Getting your Trinity Audio player ready...
|
La capilla de San Carlos en la Catedral de San Justo en Triste, es conocida como El Escorial Carlista. Allí están enterrados la mayor parte de los Reyes y Reinas carlistas, así como algunos Infantes. En su capilla encontraron sepultura: Carlos V; Fernando de Borbón, hijo del anterior; Carlos VI; Carolina de Borbón, esposa de Carlos VI; María Teresa de Braganza, Princesa de Beira; Juan III; María Francisca de Braganza, primera mujer de Carlos V; Carlos VII; Francisco José Carlos de Habsburgo y de Borbón, hijo de Blanca de Borbón y nieto de Carlos VII. En Viareggio fueron enterrados Jaime III; Blanca de Borbón, hija de Carlos VII; y Margarita de Borbón-Parma, mujer de Carlos VII. En el Castillo de Puccheim descansa Alfonso Carlos I y su mujer Maria de las Nieves de Braganza.
¿Por qué la Corte carlista eligió Triste? La vida de Carlos V fue un constante destierro. Empezó con la guerra de la Independencia. Después, poco ante de la muerte de su hermano Fernando VII, a Portugal. Una vez formalizado el Convenio de Vergara, fue obligado a exiliarse a Francia, concretamente a Bourges. De allí pasó un breve período de tiempo en Turín, donde vivían don Juan y don Fernando, que eran oficiales en el ejército de Carlos Alberto de Saboya, Rey del Piamonte.
En 1845 abdicó en la figura de su hijo, Carlos María de Borbón y de Braganza. A partir de ese momento y en adelante quiso que se le conociera como Conde de Molina. Es entonces cuando buscó el lugar más idóneo para establecer su Corte. Aprovechando el matrimonio de Juan de Borbón con María Beatriz de Austria, año 1847, Carlos V se trasladó a Venecia. La estancia en Venecia duró poco tiempo, pues en 1848 estalló la primera guerra de la Independencia italiana y decidieron marcharse de allí.
La precaria situación económica de Carlos V le obligó a buscar la protección de los Habsburgo, a los que estaba unido por parentesco familiar. Durante su largo exilio, Carlos V recibió ayudas económicas del Conde de Charmond; del Duque de Módena, cuya hija se había casado con su hijo; y de algunos estados ideológicamente afines al pensamiento carlista como el austríaco y el ruso. La Duquesa de Berry, María Carolina de Nápoles, había adquirido un edificio en Trieste, en la Vía Lazzaretto Vecchio número 9. La Duquesa les cedió el segundo piso, reservándose para ella el primer piso. El piso cedido tenía veintitrés salas, de las cuales una se reservó para la capilla y dos para el confesor y el capellán de Corte. En otra de aquellas salas vivía Francisco de Cardona, médico de Carlos V. Había otra reservada para el ayudante de campo del Rey, José Antonio Sacanell. Finalmente, otra sala estaba reservada para la primera dama de la Reina, María de la Concepción de Lesaca, Condesa de la Lealtad. El resto de los miembros de la Corte de Carlos V se distribuyeron, por cuenta propia, en pisos cercanos a la Via Lazzaretto Vecchio. En 1852 el edificio fue vendido a la familia Ralli, pero este cambio de propiedad no afectó la vida cotidiana de Carlos V, sus hijos y los cortesanos que hasta Trieste le siguieron. La Corte carlista de Trieste se disolvió como consecuencia de la muerte de María Teresa de Braganza, Princesa de Beira, segunda mujer de Carlos V.
La reducida Corte que permaneció en Trieste, después de la muerte de la Princesa de Beira, se integró en la vida cotidiana de la ciudad y allí fueron enterrados. Sus cuerpos descansan en el cementerio de Santa Ana, campo 111, inscrita como: “Seguito dell’Augusta Signora María Teresa di Borbone, contessa di Molina”. El terreno fue adquirido a perpetuidad por la Princesa de Beira en el año 1868. La última persona enterrada fue Gregoria de Cardona, hija de Francisco de Cardona, en 1901.
