26/11/2024 15:04

La semana pasada Víctor de Aldama -investigado por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno por el fraude de 180 millones de euros correspondientes al IVA de los hidrocarburos y, a la vez, incomprensiblemente condecorado por el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska con la Orden del Mérito de la Guardia Civil- se prestó a declarar voluntariamente ante el juez, tras pactar con la Fiscalía Anticorrupción su salida de la cárcel de Soto del Real, algo que finalmente consiguió tras colaborar con la justicia. Durante su declaración Aldama acuso a Pedro Sánchez y a buena parte de sus ministros de participar en una trama corrupta destinada al cobro de comisiones por su intermediación en negocios de naturaleza ilícita. Por su parte, el presidente del Gobierno y su grupo de mamporreros de confianza salieron presurosamente a la palestra para negarlo todo.

Ante discursos tan dispares parece necesario establecer cual de los dos protagonistas de la disputa dice la verdad. Para ello podemos, en primer lugar, retrotraernos a sus antecedentes personales para valorar su reputación y en ambos casos comprobamos que tanto Aldama como P. Sánchez carecen del más mínimo crédito, por la sencilla razón de que sus actos demuestran fehacientemente que son unos golfos sin escrúpulo alguno a la hora de cometer sus fechorías. A partir de aquí podemos recurrir, en segundo lugar, a valorar la motivación de ambos personajes a la hora de lanzar sus diatribas y en este punto Aldama resulta más verosímil ya que sus acusaciones van en la línea de las conclusiones provisionales de la UCO, mientras que P. Sánchez resulta menos creíble, ya que si repasamos la hemeroteca es posible comprobar que cada vez que ha sido acusado de la comisión de algún tipo de tropelía -y son muchas las que ha cometido- por regla general miente como un bellaco. Pero si con esto no hay suficiente carga acusatoria, finalmente nos queda comprobar si los hechos en los que se basa la acusación son realmente veraces

En este sentido, lo primero que habría que puntualizar es que, a pesar de que P. Sánchez ha manifestado en repetidas ocasiones que no conoce a Aldama, el empresario madrileño ha declarado que a instancias de P. Sánchez fue invitado por José Luis Ábalos a la celebración de un acto electoral del PSOE-M el día 3 de febrero de 2019. Durante el encuentro, además de hacerse una foto conjunta en una zona reservada del recinto, P. Sánchez le reconoció a Aldama que le tenían informado de sus gestiones en el extranjero y que por ello le estaba agradecido. Por lo tanto, dado que la UCO tiene pruebas que demuestran la existencia de una conexión entre el PSOE y Aldama y además existe una foto en la que P. Sánchez y Aldama aparecen juntos, sólo cabe concluir que ambos personajes se conocen, demostrándose así que P. Sánchez en esta cuestión, una vez más, miente a los españoles.

Cronología, somera, de una corrupción sin límites legales ni morales

Siguiendo con la narración de los hechos cabe señalar que la carrera delictiva de la trama socialista corrupta (valga la redundancia) comenzó a funcionar a pleno rendimiento con el llamado “caso Koldo”, consistente en la compraventa de mascarillas durante la pandemia a la empresa Soluciones de Gestión por valor de 54 millones de euros, dándose la despreciable circunstancia de que las mascarillas se vendieron muy por encima del precio de mercado, siendo además muchas de ellas defectuosas. En el proceso negociador llevado a cabo por Aldama se firmaron seis contratos irregulares, por no contar con una licitación previa, con el Ministerio de Transportes (dirigido por J.L. Ábalos), el Ministerio del Interior (dirigido por Grande-Marlaska), el Gobierno balear (presidido por la socialista Francina Armengol) y el Gobierno canario (dirigido por el también socialista Ángel Víctor Torres). Por sus labores de intermediación Aldama cobró más de 5 millones de euros, de los cuales, según consta en su declaración, entregó 250.000 euros a J.L. Ábalos, 100.000 euros a Koldo García y 15.000 euros a Santos Cerdán, negándose a pagar los 50.000 euros que le reclamaba Á.V. Torres.

