Majestad,
¿Cuánto daño, cuánto dolor con esta España nuestra que hoy llora sangre y barro? En estas horas de dantesca tribulación cuando se demuestra que se usan a las Víctimas para especular con intransigencia y maldad política, es el momento de la decisión por los auxilios que el Pueblo clama, incluso con la rebeldía y el ímpetu por la dignidad de hacer lo que se debe hacer. Hay misiones que se extrapolan más allá de las aparentes limitaciones. Nada limita cuando se obra con Bien.
Es el momento de optar por el Honor fuera de las limitadas estructuras de lo previsible, máximo cuando lo previsible es el espasmo continuado de las irregularidades, de la invalidez del juego limpio, el sentido común, la caridad y la misericordia.
España está embelesada por los estragos de la tragedia, y los agrava más la falta de ejemplo permanente de quienes lideran con trampas un subterfugio de Nación que se ve perjudicada desde las propias entrañas que sus muchos enemigos han intoxicado, obligando a beber a todos los ciudadanos e instituciones del mal de la apatía, del interés oscuro, de la hipocresía, del oportunismo desalmado y de la insolvencia moral.
Así ha sido durante todos estos años de tragedia donde unos pocos se han sustentado en las reglas del consenso para romperlo en mil pedazos, sembrar cizaña, dimensionar las diferencias y sacar tajada del turbio engaño por la apariencia de que se siguen las reglas de un juego democrático en realidad adulterado y consentido en su carácter trilero que ha causado deshonor, indignidad, abuso y atropello contra los derechos inalienables de los ciudadanos, hoy vulnerados, violados y desalentados incluso ante la magnitud de la tragedia de la DANA, cuando miles de personas necesitan decisiones más allá de la especulación estructurada o el andamiaje somero de la apariencia, exigiendo el ímpetu de la decisión y de la autoridad para afrontar la brutal y espeluznante catástrofe que obliga a la prestación de una ayuda extraordinaria, incluso por encima de la inepcia y la apatía de quienes están sobradamente en evidencia por ser los causantes en origen de tanto drama acumulado que llega a su culmen de cataclismo con el infernal escenario de la DANA: la que ha sacudido hasta los cimientos la seguridad elemental que los políticos no han sabido o no han querido preservar.
Con la DANA supura el sufrimiento que los honrados y hacendosos ciudadanos no merecían. Majestad, es momento de decisiones históricas, de escuchar el llanto del Pueblo que le quiere y espera de su generosidad histórica que tome la dirección moral que ayude a las víctimas desoladas, aún más por depender de quienes han demostrado importar muy poco la tragedia si no es para aprovecharla en su propio beneficio.
Majestad, rompa el complejo de lo mal denominado políticamente correcto y ejerza su liderazgo como Jefe de las Fuerzas Armadas que siguen acuarteladas, deseosas de poder intervenir en auxilio de esta España que más que nunca necesita a sus héroes uniformados en el campo de batalla de la diligencia, la hora y la decencia en nombre de toda España, salvando vidas. Es tiempo de medidas excepcionales a la altura de las circunstancias anormales.
Majestad, a fuer de ser ingenuo y absurdo en mi petición, dirija los destinos de España en la tragedia. La Historia y nuestro extremadamente compungido presente lo agradecerán por siempre. Auxilie a Valencia y a España que hoy grita de dolor en busca de oídos del alma que la escuchen.
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Mi querido amigo Don Ignacio:
En verdad, que sigues siendo fiel a una monarquía diabólica, pasota y en manos de la extrema izquierda, encubriendo sus fechorías.
A este monarca, como al anterior, España y los españoles, les importa un bledo.
No es de recibo que solo haya dos salidas de pensamiento en España: Si no apoyas a estos reyes y no eres monárquico, eres republicano, comunista y de extrema izquierda.
Por lo que se ve no hay más donde elegir. Es decir; ¡O lo muy malo o lo peor!
