Aprobada Ley de la Amnistía. Recordatorio: Manifiesto Militar contra la Amnistía. Por Julio Merino

SEÑORES MILITARES :

HAGAN LO QUE TIENEN QUE HACER, LO QUE ORDENA LA CONSTITUCION, PORQUE VDS, DEBEN GARANTIZAR LA UNIDAD NACIONAL.

VALIENTES Y ARDIENTES DEFENSORES DE LA PATRIA, LOS ESPAÑOLES TENEMOS PUESTA LA CONFIANZA EN VDS.

!VIVA ESPAÑA!

Si hay amnistía para los golpistas y guerracivilistas catalanes antiespañoles, que haya amnistía a la insumisión fiscal generalizada. ¿Pagar impuestos para financiar a ETAbildu, ERC, PNV, P.edro S.ánchez O.dia a E.spaña, comunistas y demás organizaciones criminales genocidas de odio a España y los españoles? Ni hablar. A esos ni pan ni agua. Pagar impuestos a esos es ayudar a destruir España.

En cuanto al manifiesto (por cierto, las ideas matan, como la levadura de los falsos profetas):

1º Recordar que el art. 8.1 de la vigente CE de 1978 no exige aprobación parlamentaria ni mandato gubernamental alguno. ES UN DEBER al que juraron obediencia TODOS los militares, guardias civiles y policías. Y el no cumplimiento de este deber es ALTA TRAICIÓN.

2º No hay, ni ha habido en lugar y tiempo alguno «independencia» de poder judicial alguno. Los jueces, fiscales, procuradores y demás funcionarios de justicia tienen cada cual su propia ideología y apoyan a sus partidos políticos o son apolíticos, pero no se puede forzar su ideología. Eso de la «independencia» de los poderes es un ENGAÑO. Y lo ha sido siempre y en todo lugar. Insistir en ello es ENGAÑAR. Y sigue sin haber valentía y hombría para reconocerlo.

3º La «igualdad» ante la ley de los ciudadanos NO existe ni ha existido en lugar alguno. ¿Acaso es igualdad el Concierto vasco y navarro fiscal? ¿Hay igualdad ante las administraciones, incluidas las sanitarias, los trabajos y los centros educativos para los españoles que no saben ni quieren aprender vascuence, catalán o gallego en las españolas regiones de Vascongadas, Cataluña y Galicia? ¿Hay igualdad entre los españoles en función de las arbitrarias leyes regionales y locales?… Siempre ha habido y habrá privilegios legales, ciudadanos esclavos y ciudadanos esclavistas. La «igualdad ante la ley» es otro ENGAÑO. Y no hay valentía y hombría para reconocerlo.

4º La LEALTAD entre militares es otro DEBER cuyo incumplimiento supone ALTA TRAICIÓN. ¿Puede un Ejército soportar la deshonra de la profanación del cristiano sepulcro de uno de sus más insignes miembros de toda la historia y de sus generales, sin imponer su código de honor para con sus caídos, por mucho poder que tenga el gobierno y otras instituciones traidoras y antiespañolas? Es de valentía y hombría restaurar el honor mancillado restableciendo el respeto a los más insignes mandos al servicio de Dios y de España. Y eso es tarea de los Ejércitos españoles.

5º La convocatoria de nuevas elecciones generales NO es solución alguna a la demoledora ruina espiritual y material que viene padeciendo España y que vienen sufriendo los españoles desde el año de 1976. No garantizaría un cambio de gobierno. Y, en caso de cambiarse el gobierno, no garantizaría que España siguiera igual en cuanto a su degeneración espiritual y material. NO se trata de cambiar de gobierno para no cambiar nada, salvo a peor, sino las caras. Se trata de que no se puede permitir elegir el mal para España y los españoles, por mayoritario que sea el odio a España y los votantes antiespañoles o los que venderían España por su negocio o partido político. ¿Sería legal un referendum en virtud del cual una opción fuera «fusilar a todos los miembros de los demás partidos políticos»? O, ¿sería legal un referendum que propusiese a los españoles la disolución de los Ejércitos para ahorrar presupuesto público? El problema es que la democracia ha llegado a un grado de insana y enloquecida idolatría que ya cualquier cosa se tolera en nombre de la democracia con tal de que sea mayoría quien lo sostenga, como los que pidieron el ¡crucifícale!.

