Cuando se quería rendir un recinto, fortaleza, castillo o una abadía fortaleza en la Edad Media, se sitiaba el recinto y si sus defensas eran importantes y no se conseguía por la fuerza de las armas, se intentaba hacerlo por hambre y sed.
Conocíamos la resistencia de los benedictinos del Valle de los Caídos a abandonar la abadía de este, no sólo por el voto de “permanencia” que la Orden benedictina, “Stabilitas loci”, una de las normas introducidas por la Regla de San Benito en el siglo VI y que incide en el monaquismo occidental, por la que el que va a ser admitido promete estabilidad, conversión de sus costumbres y obediencia ante Dios y sus santos, ingresaba en la OSB, pero lo que desconocíamos era su resistencia a la falta de energía y agua.
En estos últimos días el poder del estado, desde el Ministerio de la Presidencia, justicia y relaciones con las cortes, al que pertenece el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, organismo que gestiona el Valle de los Caídos, no sé si por dejación, falta de fondos, olvido, incapacidad, mala leche o actuación ministerial pura y dura, ha sometido a la comunidad benedictina de dicha abadía, supongo que del mismo modo que a trabajadores de dicho organismo, a visitantes y a quienes estuviesen hospedados en su preciosa hospedería, a una situación de falta de electricidad y por ende de calefacción, luz eléctrica, cocinas, comunicaciones y todo lo que se les pueda ocurrir cuando no hay electricidad y poco después, apenas pasados unos días a un corte del suministro de agua y lo que ello conlleva de limpieza, aseo y sed junto con la calefacción y otras zarandajas.
Averías, dejaciones, desinformación, todo un cúmulo de hechos que en la Edad Media hubiese parecido un sitio por hambre y sed. Faltó una gran nevada para haberse repetido lo ocurrido hace unos años que llevó a la salida de la comunidad de su abadía y a ser acogidos por la OSA (agustinos), en sus dependencias en el casco urbano de San Lorenzo de El Escorial.
El Valle se cae por dejación en su mantenimiento y falta de inversiones para su conservación. El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial nunca ha considerado que es un monumento en el que moran, viven y trabajan muchos vecinos de este, no sólo los Benedictinos y que precisan una protección especial, casi como una especie en extinción, que sin duda si lo fueran, sí la tendrían por eso del ecologismo. La Comunidad de Madrid niega su declaración de Bien de Interés Cultural al considerar que no es competencia suya al ser un bien de Patrimonio Nacional, a pesar de las solicitudes de algunos grupos municipales de San Lorenzo a las que ha hecho caso omiso la CAM, mientras en 2009, el Hipódromo de la Zarzuela fue declarado BIC, perteneciendo al mismo Patrimonio Nacional. La pérgola del Hipódromo tiene más importancia que las esculturas de Ávalos, la arquitectura de Muguruza o Méndez, incluso el flamenco, última declaración de BIC del gobierno de la señora Ayuso, sin discutir que los mismos merezcan dicha declaración.
No lo tienen fácil, casi todos en contra o pasando y los Benedictinos todavía tienen el recurso de rezar y trabajar, “Ora et labora”; el resto de los vecinos pueden unirse a los monjes en la oración porque en lo de laborar ya ni les dejan hacerlo, sin electricidad y agua tendrán que rendirse por frio, hambre y sed.
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Una vergüenza más, pero lo más lamentable es que la Iglesia, a través de su Conferencia Episcopal, del Obispo del lugar, o de quién sea, SE PRONUNCIE AL RESPECTO, primero denunciando la situación, y segundo, APOYÁNDOLES.
Creo que los fieles, al menos los que residan en Madrid, deben ir al Valle de los Caqídos todo lo que puedan, darles limosnas, para que puedan sobrevivir, y llevarles garrafas de agua, para que no les falte.
¡Nuestro abandono sería el triunfo de los comunistas en el poder sobre Dios y los Benedictinos!
Don Carlos Zarco, compañero escritor, gracias y ¡AMÉN!
Y todo empezó, cuando un siniestro criminal ROJO de naturaleza, malnacido desde la cuna, inventó la MEMORIA HISTORIACA COMUNISTA, para conseguir con ella destruir al catolicismo y al nacionalismo español, salvando a los ogros de sus padres y abuelos, como verdaderos asesino, que cometieron los peores horrores posibles.
Para contrarrestar, a este miserable engendro «Risitas-Lucifer», un tal Mariano, el
«Maric..mplejines», gano las elecciones con mayoría absoluta, solo por eliminar esas Leyes, que ese hijo de la gran fulana, instituyó a la fuerza, para destruir todo lo ganado por los vencedores de la fe y la Patria, para eliminar a padres y meterlos en las cárceles y para elevar el crimen y los horrores más crueles y despreciables, a los altares.
Pero ese tirano, ROJO, cumplía con la consigna y era su meta, vencer a la Guerra de Liberación en los despachos.
Pero si hay un tirano, más grande, mentiroso e hijo de la gran fulana, mucho más indeseable, más ruin, canalla, masón, mentiroso y traidor, ese fulano, ese degenerado y truhán
La extrema izquierda, no solo está ganando la guerra, sino que todo a su paso que tenga que ver con el catolicismo y la Patria lo convierte en cenizas. Los traidores de la derechona indecente, son sus aliados, siempre lo han sido.
Mientras que este magnífico Monumento Católico y patrio, maravilloso y único en el mundo, aquí es detestado, en este tirano País, cualquier otro País del mundo, lo tendría como su principal Obra de Arte, como reclamo turístico, conservándolo y protegiéndolo.
Nada más tenemos que ver al Cristo del Corcovado, una imagen bonita por lo que representa, pero nada que ver con las miles de obras de arte, que componen el Santo Valle de los Caídos, sin embargo, los brasileños, todos, enamorados de su escultura y no hay un día que no haya un reportaje de dicho Cristo.
Si vas por el extranjero, todo el mundo conoce la Torre Eiffel, el Cristo del Corcovado, ……, pero solo 1%, si acaso, conoce la obra cumbre no solo del siglo XX, sino de muchos siglos atrás, nuestro Santo Valle de los Caídos.
Tampoco debemos olvidar, que hay dos formas de destruir un monumento y es tirándolo directamente o no interviniendo para que se vaya destruyendo, abandonado a su suerte, sin atender sus necesidades de restauración. Y cuando, ya esté muy deteriorado, con sus goteras de años, dentro de la Basílica Pontificia y de tantos sitios, con esa disculpa peregrina, será derribado, en lugar de restaurado.
Miguel Sánchez
Nada que objetar a la verdad de lo que escribes. Gracias