22/11/2024 11:30
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Doña Macarena Olona, y doña Yolanda Díaz, son dos vidas paralelas, al menos en este momento, y desde un punto de vista político.

Doña Macarena, con un gran  bagaje jurídico y profesional, abogada del estado,  por oposición libre (que es la única forma “decente” de entrar en las administraciones públicas), y abogada del estado jefe en el País Vasco, que no es moco de pavo, durante bastantes años.

Doña Yolanda Díaz dice que es abogada laboralista, aunque a juzgar por sus declaraciones públicas, y el desconocimiento que demuestra de la materia, nadie lo diría… Parece ser que lleva toda su vida viviendo del cuento de la política, primero como concejal en el ayuntamiento de Vigo, diputada autonómica, etc., hasta que Pablo Iglesias la eligió su delfín nacional, con ese mal ojo que le caracteriza para elegir a las mujeres, políticas y/o personales, de su vida.

Ambas dos están empeñadas en hacer lo  mismo: desunir a la derecha, en el caso de Macarena, y restar a podemos, Yolanda Díaz.

Yolanda dice que quiere SUMAR, pero lo único que hace es restar, y su partido o partida, pronto podrá llamarse Hundidas Pudimos…

En el  caso de Macarena, cualquier persona con  un solo dedo de frente, puede darse cuenta de que lo único que va a conseguir es desunir a los votantes de Vox, e incluso del PP.

Y, la fragmentación electoral, con el voto nacional dividido en tres partidos, solo servirá para que “Maduro” Sánchez, se perpetúe en La Moncloa, eso suponiendo que no le dé una patada en el culo al Rey, y se autoproclame presidente de la república. (De hecho, ya le ha echado de la residencia real de La Mareta, palacio de verano de los Borbones).

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(Hablo del PP como partido nacional, no de derechas, pues ya hace décadas que son un partido socialdemócrata más).

Hace años se decía que los opositores a abogados del estado querían serlo por prestigio.

Los jueces para tener mucho poder, y

Los fiscales para vivir bien,

O algo así.

En el  caso de Olona, parece evidente que, además del prestigio que ya tiene, como jurista y una gran parlamentaria nacional, también le mueve el ego, la vanidad, el endiosamiento…

No se cree la Virgen del Pilar, pero casi.

¿Y qué vamos a decir de Díaz…?

Pues, en primer lugar, que gasta mucho en peluquería y ropa exterior, y, supongo que interior.

Espero que la  pague de su propio bolsillo, y no de los fondos reservados, para gastos especiales y extraordinarios, de libre disposición, etc., que tienen todos los ministerios, que tampoco me extrañaría nada…, vistos los precedentes en el PSOE y Unidas Podemos.

(Aunque recuerdo cuando Pilar Miró, que en paz descanse, se compraba las bragas con los fondos públicos de TVE, pues decía que el cargo le obligaba a ir bien vestida. Pero nunca he visto a una alto cargo, ni a ninguna alta carga, en bragas…).

Macarena sabe que no es nada, que su proyecto es un fracaso, y que sus camaradas de podemos, en la mejor tradición estalinista, quieren pasarla a cuchillo, metafóricamente hablando.

Y algunos, puede que hasta personalmente, que no es casualidad que se hayan apropiado del Círculo de Bellas Artes…

Va dilatando la creación de “su cosa”, hasta el día del juicio final.

Pero, en el caso de doña Macarena, que es una señora sensata, con la cabeza bien amueblada, y patriota, como lo ha demostrado en reiteradas ocasiones, yo le pediría que se lo piense dos veces,  por el tremendo daño que puede hacer a la hora de poder desalojar al okupa de La Moncloa.

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Y, si Feijóo quiere ser algún día presidente del gobierno de España –o doña Isabel Díaz Ayuso-, no sé qué hacen sin hablar con ella, y ofrecerle un alto cargo, en consonancia con su valía y competencia profesional.

Al fin y al cabo, está señora lo que no quiere es volver a ser abogada del estado, tener que asistir a innumerables juicios, aguantar a jefes, y políticos prepotentes e ignorantes, etc.

Y está en su derecha.

Cuando uno se acostumbra a las mieles del poder, es difícil volver a la vida ordinaria, por muy buena que pueda ser la profesión de abogado del estado.

Visto que en VOX la quieren…, pero lejos, el PP no  puede permitirse el  lujo de prescindir de ella, pues no andamos sobrados en España de buenos parlamentarios, ni de cabezas que piensen, y actúen con valentía y honestidad.

Autor

Ramiro Grau Morancho