Lamentable y poco meditado manifiesto de esa asociación militar. Así nos luce el pelo. Si Franco hubiese promovido algo similar en julio de 1936, es decir, una repetición electoral ante el golpe de estado electoral de febrero previo, hoy no existiría ni España ni la mayoría de los españoles cristianos. 47 años después y seguimos sin espabilar, por mucha mili que se tenga. Manda hue…

Creo que además de eso, de no ir a votar nunca más (especialmente si se tiene en cuenta la fe cristiana, pues votar a mentirosos compromete la vida eterna, que es lo que más cuenta), hay que hacer otras dos cosas con las que muy pocas personas estarán de acuerdo, pero que esas sí que serían fundamentales para hacer reventar el mal en España. Son muy duras, por cierto, para los que amen a Cristo de verdad, hasta la muerte:

1º Insumisión fiscal. Si se sigue pagando impuestos, esta estructura de corrupción secular va a acabar con toda persona honrada que quede, que van siendo pocos.

Los impuestos son un ROBO. Los impuestos NO anulan, en absoluto, la caridad cristiana a la que todos estamos obligados, pues todos somos beneficiarios de la Caridad de Dios para con nosotros. Jamás hubo imperio, reino, república o territorio alguno que proscribiese la caridad como modo de vida y de relación entre criaturas de Dios.

Si la fe cristiana se PROPONE, pero NO se impone, ¿qué coherencia tiene la imposición de la Hacienda Pública y la Seguridad Social? ¿De qué democracia hablamos si no hay más que una ultra dictadura fiscal disfrazada de todo otro cariz engañoso?

Los impuestos han sido fuente de todo tipo de males y opresión a los pobres a lo largo de toda la historia, guerras muy sangrientas, rebeliones, odio, etc. España perdió el reino portugués en el siglo XVII por culpa de la presión fiscal para financiar la guerra contra los anticristos protestantes (anticristo es la palabra que usa el Apóstol amado san Juan para referirse a los herejes y cismáticos, aunque hoy han desacreditado incluso a los santos en la propia Iglesia del Señor, la católica. Así está el mundo). Y pudo haber perdido los condados catalanes. Y en el siglo XIX perdió Hispanoamérica por la presión fiscal liberal (conservadora) de los desgraciados malnacidos que pasaron a beneficiarse de la victoria sobre Napoleón del católico pueblo español empobrecido que derramó su sangre, a diferencia de esos malnacidos que permanecieron escondidos.

Los impuestos NO están justificados en modo alguno por Dios Nuestro Señor. Engañar a los fieles es propio de satanás, padre de la mentira. Cuando a Cristo le van a preguntar los herodianos y escribas si es lícito pagarlos, fíjese todo el mundo que hoy no hay papa, ni cardenal, ni arzobispo, ni obispo, ni sacerdote, por desgracia gigantesca, que no diga rápidamente que sí, que es un deber cristiano pagarlos, además sin dudar de modo alguno, cuando DIOS JAMÁS DIO AUTORIZACIÓN A ROBAR A NADIE, ni a emperadores, ni a reyes, ni a nobles, ni a príncipes, ni a político alguno, por muy presidentes de gobierno que fueran y por muy mayoritariamente elegidos que hayan sido y con la «legitimidad» que pretendan, como los que gritaron «¡crucifícale!». Jesucristo contestó a los herodianos y escribas, funcionarios de Roma («no tenemos más rey que el César» afirmaron ante Pilatos. Ojo a ésto, pues el enemigo de la fe cristiana en dos milenios es la POLÍTICA, quehacer de Lucifer, no busquen otro), colaboradores como los saduceos, que «hay que DEVOLVER (éste es el verbo en los tres sinópticos) al César lo que es del César…», DEVOLVER, que no pagar. Y los impuestos, transferencia coactiva, se PAGAN. Es decir, que no se puede pretender no pagar impuestos si se vive de ellos. Otra cosa sería inaceptable hipocresía farisea. Un funcionario, al haber elegido esa profesión, está más obligado que nadie a pagar impuestos. Es su elección, tanto para el presente como para el Juicio de Dios. Bien es cierto que el gasto público tiene formas de financiación alternativas que no son impuestos y deuda pública o emisión de dinero (impuesto inflacionario empobrecedor y ladrón al máximo), por ejemplo, beneficios de empresas públicas (si no hubiesen sido privatizadas), tasas, precios públicos y multas.