Antes de reseñar los nombres de aquellos que fueron enterrados en el cementerio de Santa Ana, es menester apuntar un dato importante, por lo que respecta a la conservación de dicho recinto. A pesar de la perpetuidad adquirida por la Princesa de Beira, las leyes de Trieste estuvieron a punto de desmantelar aquel recinto. La perpetuidad funeraria sólo era valida durante cincuenta años. Al haberse dado entierro a Gregoria de Cardona en 1901, en 1951 y sin que ningún derecho-habiente, en el referido plazo, hubiese presentado reclamación o ejercitado su derecho, el Ayuntamiento de Trieste se hallaba en derecho de disponer de aquel terreno y de sus sepulturas.
Informado de este hecho el Embajador de España en Trieste, Carlos Manzanares, removió cielo y tierra con el fin de que aquel recinto, en el cual reposaban unos restos de gran valor histórico para España, no fuera expropiado por las leyes triestinas. La mediación de Carlos Manzanares estaba centrada en que aquel recinto quedase para siempre bajo la tutela y patronato del Estado español. La perseverancia del Embajador dio sus frutos y, finalmente, en 1955, el Ayuntamiento de Trieste llegó al siguiente acuerdo:
“En respuesta a su solicitud de primero de julio próximo pasado, cúmpleme informar a V.S. que esta Administración comunal, teniendo en cuenta el valor histórico y artístico de las tumbas registradas con el núm. 467 de la planta 355 del Cementerio de Santa Ana, no tiene la intención de ejercitar la facultad que le atribuye el artículo 48 del Reglamento vigente de cementerios municipales. Por tanto, esta Administración accede de buen grado a lo solicitado por V.S. de poner bajo la protección de esa respetable representación las tumbas en cuestión, a condición de que atienda a su mantenimiento y a las eventuales reparaciones”.
Gracias a las gestiones de Carlos Manzanares, a partir de 1955, aquel recinto a sido conservado y mantenido por el gobierno español.
¿Qué personajes fueron enterrados en el cementerio de Santa Ana de Trieste? Ahí fueron enterradas veinticuatro personalidades que acompañaron a la familia real durante los largos años de exilio. A continuación daremos cuenta del nombre de cada uno de ellos.
Francisco de Asís de Cardona y Almagro, nació en Madrid en 1805. Era el medico de la familia real. La acompañó en su exilio portugués. Durante la primera guerra carlista fue comandante médico adscrito al Cuartel Real. A la muerte de Carlos V sirvió a Carlos VI, a quien asistió en su última enfermedad. Quedó, posteriormente, al servicio de la Princesa de Beira. Murió en Trieste el 16 de junio de 1885. Era cuñado de Domingo de Azcoaga. Hijo suyo fue Carlos Maria de Cardona y de Azcoaga.
Gregoria de Cardona, hija del anterior. Fue la última persona enterrada en el cementerio de Santa Ana de Trieste. Murió el 1 de abril de 1901.Tía de María de Cardona, dama y secretaria de María Berta de Rohan.
José Antonio Sacanell Carmona, nació en Barcelona en 1800. Participó en la guerra de la Independencia como cadete Capitán de Infantería en 1820, y destinado en el ejército acantonado en Andalucía para su embarque a Amércia; al producirse la sublevación de Riego, se separó de ellos y con gran habilidad se llevó tres compañías de su batallón a la ciudad de Cádiz, que permaneció leal. Durante el período constitucional estuvo preso en La Carraca (Cádiz). Gentilhombre de la Casa del Infante Don Carlos antes de su salida de España, siguió con él en el exilio. Pasó luego a ser gentilhombre de Juan III y, por último lo fue de María Teresa de Braganza. Mariscal de los Reales Ejércitos Carlistas, murió en 28 de marzo de 1874. José Antonio Sacanell era tío abuelo del General Sanjurjo.
Domingo de Azcoaga, gentilhombre y comendador. Siguió a Carlos V en el exilio. Posteriormente fue secretario de María Francisca de Braganza, acompañando a Salzburgo a la Princesa de Beira. Estuvo en el Cuartel Real con esta última y luego los acompañó en la emigración. Secretario de Carlos V en Trieste, acompañó a la condesa de Montemolín cuando la expedición de San Carlos de la Rápita (1860). Falleció el 10 de diciembre de 1867.
José Domingo de Azcoaga, hijo del anterior. Gentilhombre y secretario de Carlos VI. Murió el 18 de diciembre de 1892.
