
Hay autores que escriben con la pluma y otros que escriben con la vida. Fernando Alonso pertenece a una categoría aún más excepcional: aquellos que hacen de la palabra un espejo del alma colectiva. Jurista, analista cinematográfico, poeta, ensayista y narrador incansable, ha atravesado con elegancia medio siglo de pensamiento y creación sin renunciar a una vocación: la de comprender el mundo desde la belleza, la memoria y la verdad. En su nueva novela, Pedazos de tiempo, nos enfrenta a las grietas del pasado, al dolor de lo perdido y al milagro de lo que perdura. En esta entrevista inédita, íntima y reveladora, conversamos con un autor que ha convertido su oficio en un acto de generosidad intelectual, y su vida en una sinfonía de compromiso y humanidad.
Fernando, su trayectoria es tan diversa como fecunda. Pero si tuviera que elegir un instante, un solo momento en el que supo que escribir no era una opción sino una necesidad, ¿ cuál sería?
Con catorce años escribí mi primer relato : una aventura de Sherlock Holmes, hoy perdida . Y con 17 mi primera novela , escrita a mano que aún conservo. El momento inicial es desde que tengo uso de razón : películas, libros …siempre han formado parte de mi vida.
Ha escrito ensayo, poesía, narrativa, teatro… ¿Cómo se produce ese tránsito entre géneros? ¿Es la historia quien decide cómo debe ser contada o es usted quien la moldea desde un principio?
Cambiar de registro es una necesidad, un impulso . No podría escribir solamente poesía, o ensayos, o novela , Esa variedad que a veces desconcierta, me encanta.
Digamos que la historia la planeo al principio pero después es ella misma la que va moldeando los detalles.
En ‘Pedazos de tiempo’, su última novela, hay una pulsión emocional muy potente: memoria, pérdida, identidad. ¿Qué lo impulsó a escribir esta obra en este momento de su vida?
Siempre me han fascinado obras como Niebla, de Unamuno, o Seis personajes en busca de autor, de Pirandello. Ahora con las redes sociales esa creación de personajes se convierte en realidad, a veces preocupante. Mi novela anterior, Figuras en un espejo.
Muchos lectores afirman sentirse reflejados, incluso salvados, por sus personajes. ¿Cree que la literatura tiene todavía el poder de redimir, de acompañar al lector en sus sombras?
Es el poder mágico de la literatura y del arte: cine, teatro, pintura, música.
La obra de arte nos conduce a mundos ficticios que sin embargo forman parte de la realidad también. La fantasía es un elemento de la propia vida y en ocasiones la redime, ilumina sus sombras. Casi se convierte en un repuesto de vida o en una forma de vivir.
Con una carrera tan vinculada también al pensamiento político y al análisis del cine, ¿de qué forma nutren estas otras disciplinas su narrativa? ¿Le ayudan a ver el mundo con una mirada más crítica o más compasiva?
Mi formación y mi trabajo jurídico y administrativo constituyen un marco de disciplina para crear .
Por un lado se cambia de registro, pero por otro se dota a esa creación que a veces es un impulso irrefrenable de un orden, de un cauce, de un escenario coherente en el que puede desarrollarse.
Ha retratado figuras icónicas como John Wayne, Charlton Heston o Perón. ¿Qué tienen en común esos personajes históricos con los héroes cotidianos de sus novelas?
John Wayne es un arquetipo, un modelo creado a través del cine. Y Charlton Heston – a quien tuve el honor de conocer – es a la vez cine e historia. Es el actor que ha interpretado a más personajes históricos en toda la historia del cine : Marco Antonio, Búfalo Bill, Jefferson, Jackson, Moisés, El Cid, San Juan Bautista, general Gordon, Miguel Ángel Buonarotti, Enrique VIII, Richelieu … Impresionante . A lo que se añade Sherlock Holmes o Long John Silver. Aparte de las obras de Shakespeare.
La biografía de Perón ( publicada en 2001 la primera vez y muy ampliada en 2024 ) es uno de los estudios más biográficos que he realizado. Es difícil encontrar en la historia moderna un caso similar al de Juan Domingo Perón (1895-1974). Ganó dos elecciones, y gobernó Argentina durante una década que la transformó de forma sustancial. Derrocado en 1955 por un golpe de Estado, en el largo exilio madrileño pudo mantener una influencia permanente sobre la vida de su país, y obtuvo un nuevo triunfo en los comicios de 1973. Desde hace setenta años, el peronismo vertebra la política argentina y le imprime carácter.
Me ha interesado mucho sumergirme en las biografías de Charlton Heston. John Wayne, Cecil B. de Mille, Gary Cooper o Rafael Gil. Y desde luego en esa biografía argentina tan compleja que es la de Perón.
- ‘Pedazos de tiempo’ parece hablarnos de lo fragmentado, de lo efímero y de lo que aún podemos reconstruir. ¿Es también una metáfora sobre el tiempo que vivimos, sobre la fragilidad del presente?
El pasado ya no está – permanece en el recuerdo – el futuro no ha llegado. Estamos y vivimos siempre en el presente. Pero precisamos el recuerdo y la imagen de lo que puede depararnos el futuro . En este sentido la novela ayuda a reconstruir nuestra fragilidad.
Quevedo lo expresó de forma magistral :
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
- Usted ha sido testigo y partícipe de múltiples generaciones culturales. ¿Qué le conmueve, qué le inspira hoy en el panorama literario actual? ¿Hay autores o voces emergentes que le devuelvan la esperanza?
Casi nunca uno es buen juez de su presente . Digamos por tanto que tanto en el mundo del cine como en la literatura mis referentes son del pasado ( aunque su presencia es y será inmortal ).
9. Y finalmente, Fernando, si pudiera dejar una sola frase, una semilla de sentido para las generaciones futuras, ¿ cuál sería esa última línea que querría que el mundo recordara?
Fernando Alonso Barahona no es solo un escritor, sino un arquitecto de emociones, un cartógrafo de las profundidades humanas. En esta conversación, hemos recorrido los paisajes de su memoria, la urdimbre de su pensamiento y la luz serena de su prosa. Su obra —desde el análisis cinematográfico hasta la poesía, desde el ensayo político hasta la narrativa que hoy nos conmueve— es un legado de lucidez y belleza. En ‘Pedazos de tiempo’, como en toda su trayectoria, nos enseña que incluso lo fragmentado puede ser un mosaico de sentido, que el dolor y la esperanza son las dos caras de una misma moneda: la vida.
Gracias, Fernando, por regalarnos no sólo palabras, sino espejos; no sólo historias, sino verdades talladas con la delicadeza de un orfebre y la honestidad de quien sabe que la literatura es, al fin y al cabo, un acto de amor. Que su voz siga resonando, iluminando nuestras grietas y recordándonos que, incluso en el caos, hay un orden posible: el que nace del arte y la compasión.
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