Los impuestos NO limitan, sino que respaldan la irresponsabilidad criminal de los políticos en el poder democrático, que gastan de modo totalmente incontrolado e impune (unos se cubren las espaldas a otros) con tal de ganar votos (compra masiva de votos en toda democracia, gran ramera de Babilonia en términos apocalípticos), pues comprar voluntades es precisamente, junto a la violencia policial y militar y el engaño, la manipulación, la mentira, la propaganda embustera machacona y la hipocresía judeo farisea, las herramientas de los políticos para lograr el poder y para mantenerse en él con la irresponsable actitud de quien se beneficia de subvenciones, que tampoco es inocente en absoluto al emitir su voto por puro interés monetario (por cierto, la política no es la «persecución del bien común» como se empeñan en engañar los que sostienen tal embuste diabólico. La política es la actividad de lograr el poder y mantenerlo, como Lucifer y los ángeles rebeldes trataron de suplantar a Dios, Eva y Adán trataron de ser «como dioses», el demonio tentó al Señor con «todo esto te daré si postrándote ante mí, me adoras» en referencia a todos los reinos de la tierra y sus prebendas. La política impulsó a los fariseos a asesinar al Señor, pues «convenía que muriese antes un hombre, a que pereciese una nación entera», es decir, que Jesucristo era muy seguido, y eso restaba apoyo político a fariseos, escribas y saduceos. La política es la esperanza farisea de un Mesías a capricho de sus intereses terrenales, como los de Judas Iscariote o como los decepcionados con Cristo por no satisfacer sus expectativas políticas que le llevaron a la Cruz. La política es el detonante de todo cisma desde Arrio a la actual «doctrina social» que ha dividido la Iglesia hasta lo más profundo al procalmar la mentira de que «la política es la forma de caridad más noble», un disparate descomunal, toda una impostura contra Cristo y su Iglesia dentro de su Iglesia. No hay mal que la política no haya ocasionado).
Es terrible, odioso, pero es así. Muchos dirán, y no sin falta de razón, que a estas alturas no queda otro modo de vivir que ser CORRUPTO. Es aterrador. A este grado de perversión hemos llegado. Hay corresponsabilidad ante Dios y su Juicio de votantes y políticos por la deuda pública, los impuestos y las subvenciones, de las que se han beneficiado del modo más descomunalmente irresponsable y ateo (como si no tuviesen que dar cuenta ante Dios de sus latrocinios) incluso millones de empresarios aparentemente respetables y sensatos para sobrevivir tras la peste china de hace cuatro años (socialismo empresarial sin escrúpulo alguno). Por eso, ojo a la tentación de ir a votar. A buen seguro más valdría cortarse las dos manos, perder las manos a perder el alma por toda la eternidad por participar en un macro robo social (cobrar impuestos o beneficiarse de subvenciones. «Ganarás el pan con el sudor de tu rostro»). El que roba no es de Dios.

Toda la recaudación de los impuestos puede lograrse con DONACIONES. Es tan cierto como INFANTIL el argumento de que si no existiesen impuestos, nadie pagaría nada para el Estado, que todos trataríamos de ser usuarios gratuitos de lo que pagasen nuestros compatriotas. Pero esto es dudoso, pues bastaría con que las donaciones fueran la fuente principal de ingresos pública, para que la gente tuviese lo que nunca ha tenido en democracia: RESPONSABILIDAD, madurez, y no búsqueda de paternalismo estatal que nos solucione todo. Las donaciones harían tomar conciencia a todo el mundo de que hay que arrimar el hombro sin imponer, porque deber moral, como cuando acabó la Cruzada en 1939, que no hubo ciudad o pueblo en España en el que toda la ciudadanía arrimase el hombro en la reconstrucción (como después ocurrió en el resto de Europa tras la catástrofe espantosa de 1945 y el triunfo del MAL). NO tenemos más Padre que Dios Nuestro Señor, NO el «Estado social y democrático de derecho» (atajo de estupideces de legistas hechiceros).

Por otra parte, las DONACIONES son un LÍMITE claro al ejercicio del PODER, que obviamente no gusta a los poderosos, que quieren poder ilimitado, como el demonio, y, por lo tanto, límite al despotismo, la arbitrariedad y la corrupción. ¿Qué poderoso quiere que le pongan límites a su opresión arbitraria, soberbia y ególatra vanidosa de celebridad? Si un gobierno gestiona mal esas donaciones, no se dona y se ve forzado a convocar nuevas elecciones porque no podrá resistir la presión de los ciudadanos. Y se donará a quien lo haga bien y con honradez, a quien sea eficiente en el uso de los recursos donados, ajustando lo ingresado al gasto y no despilfarrando ni un céntimo, algo así a cómo se gestionan las organizaciones más eficientes de toda la historia y de la tierra, los conventos y monasterios (veremos si así prospera o no la nación y sus ciudadanos). Si a la población se le permite donar a cada partida de gasto del Estado (Ejército, policía y guardia Civil, justicia, sanidad, infraestructuras, equipamiento público, patrimonio artístico, natural y cultural, administración general, aduanas, etc.) la cuantía que en conciencia estime, con la periodicidad que estime, y con la modalidad que estime (en dinero, activos físicos o financieros, horas de trabajo para lo público a modo de trabajo voluntario, etc.), el LÍMITE al ejercicio del poder está asegurado, el tamaño del Estado y de su intervención será ÓPTIMO porque lo decidirá TODA la población (todos y cada uno de sus miembros), se eliminará la crispación en buena medida (¿quién se echará la culpa de haber contribuido poco?) y se obligará a ser eficiente en el gasto y la asignación de recursos a las autoridades (que si viviésemos en un mundo como Dios manda, tanto en la Iglesia, como en el mundo civil, deberían ser los elegidos de Dios, como aquellos pescadores de Galilea, es decir, los santos y santas, los únicos que gobernarán como se debe gobernar, como mandó el Señor: «el que quiera ser el primero entre vosotros, sea vuestro esclavo»), así como a una más tenaz vigilancia de cada euro.

