01/05/2025 11:57
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Carlos Navarro está casado y tiene tres hijos. Es médico cirujano en activo. Miembro de Gardendal, fundado por el P. Miguel de Bernabé. Él le enseñó a vivir un cristianismo apasionante, vivo, y muy práctico. Se considera un privilegiado y se siente obligado a transmitir lo que ha recibido.

Le entrevistamos con ocasión de su libro SABER PARA CREER. Creer para ser feliz

El libro ya se puede comprar desde hoy en Amazon.

¿Por qué decidió escribir un libro titulado Saber para creer?

Pensé escribir “Saber para creer” porque considero imprescindible tener bases sólidas para poseer una fe firme. Esas bases, que deben ser como una roca en nuestra vida, se adquieren, pero hay que aprenderlas y, por lo tanto, enseñarlas.

El Concilio Vaticano I en la Constitución Dogmática Dei Filius, capítulo 2, afirma que a Dios se puede llegar con certeza por la razón: «La Santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana mediante las cosas creadas; porque las cosas invisibles de Dios, desde la creación del mundo, pueden ser vistas con la inteligencia a través de las cosas creadas».

Y, añadeSi alguno dijere que el único Dios verdadero, nuestro Creador y Señor, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana mediante las cosas creadas: sea anatemaNo digo que la fe dependa exclusivamente del hombre (ya que es un don de Dios), pero sí que la razón puede alcanzar la certeza de la existencia de Dios. Ese conocimiento lo considero fundamental para una fe adulta.

¿Por qué da tanta importancia a los prejuicios ante la fe?

A diario repetimos ideas que damos por verdaderas sin cuestionarlas y es un grave error. Muchos, por ejemplo, piensan que la ciencia es la única fuente válida de conocimiento y que la religión es cosa de ignorantes. Pero, ¿y si hemos aceptado muchas falsedades por no pensar con rigor?

La tendencia relativista global nos quiere ignorantes y sin certezas, por eso propongo ir contracorriente y razonar las cosas.

¿Hasta qué punto le ha interpelado en su vida esa frase de San Agustín?

Su célebre frase Cree para entender y entiende para creer” (Crede ut intelligas, intellige ut credas) expresa que la fe es el punto de partida para el conocimiento, pero que, a su vez, el entendimiento fortalece la fe. La formación que he recibido en el Gardendal, que es la del padre Miguel de Bernabé, sigue esta línea desde el principio hasta el final. Si eres ya cristiano tienes que racionalizar tu fe para fortalecerla. Si eres incrédulo tienes que dar respuesta lógica a por qué existe algo.

¿Por qué empieza hablando de creer como una cuestión de inteligencia? ¿No puede creer en Dios alguien rudo?

Cuando hablamos de inteligencia no me refiero al cociente intelectual, sino a la capacidad de conocer las verdades más elevadas e importantes. Una persona con bajo cociente intelectual puede conocer esas cuestiones mejor que muchos “sabios” en algunas materias. El campesino que se levanta por la mañana a trabajar y piensa que el sol, las estrellas… no pueden haber salido de la nada, y que es necesario que exista un Dios, aunque no sepa lo que significa Ser Subsistente, tiene más sabiduría que el profesor de Cambridge que afirma que el Universo no necesita un Creador. En la Iglesia hay muchos santos que no tenían grandes capacidades intelectuales y que demostraron ser muy inteligentes. Uno de los más conocidos es San José de Cupertino que cuidaba los establos como hermano lego porque era el más torpe de la comunidad.

¿Por qué reivindica la objetividad frente al subjetivismo?

Porque sin objetividad no podemos dar un paso. El mismo subjetivismo es absurdo en sí, ya que lo que afirma con tanta pompa resultaría también subjetivo y no podría afirmarlo. De hecho, es absurdo hablar con ellos, porque según su propia teoría puede que ni existan, y no voy a debatir con un ser inexistente.

¿Por qué el argumento cosmológico es tan convincente? ¿Por qué repugna a la razón el hecho de que no exista Dios?

El argumento cosmológico se basa en evidencias y razonamientos muy potentes que no se pueden rebatir sin salirse de la lógica.

En el momento en que la inteligencia llega al convencimiento de que la razón de que exista algo no está en los seres cuya existencia depende de otros anteriores, Dios es necesario; no hay alternativaComo decía Balmes, si existe algo es porque siempre ha existido algo.

Cuando se fuerzan alternativas para evitar la necesidad del Ser Creador, se proponen las cosas más dispares que repugnan a la inteligencia; hasta que el Universo ha salido de la nada, lo cual solo puede decirlo quien no haya entendido qué es la nada o que habiéndolo entendido está jugando con las palabras y no le importa engañar. La gente con un mínimo de cultura sabe que de la nada no puede salir nada ¡la nada no ha existido jamás! Y antes de que me pongan la objeción, la respondo: Dios no crea de la nada, sino que llama a la existencia lo que no existía.