Gabriel de Flórez y Gutiérrez de Terán, conde de Casa Flórez. Durante la época de Fernando VII desempeñó misiones diplomáticas durante la I Guerra Carlista. Gentilhombre de Carlos V y de Carlos VI, perteneció también con el mismo carácter a la Casa de Doña Beatriz, Condesa de Montizón. Murió el 30 de septiembre de 1868.
Doña María Benedicta Calevet de Andrada, condesa de Casa Flórez. Esposa del anterior, fue dama de María Teresa de Braganza. Murió el 20 de noviembre de 1882.
Carlos de Flores y Calevet de Andrada, conde de Casa Flórez. Hijo de los anteriores. Miembro del Consejo privado de Carlos VII. Asistió a la Asamblea de Vevey (18 de abril de 1870). Fue gentilhombre de Margarita de Borbón-Parma, a la que acompañó durante la tercera guerra carlista. Murió el 19 de febrero de 1901.
Joaquín Zarranz, criado de Carlos V. Fue uno de los que le asistieron en los últimos momentos de su vida. Murió el 4 de octubre de 1885.
Teresa Flebus, mujer de Joaquín Zarranz. Natural de Trieste. Murió el 28 de octubre de 1868.
Elisa Zarranz y Flebus, hija de los anteriores. Murió el 16 de abril de 1886.
Diego Zarranz y Flebus, hijo de los anteriores. Murió el 10 de febrero de 1895.
José Yell y Mejía, criado de Carlos VI en Bourges, el cual jugo un papel muy importante en la fuga de éste, en 1848, rumba a Inglaterra para tomar parte en la guerra de los Matiners. Murió el 16 de noviembre de 1871.
Juliana Mejía, hija del anterior. Murió en Trieste el 28 de noviembre de 1892.
Niceto Moñino y Pinar, nació en Madrid en 1792. Cadete en la guerra de la Independencia, que finalizó como Teniente de Infantería, y en la campaña anticonstitucional en la que obtuvo el empleo de Capitán, y en la Guardia Real de Fernando VII. En 1834 marchó al campo carlista, ascendiendo a Comandante. En 1837 era Teniente Coronel de la División de Vizcaya. En 1839 Coronel, emigrando al acabar la guerra sin aceptar los beneficios del Convenio de Vergara. Fue secretario militar de Carlos VI. El rey lo ascendió a Brigadier en 1862, nombrándole su secretario y mayordomo de Palacio. Murió el 8 de noviembre de 1866.
Diego Martínez, criado de Carlos V, lo asistió en los últimos momentos de su vida. Murió el 2 de noviembre de 1891.
María Josefa de Torres Ruiz de Ribera Pimentel y Connook, condesa de Matallana, fue dama de María Teresa de Braganza. Durante su estancia en Francia intervino en los preparativos de la sublevación del General Ortega en San Carlos de la Rápita. Murió el 12 de mayo de 1868.
María de la Concepción Picabea de Lesaca, condesa de la Lealtad. Viuda de Abaurrea. Título concedido por Carlos V. Dama de María Teresa de Braganza y de la condesa de Montemolín. Murió el 19 de abril de 1865.
José Armachen, murió en Trieste el 26 de enero de 1869.
María del Patrocinio de Lorenzo de Agulo, murió en Trieste el 31 de enero de 1877.
Vicente Cerego, murió en Trieste el 5 de enero de 1874.
José de Lorenzo de Agulo, murió en Trieste el 13 de junio de 1877.
Lorenzo de Agulo, murió en Trieste el 12 de marzo de 1891. Se desconoce su nombre de pila.
José Trotino, murió en Trieste el 11 de noviembre de 1892.
No fueron enterrados en el cementerio de Santa Ana de Trieste José María de Villavicencio, conde de la Constancia y barón de Villavicencio, y el confeso de Don Carlos, Padre Barrera Ratón, los cuales siguieron a Alfonso Carlos de Borbón a Graz, siendo ahí enterrados.
Autor
Últimas entradas
- Actualidad19/06/2023Cristina Tarrés de VOX planta cara a los antidemócratas. Por César Alcalá
- Destacados05/04/2023Los asesinatos en Montcada y Reixach y su mausoleo. Por César Alcalá
- Actualidad27/02/2023Valents. Por César Alcalá
- Historia22/02/2023La batalla de Salta, clave para la independencia Argentina. Por CésarAlcalá