España ya no es España. España es una rana. Por Julio Merino

Sí, sí, lo que digo. Pero, antes de seguir lean la fábula de aquel francés que tras estudiar a fondo los problemas de la Democracia durante la IV República llegó a una conclusión: los pueblos y los políticos de hoy son como la rana que muere mientras es cocida a fuego lento. Lean:

La rana y el agua hirviendo

“Una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo en la olla.

Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. Una rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba feliz en esa ‘piscina’ improvisada.

Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Sin embargo, poco a poco, el agua subió de temperatura. Tanto, que llegó a estar tan caliente, que la rana murió de calor. Ella, sin embargo, no se había dado cuenta, ya que el calor aumentaba de forma gradual y se iba acostumbrando a él.

Moraleja: Pues esto es lo que le ha pasado a España desde que llegó al Democracia, ya que los cambios profundos vistos en su conjunto hubieran sido una revolución (la que existe entre la España de Franco y la España de hoy) puesto que se fueron produciendo poco a poco y por Gobiernos y Partidos distintos. El español, los españoles, siempre propensos a no pensar (parafraseando a Unamuno ¡Que pienses ellos!) y a dejarse mandar si tienen lo indispensable (antes sí tenían trabajo y ahora si tienen una subvención) y viven cómodamente… y por ello no se percataron de que el agua, o sea, los cambios, se iba calentando y cuando quisieron dar cuenta, aunque yo creo que para desgracia de todos, siguen sin darse cuenta, ya es tarde, demasiado tarde y esto va a terminar como el “rosario de la Aurora”. En la guerra del “tú eres más que yo”.

Pero, y es lo que le está pasando al gallego Feijóo, que ya hasta se le ha puesto cara de rana. Tan tranquilo está, nadando en su agua templada, moderada, centrista, que no se está dando cuenta que Satanás y sus 7 demonios le han llevado ya casi al hervor y cuando se dé cuenta va a estar más muerto que vivo. Como la rana. Para desgracia de España y del Partido Popular.

Si no despiertan antes o las ranas viejas (barones) o los renacuajos (juventudes) y dan un Golpe de Estado y hacen Presidenta del PP a la única líder que ahora mismo tiene el Partido: doña Isabel Díaz Ayuso.

Autor

Julio Merino

Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.

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