19/05/2024 09:02
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¿Variar algo que no existe? Fácticamente, imposible. Ya lo expliqué hace escasos días. La diabólica genialidad de estas fraudulentas narrativas es que no requieren  de evidencia alguna. Virológicamente, estafa, otra más.  Durante los últimos dos años, los genocidas globalistas han confirmado que el MIEDO, no la «ciencia», es su definitivo mecanismo de control sobre la humanidad.  Origen de la histeria de la «variante» Omicron proveniente de la misma institución que legitima todo el horror: el corrupto y corruptor Imperial College del Reino Unido, tan Gates. Y el ejército israelí simulando patético y covidiota ejercicio bélico contra una supuesta «cepa» del covid, “Omega”, todo ello dos semanas antes de que se diera a conocer la variante “Nu” rebautizada después “Ómicron”. B.1.1.529, descubierta en Israel, dizque. Juas. Lo dicho en tantas ocasiones, falsas banderas cada vez más esperpénticas. Y risibles. Salvo por una cosa: porque en esta guerra se busca el definitivo y totalitario control (digital) de toda la población del planeta Tierra. Y, desde luego, estos satanistas no dejan nada al azar: entre el anuncio de la farsa Covid el 30 de enero de 2020 y el de la «nueva variante» el 26 de noviembre de 2021 transcurren, exactamente …, acertaron, 666 días. La firma con que la maltusiana Élite honra a su siniestro señor. Se trata de impedir su victoria.

Ómicron, operación  psicológica terrorista, basada en mentiras

Ómicron, postrero ataque de la actual psy-op de tortura contra toda la población mundial. Ómicron, pura ficción. Una operación de terrorismo psicológico orwelliano al estilo 1984 que ha sido diseñada para mantener todavía más esclavizadas y sumisas a las poblaciones de todo el planeta mundo mientras los gobiernos terroristas llevan a cabo sus programas globales de despoblación y genocidio.

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La inmensa mayoría de los mass mierda, a la vanguardia de semejante estrategia terrorista. Crear miedo, más. Pánico, más. Paranoia, más. Histeria, más. Buscando nuevos chivos expiatorios, ahora los no timovacunados. No ha tanto, los chaveas botelloneros. Y anhelando extender, ya a todo el orbe, la asesina arma,  timovacuna pues, que fue diseñada desde el mismísimo inicio de la PLANDEMIA como un arma biológica de despoblación destinada a provocar muerte y enfermedad masiva durante la próxima década (cáncer, esterilidad planetaria, trastornos autoinmunes, deterioros neurológicos, lesiones cardiovasculares…).

El campo de batalla, tu mente. La «variante» Ómicron,  acecha y amenaza. Tercera dosis, cuarta, quinta y las que hagan falta. Y culpar de todo a los no timovacunados por «insolidarios» e «irresponsables». Pero semejantes timovacunados ignoran nimio detalle: no hay guerra. No hay Ómicron. No hay ninguna pandemia de Covid.

Campo de batalla, tu mente

Sólo existen aquellos que atan su sacrosanta conciencia (y consciencia) a los falsarios y deshonestos y putrefactos medios de infoxicación. Sin la campaña mediática del miedo, otra más, la pandemia no existe en absoluto. Se trata de otra gripe estacional. Y a veces ni eso. El satánico objetivo de los genocidas globalistas, disociarte de la realidad para luego controlar todas tus percepciones y creencias. Y esclavizarte. Irreversiblemente. Memento, El Juego del Calamar. Y, en el ínterin, trashumanizarte.

Guerra contra tu mente, atroz, te distraen y te toman el pelo, te abstraen de la realidad, introducen capa sobre capa de ficciones abstractas en tu cada vez más devastado paisaje mental. Han disociado la psique de la realidad física. Y convencido a la peña en no confiar en sus propios sentido, dejándote seducir/someterte por el hechizo que siniestramente entretejen los mentirosos que manejan tan infecta y liberticida astracanada.

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Vivimos una obra de ficción, pésima por otra parte, la ficticia «variante» Ómicron, otra vuelta de tuerca. Pero el virus de la mente, es decir, la pandemia del miedo (aliada a la pandemia de la masiva y mundial realización de papayatest), está produciendo efectos muy reales en el mundo real, como todas aquellas personas, incluidos críos, que hacen obediente y dócil fila para recibir chutes de armas biológicas de proteínas espiga, letales, introducidas en la llamada «vacuna». Y no olviden el mortífero grafeno, desde luego…

¿La buena noticia?

…Puedes resistir el colosal embrujo volviendo a tus sentidos, manteniéndote en contacto con el mundo real y siendo definitivamente consciente del sainete PLANDÉMICO. Apaga la caja tonta, buen principiar. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.