinado por miembros del PSOE bajo mando de Indalecio Prieto, que años después reconoció su culpa. Los socialistas ya le habían amenazado varias veces con asesinarle, incluso en el parlamento, pero Calvo Sotelo creyó que los rojos solo atentarían contra falangistas y fieles que iban a misa, no contra él, un conservador ateo cerril. Miembros de la guardia de asalto dirigidos por miembros socialistas de la guardia civil (misteriosamente muertos en los primeros enfrentamientos en el Alto de los Leones), irrumpieron en su casa de la calle Velázquez de Madrid y se lo llevaron en plena madrugada para asestarle un tiro en la nuca y dejarlo tirado como un perro a las puertas del cementerio de la Almudena. Pero la sublevación ya estaba en marcha desde hacía meses aunque los pésimos historiadores sobreestimen su importancia (no tuvo ninguna en ella). Su muerte no pudo suponer que los españoles se lanzasen a los cuarteles a pedir armas (cosa que solo hicieron los rojos en masa y los falangistas en mucho menor número pero con mucha mayor valentía, éstos últimos muy ofendidos por no permitir la entrada de José Antonio en las listas del Bloque Nacional, algo verdaderamente vomitivo que ningún fiel a Falange debe olvidar de los que son de derechas).

El partido político conservador de José Calvo Sotelo, Renovación Española, era una facción mínima de la derecha dominada por la conservadora CEDA y los liberales radicales de Lerroux, luego Portela Valladares. Los miembros de Renovación Española no contribuyeron, como los radicales o los de la CEDA, al triunfo de los católicos patriotas en la Cruzada de los años treinta, logro que solo puede atribuirse a los verdaderos católicos de FE de las JONS y a los tradicionalistas requetés, es decir, a la extrema ultra derecha verdadera, así como a la ayuda del III Reich, de Italia de Mussolini y de Portugal de Oliveira Salazar, que lograron evitar que España fuera la decimosexta república soviética con millones de españoles exterminados y sometidos a holodomor y destrucción territorial y esclavitud.

La derecha no luchó por España, huyó miserablemente sin derramar ni una sola gota de sangre ni por Dios ni por España, como es tradición en liberal conservadores, que prefieren pagar a otros para que se maten por ellos. Es un falso mito afirmar que la derecha luchó contra el Frente Popular, porque es mentira absoluta. Lo único que hicieron algunos miembros pudientes de derechas es financiar la adquisición de armas, munición y combustible al ejército católico nacional liderado por Franco, nada más. Y Franco les pagó con excesiva generosidad esa ayuda, dejando de premiar debidamente a los que verdaderamente sí dieron su vida y su sangre por Dios y por España. De ahí que Franco prohibiese a la CEDA, a Renovación Española y a los radicales, tratándoles poco menos que de traidores como Judas Iscariote, y solo permitiese un movimiento unitario (con gran acierto) predominantemente falangista y requeté, FET de las JONS. Fueron los falangistas los que pagaron el mayor tributo por Dios y por España, mal que pese a España entera, la roja y la derechista falsa como el Iscariote.

¿Es la España de Calvo Sotelo y su Renovación Española la que queréis? Dios quiera que cada vez menos españoles se vean engañados por ese proyecto vano y falaz que no es en bien de España y, mucho menos, de Dios y sus fieles.

aliena

Y dale con la «cancelación», ridiculez anglo que adoptan con más furor que nadie los supuestos defensores de la supuesta «Hispanidad». Por descontado al Sr. Buxadé se le caería el pelo – si le quedase alguno – si intentase articular «interdicción», por poner un ejemplo. Estoy enternecida por la forma en que nos están «re-hispanizando», entre «la gente abusada», «sentir por», «calendarizar» y un larguísimo, cada vez lo es más, etcétera.

aliena

En cuanto al amargo llanto del Sr. Buxadé por esa armonía, fruto de la constitución del 78, que los malvados separatistas han roro y siguen rompiendo, me encantaría poder rogarle que no nos tome por lo que vulgarmente se llama «el pito del sereno», pues somos perfectamente conscientes, pese a los continuos lavados de cara, que es el panfleto setentayochista el que permite la existencia de esos partidos separatistas, les da alas y abre camino a la consecución de sus perversos objetivos ( con tímidas limitaciones en cuanto al «procedimiento» ).

JCrespo

Muy bien, Aliena. Ya sabes que nuestros politicos no quieren ver el origen de lo que sucede, sino el que se adecúa convenientemente para ellos al Régimen actual. En este caso el separatismo es cuestión de gente malvada, no de lo que lo alimenta desde, precisamente, el 78.

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