¿Hasta dónde se puede llegar con la razón?

a) Con solo la razón podemos llegar a creer que existe un ser subsistente e infinito.

b) Con la razón y el estudio de la Historia podemos llegar a que ese Ser se ha revelado muchas veces y especialmente por Cristo.

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c) Y, como explico en mi libro, también la razón nos lleva a que la Iglesia Católica es la única que puede aspirar a ser considerada la religión verdadera.

Es decir, razonando llegamos no solo a que existe un Ser necesario y Creador, sino a que la Iglesia Católica es la única que puede reclamar ser la depositaria de la revelación de ese Ser a los hombres.

En su libro menciona que las Grandes Respuestas son únicas y objetivas. ¿Cómo es eso?

Es irracional pensar que las grandes cuestiones, que han preocupado a todos los hombres de todas las épocas, puedan tener varias respuestas. Dado su carácter universal, tienen que ser respuestas únicas e indiscutibles, ya que son guía para toda la Humanidad. Por tanto, no pueden estar basadas en criterios humanos cambiantes, sino en la Revelación de Dios que es inmutable.

Cuando llegamos a la Iglesia Católica ¡por fin descansamos!, ya que sabemos que tiene las respuestas auténticas, aunque nos lleve tiempo aprender y comprender. Estamos tranquilos y podemos ir con paso firme por la vida, sin miedo a equivocarnos en las cuestiones vitales.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que el que alguien te dé las respuestas no sirve demasiado. Todos tenemos que andar ese camino y respondérnoslas. Nadie puede permanecer ajeno a ellas, y si no buscas las respuestas por ti mismo, consciente y acertadamente, las tomarás del ambiente. Hay que responder bien a las grandes preguntas porque de ello depende en gran parte nuestra felicidad y la de los que nos rodean.

Yo cuento en el libro lo que he aprendido del padre Miguel de Bernabé, que nos ha dejado una forma fácil, y para todo tipo de personas, para andar este camino: la Guía del Hombre.

¿Es lógico creer en Dios hoy en día?

Vivimos en una época muy manipulada, por eso, a pesar de las evidencias, muchos se preguntan si creer en Dios es un acto irracional o, por el contrario, es lo único lógico. La ciencia nos ha dado respuestas fascinantes sobre el universo, la evolución y el cómo son las cosas, pero ¿qué hay de los por qué? Gracias a la razón podemos concluir con certeza que si Dios no existe solo queda el absurdo.

¿Por qué no puede haber contradicción entre ciencia y fe?

No sólo no puede haber contradicción, sino que el plantearlo es síntoma de una gran ignorancia. La ciencia estudia el universo, sus elementos y sus leyes de una manera experimental, mensurable. La religión trata del Ser Infinito, que es espíritu y que no pertenece al ámbito de la ciencia experimental. Son formas complementarias de conocimiento para el hombre, peroabordan materias distintas. Como digo en el libro, plantear contradicción entre botánica y arquitectura parecería estúpido.

De hecho, aunque no es competencia de la ciencia empírica el analizar los por qué últimos, si que nos ayuda mucho en este camino ya que nos da tres pistas fundamentales.

La primera es que cuando analizamos científicamente el universo, nos encontramos que en él no está la razón de por qué existe algo. Luego la razón de la existencia es obligatoriamente “extracósmica”, y escapa a la ciencia empírica que solo puede analizar el universo.

La segunda es que científicamente hoy no se puede negar que el universo se crea hace 13.800 millones de años. Surge en un instante toda la materia-energía que hay actualmente y a partir de ese momento empieza a correr el tiempo. El Big Bang es hoy incuestionable.

La tercera razón nos viene de la física. La segunda ley de la termodinámica afirma que el universo tendrá un final o muerte térmica, desmintiendo a los que pretenden con argumentos pseudocientíficos teorizar sobre universos cíclicos o paralelos que no pueden demostrar.

¿Cuáles son las principales razones que se aducen contra la existencia de Dios y cómo se pueden refutar?

En realidad, cuando se leen los libros de los ateos, se encuentra uno con la sorpresa de que no dan argumentos en favor del ateísmo (porque no los tienen), sino que se dedican a combatir, y aquí viene otra sorpresa, no los argumentos de los teístas sino los supuestos defectos de los propios teístas o de la Iglesia Católica, que es el enemigo a combatir. Además, no suelen citar los argumentos de los teístas con rigor, sino que van al recurso fácil de ridiculizar, y, desde luego, no los pueden rebatir.

Casi siempre suelen ir a lo mismo: la leyenda negra de la Iglesia, Galileo, la Inquisición, el oscurantismo de la Iglesia, las aparentes contradicciones de la Biblia, y ahora está de moda los abusos de los sacerdotes. Mi consejo, lógicamente, es no entrar a discutir esas cuestiones hasta que no queden resueltas las principales, es decir: ¿existe Dios?; ¿se ha revelado al hombre?; ¿cómo podemos hoy conocer su revelación? etc.