Recibe un abrazo, con mi agradecimiento,
Miguel Sánchez
El Rey al frente del Ejército, debe defender a España, del ladrón, estafador, criminal, corrupto, traidor, chulo e indeseable del morador de la MONCLOA-CA. No ha sido elegido por el pueblo, puesto que le detesta y desprecia. Se ha autoelegido él mismo, a través de trampas, de la que es un especialista, los votos que obtuvo, fue a través de manipular los votos de correos. Ha llegado a donde no le corresponde por el apoyo de los peneuvistas, junts, erc, eta, bng, comunistas y socialistas, toda una baraja de indeseables que buscan la destrucción de España, y lo que se debe de hacer es su inhabilitación por el bien de la Nación y de los españoles, los cuales por la desgracia ocurrida en Valencia, han demostrado, que solo tienen un idioma el ESPAÑOL y que no necesitan tantos gobiernos y mucho menos a tanto político que son la garrapata del cuerpo humano.
Desde luego hubiese sido mucho más deseable que S. M. el Rey Felipe VI se hubiese presentado en varias localidades al mando de varias unidades de los Ejércitos, de los que es Capitán General, para llevar a cabo labores de reconstrucción y ayuda, no solo para consolar y acompañar a los que han perdido seres queridos.
Lo malo es que la competencia militar por la CE78 la tiene el gobierno, Pedro Sánchez y su ministra de defensa (como trató el Rey de hacérselo ver a los vecinos), luego que se olviden de ayuda material (que ya debería haber estado en el lugar de la catástrofe la misma noche de producirse con helicópteros del ejército del aire, bulldozers, zapadores, etc., como hacen en cualquier país mínimamente normal), y más en una comunidad autónoma donde rojos y antiespañoles fueron desalojados del poder regional. Se ve que el ultra corrupto rojo que destruye España (junto con sus ultra corruptos parientes, ministros, adjuntos, etc.) y la saquea a manos llenas para llevar oro por montañas a paraísos fiscales, pretende que el PP y VOX, que gobiernan Valencia, carguen con la responsabilidad penal de la tragedia (que me temo que, como con las más de 150,000 muertes del Covid y de las inoculaciones, responsabilidad fundamental del gobierno, quedarán satánicamente impunes, como también Puigdemont y sus guerracivilistas del odio a España). Parece mentira a qué grado de odio a España y los españoles ha llegado el socialismo en España. Y encima aparece junto al Rey, el muy genocida. Claro, escapó corriendo antes de que lo linchasen. La gente está con razón ya que explota contra políticos y contra instituciones y leyes (las ecologistas impiden limpieza de bosques y cauces de ríos por culpa del «cambio climático», luego son plenamente responsables de la catástrofe. Y la competencia mediambiental es gubernamental también. El ecologismo es asesino, que quede bien claro). Muy difícil le va a ser a los políticos huir de la ira del pueblo. Eso sí, que todo el mundo recuerde que quien vota es tan culpable de lo ocurrido como los mismos políticos. Votar es asesinar, al propio votante y a los demás. Que no se trate uno de autojustificar con vanos argumentos.
Viva la Caridad, virtud teologal suprema.
Aunque los políticos, los herejes, los anticristos, los falsos profetas y doctores, los protestantes y miembros de todo tipo de sectas se están hartando de hablar de política «SOLIDARIDAD», la CARIDAD venida de Cristo mismo, silenciosa, sin jactancia, sin que sepa la mano izquierda lo que hace la derecha, sin afán de protagonismo ninguno ni ante cámaras de televisión ni ante medio alguno, siempre a los ojos de Dios que ve en lo secreto y que recompensa los actos de amor puros, movida por la conciencia del dolor intenso del mal del prójimo, se impone por millones, escoba, pala o con cualquier herramienta en mano.
Que Dios bendiga y proteja a los millones de anónimos españoles (y extranjeros) que están ayudando desinteresadamente a las víctimas de esta catástrofe de Valencia movidos únicamente porque es un deber de fiel a Cristo dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero (que ha perdido su casa), visitar a los enfermos y a los prisioneros del dolor y del duelo. Eso sí que es servir a Cristo y ser verdaderos cristianos (y españoles de toda la vida) a pesar de toda la morralla multi ruidosa hipócrita farisea de la SOLIDARIDAD de los que no han perdido nada, ni seres queridos (si los tienen), ni casas, ni empresas, ni negocios (es decir, que de solidarios no tienen nada) y que solo utilizan la catástrofe para trompetear cual fariseos todo lo que hacen por otros a son de televisiones, radios, internet para colgarse medallas ante todo el mundo con la cara desfigurada para ser vistos por todos.
En España ha vencido la esperanza, ha vencido la caridad debida de la que todos somos deudores en el que fue caritativo por nosotros en la Cruz.