Fernando VII y la senda constitucional. Por José Antonio Ruiz de la Hermosa

…//…»Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda de la Constitución»…//…

Hace poco más de doscientos años, un Felón de la categoría propia de un Borbón hacía esta declaración cuando se sintió acorralado por las circunstancias y las armas de los masones que facilitaron que las provincias americanas se separaran de su «Madre Patria». Poco después aquellos masones, caerían por la fuerza de las armas de un Ejército que organizó el mismo mariscal que había perdido en Bailén y que por eso mismo mandó a otro a dirigir la conquista de España para las armas borbónicas.

La «Historia» es muy importante, porque a los avispados que dirigen el mundo les sirvió, y les sirve, para no repetir errores. La masonería trató de echar a Fernando VII, y lo consiguió años después con su hija, aprendió la lección pasado algún tiempo y decidió que la mejor manera de enfrentarse a alguien es hacerle previamente de su cuerda, es decir masón. Por ello, y después de varios intentos, algunos fallidos y otros acertados, «dironse cuenta» que además era imprescindible que se llenaran, previamente, los bolsillos de los participantes en cualquiera de las situaciones que se plantearon, con el único fin de no tener problemas de última hora. Porque ser masón obliga, pero los pingües beneficios económicos atan definitivamente a quien sabe que trabajando no llegará a rico.

Eso en España se puso de moda a finales del siglo XIX, para ser totalmente vigente en la actualidad. También aprendieron que hay que preparar simultáneamente la acción que ellos pretenden, con un teatrillo paralelo. Es decir: una Cortina de Humo, que a poder ser sea tan escandalosa e impenetrable, que aparte a las almas cándidas de la realidad y las lleve, con la creencia de que lo están haciendo bien, a la mayor inutilidad posible. Este sistema tiene la ventaja de que a los más románticos de la lucha por la Patria, es a los que mejor y más se acaba destruyendo y apartando de los fines de su lucha ideológica y sobre todo de defensa de los valores patrios.

Y ahí estamos. Llevo todo el presente mes viendo a lo mejor de mis compatriotas luchando contra viento y marea contra el traidor del momento, siempre hay un traidor del momento, pero en este caso lo peor no es eso, sino que como se deduce de lo anteriormente expuesto, los peores traidores y los que más barato se venden son los que dicen estar en nuestro propio bando. Sin hablar, además, de la gente que cree en esos valores, que ellos tienen o creen tener, y que van a ser traicionados por tanto tonto útil, que desconociendo lo que se cuece se dejan llevar por los traidores propios, para al final dejarnos en la estacada de los traidores de enfrente.

Llevo meses oyendo hablar de la legalidad, de la Constitución, de las Leyes, del respeto a las mismas y no me puedo creer que la gente sea tan tonta o que se crean todo los que les dicen los traidores y tontos útiles que se supone están en la trinchera propia y dispuestos por ello a defender la legalidad que nos han dictado los traidores. No lo entiendo cómo no se dan cuenta del engaño de legalidad y hacer bien las cosas. Aunque quizás sea porque la gente no se informa y al final sale a discutir y porfiar, sin conocer la verdadera realidad de las reglas del juego.

En España tenemos una Constitución, que salvo los que por obligación del cargo nos la tuvimos que aprender de memoria, mejor dicho, solo se precisaba que la dijéramos de memoria, nadie conoce, ni intención tiene; no ya de leerla, sino mucho menos de comprenderla. En mi caso, las largas horas de vigilia profesional me hicieron llevar a cabo esta imposible acción, pero cabezonería aparte, me propuse entender lo que allí se decía. Francamente, la Constitución está hecha para que pase lo que está pasando y cosas mucho peores. Es una bomba de relojería diseñada por unos cuantos masones, unos futuros y en ese momento neófitos, es decir: …//… Personas adheridas a una causa, o recientemente incorporada a una agrupación o colectividad. …//… Y aquí nombramos a los ex-franquistas que querían seguir pisando moqueta. Y aquí nombramos como en la obra de teatro pero al revés: …//del rey abajo, todos…//…

Miren ustedes, la legalidad de un Código Civil del siglo XIX es de momento incontestable, pero la legalidad de lo que ha salido de la Constitución es de traca. Aunque decirlo suene cruel, la legalidad puede ser una infamia. Y en este caso es aprovechada por los listos, para engañar y mantener sujetos a los mindundis. El debate sobre la amnistía «es carnaza» envasada para tontos urbanos. Si cabe o no cabe en la Constitución se asemeja a los diálogos para besugos de los tebeos de mi niñez; y, la actitud de los políticos apesebrados de las Cortes hacia abajo, es la de quien sin tener ni idea va de catedrático en activo o emérito.

Ciudadano español: ¿ cuándo te vas a dar cuenta de que te están tomando el pelo?. Observa y verás que todos los políticos que están en la tribuna se enfrentan , se dan la mano, incluido el saludo masónico. Observa sus «circulitos de la agenda 2.030» en sus solapas, del rey abajo todos; y todos encantados con el teatrillo, al que tú vas a que los guardias de asalto te rompan la crisma. Aprende que las revoluciones no se hacen por las buenas, sino de otra manera. Claro ejemplo el de Rumanía, cuando los ciudadanos hartos de los partidos democráticos echaron a los contenedores de basura a algún político en ejercicio. ¡Despierta! Que ya esta bien de que te tomen el pelo. Y ahí lo dejo...

Autor

Jose Antonio Ruiz de la Hermosa

José Antonio Ruiz de la Hermosa es oficial retirado del Ejército Español. Especialista en Estrategia, táctica y logística Aérea. Especialista en Salud Laboral, Prevención de Riesgos, Divulgador e Historiador.

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