02/04/2025 13:53
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Se tomará el Camino muy en serio espiritualmente, como una cruzada interior

Miguel A. Gil vive Valdemaqueda, un pequeño pueblo de montaña en la sierra de Madrid, de donde procede su familia por parte de padre. Es herrero de profesión y se dedica a la fabricación de cuchillería de alta gama bajo el nombre de «Miguel Barbudo», algo que le ha dado reconocimiento internacional y fuerte presencia mediática en varias televisiones.

En esta sincera entrevista nos cuenta, desde lo profundo de su corazón, qué le motiva realmente a hacer el Camino de Santiago a caballo, empezando el domingo de Resurrección.

¿Qué es lo que te motivó a hacer el Camino de Santiago este mes de abril?

La verdad es que el Camino siempre ha ejercido una fuerte atracción sobre mí. Allá por el año 93 más o menos, cuando aún el Camino no estaba tan explotado, uno de mis hermanos hizo la variante del Francés desde Canfranc. Tardó unos 28 días en hacerlo y al regresar parecía que llegaba de la guerra: Los pies en carne viva destrozados por las ampollas, el pelo algo desgreñado y muy flaco. Estuvo tres días metido en la cama recuperándose de la odisea.

A mis 13 años aquello me produjo una gran admiración, sobre una persona a la que ya admiraba mucho, y lo veía como si se tratara de una especie de Ulises moderno, y me marcó. Desde entonces lo he tenido como uno de los objetivos en la vida, aunque siempre enfocado desde un punto de vista lúdico, un viaje para compartir con los amigos, sin mayor trascendencia que la de una experiencia más para recordar juntos en las charlas de bar.

Pero según han ido pasando los años, y por avatares de la vida, he ido volviendo los ojos a Cristo de nuevo, y de pronto, sin saber exactamente cuando, sentí una especie de llamada que me urgía a ponerme en marcha, pero esta vez de forma distinta. No me interesa hacerlo con la frivolidad turística de otros tiempos. Ahora es una verdadera necesidad espiritual, como una especie de compensación por tantos años de abandono. El hacerlo a últimos de abril me pareció el momento más apropiado, por aprovechar el recogimiento que habré tenido en Cuaresma, y la Semana Santa, y decidí salir el 20, por ser Domingo de Resurrección, un día de lo más simbólico para emprender un camino de conversión. También por una razón más práctica, y procurando asegurar el bienestar de mis animales, pensé que los últimos días del mes traerían un clima más propicio y gran abundancia de pasto para que tuviesen buen descanso tras cada etapa, y evitar preocuparme por el forraje.

¿Por qué no lo había hecho antes?

Como ya anticipaba en la respuesta anterior, ese fuerte influjo que siempre ha tenido el Camino para mi ha hecho que durante toda mi vida lo haya tenido muy presente, más aún tras la muerte del hermano que me inspiró con su “heroico” peregrinaje cuando yo era niño. Pero al planteármelo siempre de forma tan superficial, nunca había sentido la necesidad de ponerme a ello. Los quehaceres, el trabajo, la familia, otros planes que se interponían… hacían que fuese relegando la fecha, hasta que la motivación para hacerlo ha cambiado, y se ha convertido en algo realmente prioritario.

¿Por qué ha decidido hacerlo a caballo?

En primer lugar porque tengo pasión por estos animales. Mi vida está muy ligada a ellos y al residir y trabajar en un pueblo pequeño y tener espacio de sobra, me permite encargarme de su cuidado, asi que tengo la suerte de compartir con ellos gran parte del dia. Otra razón, y esta más pragmática, es por haber decido realizar mi peregrinación huyendo del Camino convencional y de sus excesivas comodidades y distracciones. Voy con la promesa de ni dormir en cama, ni comer en mesa así que necesitaré transportar algo de material que me permita el máximo de autonomía, como tienda de campaña para los días de agua, saco de dormir, hornillo y algo de menaje para preparar mis comidas, y el material necesario para el manejo y la alimentación de los animales. Además tengo que reconocer que me encanta el aire quijotesco que imprime a la empresa el cruzar Castilla recortando en el paisaje un perfil tan anacrónico al moverme por tan largo camino como lo hubieran hecho mis antepasados.

¿Por qué quiere huir del postureo y tomárselo muy en serio espiritualmente?

Principalmente porque me lo he tomado como una llamada a la Cruzada interior. Una lucha sin cuartel en la que enfrentarme a campo abierto con mis demonios, con el objetivo de sacarlos a la luz, ayudado por la soledad, y someterlos con la penitencia. Ponerme en manos de Dios, para ver Su Mano en todo, y hacerlo sin distracciones para dedicarme a la meditación y a la oración en la soledad de una variante tan poco transitada como es la Via de la Plata, de la que además, pretendo salirme tanto como pueda.

