24/11/2024 00:13
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Esta semana hemos vivido, un nuevo salto adelante de la ignominia de unas personas que anteponen sus intereses a los de los demás ciudadanos españoles. Pero no se confundan ustedes, por ambas partes de los que quieren destruir España. Los socialistas, y lo amplio al conjunto de todos los que tienen carnet del partido y a los que simpatizan con él. A todos los que le votan. Y hablando de votos, también en especial, a los que han refrendado positivamente la acción de ese individuo que es capaz de cualquier cosa por no salir de la Moncloa. Aunque en este caso, no sabemos si el resultado de esas votaciones, pues recuerdo muy explícitamente aquella votación en la que se votaba la Ejecutiva de ese lugar y se descubrió al villano, que detrás de una cortina manipulaba la urna de las votaciones. Lo que no entiendo es como no fue expulsado para siempre del partido que presume de 140 años de honradez. Quizás sea ese el problema: «la honradez» o quizás la ausencia de la misma.

Pero en todas partes cuecen habas, pues en el otro lado del ignominioso, encontramos a un «president» que demostrando gallardía y mucha valentía, huyo escondido en un maletero. Un tipo que, con tal de volver del exilio provocado por el mismo, ha hecho con el ignominioso un pacto que, si es malo para los españoles en general, es muy malo para los propios españoles de Cataluña. Es un pacto que facilita la entrega de múltiples bienes materiales, en teoría a la Generalidad, pero en la práctica a la gestión de los cofrades del president y de sus enemigos políticos en aquella región. Ambos grupos y sus componentes ya nos han demostrado durante estos 45 años de actuación, que saben muy bien como destruir los activos económicos que se les entregan, como saben malgastar sin beneficiar al pueblo y sobre todo como no se sabe, por nuestra parte, donde van a parar ingentes cantidades de dinero.

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Quizás sean otros terceros, que han entrado en esta jugada los más beneficiados, otros como los terroristas, esos que están obteniendo un blanqueamiento total que les puede llevar a la lendakeria de su región, y otros terceros que al entrar en la misma ecuación que los terroristas, convictos, confesos y condenados, que va a sacar un provecho político con el que nunca soñaron y que va a poner al partido de los negocios vascos y a sus madres, porque ese partido es un matriarcado total y absoluto, al pie de los caballos. A corto plazo todos contentos, los ultraderechistas y ultracatólicos en el pasado y ahora lanzados al barro de la captura indiscriminada de fondos para uso propio, han hecho la locura de su vida al asociarse a los social-comunistas que, no en época de Franco, sino en la Transición, han tirado de bomba y pistola a diario. ¿Se han parado las huestes de burgueses vividores a pensar cual será su futuro con un lendakari que fue miembro de ETA?. Pues que lo vayan pensando.

El resto de las minorías causales, como los de Galicia o Valencia, no son nadie, salvo por las migajas que caerán de la tarta. Tan solo hay un grupo que no entiendo, el de la única diputada de las islas que, después de decir por activa y por pasiva que no apoyaría la ignominia, ha decidido apuntarse al carro de las migajas. Todo ello, mientras el «moro» invade sus islas y destruye su economía, destruye su única industria, el turismo y destruye el futuro de los habitantes de esas islas. Todo un detalle, pero muy normal si tiramos de Hemeroteca y vemos cual ha sido la trayectoria de esos políticos que apoyándose en su teórico amor a sus islas han sido pillados expoliando Lanzarote y Fuerteventura. Esta gente pacta con quien mete en hoteles de cuatro estrellas a individuos que están invadiendo España, sus islas, mientras los que lo han perdido todo en el incendio de Tenerife o en el volcán de La Palma, malviven gracias a sus familias y no reciben ni una ayuda del gobierno social-comunista.

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Y nos quedaban ellas. La que ha pasado del vaquero y la camisa de cuadros a las firmas de alta costura. Un claro ejemplo de que es la «nomenclatura» comunista. Que queréis de una gente como esta, que ha vivido del cuento del sindicato que protegía a los trabajadores y para mejor hacerlo no trabajaban en ningún puesto de trabajo de la empresa, en la que decían defender a los trabajadores. Y no queremos hacer mucha leña, pero alguien que es trabajador y sindicalista, en cualquier país democrático, suele ir al tajo de vez en cuando, no solo cuando hay que montar bulla, hacer elecciones o sobre todo firmar acuerdos con la patronal y ahí queda eso. Desastre de País, que está en manos de todas estas gentes, que menos pensar en el bien común se dedican al noble arte de «llevárselo calentito», pero procurando hacerlo sin trabajar. Eso es lo que tenemos. Pero ellos no son culpables, sino quienes les votan y quienes les aplauden. Vergüenza les daría, sino hubiese una clara y manifiesta tiranía de la subvención y otra tiranía de la cortedad de luces.

Y ahí lo dejo, aunque prometo escribir más a menudo, para concretar cosas. Hasta pronto amigos….

Autor

Jose Antonio Ruiz de la Hermosa
Jose Antonio Ruiz de la Hermosa
José Antonio Ruiz de la Hermosa es oficial retirado del Ejército Español. Especialista en Estrategia, táctica y logística Aérea. Especialista en Salud Laboral, Prevención de Riesgos, Divulgador e Historiador.
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Geppetto

Se supone que un ladron tiene como objetivo quitarle la cartera al descuidado vecino , para eso es ladron
Lo que no es logico es que el susodicho vecino, en cuanto ve al ladron, corra a abrazarlo ofreciendole gentilmente la cartera.
Y esto ultimo es lo que esta sucediendo en España

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