Asimismo, la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez, a pesar de tener prohibida su entrada en el espacio Schengen por la Unión Europea debido a la comisión de delitos de lesa humanidad, en enero de 2020 aterrizó en el Aeropuerto de Barajas cargada con 40 maletas llenas de oro, para a continuación ser recibida por Ábalos, Koldo y Aldama en una zona previamente reservada por orden de Grande-Marlaska. El motivo era, por un lado, saldar la deuda que el Gobierno de Venezuela tenía con Air Europa y, por otro lado, proceder mediante la intermediación de Aldama a la venta de 104 lingotes de oro valorados en 68,5 millones de dólares, estando dirigida esta operación al blanqueo de dinero por parte del régimen chavista. Ábalos inicialmente negó los hechos, luego reconoció haber tenido un encuentro casual con Delcy, para finalmente verse obligado a admitir que sostuvo una conversación con la dirigente chavista. Por su parte, P. Sánchez negó haber tenido conocimiento previo de la visita, pero la UCO ha desmentido tal aseveración al descubrir un mensaje en el que el propio Ábalos informaba a P. Sánchez de la vista de Delcy cuatro días antes de que se produjera. Además la UCO ha conseguido pruebas de que el viaje de Delcy se concertó mediante una carta de invitación escrita por Aldama y firmada por Ábalos. Es decir, P. Sánchez nuevamente mintió a los españoles, mientras que Aldama ha dicho la verdad al desvelar numerosos detalles del encuentro. La gravedad del asunto aumenta en intensidad si tenemos en cuenta que a partir de ese momento el Gobierno socialcomunista dio la espalda a Juan Guaidó, opositor al régimen chavista y reconocido internacionalmente como “presidente encargado” de Venezuela, para acto seguido estrechar lazos diplomáticos con el régimen criminal de Nicolás Maduro, todo lo cual viene de nuevo a poner encima de la palestra la inmensa inmoralidad que atesora P. Sánchez.

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A su vez, en un nuevo atropello a la razón y al erario público, la SEPI, dependiente del Ministerio de Hacienda, se hizo cargo del rescate de Air Europa por valor de 475 millones de euros. En el proceso negociador Aldama ha reconocido haberse reunido con J.L. Ábalos, Nadia Calviño y Mª Jesús Montero, manteniendo informado de la marcha de las negociaciones a Javier Hidalgo, CEO de Globalia, la empresa propietaria de Air Europa, mientras Ábalos, a su vez, tenía al tanto de todo a P. Sánchez. Lo más sangrante del caso es que Air Europa no necesitaba ser rescatado, ya que ese mismo año Globalia repartió dividendos y para blanquear el rescate trasladó la titularidad de sus hoteles a la cadena BlueBay Hotels. A todo ello debe añadirse que antes del rescate de la aerolínea, concretamente en septiembre de 2019, Aldama, J. Hidalgo y Begoña Gómez se reunieron en un hotel de San Petersburgo, dándose la curiosa circunstancia de que Wakalua, empresa filial del holding de la familia Hidalgo, es el principal patrocinador del IE África Center, dirigido por la esposa de P. Sánchez. Es decir, que el rescate de Air Europa fue todo un contubernio público-privado, en el que los únicos que salimos perdiendo fuimos los contribuyentes para mayor gloria del entorno delictivo de P. Sánchez.

En vista de los hechos narrados solo cabe concluir que P. Sánchez es un presidente marcado por la corrupción ilimitada, lo que sumado a su inconmensurable incompetencia hace que, mientras su entorno familiar y político se llena los bolsillos de dinero sucio, la democracia se tambalee, el Estado de Derecho se debilite; la deuda pública se dispare; Hacienda expolie a las clases medias y los jóvenes sobrevivan a duras penas debido a la elevada tasa de paro juvenil y a los altos precios de la vivienda; el sector agroalimentario se desmorone; la inseguridad ciudadana sea cada vez más escandalosa cuando la inmigración ilegal bata récords históricos año tras año y, para completar el explosivo cóctel, la unidad de la nación española se vea amenazada por la permanente sumisión del Gobierno socialcomunista a las exigencias de los golpistas catalanes y los filoterroristas vascos. Resulta evidente que de socialistas, comunistas e independentistas nada bueno cabe esperar, así es que corresponde a las gentes de bien la honorable tarea de derribar de una vez por todas a un Gobierno que cada día que pasa se parece más a una banda de forajidos.

Autor

Rafael García Alonso
Rafael García Alonso
Rafael García Alonso.

Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Medicina Preventiva, Máster en Salud Pública y Máster en Psicología Médica.
Ha trabajado como Técnico de Salud Pública responsable de Programas y Cartera de Servicios en el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria, llegando a desarrollar funciones de Asesor Técnico de la Subdirección General de Atención Primaria del Insalud. Actualmente desempeña labores asistenciales como Médico de Urgencias en el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Ha impartido cursos de postgrado en relación con técnicas de investigación en la Escuela Nacional de Sanidad.
Autor del libro “Las Huellas de la evolución. Una historia en el límite del caos” y coautor del libro “Evaluación de Programas Sociales”, también ha publicado numerosos artículos de investigación clínica y planificación sanitaria en revistas de ámbito nacional e internacional.
Comenzó su andadura en El Correo de España y sigue haciéndolo en ÑTV España para defender la unidad de España y el Estado de Derecho ante la amenaza socialcomunista e independentista.
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