Esto también me dará la ocasión de tratar con los naturales de cada pueblo, de los que por seguro necesitaré ayuda muchas veces y poder comprobar su carácter y hospitalidad sin el hartazgo y la saturación que supongo que sentirán las gentes de las poblaciones que atraviesen las rutas más comercializadas.

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En el fondo es un viaje interior para reflexionar sobre la vida y sobre todo para crecer espiritualmente y tener intimidad con Dios.

Sin ninguna duda, ese es el planteamiento esencial de este periplo. Preguntarle a Dios qué quiere de mí y cómo puedo aplicarlo en mi vida y mi trato con los demás, y tener el suficiente silencio interior y exterior para poder escuchar su respuesta, si es su Voluntad dármela.

¿Qué ha supuesto para usted volver a misa los domingos tras muchos años sin practicar?

Bueno, hoy por hoy me considero una especie de cristiano viejo converso. La familia por parte de mi padre siempre ha sido muy devota y por parte de mi madre también, habiendo en ella varios religiosos consagrados. Mi madre era una mujer muy creyente y piadosa, que yo veía rezar a diario sentada al borde de su cama y que profesaba gran devoción a San Escrivá de Balaguer. De niño me solía llevar a misa, pero tras recibir la primera comunión, y según iba creciendo, me fui desapegando poco a poco de la Iglesia. Ella intentaba en un principio encarrilarme pero yo no era precisamente un chico fácil, así que supongo que terminó dándose por vencida. A los años sufrió una fuerte hemorragia cerebral durante una intervención quirúrgica de la que quedó muy perjudicada. Después de 10 meses de hospital, volvió a casa sin movilidad ninguna y sin poder expresarse más que con algunos parpadeos los días que tenía algo de control sobre su cuerpo, que no fueron demasiados.

Durante 9 años la cuidamos en casa entre los hermanos, mi hermana y mi padre. Solíamos llevarla a misa los domingos que hacía buen tiempo, y volver con ella a la Iglesia del pueblo donde ella me llevaba de niño me hacía sentir bien. Mi madre murió en 2019 en casa rodeada de sus seres queridos y habiendo recibido los Sacramentos. Tras ello comencé a ir de vez en cuando con mi mujer y mis hijas y se puede decir que sentía la presencia maternal en la Iglesia y en el tono de la homilía. Puede ser en parte, que en misa me siento más cerca de Dios y Él me trae a mi madre y su calor en los días que me llevaba a escucharla de la mano siendo un niño.

¿Por qué no se puede entender la vida sin el sentido trascendental?

Pienso que un hombre solo es un bulto muy pequeño zarandeado por todos los demonios y las tentaciones del mundo, y encerrado en la estrechez de su ego, no tiene más defensa que dejarse llevar por todos ellos. La trascendencia tradicional de la vida en Cristo convierte a ese mismo hombre diminuto, en una especie de guerrero que, sabiéndose servidor de un gran Señor, destruye esos límites que le empequeñecen y le someten, dándole esperanza y colocándole en el sitio que le corresponde entre sus antepasados y sus descendientes. Le hacen parte diminuta, pero amada e indispensable de algo enormemente más grande por lo que merece la pena siempre ir más allá.

¿Qué espera de estos días a caballo de la Sierra de Madrid hasta Santiago?

Sinceramente no lo sé. Son aproximadamente 800 km. y sé que va a ser una experiencia bastante intensa y exigente física y mentalmente, pero no sé que esperar de ella. Tengo un plan general, con un trayecto marcado “en bruto” que irá primero hasta Ávila, donde pasaré por la Iglesia de Santa Teresa, lugar de nacimiento de la Santa, para llegar, tras otras dos jornadas a Alba de Tormes, en Salamanca y visitar su sepulcro en el monasterio de la Anunciación. De ahí, pondré rumbo norte, y subiré por las inmediaciones de la Via de la Plata.

La razón de esta falta de planificación es por dejar el máximo espacio posible a la Providencia. Que sea el Señor quien guie en gran medida, los trancos de mis caballos. De lo que estoy seguro, es que será una gran experiencia en mi vida, en todos los sentidos.

¿Con qué actitud va y cómo se ha preparado?

Voy con la intención de vivir la experiencia al máximo. Viajar con animales es un desafío y sé que se presentarán problemas y sinsabores que aprovecharé para poner a prueba mi voluntad. La preparación ha sido larga. El último año ha sido un tema protagonista en mi vida, y he tenido tiempo de preparar tanto el equipo necesario, como a los animales y acostumbrarlos a ir de reata, al aparejo de carga, que es nuevo para ellos, y al esfuerzo, poniéndolos fuertes.

