21/11/2024 11:46

La Dana asesina y la Rosa socialista: Crónica de una catástrofe anunciada… Es un hecho bien conocido que el litoral mediterráneo sufre periódicamente desde hace décadas las desastrosas consecuencias de grandes perturbaciones atmosféricas acompañadas de precipitaciones muy intensas, antes llamadas “gota fría” y actualmente “depresión aislada en niveles altos” (DANA). De hecho, la región valenciana ha sufrido a lo largo de su historia diversos temporales, siendo uno de los más violentos el acaecido en octubre de 1957 cuando como consecuencia de las intensas lluvias el río Turia se desbordó y anegó la ciudad, causando 81 muertos, miles de damnificados y cuantiosos daños materiales. Lejos de quedarse cruzado de brazos esperando que la suerte o el destino impidieran que tan luctuoso suceso volviera a repetirse, Francisco Franco puso en marcha el llamado ”Plan Sur de Valencia”, el cual esencialmente consistió en la excavación de un nuevo cauce para el río Turia, con la finalidad de alejarlo de su trayectoria original y así proteger a Valencia de nuevas inundaciones, algo que a la luz de lo sucedido desde su inauguración en 1965 se ha conseguido con indudable solvencia.

En contraste con este colosal esfuerzo preventivo y a pesar de que, como ha señalado el profesor de la Escuela Politécnica de la Universidad Antonio de Nebrija, en la actualidad las confederaciones hidrográficas tienen previstos programas de actuación para enfrentarse a las inclemencias meteorológicas, pero no los pueden llevar a cabo por carecer de los medios necesarios como consecuencia de la falta de dotación presupuestaria. Es más, el Gobierno socialcomunista no solo no ha puesto en marcha ni una sola infraestructura para enfrentarse con posibilidades de éxito a una DANA, sino que, en el colmo de la insensatez e influido por un enjambre de ecologistas de salón que no han pisado el campo más que para ir de excursión, ha destruido en tan solo un lustro más de 100 presas y embalses, privando así a la población tanto de agua en épocas de sequía como de una importante fuente de energía limpia. Como consecuencia de esta falta absoluta de prevención de riesgos ante posibles catástrofes climáticas hemos asistido a los devastadores efectos de la DANA que con epicentro en el municipio de Paiporta provocó la muerte y desaparición de miles de personas, así como incontables destrozos materiales, dejando de esta forma a la región valenciana sumida en el caos más absoluto.

Ante tan catastrófica situación la respuesta de las autoridades ha sido absolutamente lamentable, ya que tras el desastre fueron muchas las horas en las que la población estuvo desamparada y abandonada a su suerte.

Sin querer restar importancia a la deficiente actuación del Gobierno de la Generalidad Valenciana, presidido por el popular Carlos Mazón, lo cierto es que, tal y como establece la Constitución española, la legislación vigente y la jurisprudencia del Tribunal Supremo, es competencia del Gobierno de España tomar el mando de la “protección civil” para planificar las medidas oportunas y afrontar la situación, llevar a cabo las intervenciones pertinentes en respuesta a los daños ocasionados, reestablecer las infraestructuras y los servicios esenciales y realizar labores de coordinación, seguimiento y evaluación del conjunto del sistema operativo puesto en marcha. Pues bien, teniendo en cuenta la impresionante magnitud y el devastador impacto de la DANA, resulta evidente que estamos, según la “Ley de Protección Civil” ante un nivel 3 de emergencia, es decir, ante un nivel de “emergencia nacional”, cuya dirección y supervisión corresponde al Gobierno de España por medio de su ministro del Interior.

Obviando sus responsabilidades como en él es habitual, Pedro Sánchez decretó el nivel 2 de emergencia, para de esta forma quitarse del medio y derivar la responsabilidad al Gobierno valenciano. Con esta artera maniobra este perturbado mental de tres al cuarto no hacía otra cosa que subordinar el auxilio a las víctimas a su espurios intereses personales, ya que resultaba evidente que debido a la falta de medios la Generalidad Valenciana la respuesta al desastre por parte de la autoridades autonómicas estaba abocada al fracaso, lo cual cabía pensar que supondría no solo el descrédito del Partido Popular, sino también la obtención de un rédito político para el Partido Socialista.

