03/07/2024 12:51

La Monarquía ha muerto. En realidad, entre todos la mataron y ella sola se murió, o mejor decir que se suicidó. Lo hecho por ella, pero sobre todo lo dejado de hacer, ese ni cumplir ni menos aún hacer cumplir la Constitución que irresponsablemente ella misma trajo llena de basura, ese ni arbitrar ni moderar el regular funcionamiento de las instituciones, esa falacia de que el rey reina pero no gobierna, y peor aún esas actuaciones inconstitucionales manifiestas y reiteradas de ambos, padre e hijo, especialmente éste sancionando la no sólo inconstitucional amnistía, sino peor aún su absoluto carácter antinacional, han acabado con la institución… de nuevo.

Los que pretenden sostenerla, quedan en evidencia ante la tozudez de los hechos, recurriendo in extremis para ello a maximalismos y afirmaciones categóricas sin respaldo argumental de ninguna clase porque… no los tienen, los que insisten en que nada podían hacer, los que se agarran a una figura cada día más desdibujada, estulta, inane, que por todo traga, están cometiendo los mismos errores que ya cometieron otros en circunstancias idénticas con los resultados que conocemos: Luis XVI en la guillotina y Francia sumida en el terror; Nicolás II junto con su familia en un sótano y Rusia en el terror; y Alfonso XIII en Roma y España en guerra civil con media de ella también en el terror.

La Monarquía ha muerto y España se enfrenta a la fase final de la revanchista venganza de su patética izquierda, toda ella y de siempre radical, ultra, extrema, revolucionaria, antidemocrática, corrupta y más aún antinacional, con el PSOE a la cabeza, que consiste en sustituir a la difunta monarquía por una república socialista que será dictatorial, de cuyas actuaciones totalitarias ya padecemos no pocas muestras. Pues bien, no cometamos el mismo error que nuestros bisabuelos y enterremos el cadáver monárquico antes de que apeste. Demos un paso al frente y seamos nosotros los que traigamos la república.

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Y es que al enemigo hay que ir a por él, hay que sorprenderle, hay que ganarle la mano, hay que demostrarle voluntad de vencer, decisión, valor, audacia, arrojo y más aún cuando se trata de España. Porque lo único que importa es, precisamente, lo que de verdad está en juego que es España. Ningún patriotismo demuestran en realidad los que se empeñan en sostener al rey, y más aún con lo dicho. No, no importa el rey –ni el gobierno de turno, ni el Parlamento, ni ninguna institución, todas ellas sujetas a modificación–, no, lo que importa es España. Porque el rey y demás nada serán si España sucumbe. No hay que defender a éste o aquél porque son tal o cual, no, España, sólo España es lo que importa; máxime cuando lo que está en juego, lo que quieren destruir es España.

Perdamos el miedo que se nota al nombrar la palabra “república”. Los regímenes no son solución ni problema, ni buenos ni malos, per se. Monarquía, república, democracia orgánica (autoritaria) o inorgánica, incluso dictadura, son beneficiosos o perjudiciales dependiendo de quién y cómo los ejerzan, de la eficacia o ineficacia de sus instituciones, del control o descontrol que se tenga sobre sus estructuras.

Impidamos que los enemigos de España, que no del rey o la monarquía, sino de España, traigan su república dictatorial y traigamos nosotros la nuestra.

Una república nacional al servicio de España.

Una república presidencialista en la que la jefatura del Estado la ejerza el presidente del Gobierno; nada más estúpido que aquella Segunda que reprodujo en su presidente los defectos del rey, además de mantener los gastos; nada más falaz que sustituir a Alfonso XIII por Alcalá Zamora o Azaña, y no me refiero a las personas.

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Una república cuya bandera sea la roja y gualda, que lo es de España, no de la monarquía. Y sin escudo, que ni falta que hace y sólo provocará disputas, que ya nos conocemos. Cuyo himno sea el actual.

Una república con una nueva Constitución que corrija de raíz, y en todo, los graves defectos de la actual cuyos resultados están más que a la vista. Que recoja nuestras verdaderas esencias, que sea fiel a nuestra historia, que consolide la separación de poderes, en especial la independencia judicial, que deje fuera a todos los que odian nuestra sagrada unidad, que defina con claridad nuestros derechos y deberes, pero más aún las obligaciones de quienes ostenten cualquier puesto de responsabilidad, que…

España sufre una crisis cuya gravedad parece que aún no se quiere asumir en toda su dimensión. Son muchos los que siguen optando por meter la cabeza debajo del ala, entre otras cosas defendiendo a una monarquía indefendible, impresentable. Sus enemigos internos van a por todas, que nadie se engañe. O se reacciona, o se madruga, y se puede hacer “de la ley a la ley” –¿recuerdan? paradojas de la vida– o España, que es lo que está en juego, que es lo único que importa, sucumbirá, y ya todo dará igual.

