07/07/2024 10:31
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La Vendée ha pasado a la Historia de Europa como una pequeña Guerra Civil dentro de la Revolución Francesa y de la Ilustración. 
 
No soy Doctor en Historia, ni pretendo explicar las causas de esta guerra, que no son una sino muchas, como la pobreza, la desilusión ante la represión revolucionaria y la defensa de la Fe Cristiana o Cristiandad.
Fue una Guerra que duró de 1793 a 1796. 
 
En un inicio, las masas y algunos sectores del clero fueron receptivos con la Revolución y sus intentos de cambios sociales, pero el descontento creció progresivamente, por distintas causas con un denominador común: 
la Religión Católica, muy sentida en la región, desde las misiones de San Luis María Grignon de Monfort. 
 
El detonante fue la «Constitución Civil del Clero», en 1791, que limitaba la libertad religiosa y de culto, a lo que se opusieron tanto las masas como muchos sacerdotes, no todos ni mucho menos. 
 
Una prueba de que el ataque a la religión fue definitivo para el levantamiento, podría verse en que ni la ejecución de Luis XVI, ni la expulsión o ejecución de nobles, despertaron revueltas entre los campesinos. 
Los pequeños burgueses que quedaban se vieron arrastrados a secundar las revueltas o a ser arrasados por los rebeldes.
 
Y vamos a lo más importante, los mártires: 
El 28 de febrero de 1794 fue la masacre de inocentes en de Lucs-sur-Boulogne, perteneciente a La Vendée. 
 
El 17 de febrero la región fue desvastada sistemáticamente, todo fue destruido, hubo envenenamiento de aguas, eliminación de cosechas y personas asesinadas, sin perdonar edad o sexo. 
 
Hubo víctimas en unos 60 pueblos. 
 
En Petit-Luc, el sacerdote, Miguel Voyneau fue asesinado con ensañamiento.
 
Los que se habían refugiado en la iglesia, ancianos, mujeres y niños, cuya única defensa fue el rosario, fueron asesinados a bayonetazos, mientras estaban de rodillas y pedían clemencia. Posteriormente, para cerciorarse de que ninguno quedara vivo, se atacó con cañones el campanario y la iglesia, reduciéndola a escombros con todos dentro. 
 
El horror de este crimen es tal que nadie se atrevió a cruzar aquel lugar, ni a excavar hasta 1863, cuando se extrajeron los restos y fueron sepultados. 
 
La brutalidad del crimen se centró sobre todo en los niños que habían sido sacrificados. 
 
El sacerdote Carlos Barbedette, a las pocas semanas comenzó un listado de éstos, para que no se perdiera su memoria y pudo catalogar al menos 563 nombres, 109 niños entre ellos. 
 
Mucho silencio se hizo sobre este asesinato (el primer genocidio de la Era Moderna, según algunos historiadores) pero la historia siempre saca a la luz lo que hay que sacar, más tarde o más temprano. 
 
La Iglesia no se pronunció sobre esta masacre hasta 1946, cuando el párroco de Lucs pidió públicamente al obispo la creación de un tribunal para investigar la posibilidad de una causa de martirio, centrada en los niños.
En 1947 se abrió la causa del Siervo de Dios Luis Minaud y compañeros y en 1948, se introdujo la causa martirial de la Sierva de Dios María Airiau y compañeros. 
 
Enviados a Roma, hasta 1963 no se habló sobre impulsar una posible beatificación. En 1976 se volvió a revisar el caso, quedando pendiente hasta hoy. 
 
Un valioso opúsculo de 1954, muy viejecito, que poseo gracias a mis estudios y trabajo, da los nombres de los pequeños mártires de la Vendée.
 
Espero que a más de uno se le enfríe el estómago al leer las edades:
– María Airiau, 5 años. 
– Thomas Airiau, 10 meses. 
– Joseph Archambaud, 20 meses. 
– Agata Arnaud, 4 años y siete meses. 
– Stefano Bériau, 15 días. 
– María Magdalena Bériau, 2 años y 11 meses. 
– Giovanna Bériau, 4 años. 
– María Bernard, 3 años. 
– Celeste Boisseleau, 6 años. 
– Peter Boisseleau, 2 años y 9 meses.
Para profundizar en las raíces judeomasónicas (talmúdicas y cabalísticas) sería preciso extenderme más de lo conveniente para un artículo periodístico, pero sólo diré al lector:
 
– La alteración del Dios Cristiano por un dios gnóstico grecorromano, rescatado por los judíos cabalistas.
– La sustitución del Dios Personal, por otro no personal que no influye en la Historia ni en nuestras vidas y…
– La sustitución del Dios Verdadero por el humanismo »ilustrado o iluminado»  procedente de la Perfidia (Judaica o Protestante) ha sido la causa de estas masacres y de otras como la Primera y Segunda Guerra Mundial (en las que sus principales líderes eran miembros de obediencias judeomasónicas inglesas o francesas).
Recordar lo que es la masonería nos permite no sólo entender el presente sino exponerlo como servicio a Dios, a la Patria, y a nuestros hermanos y camaradas.

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Daniel Ponce Alegre
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