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Evidentemente en épocas normales el título de este escrito no tendría el menor sentido, ¿Cómo se podría hablar de “indefensión” de la nación que dominó el mundo durante varios siglos y creó un Imperio donde no se ponía el sol? ¿O hablar de nuestra Patria con si fuera una viejecita desamparada? ¡Triste, pero real! Y la pregunta lógica y espontánea — para mí y para quienes son capaces de pensar libremente– no puede ser otra que ésta: “¿Cómo ha sido posible tal recorrido hacia la sima y el abismo?
Amigos lectores: quisiera convencer a los españoles –aunque solo fuera a uno– de que esa pregunta sólo tiene una respuesta y, al mismo tiempo, decirles que no logro comprender la ceguera colectiva –y al parecer, incurable– de nuestro Pueblo
Me canso de oír y de leer maravillosos textos e intervenciones en las tertulias con los que pretenden iluminarnos sobre las razones que justifican esa realidad pero todos olvidan la “razón última” que permite comprender lo ocurrido. Sin embargo, la respuesta “única” es breve y sencilla:
“España ha pasado de la cima a la sima, simplemente, porque el 22 de noviembre de 1975 –dos días después de morir el Generalísimo Francisco Franco– “la ‘Sinagoga de Satanás’ entró, a tomar posesión de todos los poderes políticos, económicos, sociales y religiosos”.
Ahora bien, esta verdad tan clara y elemental no la captan las generaciones actuales. Ni siquiera quienes –en ciertos escritos– son tenidos por “los nuestros”, creen ya en “estas cosas” que siguen siendo las únicas verdades absolutamente ciertas”, por estar avaladas por las Escrituras sagradas, o sea. por el propio Creador, olvidando que no hay nada más cierto que su sentencia en el Paraíso: “Pondré enemistades entre ti y la mujer…” que es el sólido cimiento de la Historia.
Durante más de setenta años he trabajado en dejar clara esta realidad: esa Historia tiene una Ley que la rige y que yo –en mi tesis de doctorado– definí expresamente como la “guerra a muerte entre las dos ciudades”. Han transcurrido 63 años y cada nuevo día veo confirmada mi definición con hechos innegables.
Pueden estar seguros mis lectores que intentar explicar el caos que vive nuestra Patria de otro modo es algo así como querer dominar a un tigre haciéndole cosquillas en la nariz con una pluma. Provoca risa irresistible la fe en los partidos políticos como instrumento idóneo para derrotar el separatismo o para lograr la prosperidad de la nación. Y por si lo han olvidado, les recuerdo esta verdad incontestable: el Caudillo dejó a España en la plataforma de lanzamiento para alcanzar la estratosfera del progreso económico y, por el contrario, los demócratas de toda la vida –y sumisos peleles de la Sinagoga de Satanás– la han dejado a la puerta de su aniquilación.
A pesar de todo y de la certeza de seguir ignorado y considerado un iluso, no cesaré de clamar contra ese invento satánico llamado la democracia liberal partitocrática ni cambiaré de lenguaje. No soy digno de ser tenido en cuenta por los genios de la política y de la intelectualidad, a pesar de haber acertado en mis anuncios y previsiones; los brillantes apóstoles del estado de Derecho y los derechos Humanos, nos han traído a este mundo del “bozal” que humilla a la especie humana y la ha privado de los derechos más elementales, como la libertad de movimientos, o el funcionamiento del Parlamento y la Justicia…
Ahora, eso sí, ¡la Democracia ante todo!, y mucho cuidado con ponerla en peligro, porque ¡en la Democracia está la salvación!
¡Seamos serios y gente adulta!, y quitémonos de encima a esos payasos, peleles y desequilibrados mentales que nos gobiernan. Si he titulado este artículo “la indefensión de España” es porque mientras los enemigos de la Patria –renegados y canallas– están perfectamente organizados para desmontar la nación, trabajan sobre un proyecto, perfectamente diseñado y unas estructuras adecuadas, nosotros los defensores de España, y sus valores — entre otros la Fe Católica— no tenemos a nadie con cerebro y voluntad adecuados para plantarles cara en forma inteligente. Ésta, solo tiene un modo de éxito: organizar a los patriotas y planificar al detalle la guerra contra esos enemigos mortales de España, nacidos en su suelo. ¿No habrá nadie con poder (mediático, económico y político), capaz de asimilar los dos temas planteados en este escrito (“España en manos de la S. de Satanás” y la “indefensión de nuestra Patria”) e iniciar su defensa?
Es inimaginablemente doloroso, para quienes vivimos, el 1 de abril de 1939, la inolvidable y trascendental Victoria de nuestra Cruzada, tener que escribir de este modo, ochenta y dos años después. Nunca me lo hubiera imaginado posible. Y para mayor consuelo, UNE, el “partido islámico de España”, exige que se enseñe otra historia de Al-Ándalus.
¡Y no pasa nada!
No tenemos Corona, ni Ejército, ni Gobierno, ni Pueblo…ni vergüenza.
Pero se han centuplicado los maricas, las niñas de vida alegre y los ladrones.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.