Nota del editor: aunque  no se convenga en el argumentario de los colaboradores, se respeta la libertad de expresión, ya sea en la crítica o la aprobación, desde la ponderación y el respeto a la legalidad.
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Wilfredo Astid

LA MONARQUIA ESTA MUERTA, CLARO QUE SI, FUERA MONARQUIA

Antonio Peña

Apreciado Don Francisco, compañero de este gran digital.
Solo quisiera comentar un punto. Una cosa es la Monarquía y otra la Republica. La Monarquía puede tener diversidad de dinastías. Desde mi punto de vista no es la monarquía lo que está muerto sino la actitud dinastía en la rama de los actuales Borbones reinantes. Como carlista le recuerdo que hay otra rama, la legítima, en la persona de Don Sixto.
La actual dinastía reinante de facto es una dinastía liberal y masónica con Felipe vi adscrito a la masónica orden de la jarratera. Sirve por tanto a intereses de la masonería, que no tiene naciones ni estados, es supranacional y supraestatal. Y este es el problema. Una república liberal y masónica como la de 1931 nada haría cambiar y todo sería igual. De hecho vivimos en una república encabezada por un señor que se titula rey.
Por lo tanto, la cuestión no es monarquía o republica sino que tipo de monarquía y con qué tipo de rey (dinastia) y qué tipo de república. Para continuar una monarquía o hacer una república liberal masónica para eso no hace falta ningún viaje ñ, ya lo tenemos.
Como he dejado diversidad de veces escrito, la única solución es volver a la Tradición y a un estado democrático tradicional (que bien podría tener una estructura de democracia orgánica). Y que este encabezado por una dinastía tradicional, por ejemplo Don Sixto (de hecho ésta era la idea monárquica de Carrero y por eso el masón de kisinger lo asesinó). Está la cuestión de que el legítimo rey no tiene descendencia pero estoy seguro que él ya tiene en mente el sucesor adecuado para mantener levantada la bandera de la Tradición.

Miguel Sánchez Asenjo

¡AMÉN!

Si, tenemos un monarca legítimo, que Franco por temor al qué dirán no quiso nombrar, pues estaba casado con su nietecita. Si Franco hubiera hecho justicia y restituido el nombre de Don Jaime, heredero real al Trono, obligado por ese pornográfico y vividor reyezuelo, su padre Alfonso XIII y demás familia. Si hubiera sido valiente y lo hubiera hecho, hoy tendríamos al mejor rey posible:

Don Luis Alfonso de Borbón y Martínez Bordiú. Un hombre trabajador, cabal, leal, familiar, católico, patriota, …., que se hubiera negado a firmar decretos de profanación de la Basílica del Santo Valle de los Caídos y la profanación, con rito satánico incluido, del cuerpo de su bisabuelo.

Se hubiera negado a firmar las leyes de Memoria Comunista y tantas otras que nos han destruido a hombres como padres, patriotas y católicos.

¿Fácil, no?

Antonio Peña

Lo que ocurre es que franco era un liberal. Liberal conservador con algunas trazas de tradición, pero un liberal. Educado en un ambiente liberal de orden social y político. Por eso tenía enquina al Tradicionalismo, que estaba representado por el carlismo. Franco consideraba el carlismo como culpable de tres guerras civiles. Pero el culpable fue el liberalismo en su guerra de destrucción contra la tradición.
A esto se sumó un carlismo dividido a raíz del concilio vaticano segundo con un sector traidor que se echó al socialismo autogestionario y todas esas zarandajas.
Con todo esto Franco era lógico que optase por reinstaurar la dinastía liberal y masónica de la actual familia borbónica reinante. Y pensaba que si educaba al hijito se podrían paliar algunos de los males que está familia lleva en su ADN. ingenuo Franco. Más aún cuando el padre de Juanito (un juan que había intentado pactar con gran bretaña la entrega de canarias) sabía que tipo de hijito tenía. Allí, con el cuerpo caliente de Alfonso el padre le pregunta al hijo «Júrame que no has sido tú». ¿Qué padre pregunta algo así a un hijo? Un padre que sabe de que calaña es su hijo y de lo que puede ser capaz, de lo contrario no se entiende tal pregunta de un padre a un hijo. Pero franco llevado por si ceguera auto impuesta por no querer considerar las opciones legítimas, echó para adelante con Juanito.
Está es mi opinión y visión de las cosas

Simplicio

Franco no tenía un pelo de liberal. Eso es un disparate. Y quiso una Monarquía Católica, Tradicional, Social y Representativa. Con Cortes, Consejos y representación de los entes naturales de convivencia en Ayuntamientos, Diputaciones y Cortes.
¿Por qué Juan Carlos? Lo explica muy bien Francisco Torres en un libro entero dedicado a eso. El problema de la rama carlista que representa Don Sixto es que se remonta muy lejanamente a la Casa Real española, hay que irse a Felipe V. Y que su hermano Hugo, luego Carlos Hugo, se hizo socialista autogestionario y se casó con una de las peores familias, los Orange Nassau, enemigos seculares de España.
Todo por una interpretación extrema de la ley sálica. Sin embargo, en una solución semisálica, donde las mujeres no reinan, pero pueden transmitir los derechos a falta de varones, estaba una posible solución. Por ejemplo, Don Carlos VIII fue muy bien acogido por el Régimen, pero falleció prematuramente y no fue posible. Era nieto directo de Carlos VII, hijo de Doña Blanca.
Así que la solución de Don Miguel Sánchez Asenjo me parece la mejor de momento: S.A.R. Don Luis Alfonso de Borbón, biznieto de Alfonso XIII y del Caudillo Franco.

Miguel Sánchez Asenjo

La monarquía que desgraciadamente instauró o restauró Franco, es una gama más de la Diniastía francesa y afrancesada, de perjuros, herejes, crápulas, ladrones, delincuentes, vividores y apátridas. Hay que cerrar de una vez ese diabólico ciclo, que nos persigue desde el año de desgracia de 1.700.

Por otro lado. ¿A que República se refiere?. ¿Quizas, a los que comunistas, ROJOS, masones, criminales,…., persiguen? ¿La de sus papás y abuelitos criminales y delincuentes de los años 30?

Pues, ni una, ni otra. Son tal para cuál.

España, necesita un Régimen presidentalista, católico, patriota y que esté orgulloso del pasado de la España Imperial, la evangelizadora y de la que fue temida, admirada y respetada.

No inventemos lo que ya está mas que inventado y nos ha llevado a la cuneta y al precipicio.

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