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Sí, esos son los que llevo sin comer (nada, ni pan) y no porque no pueda comer por falta de recursos ni por problemas de salud ni por recomendación médica…no, he querido pasar 3, 5 o 7 días sin comer, para ver qué pueden estar sintiendo o pensando los miles de españoles que desde que llegaron al Poder estos comunistas de chalet, niñeras y criadas lo están pasando mal, muy mal,  y ya teniéndose que poner en las «colas del hambre» para coger las bolsas de «picnic» que, al margen de políticas, están repartiendo algunas Asociaciones (por cierto, todas cristianas y católicas: «Cáritas», «Las hijas de la Caridad» y etc) como el «maná» de la Biblia.

      ¡ Y a fé de Dios, por todos los Santos, por mi Santa Madre que está en los cielos (porque fue una Santa en vida) por el Jesús crucificado y por mi Dios, que estoy a punto de cometer una locura!!.
            El hambre me está obnubilando la mente y la violencia se está apoderando de mi, el primer día, sólo pensaba en el jamón que tengo en casa a medio comer. El segundo me levanté y me fui directo a por mi tostada con aceite puro de oliva (del bueno que me mandan de mi pueblo, Nueva Carteya, sin duda el mejor aceite de España) y me costó ya trabajo dejarlo todo… tanto que tuve que irme a la calle para olvidarme de la comida. Pues, ni así. Mi estómago, ya a eso de las 10 de la noche comenzó a pincharme e incluso a cantar. Pero, me refugié en mi abandonado Rosario y recé siete Padrenuestros y diez Avemarías…y hasta un Credo (a medias, porque ya no lo recuerdo entero).
                 Hambre. Tengo hambre..y me levanté el tercer día hablándoles a San Pedro y San Pablo, mis santos amigos  (joder, aunque fue mencionar los  nombres de Pedro y Pablo y sin querer se me vinieron a la cabeza las caras de los dos asesinos que me están matando de hambre y sin dudarlo los arrastré hasta una cruz que se me apareció de pronto a los pies de la cama y los crucifiqué con verdadero placer). Pero, a media mañana, la hora de mi aperitivo tradicional, una copa de Montilla-Moriles y unos tacos de jamón y otros de queso en aceite y unas aceitunas (las mejores del mundo, las de mi amigo Ignacio del Moral, un manjar del cielo) no pude aguantar más y exploté… y como un loco salí a la calle gritando:
                        ¡¡¡  Tengo hambre !!!  ¡¡¡Tengo hambre !!!
              Y casi corriendo me fui a mi Iglesia de San Lorenzo y me hinqué de rodillas,  y con los brazos en cruz me puse a rezar el Rosario… ¿Han rezado ustedes alguna vez un Rosario en cruz y de rodillas? pues les aconsejo que lo hagan, levanta los ánimos.
                 Sí, eso pensaba yo, al menos hasta el quinto día sin comer, aguantando los «quejíos» de mi estómago, y con la ayuda de las «comilonas»que me daba ante los escaparates de «Covac» llenos de salchichones, chorizos, lomos, quesos y jamones. ¿Han comido ustedes alguna vez con la vista? pues, les aconsejo que lo hagan-
                  Pero, sí, a trancas y barrancas he llegado sin comer, ni un trozo de pan, al séptimo día, ¿y saben cómo estoy?… ¡Rabioso contra los ricos, deseando quemar Bancos, dispuesto a coger una metralleta y cargarme a todo el Gobierno! ¡Rebelde! Contra la Monarquía, Rebelde contra la Democracia, Rebelde contra los políticos, Rebelde contra el Papa, los Cardenales, los Obispos  (¡Dios, menos mal que se salvan algunos curas y algunas monjas!).
                   Pues, señores de la Prensa y señores del Gobierno, en lugar de escribir artículos tan brillantes o pronunciar discursos tan bellos hagan el ejercicio que yo acabo de hacer, y aunque sea como un ensayo, permanezcan 7 días sin comer, ni siquiera un trozo de pan… o tengan el valor de ponerse a la «Cola del hambre»… y entonces sabrán lo que viene de camino.
                   Porque no lo olviden, por el hambre hacen los pueblos las Revoluciones o llegan los Dictadores al Poder (Stalin, Hitler, Mao, Fidel, Chavez, Perón, Maduro…) y España empieza a tener hambre… y las «Colas del Hambre» cada vez son más largas. Amén.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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