El carisma. Por Julio Merino

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Yo no sé cuánto habrá pagado Don Pablo Casado por el artículo de publicidad encubierta que hoy publica un periódico de Madrid, pero por los piropos que le dedica el firmante seguro que le ha costado «Un Goya»…y si no lean estas líneas que reproduzco:

«Pablo Casado es un político sereno, equilibrado y prudente (eso, «pá» empezar). Conoce a fondo la realidad de España y la analiza con lucidez y profundidad (banderilla de oro). Heredó un partido descompuesto por las torpezas políticas de Mariano Rajoy, sobre todo por su lenidad en Cataluña (¡vaya por Dios, Don Mariano, y usted sin decir ni pío del estrepitoso fracaso de las últimas elecciones, incluso con sorpaso de VOX), si bien habrá que reconocer al ex-presidente acierto en su gestión económica (claro, algo para disimular).Pablo Casado resanó el Partido Popular en un tiempo récord (o sea, que no quiere ni oír hablar de corrupciones y corruptelas a dedo). Con firmeza y flexibilidad se mantuvo en el espacio liberal-conservador y consolidó el centro derecha (sí, cargándose a Cayetana Álvarez de Toledo y rompiendo insensatamente con Santiago Abascal, la llave de todo). Pablo Casado mantuvo el ritmo de la nave en medio de las borrascas externas e internas (una «Manoletina» nunca viene mal). Y triunfó (Claro, sobre todo en Barcelona).»

Sí, hombre sí, Don Pablo Casado es todo eso y mucho más. Sobre todo para su Don Teo, el fullero compravotos de Murcia, que le ha montado el «chiringuito» de Valencia, tras cargarse a Doña Cayetana, la mejor portavoz de la Historia del PP, meter la pata hasta el fondo con el Toni Cantó y ahora querer cargarse a Doña Isabel, por los miserables celos que les tienen «cagaos»… y no sabe él, ni por lo que se ve el Jefe, que cada día que pase en Génova como Secretario General es un kilómetro que aleja al «cobardica» de la Moncloa y 10.000 votos más para VOX.

Pero, lo que no dice el de los «piropos» se lo va decir este viejo rokero. Mire usted, Señor Casado, usted será todo eso que le dicen los suyos y que usted se está creyendo…y tendrá todas las cualidades políticas y hasta físicas e intelectuales que le achaquen (probablemente sea un buen gestor, un buen controlador de los pesebres, un gran orador parlamentario y hasta un guapo mozo)… ¡¡¡ ah, amigo mío, pero hay algo que usted no tiene ni tendrá en su corta o larga vida: carisma !!! justo lo que sí tiene Doña Isabel Díaz Ayuso, la mujer que, seguramente, usted descubrió y que, sin saberlo, sin intuirlo, ya la hizo su heredera. Porque lo que a estas alturas ya está claro, o clarísimo, es que usted será el Presidente del actual PP y mandará más que nadie en Génova, pero que los votos de las urnas son suyos. O sea, que usted tiene Poder pero no tiene votos y ella no tiene Poder (o sólo un poquito, de momento), pero tiene votos… y los votos son para la política, y en especial en Democracia, lo que los goles para el futbol. El jugador que marca goles vale millones, el que no tiene gol es carne de banquillo. ASÍ DE CLARO, ASÍ DE REAL.

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Y no tiene carisma, porque el carisma no se compra en «El Corte Inglés» ni siquiera en la Universidad. Afortunadamente ninguna universidad del mundo (ni Harvard, ni Oxford, ni la Sorbona) otorga Títulos de Licenciado o Doctor en Carisma. El carisma se tiene o no se tiene… y usted no lo tiene ni ya lo va a tener nunca, por ello cualquier batalla, batallita o guerra que usted le declare a Doña Isabel la tiene perdida de antemano.

Y ya que la Señora Ayuso acaba de confirmar que sí va estar en la Convención de «Exaltación al Caudillo» (eso que muchos llaman ya el «Chiringuito» del Teo) de Valencia, le voy a decir una cosa. Yo no sé si se le ha presionado o no desde Génova para que esté presente, aunque sea solo al final y una hora, la de la foto, lo que sí sé, y usted seguro que también lo sabe, es que en cuanto Doña Isabel aparezca en la Convención los aplausos, las miradas y los «selfie» (e incluso las cámaras de la tele y los telediarios, y las radios) serán para ella, por ella y con ella… y eso sí que le va a hacer daño a su imagen y a su Poder.

Pero, en concreto, ¿qué es el carisma?

Pues, tras consultar la RAE y varios informes de psicólogos, he tomado estas notas:

«El carisma es un don que de forma natural tienen algunos afortunados y que les sirve para atraer como un imán al resto de los humanos. Suelen ser líderes natos, tiene don de gentes, encanto, presencia, personalidad y saben atraer al resto con su labia… Personas que han desarrollado unas habilidades comunicativas especiales que les ayudan a construir vínculos positivos con su entorno… Sus relaciones se basan en el respeto a sí mismos y a los demás y a través de este equilibrio consiguen mostrarse como personas congruentes que lo expresan con un elevado sentido de la justicia… La persona que tiene carisma nato cuenta con todas las posibilidades de triunfar en la vida…

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¡Carisma, Señor Casado, carisma!!, lo que usted no tiene… y el carisma no se obtiene cambiando de «rebranding» cada dos por tres o ponerse o quitarse la barba o barbita…Carisma, lo que si tienen o tuvieron las personas o personajes que le cito, así a boleo, a bote pronto (entre otras cosas porque de todas he escrito a lo largo de mi vida): Madre Teresa de Calcuta, Mandela, la Princesa Diana, Isabel Preysler, Jean Paul Belmondo, Ava Gadner, Marylin Monroe, «Manolete», John F. Kennedy, Ingrid Bermang, Grace Kelly, «El Cordobés», Felipe González, Di Stefano, Messi, Nadal, Bahamontes, Santana y Lola Flores y…

¡CARISMA!, Señor Casado… así que su futuro lo tiene algo oscuro. Tanto que si yo fuera usted haría lo que muchas veces le escuché decir a mi amigo José María García: «De las empresas hay que irse 5 minutos antes de que te echen». Yo, en su lugar, ya estaría ofreciéndole mis SERVICIOS A DOÑA ISABEL… por si acaso. Al tiempo. Ya queda menos.

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.