De hecho, son varios los actos protagonizados por P. Sánchez que demuestran de forma fehaciente su indecente proceder en relación a la catástrofe natural que nos ocupa. Así, en primer lugar, el día siguiente a la DANA el grupo parlamentario socialista, en connivencia con sus socios comunistas e independentistas, en lugar de orientar todos sus esfuerzos a socorrer a los damnificados por el temporal no tuvo escrúpulo alguno en proceder a la aprobación en el Congreso de la ley que le permitía colonizar el Consejo de Administración de RTVE, para así poder llevar a cabo desde el ente público y sin ningún tipo de impedimentos las habituales campañas de glorificación personal y criminalización de la oposición. A su vez, en segundo lugar, P. Sánchez, demostrando un cinismo sin límites, manifestó que si la Generalidad Valenciana necesitaba más medios no tenía más que pedirlos, eludiendo de esta forma la obligación que tenía de enviar el contingente humano necesario para afrontar el desastre derivado del implacable torrente de agua. Así, tras cinco fatales días en los que comenzó a escasear el agua potable, los alimentos, la electricidad y los servicios básicos, el Gobierno socialcomunista envió a la zona afectada a los militares, guardias civiles y policías que estando obligadamente retenidos en sus cuarteles y comisarias exhortaban al Gobierno socialcomunista que los dejara participar en las tareas de ayuda. Por último, P. Sánchez no solo se negó a recibir la ayuda ofrecida por el Gobierno francés, sino que también rehusó demandar la colaboración de la Unión Europea, poniendo de esta forma de manifiesto estar más interesado en dejar que las cosas empeoren que en solucionar los inmensos problemas que en el momento actual asolan a los valencianos.

Finalmente, cuando ya no le quedó más remedio por la creciente indignación social derivada de su negligente gestión de la crisis, P. Sánchez, acompañado cual desvalido mequetrefe del escudo protector de los Reyes de España, acudió a la zona cero de la DANA para expresar sus condolencias a los damnificados. Sin embargo, nada más poner pie en tierra el psicópata monclovita fue recibido con sonoros abucheos entremezclados con encolerizados insultos, dibujando en su conjunto un cuadro que reflejaba a la perfección el desprecio que por su persona sentían. Ante tal muestra de rechazo el derrotado presidente, rodeado por los guardaespaldas que le protegían de las iras de la multitud, abandonó el escenario donde se desarrollaba su escarnio público, demostrando con su huida que no solo es un consumado cobarde, sino también un patético monigote.

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Dijo el escritor francés Víctor Hugo en su espléndida obra “Los miserables” que “El derecho genera su propia cólera y la cólera del derecho es un elemento de progreso”. La nefasta conjunción de la DANA climática y la Rosa socialista ha hecho que el pueblo español entre en cólera contra la maldad en estado puro que desde la llegada de P. Sánchez al poder anida en el Palacio de La Moncloa. La historia demuestra que la fuerza de un pueblo encolerizado es imparable cuando es canalizada adecuadamente. Es tarea ineludible del conjunto de la sociedad civil que efectivamente tan pertinente encauzamiento de voluntades se produzca, para lograr de esta manera acabar cuanto antes con la canalla socialcomunista que con particular ahínco se dedica desde las altas esferas a destruir el porvenir de las futuras generaciones de españoles.

Autor

Rafael García Alonso
Rafael García Alonso
Rafael García Alonso.

Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Medicina Preventiva, Máster en Salud Pública y Máster en Psicología Médica.
Ha trabajado como Técnico de Salud Pública responsable de Programas y Cartera de Servicios en el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria, llegando a desarrollar funciones de Asesor Técnico de la Subdirección General de Atención Primaria del Insalud. Actualmente desempeña labores asistenciales como Médico de Urgencias en el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Ha impartido cursos de postgrado en relación con técnicas de investigación en la Escuela Nacional de Sanidad.
Autor del libro “Las Huellas de la evolución. Una historia en el límite del caos” y coautor del libro “Evaluación de Programas Sociales”, también ha publicado numerosos artículos de investigación clínica y planificación sanitaria en revistas de ámbito nacional e internacional.
Comenzó su andadura en El Correo de España y sigue haciéndolo en ÑTV España para defender la unidad de España y el Estado de Derecho ante la amenaza socialcomunista e independentista.
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