Las DONACIONES deben sustituir a todos los impuestos, pues si no se quiere dictaduras, no se imponga. O donaciones, o ruina generalizada con guerra sangrienta cuando se llegue a la quiebra y no se paguen pensiones, nóminas de funcionarios y de empleados de empresas privadas multi subvencionadas, parados, etc. Seguir como hasta ahora, con más ROBO, con más deuda pública, más compra de votos con impuestos crecientes y más gasto público, es un SUICIDIO total, una locura sin tope, un camino hacia el infierno generalizado. La democracia ha sido un fracaso rotundo, tanto la popular (marxista, socialista o comunista), como la liberal conservadora. La democracia ha de dar paso a la Cristiandad, a hacer las cosas como Dios nos prescribió.

2º Disciplina empresarial. No se puede cargar toda la culpa en los políticos y sus votantes. Las empresas tienen que pagar su asquerosa inmoralidad al sostener a políticos y adláteres durante décadas para sus cochinos intereses sin importarles otra cosa que no sea sus beneficios y el daño moral que han causado. NO se puede uno ganar la vida de cualquier manera. No se puede hacer negocios del modo más absolutamente inmoral con tal de lograr una rentabilidad para los accionistas. Si el único motivo para crear una empresa es obtener el máximo beneficio (legítimo, por supuesto), pero sin importar el tipo de actividad y sin consideración alguna a Dios, estamos ante una estructura económica perversa, enloquecida y profundamente enferma, pues los negocios más rentables del mundo son, pese a quien pese: tráfico de drogas, prostitución (incluida la más vomitiva entre las vomitivas y demoníacas, la infantil), pornografía (el «amor libre», es decir, el sexo esclavo y ególatra narcisista de «yo y mi entre pierna somos libres» para usar a la otra u otro, guarrería sin fin que nadie querría para su madre, hermana, hija, esposa, esposo, hijo, padre, etc., excepto los judíos mercaderes hipócritas que no aman a nadie salvo a sus beneficios), tráfico de órganos, tráfico de personas, crimen a sueldo, aborto, eutanasia, manipulación de embriones, vientres de alquiler, semen donado a capricho (cochinada asquerosa a reventar), tráfico y venta de niños y niñas, fármacos adictivos (obsolescencia planeada de la salud), propaganda perversa contra la castidad (anuncios que incitan a la promiscuidad verdaderamente pornográficos que cualquier persona mínimamente sana no querría para su madre, esposa, hija, hermana, etc.), corrupción inmobiliaria, recalificaciones de terrenos corruptas, corrupción de la ley, etc, etc., etc. Cuando se orilla a Dios, a Nuestro Señor Jesucristo, todo tipo de males pueden ocurrir.
Ha de llevarse a cabo una LISTA NEGRA DE EMPRESAS DE ANTICRISTOS que invierten y han invertido en el infierno comunista Chino, cimentado en terror, estado policial, gulags y exterminio masivo de disidentes (en grado mayor que la antigua URSS y países esclavos del este de Europa),que apoyan partidos políticos sean del signo que sean y medios de comunicación de cualquier signo, todos empapados de corrupción. Estas empresas deben sentir en sus ventas el peso del castigo por su satánica inmoralidad, especialmente las que se ocupan de actividades claramente anticristianas con odio a Jesucristo, su Iglesia y los miembros religiosos o laicos de ésta. Hay que llevar a la RUINA a toda empresa de anticristos por muchos millones de accionistas que tengan (también irresponsables como todo mercader). Tienen que pagar por el daño que han hecho durante décadas, algunas incluso con su propaganda diabólica de la que han sido víctimas incontables personas entre los más débiles y susceptibles.

Hay que destruir el PECADO venga de donde venga. Con Cristo o contra Él.