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¿Qué es lo que acontece hoy para que cada vez más españoles sean conscientes de que tenemos un grave problema nacional?
Pues, la posibilidad de que podamos llegar a una situación en la que no se pueda garantizar el funcionamiento de la administración del Estado. Consecuencia determinada por dos causas: la traición de muchos y la tibieza de más; que son, a su vez, consecuencia de nuestra degeneración moral con leyes que atentan contra la vida humana; nuestro fracaso económico apenas sostenido por los fondos y ayudas de fuera, y dentro de muy poco, por nuestro fracaso social como consecuencia de la sociedad multiétnica y multicultural a la que estamos abocados, siendo la nación de Europa donde más determinante será esta realidad.
Hablamos de un régimen que viene aprobando, en un proceso que no ha terminado, leyes en las que la vida humana queda absolutamente desprotegida, porque los comportamientos que antes estaban penalizados pasan ahora a considerarse derechos de los ciudadanos. Que vulnera sistemáticamente el derecho a la libertad religiosa, con el consentimiento de la Jerarquía de la Iglesia, tal que el Gobierno puede entrar en un recinto sagrado, profanar los restos mortales de quien sea y llevarlos al lugar que crea más conveniente. Que ha dejado de tener conciencia de unidad, cuya prueba más evidente es la nula reacción de la Fuerzas Armadas a lo que sucede en Gibraltar, Canarias, Ceuta y Melilla, territorios que algunos ya dan por perdidos de aquí a no más de diez años. Que contraviene lo dispuesto en sentencias judiciales firmes, vulnerando la ley y poniendo la Unidad de España al pie de la jauría independentista catalana y de los herederos de ETA. Y que dificulta la objeción de conciencia y cercena la de expresión de quienes se oponen a colaborar en sus prácticas y mentiras.
Hablamos de un régimen que no entiende, sobre todo cuando gobierna el PSOE, que los derechos fundamentales no dependen de la voluntad de los gobernantes, sino que derivan de la dignidad humana y del hecho de que el ser humano ha sido creado por Dios.
Hablamos de un régimen con una Jefatura de Estado sin autoridad real ni efectiva que dice fuera lo que tendría que decir dentro…. “Los europeos deben trabajar duro para propagar más la democracia y el Estado de derecho” (Felipe VI, Dinamarca, 7.11.2023)
Hablamos de un régimen corrupto y corruptor que se confecciona a partir de la colaboración de unos canallas que mancillaron todo lo jurado, al unísono con una Izquierda inoperante y sedienta de venganza. Todos ellos bajo el amparo de una Corona perjura y traidora, a cuyo representante hoy el hijo tiene en el exilio.
Cada vez más españoles se dan cuenta, son conscientes, de que tenemos un grave problema nacional, consecuencia de la dejación que se ha sostenido frente a un sistema que, desde sus comienzos, tergiversó la verdad en aras al interés partidista. Un régimen corrupto y corruptor que, con su buena legión de maleantes, ha terminado infectando todo.
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Bueno, de esa mitad de los españoles, un porcentaje enorme llaman «fascista» a Pedro Sánchez, o nazi, o Hitler, y dicen que los izquierdistas son los verdaderos «fascistas». Vamos, la misma cantinela repetida cual cotorra, sin pizca de originalidad. Y gana el que lo haya dicho antes.
En lo demás, estoy totalmente de acuerdo. Gran artículo explicado todo con tanta claridad como precisión.
España tiene un problema evidentemente
Y no es que media España llame hijo de puta a Sanchez, que lo es, es que no ejerzan con fuerza sus derechos y echen a ese grandisimo puerco hijo de puta fuera del poder
En cuanto a que Sanchez llame fascistas a los que le cantan las verdades en su asquerosa cara me rio, este gilipollas no ha visto un fascista en su vida, aunque no hay que perder la esperanza de que finalmente lo vea de cerca
El problema es que la otra mitad de los residentes en España (que no españoles) está encantada con Sanchinflas I, el Enterrador.
No habría un frenopático lo suficientemente grande para meterlos a todos, porque hay que estar tocado del ala para defender al que te roba, te miente y te quiere liquidar.