En el libro, como está abordado desde una perspectiva científica antes que cristiana, sí trato algunos de los prejuicios más frecuentes en gente de ciencia como el caso Galileo o el evolucionismo.

¿Por qué la mayoría de grandes científicos han sido teístas?

Es un hecho que no puede negarse, aunque la propaganda continuamente diga lo contrario. Y lo que es más llamativo, a más nivel de ciencia más teísmo. Sin ir más lejos los Premios Nobel en química son creyentes en un 93%. Es muy propio del español discutir los datos, pero están ahí para quien los quiera consultar.

Ahora, por qué son teístas los grandes científicos en abrumadora mayoría, quizá por lo que dijo uno de los más grandes de todos los tiempos, Louis Pasteur: “Poca ciencia aparta de Dios, mucha ciencia acerca a Dios”.

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¿Por qué hay que creer en Dios para ser feliz?

Por dos motivos.

El primero se deduce de la propia infinitud de Dios. Dios es infinito en bondad y si me ha creado no puede ser para que sea infeliz. Luego mi infelicidad viene en gran parte de las malas decisiones que voy tomando en la vida con el uso de la libertad que me ha dado. No voy a reprocharle a Dios mi desgracia cuando es culpa mía. Es algo muy vil.

El segundo es porque Él así lo ha revelado: “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”. Jn 15,11.

¿Por qué acaba el libro con la historicidad de Cristo y el Evangelio?

Podemos llegar a que Dios existe por la razón, y a que la Iglesia Católica es la única y verdadera religión autentica, la que fundó el mismo Cristo. Pero Cristo se acredita con sus milagros, especialmente por su resurrección, y eso lo sabemos por el testimonio de los Apóstoles. Por lo que es fundamental preguntarse si esa historia es verdadera y si se ha conservado fielmente a lo largo de los siglos.El Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática Dei Verbum (1965), enfatiza la historicidad de Cristo: La Santa Madre Iglesia ha afirmado con firmeza y constantemente que los cuatro evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, transmiten fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, realmente hizo y enseñó para la salvación eterna de ellos, hasta el día en que fue elevado al cielo.

Yo creo históricamente que Cristo ha resucitado, si no estuviese convencido históricamente de algo tan tremendo te aseguro que no sería cristiano.

¿Por qué la resurrección de Cristo y el testimonio de testigos dignos de crédito de esta resurrección es el cimiento más sólido de nuestra fe?

San Pablo lo dice: “Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe”. Como decía C.S. Lewis, no hay tercera opción, o es el farsante más grande y malvado de todos los tiempos o verdaderamente Cristo es Dios. No puedes decir que es un gran hombre, pero solo un hombre, con ideas sabias que han influido en el mundo.

Nosotros creemos en Cristo por el testimonio de los Apóstoles que lo vieron muerto y resucitado. No dan fe de una idea, sino que testifican que estuvieron con Cristo resucitado, con el que comieron y bebieron durante cuarenta días. Los evangelistas cumplen los criterios más exigentes que la Historia pide a unos testigos dignos de crédito. Desde hace un par de siglos hay una campaña, instigada por unos pocos, que pretenden poner unos criterios para la Historia universal y otros a su conveniencia para el Evangelio, y esto es una tomadura de pelo.

¿Por qué recomendaría leer este libro de apologética, accesible para todo el mundo?

Yo no soy teólogo, ni sacerdote, ni he estudiado filosofía. Soy un médico casado y con tres hijos, cirujano en activo. Entonces, ¿qué me acredita?

Lo principal es que he estado junto a un genio que, además, era un santo. Estuve junto a él desde que yo tenía 18 años hasta su muerte. Me refiero al padre Miguel de Bernabé, que falleció en 2018. Él me enseñó a vivir un cristianismo apasionante, vivo, y muy práctico. Me considero un privilegiado y me siento obligado a transmitir lo que he recibido. Eso es lo que trato de contar en el libro, las cosas que transmito a mis hijos, y a la gente que me importa, para que sean felices. Porque yo he vislumbrado una felicidad que quiero para ellos.

Las cosas importantes son para todo el mundo. No son para unos cuantos elegidos, sino para “todos los hombres de buena voluntad”. Y creo que es importante hablar de las grandes preguntas y acertar en las respuestas. Esas respuestas son objetivas y son para todos. Si a los cristianos se les formara bien en estas cosas, otro gallo cantaría. El problema de la Iglesia, en mi opinión, no son la falta de vocaciones sacerdotales o la secularización… El problema es que no hay apenas cristianos auténticos. ¡Trabajemos para que los haya! La Iglesia no es cosa de curas sino de todos los cristianos.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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