05/11/2024 07:41
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«Todos sabían que iba a pasar lo que ha pasado, menos él. ¿Qué esperaba? Que salieran con corbata planchada los sufridores de Paiporta para recibirle…»

No nos ha sorprendido la huida del presidente Sánchez en Paiporta (zona cero de la DANA en la provincia de Valencia) y eso que solo era una multitud ansiosa por hablar con los responsables de la dejadez que han sentido durante tres días, algún día más en otros puntos. Ha corrido con el rostro blanco como los “walking dead”; en su vida se había visto en otra igual. Lo de dar la cara no es lo suyo; prueba de ello es que él se marcha en Falcon cada vez que hay una votación parlamentaria importante y responsable. No será porque los medios no han difundido las imágenes de Zelenski en primera fila, incluso en el frente. Con Sánchez ya sabemos que no podemos contar tan pronto como vengan mal dadas: a éste le faltará tiempo para huir al extranjero como hicieron muchos de los acomodados socialistas y republicanos en 1939.

Es justamente el tipo de presidente que no precisa un país como España: mientras sus compañeros daban la cara en el Parlamento, él andaba “jugueteando” en la India acompañado de su imputada señora, cuya pesada carga es la corrupción, el tráfico de influencias, la apropiación indebida…y lo que saldrá esta semana. Todos sabían que iba a pasar lo que ha pasado, menos él. ¿Qué esperaba? Que salieran con corbata planchada los afectados de la DANA en Paiporta para recibirle, precisamente a él, que a la vista de lo sucedido es el personaje más despreciado del orbe político español.

Fue el primero en entrar a Paiporta, un metro por delante del monarca, por si había algún halago perdido. Ya es un hecho que su primer objetivo no son las víctimas, ni la búsqueda de los fallecidos por las riadas y torrentes. Él solo tiene un objetivo: dar la TVE a sus comisarios, sicarios y activistas. No le interesa el sufrimiento del pueblo, ni el pueblo retirará los gritos de “¡asesino!” hacia él. Es la democracia, Pedro, y no estás preparado para ella.

Doy fe de tener un presidente que no es imagen de nada bueno, ni siquiera de saber estar. En esto último recibió todo un ejemplo por parte de los reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz, y del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. Todos ellos no dudaron en dialogar con la ciudadanía, crispada por el sufrimiento que llevan encima y por la tardanza en la llegada de medios de ayuda; comenzaron muy crispados los ánimos, pero la templanza de Felipe VI hizo que acabaran abrazados a él los jóvenes que inicialmente lo increpaban. La reina aguantó lo suyo, pero demostró que tenemos un diamante pulido y pleno de entereza. Por cierto, que nadie me sitúe o confunda con un monárquico.

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El presidente, Carlos Mazón, se llevó puñados de barro e insultos, incluso avanzando parapetado detrás de Felipe VI. Él mismo ha declarado que hay que saber dar la cara siempre y en todas circunstancias. «Entiendo la indignación social y, por supuesto, me quedo a recibirla», dijo. ¿Y Pedro? ¿Qué fue de Pedro Sánchez? Pedro ya no estaba con diarrea en el CECOPI, había salido corriendo, volviendo sobre sus pasos y cubierto por decenas de guardaespaldas, paraguas, chubasqueros… Abandonó al jefe del Estado como quien abandona un trapo en la calle o una bicicleta robada. Nadie se fía de él, nos traicionó desde el primer día con su tesis “fake” y lo sigue haciendo; demuestra ser un paranoico y un psicópata, narcisista confundido, dictador con aprendizaje bolivariano, autócrata con sicarios peligrosos, así como capaz de negar todo con tal de quedar bien.

Ya sabíamos el rey que teníamos, pero hoy lo sabemos mejor. También sabemos que por el presidente Sánchez no nos dan un euro en la Unión Europea, ni en el baratillo más arrinconado de la plaza. Carlos Mazón y Letizia Ortiz han aprendido en buena escuela, muy distinta a la Escuela de la Mentira y Fraude que regenta Pedro Sánchez. El caso es que lo que hemos visto ha sido primicia. Nunca hubiéramos pensado que la ciudadanía arrojase barro a algún miembro de la familia real, excepto la ultraizquierda que se infiltra en todas partes, cual estiradas ratas; el mismo tipo de roedores que saltan del barco cuando ven que zozobra.

Hoy hemos visto saltar una roedora roja, desastrosa, repugnante e incapaz de llegar a Chiva cuando la decisión estaba tomada y el rey sabía que iba a tener que lidiar lo mismo que en Paiporta. La comitiva de autoridades que acompañaba a los reyes fue recibida «con gritos e insultos y con lanzamiento de objetos y barro durante su recorrido por las calles de la localidad. «Fuera, fuera»; «mentirosos»; «perros» o «asesinos» han sido algunos de los insultos escuchados», tal y como se lee en Cantabria Liberal y como hemos podido comprobar visualmente.

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Los medios de la izquierda no han dudado en difundir que Zarzuela dio orden de no acudir a Chiva tras salir de Paiporta. Otro bulo más de las “hojas parroquiales” del PSOE. Puedo prometer y prometo que, puesto en camino Felipe VI y sus miembros de seguridad hacia Chiva, recibió orden de Moncloa de no acudir a esa población porque Sánchez no quería salir más a la calle. Nada que ver con el decidido Mazón, presidente valenciano, que sí acudió a Chiva y se enfrentó al malestar e indignación de sus conciudadanos.

El rey hizo un gesto de abrazo a la población cuando se despedía. Sánchez acabó escondido, encerrado bajo tres llaves, acobardado y doblemente insultado por irresponsable. Brutal error ha sido la propuesta de Sánchez a Mazón para hacer una declaración conjunta «contra los violentos en Paiporta», algo que Carlos Mazón ha rechazado de plano; es evidente que a Mazón le preocupa la DANA y el sufrimiento de la gente que ve su vida arruinada y teniendo que comenzar de cero, pero Sánchez solo piensa en sí mismo y en sancionar a la ciudadanía: su chulería e indignidad le pierden. «No nos merecemos un presidente que huye de un pueblo destrozado, ¡Sánchez vete ya!», en palabras de Indalecio.

Ahora, Moncloa niega que Sánchez haya huido, cuando toda España comprobó que solo escuchaba insultos, incluso, el palo que le lanzaron dio en uno de sus guardaespaldas. No tiene disculpa para abandonar al rey. Valencia reclamará su presencia no tardando porque sabe que a La Palma, a Lorca y a otros desastres los prometió ayuda y esa, pasados decena de años, seguían sin recibirla. Confío en que esta vez, el rey ponga el bozal a quien no tardando será imputado.

Vuelven a mentir y tapar su cobardía. Chivas EXIGE la presencia de Felipe VI y del presidente, conocedores de que el mentiroso, Pedro Sánchez, impidió al rey que acudiera.

¡Sánchez muestra el mismo desprecio a la ciudadanía, que ésta le muestra a él! Esto no acaba aquí.

Autor

Jesús Salamanca Alonso
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