También me he preparado yo físicamente y sobre todo espiritualmente, con algunas lecturas como la vida de Santa Teresa y sus Moradas, la vida de San Ignacio de Loyola y los Ejercicios Espirituales y algo que me ha motivado, y me ha orientado mucho como son las catequesis del Padre Antonio Gómez Mir en su canal de YouTube Stat Crux. Además de dos libros que llevaré conmigo: “El camino de Santiago” de Antonio González Paz y un librito descatalogado que me ha costado mucho encontrar: “Guía Católica para el Camino de Santiago” de José Antonio Ullate Fabo.

¿Por qué ha preferido ir a la aventura y sin buscar alojamiento para dormir?

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Para mi es una parte fundamental de como me he planteado vivir estos días. La soledad es algo que puede ser muy provechoso cuando lo que se busca es meditar acerca de cosas fundamentales de la vida, además creo que es en la noche cuando esa soledad se hace más intensa, y se puede llegar a convertir en el campo de batalla donde se encuentran los propios demonios con mayor facilidad. Las inseguridades y los miedos infundados aparecen con mayor nitidez en esos momentos y se nos ofrece una ocasión única para combatirlos y someterlos.

En los albergues, es más fácil distraerse y salirse del camino en esas horas cruciales, y terminas cambiando esa oportunidad de lucha por el confort de una cama, una ducha caliente diaria, la cervecita y la conversación fácil y vacía, que en esta ocasión poco aportan. Y también, porque soy una persona de intemperie, me encanta estar fuera, al aire libre con las estrellas por techo o bajo la lluvia y el viento.

¿Por qué viene bien desconectar de todo por unos días y tener silencio y reflexión?

En la vida cotidiana muchas veces nos vemos inmersos en un remolino de tareas rutinarias que encadenamos mecánicamente sin ni siquiera tener consciencia plena de estar haciéndolas. La vorágine de la vida moderna hace que siempre tengamos la cabeza puesta en la siguiente tarea sin haber aún terminado lo que tenemos entre manos. Además, las noticias, la actualidad y las distracciones de las redes sociales hacen que nos coma la preocupación por asuntos para los que no tenemos solución, pero que acaben angustiándonos tanto que llegan a afectar incluso a la vida en familia por el estado de ansiedad que nos generan.

Es necesario hacer un retiro para apagar todo ese ruido por unos días y ordenar las prioridades con perspectiva, meditando en silencio y soledad en presencia constante de Cristo, para que ilumine nuestras decisiones; y creo que un viaje de peregrinación como este es una gran oportunidad para ello.

Aunque también es un misterio con las personas que se puede encontrar y cómo compartir sus inquietudes espirituales.

Sin ninguna duda. El elegir el camino menos transitado, cruzando por pueblos muy pequeños, e ir sin una excesiva planificación es también una oportunidad de necesitar del trato con la gente local de cada lugar. Dependeré en gran medida de su ayuda, para buscar prados donde guardar mis caballos cuando acampe cerca de poblado, para lavar mi ropa o recargar las baterías con las que cargo el teléfono, y las linternas, y para otras tantas cosas que seguro que necesitaré pero aún desconozco, convirtiendo ese trato en un ejercicio de humildad hacia el prójimo. Sé que mi aspecto no pasará desapercibido y que moverá a la curiosidad, lo que me dará una buena oportunidad de compartir mi experiencia con la gente con la que me cruce. Sólo Dios sabe quién y qué me espera en el Camino a partir del 20 de abril.

¿Piensa compartir su experiencia de alguna manera?

En un principio me había planteado el viaje como una experiencia íntima. No pensaba compartirlo con nadie excepto con mi familia y mi círculo más cercano. Pero este último año, buscando una correcta orientación espiritual me he dado cuenta de que la mayor parte del contenido que encontramos en libros, o en internet, banalizan las razones religiosas del camino, y lo ofrecen como una especie de actividad lúdica y comercial, así que decidí compartir mi experiencia con los demás, y si logro que alguien se sienta inspirado por ello, pues habrá merecido la pena.

Aunque sé que puede ser una distracción si no tengo cuidado, he decido crear una cuenta de Instagram donde publicar una bitácora de viaje que pueda ser testimonio de que existe una forma esencial de hacer el Camino llena de Tradición y espiritualidad. Así que os invito, de corazón y agradecido, a acompañarme en este Camino a los Umbrales de Santiago en mi canal de Instagram @barbudo.peregrino.a.caballo

AD LIMINA SANCTI IACOBI.

ULTREIA ET SUSEIA

Por Javier Navascués

 

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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